Capítulo 2: Golpe desafortunado.
Ajustó su uniforme mientras sus dedos temblaban levemente. No podía evitar sentirse nervioso ¿Cómo no estarlo? Iría hoy a ver a la pelinegra de rasgos asiáticos ya que por fin es viernes.
Salió directo a tu estudiar una vez termino de arreglarse. La academia ha estado exigiendo mucho de él, no ha tenido mucho descanso así que es una razón más para salir hoy después de todo. Necesita un respiro pero ahora no era el momento de pensar.
(...)
Caminaba a paso firme por la acera hasta divisar el lugar de nombre Mecánica Titans a pocos pasos de ella. Entro e inmediatamente se encontró con una castaña que estaba cambiando la rueda de un auto, no pasó mucho tiempo hasta que la mujer notó su prescencia.
– ¡Mikasa-chaaaaan! – saludo alegremente la mujer dando pequeños saltos – ¿Y esas vendas?– la señaló.
– Nada importante, solo me quemé mientras cocinaba algo – explicó – Sabes que he tenido problemas con la estufa–.
– Esa chatarra... Deberías traerme la para revisarla y ver si puedo hacer algo. Deja de usar eso y ve dónde los Jaeger a comer–.
– No los quiero molestar – se sentó junto a su amiga – Hanji, no vine a hablarte de mi estufa. ¿Tienes tiempo libre hoy?– preguntó.
– ¡Si,si! Después de cambiar esta rueda pero casi termino ¿Qué necesitas?–.
– ¿Podrías llevarme hoy a Roller Street? Tengo algo importante que hacer allí–.
– ¡Claro!– dijo la mujer mientras limpiaba sus lentes.
Hanji Zoe dueña de una mecánica siempre está imperativa y es alguien optimismo pero analista. Ella y su equipo trabajan siempre allí dando dedicación a su trabajo.
– Entonces me iré a cambiar a mi casa– se paró– Te veo en una hora–.
(...)
El camino era algo estruendoso hasta su casa ya que vivía en un barrio algo concurrente de personas. Su casa no lucía como la mejor era una casa normal y sencilla suficiente para una sola persona.
Toma sus llaves para abrir la puerta y la acerca al candado.
– Hm, que raro es verte en tu casa a estás horas– dijo una voz tras ella.
De la sorpresa sus llaves se cayeron y miro hacia atrás frunciendo las cejas.
– ¿Necesitas algo, Eren?– habló la chica mientras tomaba sus llaves devuelta y abría la casa.
– Mamá te envío esto, está mañana cocino lasagna y quería que te la traiga – señaló la cantina en sus manos– No creas que vine a pedirte algo–.
Ella nisiquiera se molestó en responder y tomo el recipiente con el alimento.
– Dile que gracias, pasaré a verla mañana tengo cosas que hacer hoy–.
Eren frunció el ceño. Sospechaba de que se trataba "eso" que ella haría hoy ¿Una pelea? Definitivamente. Aveces le daban ganas de apretar a Mikasa contra la pared y decirle directamente a la cara cuánto odia está rebeldía de ella.
Muchas veces se desvelaba preguntándose:"¿Dónde estará ella ahora?". Era un secreto bien guardado para él lo mucho que se preocupaba por ella (o almenos eso cree). Si fuera por él se guardaría a Mikasa en una cajita para que nadie le haga daño.
– Llevas 2 minutos mirándome y ya, vete Eren– le dijo la chica exponiéndolo.
Es verdad, se perdió en sus pensamientos.
– Deberías dejar de pensar que soy un idiota. Sé que vas a pelear Mikasa. Papá no está disponible hoy para curarte ¿Sabes? Tiene que amanecer en la clínica–.
– No voy a pelear– dijo serena – Voy a salir con alguien– y entró a su casa desinteresada en la opinión de Eren sobre ello.
Él se quedó impactado.
<< No me esperaba esa respuesta>>.
Se fue sin más a su casa caminando pero la pregunta que no abandonaba su mente era: ¿Con quién?
(...)
La noche está presente y Jean sabía lo que significaba. Una vez salió de la academia pidió un taxi.
– ¿Podría... Hm– estaba algo avergonzado con lo que diría – ¿Podría no mirar atrás? Me tengo que cambiar– pidió amablemente al taxista que accedió.
La verdad no quería llegar con el uniforme de la academia a ver una pelea obviamente ilegal. Tenía que tener cuidado con lo que hacía.
Una vez llegó a la calle indicada se bajó del auto después de pagar. Ya para cuando se acercó al gentío indicaban que la pelea acaba de comenzar.
