⌜第30章⌟
🦋⇢ Minho
Salí de la empresa con la intención de ir directamente a mi departamento para descansar pues hoy ha sido otro día agotador, sin embargo, recibí una llamada que no dudé en responder pues creía que era mi padre, pero no fue así. La persona que me llamó es el chico con el que tuve un percance hace unos días atrás y no tuve otra opción más que aceptarme encontrarme con él para poder dar solución al problema.
Me detuve frente a las puertas del restaurante y me preparé mentalmente antes de entrar puesto que no quiero cometer otro error que ponga en riesgo mi vida que obviamente no es tan buena.
Y tan pronto me encontré dentro del lugar, miré alrededor y me sorprendí al percatarme de que no hay clientes por ningún lado del restaurante y he de admitir que me parece demasiado extraño, pero lo mejor es no decir nada al respecto, ¿cierto?
De pronto, apareció un hombre mayor que no dudó en pedirme con demasiada amabilidad—: Acompáñame, joven Minho.
«¿En dónde me he metido?», me pregunté en silencio mientras seguía al hombre en completo silencio. Y después de entrar a una sala privada pude visualizar al pelirrojo que no dudó en mostrar una sonrisa de superioridad que me hizo rodar los ojos a modo de respuesta.
—Me has dejado muy claro el hecho de que te alegra demasiado encontrarte conmigo— dijo el pelirrojo con tono burlón mientras señalaba una silla frente a él y no dudé en tomar asiento pues tengo muy claro el hecho de que cuenta con más poder que yo.
—Por supuesto— dije con sarcasmo y tan pronto crucé mi pierna con elegancia, le pedí—: Vayamos directo al tema principal, ¿quieres?
El pelirrojo soltó una risita burlona antes de halar—: De acuerdo. Deberás pagarme la cantidad de cincuenta mil dólares hoy mismo.
—¿Cincuenta mil dólares? ¿Por qué tanto?
—Es lo que cuesta reparar el daño que le has hecho a mi camioneta— respondió sin inmutarse ni un poco.
—¡Eso no es justo! — me quejé. —Podemos hablarle al seguro...
—Sí y también podemos decir que estabas conduciendo ebrio.
Ups. Había olvidado ese pequeño detalle. Es cierto que tomé alcohol, pero solo fue un poquito.
—¿Podría darme la oportunidad de entregarle el dinero este fin de semana?
—Lo quiero hoy.
—El fin de semana...
—Hoy.
Suspiré con pesadez antes de preguntarle—: ¿En dónde conseguiré el dinero?
El pelirrojo se encogió de hombros mientras decía—: Ese no es mi problema.
—¡Lo sé! — exclamé. —Pero...
—Te daré el número de cuenta para que transfieras el dinero, ¿entendido?
—De casualidad, ¿no hay otra cosa que pueda hacer para pagar la deuda?
Dignidad, ¿a dónde te fuiste?
El pelirrojo enarcó la ceja mientras me preguntaba—: ¿Qué estás dispuesto a hacer?
Ah, tengo la certeza de que estoy cometiendo un grave error, pero considero que es lo mejor pues no deseo pedirle dinero prestado a mi padre.
—Lo que sea— aseguré.
El pelirrojo sonrió de lado antes de hablar—: Espero que no vayas a cambiar de opinión, Lee Minho.
—Soy un hombre de palabra.
—Ya veremos— dijo mientras se ponía de pie. —Espera mi llamada, ¿entendido?
—Entendido.
El pelirrojo salió de la sala privada no sin antes regalarme una sonrisa ladina que me hizo sentir escalofríos por todo el cuerpo.
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