| 33. Un Ángel a parte |
Tyler White.
Después de darme un baño y avisarle a Scott que lo esperaría en las gradas, me dirigí hacia el campus de la universidad. Mientras peinaba mi cabello hacia atrás con una mano, mis pensamientos volaban hacia mi madre. ¿Cómo estará ahora? La señora Jensen aún no me ha llamado y mi padre tampoco. Scott no sabe nada o quizás no quiere decírmelo. Suspiré profundamente.
De repente, me detuve en seco. Algo largo yacía en el césped. Mi curiosidad se despertó, preguntándome qué o quién podría ser. Me acerqué lentamente, y mi corazón se hundió al reconocer a Henry. Al principio, pensé que tal vez se había quedado dormido, pero pronto me di cuenta de que no era así. Fruncí el ceño, la preocupación comenzó a invadirme.
Me acerqué a él con preocupación. Al verlo de cerca, noté que su frente estaba cubierta de sudor, brillando bajo la luz tenue del atardecer. Su cabello, normalmente desordenado como siempre, estaba algo húmedo, pegándose a su frente. Sentí un nudo en el estómago al ver la palidez en su rostro y la sangre en su remera. Me arrodillé a su lado y lo moví suavemente. Toqué su cuello, buscando su pulso, pero algo no estaba bien. Miré desesperadamente a mi alrededor y grité pidiendo ayuda, pero no había nadie a la vista. Maldije por dentro y, sin pensarlo dos veces, lo agarré. No me importó su peso, aunque él era más alto que yo. Traté de levantarlo, mis piernas temblaban por la desesperación.
Seguía pidiendo ayuda, casi corriendo, pero mis fuerzas flaqueaban. Casi me caigo, pero no podía rendirme. Le hablé, traté de que me escuchara, pero no respondía. La angustia me consumía mientras luchaba por mantenerme en pie y llevarlo a un lugar seguro.
Mientras lo llevaba en mis brazos, le susurré desesperadamente:
"No te vayas, por favor. Aunque no seamos los mejores amigos, haré lo que sea para ayudarte. Pero no te vayas de este mundo, Leah y tu hermana te necesitan".
Henry seguía sin despertar, y mi corazón latía con fuerza, cada segundo se sentía eterno. “Vamos Henry, despierta…por favor”.
Al llegar a la salida, mi desesperación aumentaba. Paré un taxi con un gesto frenético y, con esfuerzo, subí a Henry primero y luego me metí yo. "¡Al hospital, rápido, es una emergencia!", le grité al chofer, mi voz temblando de angustia.
Los minutos en el taxi se hicieron interminables. Miraba a Henry, esperando algún signo de vida, pero él seguía inmóvil. "Por favor, aguanta un poco más", le rogaba.
Finalmente, llegamos al hospital. Bajé del taxi apresuradamente y, al ver a unos enfermeros, los llamé con todas mis fuerzas. "¡Ayuda, por favor, es urgente!". Ellos corrieron hacia nosotros, y en un abrir y cerrar de ojos, pusieron a Henry en una camilla y se lo llevaron. Intenté seguirlos, pero me detuvieron en la entrada.
Mi mente estaba en caos, y me pregunté a quién debería llamar ahora. Sentía que el tiempo se detenía y cada segundo era una eternidad. Miré mi teléfono con manos temblorosas, tratando de pensar con claridad.
Entonces, me di cuenta de que la mejor opción era llamar a Angie. Ella debía enterarse lo antes posible que su hermano está en el hospital, con el corazón latiendo a mil por hora, marqué su número, esperando que contestara rápidamente. Cada tono de llamada se sentía como una eternidad, y la angustia me consumía más con cada segundo que pasaba.
Angie Jonh
Estoy en mi dormitorio con Leah, tratando de calmarla después de su discusión con mí hermano. De repente, mi teléfono sonó. Al ver el nombre de Tyler en la pantalla, sentí un escalofrío. Contesté rápidamente, con el corazón en la garganta.
