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Cap.6-Mascotas y Casas.

Capitulo seis: Mascotas y Casas.


     En resumen: La linda niña rubia que mire por accidente en la estación con su padre, está enfrente mío y acaba de contarme la verdad sobre mis padres, mi hermano y el villano que saboteó una familia entera y otras cientos de personas que lucharon contra él, aún así se hace llamar el innombrable. Algo claramente excéntrico, sin embargo ya no permanece en este mundo y no hay nada de que preocuparnos.

Supongo...

     Rowan termina cambiando de tema y le apetece hablar sobre su nueva mascota llamada Grory. Una lechuza bebé que tiene los ojos más grandes que el cuerpo y las patas son muy largas para ser una lechuza bebé. Ella promete que crecerá algun día. Igual hace un truquito muy gracioso cuando te acercas a Rowan pensando que la atacaras, aletea ferozmente, como si en realidad pudiera lastimar ese pequeño pichón.

   Luego le explicó porque yo no quise tener una mascota a pesar de que me lo recomendaron, me presta atención a todo lo que digo como si fuera genial o tal vez ella era muy amable. Sin embargo a mitad de conversación me detengo observando la ventanilla de la puerta del compartimiento.

   Acaba de pasar el mismo niño que ví en el callejón Diagon con la profesora Mcgonagall. Claro que me acordaría del único chico con el que he hablado después de tantos meses. Además, era irreconocible la imagen delgada y acaba que tenía para tener solo once años, y los ojos azules. No nos olvidemos de ellos.

  —¿Que sucede? —pregunta Rowan gravemente.

  —Ah, es que creo conocer a ese chico.

Me levanté rápidamente y abrí la compuerta para asomar la cabeza.

   —¡Atticus Snape! —exclame haciéndolo voltear.

Sus ojos azules se achican un segundo para aclarar la imagen de mi rostro. Cuando por fin me reconoce, ablanda el rostro produciendo una gran sonrisa.

Junto con su mochila y otro chico más alto que el pero de cara poco amistosa se me acercan.

    —Hola, ¿Heivy Potter? —yo asiento gustosa —. No pensé que te acordaras de mí.

    —Como olvidar a mi único amigo de Hogwarts —le dije evitando la reacción cansada del otro tipo. Eran muchos hombres por los cuales lidiar al mismo tiempo —. Yo pensé que no te acordaras de mi.

Atticus se cohive de pronto.

     —Nadie olvida a una pelirroja.

Vaya, no sé si tomarlo como un cumplido, pero si se que mi cuerpo reacciona ante ello y me pongo rojita, rojita.

Que vergüenza.

     —¿Encontraste Vagon?

     —Unos chicos de sexto nos sacaron del nuestro —se alzo de hombros apenado.

     —¡Pueden unirse, tenemos mucho espacio!

Les abro la puerta ampliamente y ellos entraron tímidos. Rowan sorprendida por la escena se hace aún lado y deja que los niños se sienten aún lado de su pichón que comienza su truquito de protección.

     —¿Es una lechuza irlandesa? —pregunta Atticus entusiasmado al ver la mascota. Rowan asiente alegre —. Es muy pequeña a mi gusto, no podría sostener una carta.

La rubia pronto quita su sonrisa y saca el pecho como mamá orgullosa.
  
   —Es bebé, crecerá muy pronto.

Atticus mete un dedo a la jaula para tratar de acariciarla, la lechuza pronto se aleja.

    —No lo creo —contesta firme y elegante —. Las lechuzas irlandesas crecen en promedio 5 centímetros cada mes desde su nacimiento y viendo sus fuertes y afiladas patas parece que tiene un año. Tal vez menos, pero ya debería estar en su última etapa de crecimiento. 

   Lupin frunce el entrecejo y observa su mascota detenidamente. ¿Cómo sabe eso? Nos preguntamos todos mientras se sient aún lado de mi con sonrisa satisfactoria pero a su vez un poco tímida.

    —¿Tienes mascotas? —le digo enfocando la atención en él.

Snape asiente gustoso, sacando de su túnica un pequeño insecto que cabe en su mano. Es color naranja, podría decirse que parece un camarón grande. 

    —Una manticora miniatura, según tiene una deformidad extraña que no le permite crecer. Papá dice que me ayudara para la clase de pociones. Supongo que lo averiguaré  una vez que este allá.

  Todos nos asomamos con curiosidad y vemos al raro animal caminar de un lado para al otro sobre la mano del chico, igual al cangrejo. Intento tocarlo pero sus tenazas me detiene y alejo el dedo antes de que le haga daño.

Dudo mucho que se pueda domesticar.

     —¿Y tú qué tal? —digo señalando hacia el niño de cabellos color arena que parece retraído —¿Quieres hablarnos de la tuya?

    —No. No me compré una mascota.

    —Umm, yo tampoco lo hice —dije cruzando los brazos —. Es mucha responsabilidad para mí, seguramente la terminaré perdiendo. En fin, ¿Cuál dijiste que era tu nombre?

Los ojos se ponen atentos a él, quien aleja el cuerpo evitando la atención.

