🦋⇢ Hyunjin

He ganado el primer lugar una vez más y no hay duda de que me siento demasiado feliz al respecto. Tengo bastantes habilidades en cuanto a la conducción, así que no tengo problema con ganar siempre el primer lugar y es que he ido perfeccionando mis habilidades conforme va transcurriendo el tiempo. Desde muy joven, me enseñaron a conducir y con el tiempo fui perfeccionando mis habilidades, pero cuando me encuentro en horas laborales, Han es el que se encarga de conducir.

—Deberías ser parte de la fórmula uno— se quejó Seungmin tan pronto se bajó de su auto.

—Concuerdo con él— habló Jeongin —¡Hasta lograste escapar de una docena de policías! ¿Por qué eres tan bueno en las cosas ilegales?

—Nací siendo perfecto en todo— respondí con superioridad. Aunque, no puedo negar que el peliblanco tiene toda la razón pues siempre obtengo excelentes resultados en todo lo que tenga relación con lo ilegal.

Seungmin rodó los ojos y Jeongin bufó.

—Es tan humilde— se burló Jeongin.

—La verdad— concordó Seungmin.

—No sean envidiosos.

—No digas tonterías, Hwang— me pidió Jeongin —Por cierto, ¿les gustaría ir a celebrar con nosotros?

—¡Claro que sí! — exclamó Seungmin.

No suelo pasar tiempo con cualquier persona pues mi tiempo vale oro y además, soy demasiado selectivo, sin embargo, Jeongin es un chico muy agradable que se ha ganado ser parte de mi pequeña lista de amistades.

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—Espero que no vayas a emborracharte porque no quiero cargarte en mi espalda— se quejó Minnie mientras me seguía hacia la elegante entrada del casino.

—No te prometo nada— respondí sin darle mucha importancia a su petición.

Es bastante obvio el hecho de que deseo alejar por completo el estrés después de haber tenido un día demasiado largo y todo es gracias a que, los negocios no descansan ni un solo día y mucho menos mis enemigos, por lo que siempre debo estar un paso adelante pues no deseo ser jodido por ellos.

—Puedes tomar dos cervezas como máximo— me advirtió el pelinegro con tono serio.

Bufé antes de decir—: No digas tonterías, Kim.

—No lo son— me aseguró. —Hyunjin...

—Quiero olvidar toda la mierda que he vivido durante este tiempo.

—Emborracharte no será de mucha ayuda.

—No necesito sermones.

—Joven Jeongin, bienvenido— le saludó el gerente del lugar al peliblanco. —¿Desea la misma mesa de siempre?

—Sí.

—Síganme, por favor.

Comenzamos a caminar detrás del hombre y no pude evitar mirar alrededor pues parece que las personas no han perdido ningún detalle desde nuestra llegada al lujoso lugar.

Sí, también formo parte de las personas reconocidas en el país, pero por alguna extraña razón, siento que en estos momentos las miradas contienen más curiosidad de la que ya estoy acostumbrado, sin embargo, lo mejor es no prestarles atención.

—Disfruten su estancia en este lugar— dijo el gerente antes de marcharse.

—Sabes que no me agrada que bebas mucho— dijo Minnie con tono serio tan pronto tomamos asiento.

—Relájate, ¿quieres?

—Hyunjin...

—Solo disfruta el momento.