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•☁️̩̩͙ Capítulo 34

[Hyunjin]



Comencé a quitarle la camisa lentamente y después procedí a quitarle el bóxer para dejarlo completamente desnudo ante mí. No puedo negar que su cuerpo es una jodida obra de arte que me gustaría admirar todo el tiempo y sé perfectamente, que nunca me aburriría de ello. En estos momentos, mi corazón late desbocado pues estoy a punto de tomar a Minho, el chico que me ha gustado durante mucho tiempo.

Después de desnudarlo, procedí a acariciarlo con suavidad por todo el cuerpo mientras me grababa cada parte de su cuerpo en mi mente. Y entonces, me quité mis prendas para poder sentir el magnífico contacto de nuestras pieles desnudas. Minho me abrazó y acarició mi espalda sensualmente durante unos minutos y me sentí tan malditamente bien. Bajé mis manos hacia el trasero del peligris para acercar su cuerpo un poco más al mío y entonces, comencé a acariciar nuestros penes para darles la atención que se merecen.

—Oh... — Minho gimió y cerró sus ojos mientras disfrutaba el momento.

—¿Te gusta esto, bebé? — le pregunté después de darle un beso en su cuello.

—Me encanta— admitió tan pronto nuestras miradas se encontraron.

Estar desnudos en la cama es lo más increíble que me ha pasado en toda mi vida. Había estado esperando por esto durante tanto tiempo y no puedo negar que la satisfacción, emoción y amor que siento en estos momentos, son imposibles de describir. Dejé de acariciar nuestros miembros y procedí a recostar a Minho sobre la cama para después, proceder a llevar mis labios al cuello del peligris, luego a sus pezones, sus costillas y su obligo. Y cuando lamí el pene de Minho, no dudó en gemir de placer.

—Se siente tan jodidamente bien— murmuró el peligris.

No dudé en lamer su erección de arriba abajo y saboreé la sensible cabeza de su pene antes de tragarlo por completo para comenzar a chuparlo vigorosamente.

—Hyunjin... — no alcanzó a decir algo más pues llevé mis dedos a su ano para acariciarlo con delicadeza.

—¿Que pasa hyung? ¿Quieres parar? — le pregunté mientras hacia una pausa para tomar el lubricante que el peligris había comprado.

—Por supuesto que no— respondió después de soltar una risita que se convirtió en un largo gemido cuando comencé a acariciar su agujero de nuevo, pero está vez, con la ayuda del lubricante he logrado penetrarlo con uno de mis dedos.

—Relájate, bebé...

—Aaah... — gimió Minho cuando agregué un segundo dedo y después un tercero.

Debo admitir que me encuentro en el cielo ahora mismo y no quiero bajar al suelo. La verdad es que me gustaría demasiado penetrar a Minho con mi pene, pero no puedo hacerlo hasta que él me lo indique pues me preocupa demasiado cometer un error que pueda lastimar a mi chico, así que, lo mejor es ir lento, pero seguro.

Minho no dudaba en gemir de placer con cada beso y cada caricia que era otorgada por mí. Y no hay duda de que mi corazón se siente cada vez más feliz puesto que estoy logrando darle el placer que se merece.

—Creo que estás listo para mí— dije mientras retiraba mis dedos y después, procedí a colocarme un condón.

—¿En serio? — preguntó Minho con sarcasmo tras rodar los ojos.

—Eres bastante impaciente, ¿no lo crees, bebé?

—Pensé que ya lo tenías muy claro, cariño.

Sonreí abiertamente al escuchar el apodo que me ha sido dicho por mi chico y no dudé en besarle en los labios.

—Te haré sentir tan jodidamente bien que me rogarás por hacerlo de nuevo una y otra vez— le aseguré al colocarme encima de él mientras sostenía mi peso con los brazos para no aplastarlo.

El peligris no dudó en abrir las piernas mientras decía—: Eso espero.

Bajé el rostro para darle un profundo beso a Minho, quien no dudó en abrir su boca y entonces, metí mi lengua y lo exploré ávidamente; nuestras lenguas se frotaron y se embistieron. Minho gimió y movió sus caderas por lo que nuestros penes se deslizaron y frotaron el uno contra el otro e imitaron el ritmo de nuestras bocas. 

He decidido hacerlo en esta posición puesto que necesito verlo mientras lo penetro, quiero ver sus bellos ojos cuando se corra y quiero besarlo hasta venirme. Me acomodé entre sus piernas y procedí a penetrarlo lenta y suavemente, cada centímetro es una deliciosa tortura debido a que deseo hundirme rápidamente, pero no puedo hacerlo ya que detestaría tanto lastimarlo.

—Hyunjin... — gimió en mi cuello —. Hyunjin...

—¿Va bien, bebé? — le pregunté saliendo un poco y volviendo a hundirme en el suave calor de Minho.

—Duele un poco— admitió el peligris, pero su voz suena tranquila.

Levantó la cabeza para mirarme y se ve jodidamente hermoso. Su cara ruborizada y sus ojos llenos de pasión me incitaron a enterrarme un poco más y me detuve dándole tiempo a Minho para que lo aceptara. 

Comencé a moverme suavemente, cada vez que entraba en Minho sentía una maravillosa presión en mis testículos, en mi estómago y muchas otras sensaciones que jamás había sentido, era como si mi cuerpo se estuviera preparando para el orgasmo.

—¿Todavía duele?

—No...

Tan pronto escuché su respuesta, comencé a embestir más rápido y los apretados músculos de su estómago se adhirieron al estómago de Minho mientras él luchaba para moverse contra él. Minho no dudó en deslizar sus manos por mi cuerpo sudado para acercarme aún más. Es bastante evidente el hecho de que necesitamos más, estar aún más cerca, aún más profundo. Me incorporé arrodillado entre las piernas de Minho y levanté sus piernas.

—¡Oh por Dios, Hyunjin! — Minho jadeaba y se estremecía mientras comenzaba un ritmo casi frenético con sus caderas.

—Tócate, bebe. Quiero verte disfrutando— le dije con voz ronca.

Minho apenas se tocó antes de correrse con un grito profundo. No dudé en unir mi mano a la de él, la apreté y me corrí. Este es el momento más jodidamente increíble, delicioso y maravilloso que ha pasado en mi vida.

—¿Estás bien, bebé?

—Sí— susurró Minho.

Apoyé mi cabeza en el cuello de Minho y él no dudó en llevar sus manos hacia mi cabeza para acariciarme suavemente y luego las bajó a mi cuello y, por último, a mi espalda.

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