
Capítulo 9.
Había llegado otro fin de semana y este sería especial, Noah se levantó temprano para preparar su famosa limonada con ayuda de Bradley.
Max hace una señal para que Bradley vaya a detener a su papá antes de que se vaya, Noah le había estado preguntando por qué el abuelo no se quedaba a ver la competencia completa.
— Oh no, esta vez no señor Marcus no te vas a ir— se pone al frente de su papá para impedirle el paso.
— Bradley tengo cosas que hacer por favor dejame pasar— suspira cansado.
— Te prometo que está vez no te vas arrepentir, lo prometo— lo mira suplicándo.
Marcus asiente y va con él a las gradas para ver a Noah llevar más limonada.
— Max, tu hijo va a entrar en el último circuito nos dará el trofeo, más te vale a verlo entrando bien o no sobrevivirá para su siguiente cumpleaños— mira a Max y se retira de ahí.
Max asiente y va corriendo a contarle a Bradley que por fin Noah va a entrar.
Pasaron los minutos y Bradley era bola de nervios, el equipo llevaba los puntos exactos para ganar pero el último circuito era el importante y vio como su pequeño omega se preparó para entrar.
—¡ TU PUEDES NOAH!— sonríe emocionado por ver a su hijo.
Se puso en la linea de salida y hicieron sonar la campana, Noah iba al último y trataba de no caerse.
Max estaba preocupado por la seguridad de Noah ya que muchas veces se había caído y sabía que Bradley se frustraba por eso.
En la última vuelta sucedió un milagro, Noah había tomado la delantera haciendo trucos en el skater que sumaban más puntos.
—¡ ESE ES MI HIJO!, ¡EN TU CARA PAPÁ!— saltaba de la emoción mientras veía a Marcus dar una sonrisa al ver a su nieto por fin.
En la última vuelta lo habían alcanzado el otro equipo pero aún así no se dejó y tratado de tomar más velocidad, cuando por fin llegaron a la meta.
¡NOAH ERA EL GANADOR!.
Bradley no pudo ser más feliz y corrió abrazar a Max que estaban más abajo, estaban gritando por todos lados el nombre de Noah, había ganado el trofeo, lo había logrado.
Max por fin pudo respirar tranquilo, su hijo estaba a salvo y su esposo aún tenía algo de tranquilidad.
Al regresar a casa Noah vio que otra vez se le cayó otra hoja y solo pudo oír los gritos de felicidad de sus padres.
— Mi niño es el mejor, tengo demasiadas ganas de contárselo a Elizabeth— sonríe.
Max niega con la cabeza— No le vas a contar, no dejaré que uses a mi hijo como trofeo—.
—¿Disculpa?— frunce el ceño.
— Estás actuando igual que tú padre Bradley, viendo a tu hijo como un trofeo— le gruñe.
— Estás siendo inmaduro Max— se cruza de brazos.
— Eres igual a Marcus— le gruñe y eso fue suficiente para que empiecen a discutir.
La risas y las felicitaciones se habían acabado, Noah no pudo soportar más el aroma tan agrio de ambos y salió al jardín pero los gritos no pararon.
Noah estaba a punto de llorar y entro corriendo a dónde estaban los alfas— YA DEJEN DE PELEAR—.
Max se calma y ve a Bradley el cual había estado llorando mientras discutían, rápidamente va abrazarlo.
Mientras Bradley se seca rápidamente las lágrimas— P-papa y yo tenemos algo que decirte—.
— No, déjenme decirles algo yo a ustedes, lo están haciendo genial pero son humanos y no son perfectos— los mira y ambos alfas corren abrazarlo, marcarlo con el aroma de ambos y pedir muchas disculpas.
El siguiente día era la comida del equipo de skateboard todos estaban ahí con sus padres, Max y Bradley aún no habían hecho las paces sobre la discusión y el ambiente estaba tenso hasta que llegó Noah.
— Papá Max y papi Bradley— los llame el pequeño y ambos se giran a ver.
Noah estaba con la alfa del otro día que ahora ya enseñaba su marca de nacimiento.
— Ella es Olivia, la alfa más bonita de todas, jamás conocerán a alguien más bonita que ella— sonríe.
— Muchos gusto señores Goof— saluda Olivia algo nerviosa.
— Nos vemos luego padres— sonríe y se va con Olivia.
Max y Bradley los mira irse, mientas el pelo castaño sonríe algo melancólico.
— Ahí está Max, el ama y es amado— sonríe.
—¿ A dónde crees que irán ahora?— sonríe y Bradley se levanta rápidamente para seguirlos.
Aún no confianza del todo en esa alfa que trataba de robarse a su cachorro, los ve hablar pero no logran escuchar de que hablan.
— Y...no hay nada que puedan hacer ellos para detenerlo pero Oli te prometo que todo estará bien— sonríe y se abrazan.
Bradley los mira muy confundidos aún por qué si cachorro vino directo a llorar en los brazos de Max.
—¿Qué pasó bebé?— tratando de calmar las lágrimas de Noah.
— La dejé ir papá....— se aferra a Max el cual trata de calmarlo con su aroma.
— Encerio nos agradaba esa alfa, es linda, encantadora, te quiere mucho, ¿qué paso amor?— Bradley le limpia las lágrimas que salían de sus lindos ojos azules como los de él.
