Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🎸 Mᴀʟ ᴅɪᴀ ᴘᴀʀᴀ ᴄᴏɴᴏᴄᴇʀᴍᴇ 🎸


Henry Jonh.

Me encuentro en la terraza de la Universidad, fumando mientras toco mi guitarra, también tratando de tararear alguna de las canciones que mi madre había compuesto cuando era joven, pero me era imposible, así que dejo a un costado la guitarra con un suspiro agarrando nuevamente el cigarro que había dejado en una ventanilla y me asomo un poco más a la orilla apoyando mis brazos viendo a la nada, eran las seis de la mañana y faltaban dos horas para que empiecen las clases. 

Aquí vengo cada madrugada cuando me despierto, por esas terribles pesadillas que me siguen atormentando desde niño, esa voz que me decía una y otra vez que todo iba a estar bien, pero nada sigue estando bien esas imágenes que aparecen como borrosas en mí cabeza, viendo a mí madre discutir con el hombre más arrogante del mundo por sus estúpidas apuestas. 

Siempre llegaba a casa alcoholizado o golpeado por no tener suficiente dinero de los préstamos que siempre sacaba, cuando él se ponía violento, mamá siempre nos escondía a mí hermana Angie y a mí. 

Pero, una noche, una noche ese señor vino más violento que otras veces, escuché como mí madre gritaba que no le hiciera daño, que iba a asustarnos, podía escuchar a mí hermana llorar a mí lado, pero no pude aguantar más, había salido del escondite de donde estábamos y agarré el arma que mí madre tenía escondido . 

Mí hermana quiso detenerme, pero le dije que se quedará dónde estaba, así que fui a dónde mis padres se encontraban y apunté con el arma al hombre, mis manos temblaban, no sabía cómo disparar tenía solo catorce años, así que de lo asustado que estaba, apreté el gatillo y la bala sale rápidamente hacia ese señor. 

Mí madre llorando se acercó a mí y agarró el arma, me movió a un costado y en ese entonces era ella quien sostenía el arma, el hombre que nos arruinó toda nuestra infancia con mi hermana por completo, estuvo sosteniendo su brazo, en dónde yo le había disparado. 

Esa es la pesadilla que siempre tengo todas las noches, y a veces me agarra fiebre emocional por soñar eso, es un trauma que al menos a mi, me ha marcado por el resto de mi vida, porque lo que acabo de contar no es nada con todo lo que tienen que saber de mi.

Yo soy Henry y esta es mi maravillosa historia. Claro, que se note el sarcasmo. 

Estaba tan tranquilo en mi mundo, que la voz de un hombre mayor me sacó de mis pensamientos, así que volteo a verlo mientras apago mi cigarro disimuladamente. 


—¿Jonh, qué haces aquí otra vez?.— dice el casi anciano que cuida la universidad por las noches, él se ve algo molesto. 

—¿Qué hago?, hago lo mismo que todas las madrugadas cuando me encuentra siempre aquí en la misma ¿no cree?.—Me encapuche con mi campera negra favorita y meto las manos en los bolsillos, paso por su lado y agarro mi guitarra. 

— Ya te he dicho que no vengas aquí a estas horas jovencito…— no pude escucharlo más porque cerré la puerta detrás de mí. 

—Bla, bla, bla… Es un anciano pesado, que solo está aquí porque sale con la directora a escondidas de su esposa.

Ahora que estoy en la habitación cierro la puerta de un golpe a propósito para molestar a mi compañero pero él ni cuenta se ha dado porque ni siquiera se ha movido, así que sigue durmiendo como si nada. 

Él se llama Joe, pero yo le digo nerd Joe, a veces intenta de acercarse a mí, tal vez para ser amigos, pero yo no quiero ser su amigo, apenas aguanto que esté aquí en la misma habitación, hay días en los que se acerca nervioso como si me tuviera miedo y si, doy miedo o eso es lo que quiero demostrar aqui y a veces tartamudea o habla rápido, así que cuando no lo entiendo solo lo ignoro y sigo mi camino.  

En fin, eran ya las seis y media y todavía faltaba mucho para que sean las ocho de la mañana, otra vez, aguantar y aguantar a las personas de aquí, tareas, exámenes, idiotas que murmuran entre ellos cuando me ven, dicen cualquier estupidez, pero decírmelo en la cara jamás se animan. Excepto Paxton Smith, el hijo de la directora, claro, que cabe recalcar que solo lo hace cuando está con sus amigos, solo quiere llamar la atención de todos. 

La hora de clases ya iba a empezar, solo faltaban quince minutos, así que salí ya con mí mochila poniéndolo en mí hombro y con mí campera negra favorita, me encapuché como siempre lo hago y me desordené un poco el cabello. 

