[Hyunjin]

Sinceramente, no puedo creer lo que ha dicho Lee Minho. Debo admitir que creía que en verdad le molestaba el hecho de que no puedo domar mis instintos primitivos que suelen aparecer cuando veo a las personas coquetear con mi chico. Ah, no cabe duda de que mi hyung es tan diferente al resto de las personas con las que he salido y eso lo vuelve tan jodidamente atractivo y deseable.

—¿En serio te gusta, hyung?

El peligris asintió con la cabeza antes de responder—: Sí, me gusta. Solo que te pediré que no seas un cavernícola cuando nos encontremos en la cena.

—¿De qué cena estás hablando? 

—¿Ya olvidaste que hoy debemos asistir a una cena?

—Perdón, hyung— dije —Lo olvidé.

—No hay problema— aseguró —Puedo asistir yo solo...

—¿Crees que dejaré que mi hermoso novio se presente solo a una cena en donde habrá muchas personas que te podrían considerar atractivo? — le pregunté tras darle un suave apretón en su cintura.

Minho soltó una risita antes de responder—: Estoy bastante acostumbrado a recibir números e invitaciones...

Coloqué mi dedo índice sobre sus labios para impedir que continuara hablando y dije con tono serio—: Tus labios, tus ojos, tu nariz, tus manos, tus pies, tus muslos... Todo tu cuerpo me pertenece. Y no olvides que tu corazón también es mío, hyung.

Inesperadamente, el rostro de Minho se sonrojó por completo y eso me generó un inmenso deseo de abrazarlo después de darle un suave y tierno beso en la frente que lo hizo suspirar.

—Me haces sentir demasiado avergonzado— admitió tan pronto lo dejé en libertad.

—¿Por qué?

—No lo sé— respondió —Nunca había tenido una pareja que fuera tan descarada.

—¿Eso es bueno o malo?

—Bastante bueno— admitió. —Por cierto, ¿deberíamos ir a comprar nuestros trajes para esta noche?

[══୨♡୧═════════════]

Hace mucho tiempo que no iba de compras con una persona que considero realmente agradable y demasiado atractiva como para ser real. Sé perfectamente, que no debo acostumbrarme por completo es esto puesto que, en cualquier momento, las cosas podrían dar un giro drástico, sin embargo, estoy dispuesto a disfrutar al máximo la oportunidad que nos hemos dado.

La verdad es que no quiero ser pesimista, pero por más que intento animarme diciéndome que tenemos un grandioso futuro por delante, no puedo sentirlo real pues a pesar de querernos, tenemos dos vidas completamente diferentes que podrían ser las causantes de que nuestra relación no funcione adecuadamente.

Por mi parte, soy un chico universitario que aún no tiene un trabajo ni mucho menos estabilidad económica por lo que dependo de mi hermano mayor y hablando de Minho... él lo tiene todo pues es un hombre apuesto, inteligente y es el director general de una reconocida empresa; seguramente, en algún momento, eso podría convertirse en las causantes de que nuestra relación finalice más pronto de lo esperado.

Después de comprar nuestros respectivos trajes y calzado, fuimos a comer y luego llegó el momento más esperado: asistir a la cena con el resto de los ejecutivos. He de admitir que está es la primera vez que asisto a una cena muy importante por lo que debo comportarme durante todo el tiempo para evitar que Minho sea burlado o señalado a causa de mi comportamiento inadecuado.

Nos bajamos del auto y caminamos hacia el lujoso restaurante; tan pronto entramos, miré alrededor y me quedé sorprendido al encontrarme con diversos empresarios que poseen un porte de elegancia, superioridad y poder por doquier. Y debo admitir que Minho se ve bastante caliente en estos momentos pues su expresión es de seriedad pura, su porte de elegancia con una gran porción de autoridad y seguridad le quedan de maravilla. 

Minho tiene treinta años, pero parece que ni siquiera alcanza los veinticinco pues se ve bastante joven que es imposible creer la primera vez que escuchas su verdadera edad. Hay diez años de diferencia entre nosotros y, aun así, estoy dispuesto a dar lo mejor de mí para darle todo lo que se merece pues tengo la inmensa necesidad de ser yo quien se haga cargo de él.

—¡Lee Minho, pensé que no vendrías! — exclamó el empresario llamado Christopher que me fue presentado hace unos días atrás en la cafetería.

—Acaso, ¿ya olvidaste que no dejaste de recordarme la cena durante toda la maldita semana? — se quejó el peligris.

El pelirrubio soltó una risita antes de responder con tono suave—: La verdad es que deseaba tanto verte...

Me fue imposible aclarar mi garganta para dejar muy clara mi presencia y parece que lo logré pues ambos se giraron hacia a mí.

—Hyunjin, ¿cierto? — preguntó Christopher y asentí con la cabeza a modo de respuesta por lo que él continuó hablando—: Es un placer verte de nuevo. Me alegra demasiado que el novio de mi querido amigo nos acompañe en esta noche.

Dirigí la mirada hacia Minho para comprobar que no se haya molestado o similar al escuchar la palabra «novio» pues tenía la sensación de que iba a ser presentado como su amigo cercano. El peligris me sonrió abiertamente tan pronto nuestras miradas conectaron y no pude evitar suspirar al encontrarme de nuevo con la belleza que posee mi novio.