𝙇𝙖𝙯𝙤
Todo había iniciado como una inocente coquetería.
Lee Minho era un Alpha joven, lleno de hormonas y testosterona; para Han Jisung fue divertido provocarlo un poco con el afán de verlo sonrojado en sus clases.
Una pequeña distracción se decía.
—¡Agh! —el mayor era consciente del rudo movimiento del escritorio— ¡Minho!
Los embistes tomaron velocidad, como si el decir el nombre del rubio fuera alguna clase de afrodisíaco. Jisung, con el pecho pegado a la mesa, con la camisa a medio abrir y los pantalones debajo, callo sus jadeos; las toscas manos del joven Alpha abrieron sus nalgas y de pronto sintió la intensa mirada de Minho ahí.
—Oh, Sunggie... —el Alpha apreto los glúteos que cabían perfectamente entre sus manos—, es precioso.
Jisung se mordió los labios mientras se sostenía de donde pudiera. Sentía que en cualquier momento el escritorio se caeria con todo y él encima.
—¡Minho! —El Omega abrió más las piernas de manera inconsciente— ¡Basta!
—No es lo mismo que me dice tu cuerpo. —Minho metió un dedo aun con su pene invadiendo el agujero del castaño. Lo sintió succionar —¡Carajo!
¿Donde había quedado el estudiante que odiaba las malas palabras y parecía más un abuelo de los años 40s?.
Jisung de un momento a otro fue tomado de los brazos para ser jalado hacia el pecho del rubio.
—¡AH! —Han sintió una corriente recorrer su cuerpo una y otra vez. Lee había encontrado su próstata— ¡No, Minho! ¡AH!
—Sunggie... —El rubio siguió moviendo las caderas, pegando su pelvis a las nalgas de su profesor—¡Mgh!
La cabeza del Omega daba vueltas; su entrada lubricaba en exceso y sentía como algo resbaloso se deslizaba por sus piernas. Estaba muy excitado con todo el aroma de Minho envolviendolo, atrapandolo, drogandolo.
—Hueles delicioso. —La nariz de Minho se enterró en su cuello. El cuerpo de Jisung vibro—. Mi omega.
Jisung se vino encima del escritorio sin necesidad de tocarse. Apresó el pene del rubio y escucho como este soltaba un pequeño gruñido.— Minho...
—Aún no.
El Alpha salió de él solo para darle la vuelta y cargarlo. Minho tomó una silla del aula y los sento a ambos. Jisung arriba del joven.
—Una vez más. —el rubio volvió a meter su polla en él y consecutivamente abrió por completo la camisa blanca para dejar sus pezones erectos a la vista—. Se ven deliciosos.
—Min, esto no... —calló un gemido. Minho, sin esfuerza alguna, lo había tomado de los glúteos y lo había alzado para después dejarlo caer— ¡Ah!
Su pezon derecho se vio atrapado por los labios ansiosos del rubio. Lo sintió lamer, morder, jalar y después besar la zona para después morder la piel alrededor.
Minho estaba dejando marcas en la piel de Jisung.
—¡Mgh! —El castaño hecho su cabeza hacia atrás cuando Minho fue por el izquierdo, cuando su pene alcanzó de nuevo ese punto que lo hacía perder la cabeza, cuando el ritmo de las penetraciones comenzaron a ser más rápidas y rudas.
Mordió sus labios al escuchar como pasos se acercaban al aula.
—¡Maldición! —Miró al rubio con una muda súplica—. Solo... Espera...
Los pasos pararon en la puerta. Jisung miro el pomo girar.
—¿Le pusieron seguro? —La voz de Seo ChangBin se filtro— ¡Puta madre! ¡Este era el mejor salón!
—Callate, ChangBin. —La voz de Seungmin se dejó escuchar—. Será mejor irnos.
—¿No te calienta la idea de hacerlo en la escuela? —ChangBin se escuchaba ansioso—. Yo ya estoy duro.
—¡Binnie!
—¡Ah! —Jisung se cubrio la boca. Vio a Minho con reproche y este solo le regalo una sonrisa maliciosa al mismo tiempo que elevaba sus caderas con la palma y lo dejaba caer en su polla dura.
El muy cochino y desvergonzado. Han quiso reír ante sus pensamientos.
—¿Escuchaste eso? —Seungmin se escuchaba nervioso.