Una vez que paso por el pasillo, ahí están otra vez Y ahí empezaron otra vez a murmurar como todos los días, pero esta vez los miraba con cara de malo a cada uno que me miraba y dejaban de hacerlo, luego seguí en mí camino sin importar más lo que decían, siempre digo que vivo para mí y no para los demás, que los demás se vayan al carajo. 

Caminé y caminé hasta que la voz de la directora me detiene en seco, así que ya fastidiado me doy la vuelta y la veo, ella estaba junto a una chica media rara. 

Era más baja que yo, cabello castaño oscuro, tenía sus ojos de dos colores diferente, el izquierdo es color miel y el derecho es color azul oscuro y es de tez blanca. 

— Jonh.. ¿Puedes por favor hacerle recorrer la universidad, a la señorita Barnes?. 

La miré serio, luego miré a la rara, fruncí el ceño.

—¿Me vio cara de guía?.— vuelvo a mirar a la directora. 

— No, eres un alumno de aquí ya hace un año, es solo mostrarle su aula y demás, yo estaré ocupada y eres al primero que veo pasar de su mismo año. 

La miro con los ojos entrecerrados y mi mandíbula se tensa. 

— Pues, no es mí problema, tiene pies puede caminar ella sola…¿no le parece?— me encogí de hombros, estaba por irme pero la directora me detiene de nuevo con un llamado de atención.  

— ¡Henry Jonh!, harás lo que te diga o tendrás una sanción y no creo que a tu padre le guste la idea. 

Me dí media vuelta y la miré mal. 

—Yo no tengo…esa cosa que usted dice, no existe más para mi y además soy grande para estás cosas de un llamado de atención, así que a mi no me amenace…¿de acuerdo?. 

Mi mirada era seria y fría, ella no sabía qué decir, pero luego volvió a hablar con firmeza.  

—Entonces, haga lo que le estoy pidiendo. 

—Al diablo..— murmuré y me fui sin importarme nada, en seguida pude escuchar la voz de mí hermana, pero seguí por mí camino. 

No me importó nada y me fui de ahí para llegar a mí aula, quien se creía que era, ella tiene pies, puede hacerlo sola, ¿No?. 

Puede buscar a otro de su mismo aula y ya. 

¿Y la señora Smith dijo que a mí bueno eso no le gustará la idea de que me sancionen?, por favor, ni que le fuera a importarle, no le importé desde el día en que nací. 

Él ya no tiene autoridad sobre nosotros. 

Leah Barnes 

Pero que chico tan mal educado y malhumorado dios mío, ¿cómo puede ser que le haya faltado el respeto a la señora Smith? Ya veo que es de esos chicos que fingen ser odiosos, serios y fríos para alejarse de todos o más bien, para que las chicas vayan detrás de él. Aunque lo admito, se ve un chico interesante y sobre de esas chicas yo soy una de esas, siempre quise tener un novio que sea todo lo contrario a mi, Eric era como yo, mi ex novio, bueno mi casi algo o mejor dicho un ¿amigovio? Si creo que eso éramos. 

La señora Smith me estaba hablando y yo ahí perdida en mis pensamientos, así que reaccioné y le sonreí, pero no había escuchado lo que me decía. 

—Leah…¿me has escuchado?.

— Lo siento, ¿qué estaba diciendo?. 

—Le decía, que no hay caso con este chico, que lamento su comportamiento, si quieres puedes esperarme o...— una voz femenina la interrumpe. 

—Yo puedo llevarla a recorrer la universidad sin problemas señora Smith.— dice una chica castaña, delgada y de ojos grises azulados. 

— Señorita Jonh, se lo agradezco, ve con ella querida y vayan antes de que comiencen las clases, por favor. 

— Hola.—me dice, con una linda sonrisa.— Mí nombre es Angie y.. ¿Tú eres?. 

— Hola, Me llamo Leah, Leah Barnes.—le di una sonrisa.  

— Encantada, bueno hoy seré tu guía, así que vamos.— agita su mano para que la siguiera.  

Mientras que la chica llamada Angie me guia cada rincón de la universidad, nos detenemos en el pasillo donde se encontraba mi casillero.  

— Y aquí está tu casillero, los números para abrirlo son tres, cuatro, seis y dos, ¿te lo acordarás?.—me explicó ella con una sonrisa. 

—Si, eso creo.—rio por lo bajo.—Tres, cuatro, seis y dos.—Le repetí los números. 

—Excelente.—me sonríe. 

