[Hyunjin]

Dirigí la mirada hacia la puerta y bufé al encontrarme con mis amigos, al parecer, Jeongin ha decidido cubrirse con el cuerpo de Changbin en un intento de usarlo como un escudo para evitar que lo reciba con un golpe por haberle llamado a Minho en una situación bastante peculiar. Sinceramente, esperaba quedarme en la celda durante setenta y dos horas, pero mi querido amigo decidió llamarle a mi crush, sin embargo, gracias a ello, Minho ha aceptado intentar ir más allá de una amistad conmigo, así que, debo hacer hasta lo imposible para enamorarlo por completo hasta que olvide a mi hermano mayor.

—¿Por qué te escondes? — le pregunté a Jeongin.

—Tengo la certeza de que me vas a golpear por haberle llamado a Minho.

—No, no lo haré— le aseguré.

—Algo me dice que no debemos creerte— dijo Changbin.

—Es la verdad.

Jeongin asintió con la cabeza y después dejó de hacer uso del fuerte y perfectamente moldeado cuerpo de Changbin. Y con un rápido movimiento, lo atraje a mí y lo abracé con fuerza.

—¿Y ahora que te pasa, Jinnie? — me preguntó tan pronto lo dejé en libertad.

—Minho y yo, vamos a intentarlo— respondí.

—¿En serio? ¿Ya tienes daddy? — me preguntó Changbin.

Me giré hacia él y dije con tono serio—: Yo seré el activo.

—Sí, eso lo sabemos— dijo Jeongin —Pero él será quien te pague todo lo que desees.

—Me esforzaré demasiado para responderle como se merece.

—No cabe duda de que estas profundamente enamorado— dijo Changbin mientras retomábamos nuestros pasos hacia el aula.

—Minho me gusta demasiado— admití —Y tengo la certeza de que lo haré sentir tan amado. Solo espero que mi hermano no se entrometa.

De pronto, sonó la campana por lo que fuimos directamente hacia la clase.

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Después de siete horas de clases, al fin ha finalizado la jornada escolar por lo que no dudamos en salir rápidamente de la universidad para ir a al café que solemos visitar con bastante frecuencia. 

—Muero de hambre— se quejó Changbin.

—¿Por qué le pides a tu novio que nos lleve a comer?

—No voy a hacer eso.

—¿Ah? ¿Por qué no? — preguntó Binnie.

—Ni siquiera es mi novio— bufé. —Vamos a empezar a salir.

—Tengo la certeza de que serán novios antes de que finalice la semana.

—No estoy muy seguro— miré a Innie —Minho no es un chico fácil.

—Será todo un reto— habló Binnie —Amigo, espero que en verdad se amen y tengan muchos hijos en un futuro no muy lejano.

Jeongin soltó una risita antes de decir—: Eres muy joven para tener hijos, así que, asegúrate de que se los traguen todos.

—¡Yang Jeongin! — le grité.

—¿Qué? No dije nada malo.

—Cada día te haces más pervertido— se quejó Binnie.

—La cosa es que tengo a los mejores maestros de la perversión conmigo— dijo Jeongin tras encogerse de hombros —Yo aprendo todo lo que me enseñan ya sea directa o indirectamente.

—Ya solo te queda la cara de inocente— bromeé antes de entrar a la cafetería. Jeongin simplemente me regaló una sonrisita que oculta demasiadas cosas y caminamos hacia una de las mesas que se encuentran vacías.

—¡Hola! ¿Qué van a querer tomar? — nos preguntó un chico.

—Lo mismo de siempre— respondió Binnie.

—Perfecto. En un momento les traeré su pedido— dijo antes de marcharse. No cabe duda de que nos conocen bastante bien en la cafetería pues solemos venir casi todos los días.

—¿Te gusta ese chico? — le pregunté a Binnie. El antes mencionado dirigió su mirada hacía a mí y negó con la cabeza a modo de respuesta y no dudé en decir—: Yo creo que sí. Siempre le sonríes como un estúpido enamorado y le tratas bastante bien. ¿Qué piensas al respecto, Innie?

Jeongin entrecerró los ojos y miró hacia Binnie para preguntarle—: ¿Te gusta ese chico?

—No puedo negar que es bastante lindo— confesó —Pero no, no me gusta.

Intercambié una mirada de complicidad con Jeongin que seguramente, ha generado nervios en el pelinegro pues no dudó en pedirnos—: ¡No hagan ni digan nada!

—¿Por qué no? Te vamos a ayudar— dijo Jeongin —Para eso son los amigos, ¿no?

—Chicos...

Chasqueé la lengua antes de decir—: No le tengas miedo al éxito.

—No me gusta, solo considero que es lindo— nos aseguró.

Estaba a punto de decir una tontería, sin embargo, una tierna escena captó mi atención al otro lado de la cafetería por lo que llevé mi mirada hacia una de las mesas que se encuentran ocupadas por dos personas; una de ellas, se encuentra riéndose mientras que la otra persona, le está limpiando los labios pues al parecer, se ha ensuciado de pastel y sin poder evitarlo, me levanté hecho una furia de mi asiento y caminé hacia la mesa.

Me posé a un lado de la mesa y el peligris dirigió su mirada hacia a mí y abrió mucho los ojos al percatarse de mi presencia. Al parecer, ni siquiera le pasó por la cabeza ni una sola vez la posibilidad de que me encontraría aquí y lo peor de todo es que ha decidido coquetear deliberadamente con el pelirrubio que parece bastante confundido en estos momentos.