En el lado derecho se encontraba una pelinegra de rostro orgulloso saludando al público a quien se le presento como Ymir. Del otro lado, salía la persona por la que había venido aquí, una chica de rasgos asiáticos, mirada neutra y pelo negro junto a esa cicatriz en su cara debajo del ojo; fue presentada como Mikasa.
<< Que nombre tan peculiar>>. Pensó.
Jamás había escuchado ese nombre en alguien pero le resultaba interesante en ella. ¿Mi casa? Uff, fuera un sueño hecho realidad que ella sea su hogar.
Ambas contrincantes ya estaban en el medio de todos siendo apoyadas por el ruido del gentío. No tardó mucho en comenzar la pelea al momento de sonar un silbato fuertemente.
Mikasa inició bien siendo atenta a su entorno y a cada golpe que se aproximé. No desaprovecho oportunidad en hacer a Ymir sentir sus fuertes puños impactando en cualquier parte de su cuerpo.
No estoy preocupado por ti,estoy preocupado por lo que tendrían que hacer mis padres para sacarte de la cárcel.
Resonaba en su mente de repente la conversación que tuvo anteriormente con Eren.
Por un descuido Ymir tomo la delantera y comenzó a golpear directamente la cara de Mikasa mientras la gente solo gritaba en su apoyo.
Esas peleas no tienen reglas y podrían matarte ¿Crees que a esa gente que tanto te aclama le importaría que mueras delante de sus ojos?
<< No le debe importar, lo hago por mi no por ellos>>. Se decía.
Esquivo los golpes de Ymir al ser afectada. Limpio brevemente sus mejillas al sentir la sangra que de estás salía. Dió una patada rápida para desestabilizar a Ymir pero está se aprovechó, tomo su pie y la arrojó hasta el otro lado en el suelo duro.
Deberías dejar de pensar solo en ti. No eres la única a la que le importa tu vida...
¿Por qué ahora recordaba lo que Eren le decía?
– ¡5,6,7... – contaban mientras ella seguía en el suelo.
<< ¿Qué? ¿En qué momento comenzaron a contar? >>. La chica intento pararse pero sintió que su cabeza daba vueltas. Sin intención de rendirse se puso de rodillas y lentamente comenzó a pararse poniendo una pose de pelea nuevamente.
Ymir sonrió.
<< Es cuestión de tiempo para que caiga. Está pelea la tengo ganada>>.Predijo.
De un momento a otro Ymir se le arrojó encima y comenzó a dar golpes fuertes a su cabeza y apegandola al suelo. Jamás Mikasa había estado en una posición así. La pelinegra le daba unos ataques cínicos casi como si su intención no fuera ganar, sino, matarla.
Desde el gentío estaba Jean desesperado viendo a la chica ser golpeada numerosas veces. Nisiquiera podía creer como la gente que apoyaba su comienzo bueno comenzaba a apoyar que la derroten así.
– Levántate,levántate – susurró para si mismo mientras pedía que la chica no se deje vencer así.
Pero todo empeoró cuando Mikasa se puso de pie inútilmente, Ymir no tardó en rodearla y propinarle un golpe mortal en la nuca dejándola inmovilizada y tirada en el suelo inmediatamente. Ymir fue anunciada como ganadora mientras nadie parecía preocuparse realmente por Mikasa.
Jean tenía conocimiento médico y rápidamente corrió a ayudarla. Su corazón iba a mil mientras repetía en su mente el momento dónde ella caía en cámara lenta.
– ¡Maldición! ¡Esto es peor de lo que pensé! – dijo mientras observaba las heridas de la inconsciente muchacha.
Apenas la conocía y sabía que no tenía su permiso de tocarla pero por esta vez tendría que saltarse eso. Se la cargo al hombro y la llevo a un lugar más apartado de la gente.
¿Cómo lo iban a ayudar? Solo eran viejos chismosos y morbosos que le gustaba ver a mujeres con poca ropa pelear. Aunque él fue... Pero no con los mismo propósitos que ellos.
Dejo el cuerpo de la chica encima de un banco que había allí. De su bolso tomo una botella de agua que siempre llevaba y se lo hecho a la chica en la cara haciendo que ella despierte inmediatamente.
– Ngh– se escuchó un sonido doloroso salir de su boca.
Ella apenas se despertó una ola de dolor la embriagó y apenas podía mover sus manos ensangrentadas. Sentía su cabeza rodar y rodar y un dolor increíble también. Con esfuerzo gira un poco su cabeza al sentir a alguien acompañándola y descubre nuevamente a este chico.
Pelo castaño claro, ojos color miel y una fuerte complexión física.
¿Acaso él habrá sigo quien la ayudo? Quería creer que si.
– ¿Q-quien... -.
