🦋⇢ Hyunjin

De nuevo, Minho lamió la cabeza jugando en la hendidura con la punta de su lengua y no pude evitar darle una nalgada que lo hizo gemir. Minho lamió y pellizcó con suavidad alrededor de la corona hinchada; luego procedió a hacer rodar mis pelotas con la misma suavidad y después elevó la mirada hasta encontrarse con la mía y tragó por completo mi miembro, lo que me hizo sentir más excitado y satisfecho con su arduo trabajo.

—Mierda, Minho...— murmuré antes de correrme con fuerza en su suave boca y él no dudó en tragarse todo mi semen sin objeción alguna, lo que me hizo sentir tan bien.

—¿Ya saldé mi deuda? — me preguntó mientras limpiaba sus labios que son demasiado atractivos pues no he logrado minimizar la necesidad de probarlos para comprobarlo.

No pude evitar soltar una risita burlona mientras me subía el bóxer junto con los pantalones.

—Ni lo sueñes.

—¿Por qué? — Minho se quejó tras ponerse de pie.

—¿Crees que una simple mamada es capaz de cubrir los cincuenta mil dólares que me debes?

—...

Minho se cruzó de brazos, por lo que no pude evitar decir—: No me digas que estas enojado...

—Sé claro— me interrumpió con tono serio. —¿Qué otra cosa tengo que hacer para saldar por completo mi deuda?

No hay duda de que es un chico muy peculiar pues no cualquiera hubiera mostrado verdadera molestia frente a mí. O quizá es valiente porque no tiene ni la menor idea sobre mi identidad y es lo mejor por ahora porque puedo divertirme al máximo con ese chico tonto.

Y por más que intento ignorar ese absurdo deseo de besarlo ahora mismo, no puedo hacerlo, sin embargo, tengo muy claro que lo mejor es ignorarlo puesto que no quiero cometer un estúpido error. No de nuevo.

—Minho, escúchame con atención— le pedí y el chico simplemente asintió con la cabeza a modo de respuesta, así que continué hablando—: Nuestros encuentros casuales serán durante dos meses, por lo que durante todo ese tiempo serás solamente mío y de nadie más. Me obedecerás, seguirás mis reglas y te comportaras como yo indique porque si no lo haces, serás castigado.

—¿Me estas tomando el pelo?

—Mierda, ¿qué te acabo de decir?

—Ni siquiera se seguir las reglas de la sociedad, ¿cómo podría seguir las tuyas?

—Te encantará ser premiado por tu buen comportamiento— le aseguré.

Minho entrecerró la mirada mientras me estudiaba detenidamente por unos instantes antes de decir—: ¿Dos meses? ¿No pueden ser siete?

—No. Son dos meses. Tómalo o déjalo.

—Siento que te estas pasando de listo conmigo...

—¿Disculpa? La única persona que irá a prisión, serás tú, ¿ya lo olvidaste?

—Te encanta recordármelo, ¿no?

—Sí, un poco.

—No aceptaré tus condiciones hasta que tu aceptes las mías.

—¿Crees que puedes ponerme condiciones?

—Tómalo o déjalo.

—Minho...

—Seamos sinceros, tu deseas tener a alguien para que te complazca durante dos meses y yo quiero saldar mi deuda. Ambos ganamos, ¿no lo crees?

Es bastante descarado, me gusta.

—¿Cuáles son tus condiciones?

Minho sonrió con satisfacción y no pude evitar acércalo a mi para besarlo en los labios pues deseaba tanto probarlo. Y sinceramente tomé una buena decisión a causa de que son tan deliciosos, suaves y perfectos que, si no tengo cuidado, podría volverme adicto a ellos.