05/10/92
5 de octubre de 1992
Q
uerido Diario.
Cuqndo dije que este año iba a ser diferente no pensé que le sería tanto. Probablemente lo único que esperaba sería un profesor nuevo, pero a cambio tuve un profesor nuevo, nuevos problemas, un nuevo álbum de vampiros Cardinales, amigos nuevos, un acosador ¡Oh y ahora resulta que Cedric Diggory me habla!
Iba caminado para las cocinas otra vez, ya sabes, la costumbre. Cuando iba bajando las escaleras nos encontramos a solas, no sé porque me sorprendí de verlo, su sala común cerca.
El me saludo con una sonrisa y yo fui demasiado torpe como para señalarme, sorprendida.
—¿Me hablas a mi?
—Por supuesto, no hay nadie más en el pasillo ¿Que tal?
—Eh, bien, pasándola ¿Que tal tu?
—Igual, de echo iba a los jardines —me dijo entre cerrando sus ojos —Te he visto por ahí últimamente.
—Si, es que Amelia consiguió un nuevo grupito y les gusta perder el tiempo ahí, así que... —me alce de hombros.
Aunque sonara a qué ella me obligaba, la verdad es que a veces iba por pura voluntad propia. Conocer más personas podría hacerme bien, según los consejos de la dama gorda.
—¿Amelia Flynt? Oh, olvidaba que ella era tu amiga. Nos sentamos juntos en estudios Muggles.
Me sentí un poco decepcionada, la mayoría de chicos que se me han acercado siempre terminan siendo porque quieren que les presente a Amelia y estaba segura que está no iba a ser la excepción pero sucedió algo inesperado.
—Si verás, somos como la misma persona en diferentes moldes, tu escoje —dije en tono de broma aunque seguro me escuche en modo reproche.
Frunció sus cejas y su rostro enrojeció.
La verdad es que para nuestra segunda charla más prolongada no me había echado a correr y eso era un gran avance. De hecho me sentía cómoda.
—No lo creo —se empezó a reír —Eh, se que ella es tu mejor amiga y la verdad no me gusta ofender a nadie a sus espaldas porque es injusto y deshonesto. Pero no creo que sean iguales, ella es muy cruel con las personas, incluso con los maestros y eso no me parece bien.
Juro que casi me desmayo, teníamos razón en que una de las principales características de Amelia es ser la chica más pesada de todo Hogwarts y nadie le decía nada por su belleza. Aunque Cedric podría hacerlo, el si era perfecto.
Aún así nadie conocía a Amelia como yo. Le conocía sus debilidades y sus virtudes. Sabía que se comportaba así solo para mantener la imagen de la familia, además que le gusta lo estrafalario pero nadie sabía que podía ser una buena amiga cuando se esforzaba.
—¿Y por qué no crees que yo sea así? No me conoces —le dije a la defensiva.
Por supuesto que me sentí mal por Amelia. No sería de ese tipo de amigas.
—Es que eres más gentil. Solo eso, perdón si te ofendí con lo de Amelia.
Ya pero era Cedric Diggory ¿Que podía hacer? Ser malo nunca está en sus intenciones.
—Esta bien, nada más no lo vueltas a mencionar. Soy conciente de cómo son las personas. No es como si mi cerebro estuviera lleno de garnachas o algo parecido, pero si son muy deliciosas.
El de empezó a reír de nuevo. Por Salazar Slytherin, sus ojos se achican cuando hace eso. Incluso note que pasa su dedo anular por la punta de la nariz cuando acaba de reír.
—¿Garnachas?
—Si, son deliciosas.
—Vaya, me sorprendes.
¿Por qué se asombro? Solo eran garnachas.
—De nada, pero ¿De que te sorprendes?
—Es que eres la Slytherin más graciosa que he conocido.
—Entonces no debes conocer muchos Slytherins.
Un leve golpe directo al ego, por supuesto querido Diario, todos tenemos algo que nos hacen débiles y es que yo no quería ser divertida... Solo quiero ser bonita.
—Tienez razón, creo que debo ser más sociable pero no sé me da bien eso.
—Pues ya somos dos. Su que creí que tú ya sabes...
—¿Que?
—Bueno, eres popular y todos te hablan.
—Si, los demás lo hacen, yo no. Es muy difícil que comience la conversación con alguien si no me da la suficiente confianza.
Eso quería decir que ¿Yo le inspiraba confianza? ¿Podría ser? Basta Cedric, deja de ser tan amable conmigo, cualquiera pudiera confundirlo.
—Oh no lo sabía, jeje.
Cedric se quedó callado un rato y luego me miró con esos ojos grises.
—Eh, ¿Quieres venir a los jardines conmigo?
Por supuesto que queria ir pero mi lado estúpido dijo que no. Había entrado en pánico, jamás había enfrentado una situación así, no estaba preparada. ¿De que se supone que hablaríamos? ¿Que charlan los populares en estos días? ¿Bandas famosas, marcas globales y estándares tóxicos?
—De echo iba a las cocinas. Estoy ocupada con una tarea.
—Muy bien, esto, nos vemos en clase.
Ya no me despedí de el, me voltee para ir escaleras abajo donde el cuadro de la fruta me esperaba.
Vaya que debí reter tanta información como para no olvidarme de todo lo que hablamos.
Aún así, querido Diario, espero que algún día deje de sentirme como me siento y dejé de escapar por cualquier cosa que probablemente no me merezco.
Soy ridícula.
Gracias por seguir leyendo y comentando.
¿Les gusta Cedric? A quien no *.*
¿Que piensan de Amelia?
¿Rae dejara de huir de situación así?
Leo sus comentarios.
Bye 💙
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