– Soy Jean, Jean Kirtstein y voy a tratar tus heridas pero necesito tu permiso– dijo con vergüenza interna pero reflejando seguridad.
Ella tenía la intuición de que lo conocía de algún sitio.
– Jean... – repitió el nombre del chico – Haz-hazlo por favor– pidió – Los organizadores deben tener un botiquín de primeros auxilios para casos co-como estos–.
Él chico asintió y rápidamente se paró dirigiendose a buscar el ya mencionado. Poco tardo en encontrarlo y con desesperación volvió con el botiquín en la mano.
– ¡Por favor, resiste! – le dice mientras se prepara para suturar la cortada de su brazo.
Se la hizo al caer durante la pelea y una roca estaba debajo la cual aruño un poco profundo su brazo.
Mikasa apretó sus labios mientras cerraba sus ojos al sentir la aguja traspasar su piel varias veces. Fueron unos 10 puntos en total. Se sintió aliviada al terminar pero no le duró mucho al sentir el alcohol en sus heridas. Normalmente no le hubiera afectado por la forma en que Grisha se lo ponía pero este chico era un poco brusco.
– Ya– se apartó – Debes de ponerte hielo aquí – señaló su frente– para que la hinchazón baje–.
Ella se sentó lentamente y comenzó a suspirar. Gracias a Dios todo termino. Pero no pudo evitar sentirse frustrada ¡De verdad necesitaba ese dinero! Debía ganar y quería hacerlo pero solo se le metieron en la mente las malditas palabras de Eren.
Jean se asustó al verla tapar su rostro mientras hacía notables sollozos y jadeos, no tenía idea de cómo consolarla, se acercó a ella y se sentó a su lado mientras la fémina decía palabras que él no entendía.
– Mi casa... – sollozó – Mi familia–.
– P-por favor, no te lamentes. Vas a ganar en la próxima pelea– intento apoyarla Jean.
– La próxima pelea es en 1 mes– dijo casi en un susurró mientras secaba sus lágrimas.
– Si en algo te ayuda yo creo que fuiste mejor que ella. Admito que hasta eres mejor que cualquier mujer que yo haya visto boxeando– le apoyo.
– Gracias pero, lo único que me ayudaría ahora es salir de aquí– se paró – Gracias por todo, Jean –.
– Y si... ¿Mejor te acompaño? – le preguntó decentemente a la chica – Sé que no soy tu amigo pero, almenos podría acompañarte hasta que tomes un taxi–.
– No me iré en taxi. Una amiga vendrá por mi– dijo – y... Y-yo ya te agradecí–.
– Vale. Pero te voy a acompañar entonces– y le sonrió.
Mikasa sintió una gran vergüenza apoderarse de ella en el momento que el chico comenzó a caminar indicándole que le siga. Apenas lo conocía pero sentía que este chico le resultaba tan familiar. Con pasos dudosos lo siguió hasta la parada de enfrente y se sentó en un banco junto a él.
– Mi nombre es Mikasa Ackerman– dijo mientras jugaba con sus manos para distraerse cuál niña.
– Es un nombre exótico– le dijo halagandola – ¿Eres china? – pregunto por sus rasgos.
– No, nací aquí. Solo mi madre es de Japón por eso me veo así– aclaró – ¿Y tú?– .
– También nací aquí– respondió con un sonrisa ladina.
La conversación se torno divertida unos minutos después haciéndolos pasar un buen tiempo. Ella no tardó en darse cuenta que el chico era alguien que tenía siempre algo de que hablar y la ponía a conversar (cosa que ella poco hacia) y luego se disponía a escucharlo la mayor parte.
Él era alguien que le gustaba hablar y ella le gustaba escuchar.
No sabía en qué momento pero Hanji ya estaba estacionada frente a ellos.
– ¡Tengo 10 minutos buscando en qué parte de la calle estabas mujer! – y tocó la bocina 3 veces – ¡Súbete! Y a tu amiguito también – miro pícara a la pareja.
El caliente en sus mejillas se hizo presente al entender las suposiciones de Hanji.
– ¡Que esperas!– insistió.
Mikasa miro a Jean preguntándole si quería pero este se negó alegando que había pedido un taxi ya. Ella se despidió de él mientras lo observaba desde el retrovisor sentado en aquella banca...
Casi nunca había conocido chicos tan amables con ella y su compañía fue reconfortante. Hubiera deseado pedirle su número...
<< ¡Mikasa idiota,Mikasa idiota!>>. Se decía.
Ojalá tener la oportunidad de verlo otra vez.
(...)
¡Buenas mi gente! Aquí esta el nuevo capítulo de esta floreciente historia.
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¡Nos vemos en la próxima actualización!
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