— Gracias por hacerme el recorrido, esta universidad es enorme, podía haberme perdido yo sola.— le digo en broma a lo que ella vuelve a sonreirme.— Oye, y ese chico... 

— ¿Henry? .— asentí con la cabeza, ella rodea los ojos.— No le hagas caso, es así con todo el mundo, odia a todos, así que no te lo vayas a tomar personal. 

— ¿Es tu hermano?, pregunto porque tienen el mismo apellido.

— Si, él es mí hermano mayor, lleva aquí un año y yo empecé hace unos meses. 

— Ah, perdón por preguntar, es que se portó muy mal conmigo, ni siquiera me conoce como para haber sido mal chico. 

— Por eso, no te lo tomes personal. Me disculpo por él. 

— No, no te preocupes, creo que él debería disculparse. 

— Si, sigue esperando sentada porque no lo hace jamás.—lo dice como si fuera divertido. 

 Leah frunce el ceño confundida.

— olvídalo, oye, acabo de ver tus ojos y ¡WOW!, son hermosos.— me mira sorprendida. 

— Oh, gracias. 

— Te lo deben decir muchos, de verdad me encantan. 

— Bueno, cuando era niña se burlaban de mí, pero ya lo supe manejar y me acepto tal cual soy.

— Así se habla, ahora vamos a clases antes de que nos reten. 

Angie me acompañó hasta mi aula y ella luego se fue al suyo, al entrar estaba algo tímida, el profesor me hizo pasar, me presentó y me senté en mi lugar, todos me miraban, se preguntaban entre ellos y en murmullos ¿porque tenía los ojos de diferente colores?, pero no les dí importancia, saco mi libro de actividades y empiezo hacerlas. 

Cuando termino todas las actividades del libro ya que fui una de las primeras, me doy la vuelta para agarrar mi agenda para anotar algunas cosas importantes que había dicho el profesor, mi mirada sin querer fue hacía ese chico que fue grosero esta mañana, estaba con su capucha y sostenía su birome mientras hacía algo en su cuadernillo, supongo que era las actividades, hasta que él sintió mi mirada y voltee rápidamente. 

El profesor habla esta vez. 

—Henry, por favor…¿puedes sacarte la capucha? No puedes estar así en clases, lo sabes. 

Voltee disimuladamente para ver si hacía caso y si lo hizo, mientras miraba serio al señor Joseph.

—Gracias, muy amable. 

El profesor siguió con la clase, pero después de unos segundos cuando ya era hora de nuestro descanso, Henry volvió a ponerse la capucha. 

Junto mis cosas con rapidez, cuando veo pasar por mi lado a ese chico odioso, así que enseguida lo detengo agarrándolo del brazo, que fue una mala idea, él me miró la mano en su brazo con seriedad. 

— Perdón.— lo suelto enseguida.— No, mejor ¿Porque no me pides perdón tú?. 

Henry arquea una ceja.

— ¿Disculpa?. 

— Fuistes algo grosero conmigo esta mañana. 

Él me da media sonrisa sarcástica.

— Lo único que te pediré es….— se acerca a mi, para intimidarme.— que no vuelvas a tocarme, ni dirigirme la palabra ¿De acuerdo?. 

Uy si, intimida bastante, que miedo… que se note el sarcasmo por favor. 

El odioso no esperó a que yo le contestara, así que pasó por mi lado y me choca medio hombro. Salí del aula algo indignada en busca de la chica castaña, para ver si podíamos almorzar juntas, así que la espero ahora en el pasillo y justamente la veo, salía del aula junto con un chico rubio. 

Angie cuando me ve, sonrió y agarra del brazo a su amigo casi arrastrandolo hacía a mi, supongo que para presentarnos. 

— Hola Leah, mira él es mí mejor amigo se llama Logan. 

— Hola, soy Leah, encantada Logan — le doy un beso en la mejilla. 

— El gusto es mío señorita.— sonríe, el chico es rubio, simpático, tez blanca, alto y tiene unos ojazos celestes. — Y, qué hermosa eres.—me dice, siendo conquistador y me guiña un ojo. 

— Ya empieza, no quiero que la espantes Logan.— rodea los ojos divertida. 

— No te preocupes hay Logan para ambas.— abre sus brazos y sonríe. 

— ¿Quién te crees Romeo?.— dice Angie riendo. 

— No, pero…— Angie lo interrumpe. 

— Ya cállate mejor, ven vamos a comer Leah.— la agarra del brazo y nos vamos juntas riendo por lo bajo. 

— Oigan, esperen princesas.—viene corriendo detrás de nosotras.  

— Hola Logan.— decía una chica simpática y rubia, al pasar por su lado. 