—Tyler, ¿qué pasa.—pregunté, tratando de mantener la calma.
—Oye Angie, encontré a Henry en el campus. Estaba…estaba inconsciente y sangrando. Lo llevé rápidamente al hospital.— dijo Tyler, su voz temblando.
Sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. —¿Qué? ¿Cómo está? ¿Qué pasó?.— pregunté, mi voz quebrándose.
—No lo sé, Angie. Estaba muy mal. Los médicos lo están atendiendo ahora.—respondió él, tratando de sonar tranquilizado, pero podía sentir su preocupación.
Mis manos comenzaron a temblar y las lágrimas empezaron a brotar.
—Gracias por avisarme Tyler, iré en seguida
—dije, casi sollozando mientras corto la llamada.
Leah, al ver mi estado, se acercó y me abrazó. —Angie, ¿qué pasa?.—preguntó, su voz llena de preocupación.
—Es Henry... está en el hospital. Tyler lo encontró… inconsciente.— le expliqué, tratando de mantener la compostura, pero el pánico me consumía.
—Tenemos que ir al hospital ahora.— dijo ella, su voz firme pero llena de miedo.
Salimos corriendo del dormitorio, casi tropezando en nuestra prisa. Cada paso hacia el hospital se sentía eterno. Mi mente estaba llena de imágenes de Henry, su sonrisa, su terquedad, y el miedo de perderlo me ahogaba.
Por favor, que esté bien.
Finalmente, llegamos al hospital. Corrimos hacia la recepción, jadeando.
—Henry Jonh, por favor ¿dónde está?.— pregunté, mi voz desesperada.
La recepcionista nos indicó la sala de emergencias, y sin pensarlo dos veces, corrimos hacia allí. Al ver a Tyler, corrí hacia él.
—¿Cómo está? ¿Qué dijeron los médicos?.—pregunté, mi voz llena de angustia.
—Están haciendo todo lo posible. Tenemos que esperar.— dijo Tyler, abrazándome. Sentí que las lágrimas caían sin control, y Leah nos abrazó a ambos, tratando de darme fuerzas.
Henry Jonh
¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó? ¿Por qué todo está blanco? ¿Qué es este lugar?
—Henry— escucho en un susurro mi nombre. Me volteo, pero no veo a nadie. —Henry—, otra vez escucho, y... no puedo creerlo. No sé si estoy drogado o qué, pero... ¿estoy viendo a mi madre? ¿Cómo... ¿Cómo es posible?
—¿Mamá?—
Me acerqué con cautela hacia ella. Estaba vestida con un vestido blanco y su cabello brillaba intensamente. Su sonrisa, esa sonrisa que siempre me calmaba, estaba ahí, tan radiante como la recordaba. Su voz, volver a escuchar su voz me trajo una paz indescriptible.
—¿Pero...? ¿Cómo es posible esto? ¿Estoy muerto?.
Ella me hablaba con tranquilidad, como si fuera lo más normal del mundo. No dudé ni un segundo en abrazarla cuando estiró sus brazos hacia mí. La abracé con fuerza y ella me acariciaba el cabello, como cuando era niño y yo lloraba.
—Mi francesito bonito.—me decía. Al escucharla decirlo, me derrumbé en sus brazos. La extrañaba tanto, la necesitaba conmigo, y creo que finalmente había llegado ese momento.
—Déjame quedarme contigo mamá, por favor..—dije, sin soltarla.
Le pido quedarme con ella, pero ella me dice que no, que no es mi tiempo ahora. La veo con los ojos llenos de lágrimas y le pregunto por qué. Ella me explica que tengo una vida en la Tierra, que debo seguir cuidando de mi hermana.