Noah no quiso decir nada y solo pudo seguir llorando en los brazos de Max.
Actualidad.
— Por primera vez no entendía que le pasaba a Noah— suspira y mira a Max.
— Claro después lo entenderíamos cuando llegaron los problemas con la fábrica— suspira.
Inicios de octubre.
Todo el poblado fue llamado a una reunión importante, saber por votación si deben o no cerrar la fábrica de lápices dónde trabajaba Max.
No iban a cerrar la fábrica ya que hubo un invento que los ayudara a salir adelante y tener más trabajo para todos.
— Pero no me lo agradezcan a mi, agradezcanle al señor Mickey Mouse— sonríe y entra el señor Mickey con una gran sonrisa.
Max y Bradley se miraron confundidos mientras Noah furioso se levantó rápido hacia el micrófono que estaba a un lado de la audiencia.
— El no lo hizo, el no era capaz de inventar algo así, ese lápiz fue inventado por mis padres, Max y Bradley Goof— le gruñe levemente.
Mientras ambos alfas se paran de sus asientos para ir donde su hijo.
— Oh que tal, es el muchacho que no puede defenderse y tiene que esconderse atrás de la falda de una alfa— dice Mickey y toda la audiencia empieza a reír.
Max esconde atrás de él a Noah — Mickey deja de ser infantil y no molestes a mi hijo— le gruñe.
— Bueno parece que el niño sigue confundido, no puede ni hablar por el solo— ríe levemente y Bradley es ahora el que se pone al frente de ambos.
— TU DEJA DE MOLESTAR A MI HIJO, AQUI LA ÚNICA VERDAD ES QUE MAX Y YO HICIMOS ESE LAPIZ POR QUE NOAH TENÍA FÉ EN NOSOTROS— le gruñe fuerte Bradley
— El tuvo fé en nosotros Mickey— Max se cruza de brazos sin soltar la mano de Noah.
— Y SI TE ATREVES A MIRAR A NOAH DE UN MODO QUE NO SEA AMABLE O TE LAS VERÁS CONMIGO— le gruñe Bradley mas fuerte y en el aire huele a vodka.
— Y TAMBIÉN CONMIGO SI TE SIGUES BURLANDO DE MI NIETO— gruñe en el fondo el papá de Bradley.
Todos se quedan callados y empiezan a estar de lado de los Goof.
— Que ternura— dice el señor del museo y se acerca a dónde está Mickey— Bueno dime ¿cómo obtuviste la idea de elaborar un lápiz a base de hojas?— sonríe y les guiña un ojo— Mickey Mouse—.
Mickey se quedó frío ante la pregunta tenía que responder rápido— Es demaciado obvio....hay hojas en todas partes y....— le quitan el micrófono y les da señal verde para que hablen.
— Desde que Noah llegó a nuestras vidas, las hojas se conviriteron en algo especial y ....— mira a Bradley esperando otra respuesta menos el secreto de su hijo.
—¿ Y bien?— pregunta de nuevo.
— Por qué tengo hojas en mis piernas— responde Noah con una sonrisa.
—¿Hojas?— lo mira confundido.
— Si, nuestro hijo Noah tiene hojas en sus piernas— sonríe nervioso Bradley, mientras los demás empiezan a reír— N-no les dijimos nada para que no molestará a Noah y...nos daba pena...— agacha la cabeza.
— Y tratamos de cortarselas— suspira Max.
— ¿No van a creer que les vamos a creer esa historia?— dice Mickey.
Tanque se levanta rápidamente de su asiento— ¡Ya las ví!, son espectaculares y está bien ser diferente, incluso un poco raro, gracias— se volvió a sentar.
— Quiero verlas— dice el alfa viejo.
Noah sin miedo va hacia el y se alza el pantalón, ahora solo le quedaba una hoja y eso preocupó a Max y Bradley.
— Antes tenía más pero ya crecerán— sonríe y va directo a dónde sus papás para calmarlos.
— Bueno...si el niño tiene hojas en las piernas, nosotros podemos hacer lápices usando hojas— sonríe y mira a Max— los quiero a todos trabajando—.
Bradley alza al niño para salir de ahí lo más rápido que podían, el camino a casa era muchas risas de parte de Noah.
— Estuvieron geniales papás— sonríe.
— Noah...¿qué les pasó a tus hojas?— pregunta Bradley preocupado.
— Ah ya saben— sonríe y Max negó con la cabeza pero Noah no volvió a decir nada.
Actualidad.
— Noah no quiso decirnos nada— suspira Max.
— El jamás se quedó callado hasta ese día— Bradley agacha la cabeza.
Octubre.
Estábamos en medio de algo pero no sabíamos de que, pero Noah si sabía y jamás perdió la calma.
El entendía y estaba de acuerdo...
Había en medio del camino a casa una extraña danza de hojas que para nosotros fue muy bonita.
— Noah, tienes que decirnos— mira aún más preocupado Bradley a su hijo.
— Mejor vamos más rápido a la casa papá Brad...— suspira y Max conduce más rápido.
Entraron rápidamente a la casa y Bradley fue por una muda de ropa para Noah que estaba mojado sin explicación alguna.
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