—¡Ay mierda, nos ganaron! —Se quejo el pelinegro. Las pisadas de sus rabietas se escuchaban.
Minho le mordio el pezon izquierdo.
—¡Agh! —Jisung le dio un puñetazo en el hombro derecho. Minho solo rio.
—¡Nos toca mañana utilizarla! —Se escucho un golpe— ¡Auch!
—Vamonos ya, ChangBin. —Las pisadas de ambos se iban alejando.
—¡Hazlo tuyo, tigre! —Escucharon que grito Seo ChangBin.
Jisung finalmente soltó una limpia carcajada al ver lo rojo que se ponía el rubio.
—Les pondría una sanción por querer coger en la institución, pero viendo las circunstancias...—El Omega se miró encima del Alpha—. Esto no lo hice ni siquiera cuando iba al colegio.
—Sunggie... —Las manos del rubio subieron por la espalda del castaño, acarició toda la piel a su paso y después las bajó hasta la cintura— ¿y si nos casamos cuando termine la universidad?
El Omega lo miró sorprendido. El momento caliente había cambiado a uno inesperadamente ¿romántico?
—¿Me lo pides con tu polla aun dentro? —Jisung estaba incrédulo—. No me lo separaba de ti.
—¡Jisunggie! —Minho lo miró avergonzado.
Han rio. Cuando Minho se volvía ese joven tímido, sentía que finalmente tenía el control.
—¿Sabes, Lee? Por algo no tengo marca. —señaló su cuello limpio—. No soy un Omega como los demás, ya estoy viejo y no quiero cachorros. Tú eres un Alpha joven, guapo, con energía y con un futuro por delante.
—Eso no me importa. —protesto el rubio.
—Deja que pase el tiempo. —Jisung beso a Minho despacio, dulce—. Encontraras algo mejor.
Lee no dijo nada, tomó las caderas del castaño y volvió a embestir. Jisung está vez no protesto, sólo se dejó llevar por la lujuria del Alpha.
La boca de Minho busco la suya con desesperación. Se adueñó de ella, la mimo por largos segundos, probó de su adictivo sabor e hizo desear más al castaño. Era un beso completamente diferente, era especial.
—Te amo, Sunggie. —el Alpha se paro con el Omega encima y de nuevo terminaron donde habían iniciado. En el escritorio.
Sentó al castaño para después volver a embestir. Beso su cuello, mordió su piel, delineó sus clavículas y succiono sus pezones. Jisung era un manojo de gemidos entrecortados.
—¡Ah! ¡MINHO! —El rubio se sostuvo de las piernas del mayor y miró con los ojos nublados de placer como Jisung se retorcía debajo de él.
Unas cuantas penetraciones más, sacó su pene y se vino encima de Jisung.
El Omega sentía los espasmos recorrer su cuerpo. Había alcanzado su segundo orgasmo al mismo tiempo que Minho. Eso había sido fantástico.
Extra:
Minho miraba a sus alumnos recoger sus cosas con prisa para salir finalmente del instituto. Le recordó tanto a su juventud.
—Nos vemos mañana, Lee. —Ryujin pasó a su lado con una expresión irritada. La pelirroja siempre terminaba el día con ganas de matar a más de un alumno—. Descansa.
—Hasta mañana, Ryujin.
—Oh. —la Alpha le guiño—. Me saludas a Jisunggie.
—De tu parte. —Minho tenía una sonrisa enorme en el rostro. Tomó sus cosas y con calma salió de la escuela para montar su motocicleta.
Varios alumnos suspiraron decepcionados. El profesor Lee Minho ya estaba enlazado.
Minho fue recibido por un hermoso Omega castaño. Este revisaba algunos exámenes.
—Estoy en casa, Sung.
Jisung alzó la vista por sobre sus lentes y sonrió.— Bienvenido a casa, Honnie.
Lee miró la marca en el cuello de Han por algunos segundos antes de notar lo bien que se le veían los lentes a su pareja.
Se aflojó la corbata para ir directamente hacia Jisung.
—¿Minho? —Jisung pudo percibir la ligera invitación en el aire— ¿Qué planeas hacer?
—Recordar viejos tiempos.
Espero les guste y si pueden apoyar a la autora original en su pagina estaria genial solecitos. Gracias por leer<3
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