—Escuchame, deja de ser tan incomprendido y de alejar a todos Henry—, me dice con suavidad—. Con tus actitudes estás alejando a la chica que te gusta, la chica que te ha cambiado por completo. He visto todo desde aquí, y lo que puedo decirte es que es hora de sanar y perdonar, sabes muy bien a qué me refiero. Es hora de crecer y seguir adelante. Tienes que cumplir tus sueños como guitarrista profesional. ¿Me prometes que harás todo bien está vez?.
—No quiero volver mamá, quiero quedarme aquí contigo.
—Eso no va a poder ser, no puedes dejar todo así, ¿En serio quieres irte después de que esa chica cambió todo en ti? ¿De verdad quieres dejar de ser amigo de ese chico Joe? ¿De verdad quieres dejar a tu hermana destrozada?. Ellos te aman y te aceptan tal cual eres mí amor. Por favor no rompas ese lazo que tienes con ellos. No ahora.
—Pero mamá…
—No, por favor hijo, no es tu momento hoy…
La escucho con atención, pero unas voces lejanas me piden que vuelva. Frunzo el ceño al reconocer la voz de mi hermana, suplicando que regrese mientras lloraba. Elevo las cejas y miro a mi madre. Ella vuelve a decirme que debo volver con Angie, que no le destroce el corazón como ella lo hizo con nosotros de niños.
—Tu hermana te necesita—, me dice—. No pierdas más tiempo.
Pero yo no quiero irme, quiero quedarme con mi madre. Ella acaricia con suavidad mis mejillas y mi cabello, pero siento una presión en el pecho y me alejo lentamente de ella. Mi madre me da una sonrisa y susurra:
—Te amo, mi niño. Sé feliz.
Quiero abrazarla, pero otra vez siento algo en mi pecho. Cada vez me alejo más de ella. Siento como que caigo y los murmullos se escuchan cada vez más fuertes y finalmente escucho a mi hermana decir, mientras llora sobre mí:
—Por Dios, no me vuelvas a hacer esto, Henry.
Despierto en una habitación de hospital. La luz es tenue y el sonido de los monitores médicos es lo primero que escucho. Me siento confundido y aliviado al darme cuenta de que estoy vivo.
A mi lado, mí hermana está sentada, con los ojos rojos de tanto llorar. Al verme abrir los ojos, su rostro se ilumina con una mezcla de alegría y alivio.
—¡Henry!—, exclamó, tomando mi mano con fuerza. —Pensé que te había perdido.
Una oleada de emociones me invade. Recuerdo el sueño con mamá y las palabras que me dijo. Sé que tengo que cambiar, que no puedo seguir alejando a las personas que amo y que aman.
—Lo siento, Angie—, digo con voz ronca. —No quería hacerte pasar por esto.
Angie me abraza con cuidado, tratando de no lastimarme. —Lo importante es que estás aquí. Vamos a superar esto juntos. Pero por favor haz caso está vez, no quiero perderte.—dice con voz quebrada.
Asiento, sintiendo una nueva determinación. Sé que tengo una segunda oportunidad para arreglar las cosas, para cuidar de mi hermana y perseguir mis sueños. Aunque el camino no será fácil, estoy decidido a seguir adelante y hacer que mamá se sienta orgullosa de mí. Pero ahí es donde pregunté por Leah.
—¿Dónde está Leah?.—mi voz aún era ronca.
—Ella no pudo soportar tanto dolor Henry, se sentía culpable por no poder ayudarte, ella…ella había pedido que volvieras y si fuera así…
—No, no me digas que la has dejado ir Angie, dime que no lo hiciste.
—Henry…ella se fue después de ver qué habías regresado.
—No, no es cierto, quiero irme de aquí..—saco algunos cables que estaban conectados en mí pecho.
—Henry, por favor.—ella se acerca a mí y me detiene.
—Solo quiero que ella esté aquí conmigo, por favor búscala y tráela aquí.
—Está bien, pero por favor no te desesperes..quiero que estés tranquilo. ¿Si?.—asiento con calma.
Mientras ella estaba por salir una persona entra a verme, su cara era de preocupado y me pregunté ¿Qué hacía él aquí?.
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