🦋⇢ Hyunjin

Lamí el lóbulo de su oreja antes de preguntarle—: ¿Quieres que lo haga otra vez?

Mi mano acarició su duro pene mientras bajaba a mordiscos desde la oreja de Minho hasta su cuello. Todo en él es tan delicioso.

—Sí.

—Quiero chupar tu pene hasta que te corras en mi boca. Luego quiero follarte con fuerza y por mucho tiempo hasta que grites mi nombre debido al placer. ¿Eso es lo que tú quieres, Minho?

—Oh... Sí.

Liberé su llorosa carne caliente y no dudé en llevar a la cama a Minho. Lo coloqué sobre el colchón y me tomé mi tiempo para admirar de nuevo su hermoso cuerpo que me vuelve completamente loco.

Y sin perder más el tiempo, besé y lamí el interior de sus mulsos hasta llegar a sus pelotas. Primero toqué el saco con suaves pellizcos antes de que mi lengua torturara la textura arrugada. Minho echó su cabeza hacia atrás y satisfactorios gemidos salían de su deliciosa boca. Lamí la longitud de dura carne y mi lengua bajó a la mojada hendidura.

Con simples y lentos movimientos fui besando el hermoso cuerpo de Minho hasta que lo cubrí con mi cuerpo. Cuando el calor de nuestras erecciones chocó, una sacudida eléctrica de placer se disparó por todo mi cuerpo. Y meciéndome suavemente contra el cuerpo de Minho, susurré—: Te haré sentir tan bien esta noche, Minho.

Minho se empujó contra mí; su cuerpo se deslizaba en sincronización con mi cabeza cuando la bajé para darle un beso en los labios. Con lentos y profundos besos el enredo de lenguas se hizo más duro mientras nuestros cuerpos se encontraron en un baile cada vez más rápido.

Mis manos recorrieron la espalda de Minho y no pude evitar apretarlo más contra mí pues me gusta tanto sentir su piel desnuda contra la mía. Las piernas de Minho se unieron a las mías hasta que nos enredamos. El líquido preseminal mojó nuestros vientres mientras me hacía cargo de moverme más rápido.

—Córrete para mí, Minho— le pedí con voz ronca.

Unos segundos después el semen caliente salpicó contra mi estómago. Las piernas de Minho se apretaron a alrededor de mí, obstaculizando mi movimiento, pero no me importó. Su dulce y deseada liberación se mezcló con la mía. Enterré mi cara en el cuello de Minho y me sentí tan jodidamente bien.

Levanté la cabeza para mirar a Minho y me quedé encantado al encontrarme con la boca abierta de Minho mientras jadeaba con cálido aliento y me fue inevitable besar de nuevo sus labios pues se encuentran rojos e hinchados por los besos.

—¿Estás bien? — le pregunté mientras me incorporaba sobre mis codos.

—Bastante bien— respondió tras regalarme una radiante sonrisa que me contagió por completo y me hizo sonreírle de vuelta.

—Minho.

—¿Qué pasa?

—¿Consumes drogas?

El rostro del pelinegro se sonrojó por completo y tuve la inmensa necesidad de besarlo, pero me abstuve porque es un momento serio.

—Sí— respondió tras bajar su mirada.

—Las drogas pueden dañarte demasiado, por lo que me gustaría pedirte que ya no consumas, pero sé que es tu vida y no debo entrometerme en ella— dije.

Minho elevó su mirada hasta encontrarse con la mía y pude visualizar un brillo diferente.

—¿En serio te preocupas por mí?

—Por supuesto— respondí sin pensarlo dos veces.