— Hola muñeca, nos vemos luego.— dice con su voz sensual y le guiña el ojo mientras seguía detrás de nosotras. 



Henry Jonh 

Cuando llegué al gran comedor me senté solo, lejos de todos como siempre, estaba por comer mí sándwich de jamón y queso. 

Mí vista se fue hacia a la entrada, ahí estaban ellos como apurados yendo hacia la comida, Veo como mí hermana la tiene agarrada del brazo a la chica rara y ahí detrás de ellas está el idiota de Logan, ese maldito, se hace el tonto con mí hermana, sé que le gusta y anda como baboso detrás de ella. 

Mí mirada se cruzó con esa chica que ni siquiera sé su nombre, tampoco me importaría saberlo, yo la veía serio y ella me seguía mirando, veo como mí hermana le dice algo al oído y ella sin dudarlo me muestra el dedo del medio haciéndome fuckyou, veo como se ríe con mí hermana. 

Desvié mí mirada y negué con la cabeza, inmadura pensé.  

Agarré mis cosas y llevé la bandeja donde había dejado un yogurt, un refresco y una bandeja de plástico donde venía dos sándwiches, así que llevé la bandeja donde debería estar, pero en el medio del camino alguien pone su pie y hace que me caiga de cara al piso, me ensucie toda la maldita ropa y la cara. 

Me levanté enseguida y lo fui fulminando con la mirada al idiota de Paxton, que se reía junto con sus otros amigos que son unos imbéciles como él. 

Estaba completamente enfadado, mis puños se iban cerrando de a poco y mí capucha se había caído hacia atrás. 


— ¿Te has lastimado?.— dice él, burlón.— vas a tener que lavar esa ropa sucia que llevas hace días, ¿acaso no te bañas? 

 Yo no decía ni una palabra, solo quería romperle la cara aquí no más.

— Paxton, vete al diablo, deja de molestarlo.— dice Angie llegando y se pone a mi lado. 

— Oow, ¿tiene que venir tu hermanita a defenderte?.—me mira a mi burlón. 

 Me acerqué a él muy furioso, lo agarré de su camisa y lo he llevado contra la pared, lo fui deslizando hacía arriba. 

— Bájame imbécil. — ya sus patas estaban colgando en el aire. 

— Te mataré si vuelves a molestarme

— Jonh, baja al alumno Smith de inmediato. — dice un profesor. 

 lo agarré aún con más fuerza.

— ¡Jonh!.— grita. 

 lo solté y lo dejé caer.

— Jonh, vete ya mismo a dirección. 

 Miré a todos con rabia  y me largué de ahí, empujé el hombro de Capell al pasar por su lado, ya que estaba con una chica rubia estorbando y seguí de largo. 

No voy a ir a dirección, no otra vez, no le voy a dar el gusto a ese imbécil, claro, se hace el maldito por ser el hijo de la directora y cree que puede hacer lo que quiere, pues no, conmigo está muy confundido. 

Si lo vuelvo a ver, de seguro lo mate. 

Así que me saltee la clase que iba a tener dentro de un rato y me fui a un árbol, que está completamente lejos, saqué un cigarro y empecé a fumarlo, me senté y ahí me quedé solo, por un buen rato. 

Estuve tan bien tranquilo, fumando sin estar cerca de nadie, que veo como esa chica de esta mañana viene hacía donde yo estoy. 

— ¿Estás tratando de escapar?. 

Simplemente me levanté, la ignoré y empecé a caminar hasta la universidad con pasos ligeros. 

— Oye, espera.— se puso a mí lado, también yendo a mi ritmo — ¿Quieres hablar?, puedo ayudarte si quieres, yo…— la interrumpí.

— ¿Quién te pidió algo a ti?, solo no molestes, ¿ok?. — seguí caminando. 

— Solo quiero ser amable contigo.— se pone frente a mí y yo la miro fastidiado. 

— Me importa una mierda tu amabilidad, solo déjame en paz. — quise seguir caminando, pero no me dejaba. 

— ¿Por qué eres tan odioso?.

— Que te importa.— se lo dije ya fastidiado.— Déjame en paz y ve con Angie, no me molestes. 

— Yo quiero que seamos amigos. 

 bufé y paré en seco frente a ella, eso hizo que chocara su cara contra mi pecho, ya que yo soy mucho más alto que ella. 

—Eres una pesada, tú no sos y nunca serás nada mío ¿Entiendes?. — me fui de ahí. 

— ¡Tú y yo seremos los mejores amigos, acuérdate!.— dice gritando, yo me pongo mí capucha en la cabeza y mis manos en los bolsillos, seguí caminando sin quererla escuchar. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro