🦋⇢ Hyunjin

Esta es la segunda vez que me encuentro con Lee Minho en un restaurante y no es mi cama y admito que me siento tan cómodo al respecto, sin embargo, debo ser muy cuidadoso porque no me gustaría que le hicieran daño a Minho gracias a mi gran deseo de vivir una vida "normal" durante unas horas. Tengo la certeza de que él arruinaría por completo su vida si se queda a mi lado, así que estoy considerando la manera de alejarme del pelinegro poco a poco.

La mesera se fue tan pronto terminó de tomar nuestra orden. En esta ocasión, le he dejado el mando a Minho para que eligiera lo que le pareciera más delicioso en estos momentos.

Soy una persona que le gusta tener el control todo el tiempo en sus manos y creí que no sería capaz de dejar que Minho eligiera tan siquiera la comida a causa de mi gran deseo de ser el que lleva la delantera todo el tiempo, pero lo logré sin problema alguno. 

—Hoy no te vi en la oficina— admitió Minho después de unos minutos de completo silencio.

—¿Me estuviste buscando? — no pude evitar preguntarle con un poco de burla.

El rostro del pelinegro se sonrojó y no pude evitar admirar su expresión de vergüenza hasta que se esfumó por completo. Se ve tan jodidamente lindo cuando es tímido, pero es una lástima que todo el tiempo suele ser tan serio e indiferente.

—No— respondió tras alejar la mirada.

—Entiendo...

—Tengo mucho tiempo trabajando para tu empresa y ni siquiera te había visto ni una sola vez, ¿en dónde te pasas todo el tiempo?

Enarqué la ceja mientras decía—: Eres bastante curioso, ¿no lo crees?

—Cierto. Lo olvidé.

—¿Qué cosa?

—No debo indagar en tu vida privada.

—Eso...

—Entonces, estamos aquí para hablar sobre las próximas posiciones que haremos durante el sexo, ¿no?

El hecho de que sea tan directo, honesto e indiferente, me imposibilita ignorar lo obvio pues es tan jodidamente atractivo que deseo tenerlo solo para mí, pero no debo ser tan egoísta.

—No.

Minho ladeó un poco su cabeza hacia la izquierda antes de preguntar—: ¿No?

Negué con la cabeza a modo de respuesta. —Te he invitado a cenar porque quería pasar tiempo contigo sin que hubiera una cama de por medio. ¿Qué hay de malo con ello?

—No hay nada de malo con ello— respondió. —Es solo que deberías darme un instructivo para saber que puedo o no decir cuando me encuentre contigo. No quieres que hablemos sobre tu vida personal, así que... ¿De qué otra cosa podríamos hablar?

—Lee Minho, debes tener muy claro que en alginas ocasiones, lo mejor es no preguntar sobre asuntos personales porque podrías meterte en problemas difíciles de sobrellavar— dije con tono serio.

—Ya entendí.

A veces, siento como si estuviera pasando el tiempo con un adolescente que no sabe ni siquiera lo que quiere, aun así, finge que sí para no mostrarse débil.

—Aquí esta su orden— dijo la mujer mientras colocaba los platillos en la mesa y después de hacer una reverencia, se marchó.

Dirigí la mirada hacia Minho y este simplemente comenzó a comer sin decir ni una sola palabra, al parecer, se ha molestado porque no le he contado sobre mi vida privada, pero considero que es lo mejor para evitar arrastrarlo por completo a la mierda en la que no he parado de enterrarme desde que acepté ser el sucesor de la mafia.