     —Will Pettigrew.

     —¿Ya se conocían? —volvi a Atticus quien nego.

     —Nos acabamos de conocer.

Asiento convencida y volteo hacia Rowan quien mira la ventana fascinada. 

     —Tambien nos acabamos de conocer, ella es Rowan Lupin de los Lupin —digo llamando su atención de ambos —. Y Rowan, el es Atticus Snape. Nos conocimos en el Callejón Diagon.

Los dos se saludan con un gesto de manos y ya todos en el vagón conocemos nuestros nombres.

La sala de queda callada de pronto. Entonces Atticus aprovecha para hablarme mientras Rowan le da de comer a su pequeña lechuza y Will observa tímido, pero no hacia la lechuza, mira a Rowan, sonrojado.  

Sospechoso...

     —Oye, lamento lo de mi padre en el callejón Diagon —me dice rascando la nuca —. Al parecer tenía prisa por irse.

    —Oh, no te preocupes, tal vez le abría dado diarrea y quiso escapar.

Atticus ríe: —Bueno, no creo que haya sido especialmente eso, pero me dió curiosidad que te conoce.

Enmarque una mueca, confundida.

Creo que sí sigo haciendo eso a largo plazo será mi cara permanente.

    —¿Me conoce?

Snape alzó sus hombros igual de extraño.

    —Me dijo que no me acercara porque podrías ser una distracción —explico detenidamente —. También dijo que las pelirojas eran de mala suerte y además te llamo Lily.

Mmmh, ahora tiene sentido.

No me conocía a mi, conocía a mis padres.

Claro que no he visto ninguna foto de ellos, sin embargo estoy segura que debo parecerme. 

     —Bueno, mi segundo nombre es Lily por mamá —le digo quitando importancia —. Es seguro que conoció a mis padres.

    —¿Tus padres también son magos?

Asiento un poco incómoda por recordarlos.  

    —Si, ambos estudiaron en Hogwarts, pero murieron cuando tenía dos años. ¿Puedes creerlo?

El pelinegro acudió una cara de sorpresa y lamento.
   
    —Oh, lo siento. Se que le ocurrió a tu familia. No puedo creer que se me haya olvidado. 

Vaya, resulta que también somos famosos.

     —No te apures, ni siquiera yo sabía hasta hoy.

    —Mi padre también estudio en Hogwarts —me dice después de un rato, casi susurrando.

    —Probablemente fueron compañeros los tres —pense, armando un escenario donde eran amigos, junto con el padre de Rowan quien me abría dicho que fue a Hogwarts —. ¿Y...? ¿Le harás caso a tu padre?

    —¿Sobre que?

    —¿Vas a evitarme?

Atticus me sonrió.

    —No evitaré a mi primer amiga de Hogwarts.

La verdad no conocía nada mis antepasados, no sabía si éramos los buenos o los malos, pero yo no soy una villana y tener una persona que no crea eso de mi, me daba confianza. 

Nos sonreímos con la seguridad de que eso seguiría así, hasta que Rowan levanto su dorada cabeza y nos observo con una sonrisa.

    —¿Ya saben a qué casa iran? —cuestiona alzando la ceja.

    —¿Casa? ¿Que eso eso? ¿Tendremos una casa en la escuela? —digo alarmada por no saber una vez más.

Atticus asiente obvio. 

     —Claro, nos clasifican por grupos para saber a dónde pertenecemos.

     —¡Eso es clasista!

     —No, nos dividen según nuestras habilidades —comienza Rowan.

    —¿Y no podemos escoger nosotros?

    —Tienes que hacer una prueba—termina Atticus —. Al final decidirán cuál será tu casa, porque si eliges tu podrías equivocarte. En total hay cuatro.

    —Gryffindor que es la mejor casa de todas —cuenta Lupin orgullosa como si supiera a dónde pertenece —. Solo para valientes y Osados. Luego Hufflepuff, la casa para los de trabajo duro y leales.

    —Slytherin, que en realidad es la mejor casa de todas —dice Snape retando con la mirada a Rowan —. Ahí asisten los mejores magos, los astutos y ambiciosos. También está Ravenclaw para gente inteligente, la mayoría de científicos mágicos han estado ahí, así que tampoco es tan mala.  

    —Uuy, pues yo creo que encajo en Hufflepuff —dije convenciendo a mi misma de que pertenezco a algún lugar.

Atticus suelta una risilla como si supiera que no hay lugar para mi en Hogwarts y me preocupo de repente.

     —Mi padre es Slytherin, por lo cual tendré que estar ahí si o si —snape se muerde el labio ansioso. 

     —El mío en Gryffindor, no puedo defraudarlo —dijo Rowan decidida.

   Will presta atención en todo momento, pero no dice nada y mejor se voltea para no tener la atención de nuevo o probablemente tampoco sabe a dónde pertenece.

Dilemas Will, dilemas de la vida.

Al parecer todos aquí necesitan hacer honor sobre su legado, un peso demasiado grande que no estoy segura que podamos con tanta presión.

Esto de tener el apellido limpio será más difícil de lo que parece.

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