En una sociedad en constante cambio, Max y Bradley, una pareja de alfas unida por el amor y el compromiso, están decididos a formar una familia a través de la adopción.

Desde hace años, ambos sueñan con compartir sus vidas con un hijo y construir un hogar lleno de amor, apoyo y respeto. Sin embargo, el camino hacia la adopción es desafiante, pues no solo enfrentan los complejos procesos legales y burocráticos, sino también los prejuicios y estereotipos que aún persisten en ciertos sectores de la sociedad.

Y aquí se encontraban ambos alfas tomados de la mano en la espera de la decisión de la trabajadora social.

— ¿Señores Goof?— dijo uno de los betas que trabajan ahí.

El alfa pelinegro fue el primero en reaccionar y sonreír nervios— Somos nosotros—.

— Pasen por favor— sonríe amablemente para dirigirlos a la sala donde está la trabajadora social.

El otro alfa peli castaño nervioso agarra más fuerte la mano de su amado alfa para empezar a caminar.

Saludan todos cordialmente y se sientan para empezar la entrevista, la trabajadora social revisa los papeles y mira a ambos alfas algo nerviosos, les da una sonrisa para tranquilizarlos.

— Veamos que tenemos aquí— comienza a leer los documentos— mmm Max y Bradley Goof, calle orange número 3 de Stanleyville ¿correcto?—.

— Si...— sonríen ambos.

La beta mira un poco confundida por la información que tenía en sus manos— Esperen...no contestaron la pregunta... ¿por qué piensan que son aptos?—.

Max suspira de alivio— Una disculpa, había poco espacio—.

— Y  también muchas cosas que decir— sonríe con más confianza Bradley.

— Tampoco llenaron la pregunta de la página 4— señala el otro beta que se encontraba ahí.

— Verdad...la pregunta que dice ¿qué experiencia o experiencias los prepararon para esto?, solo contestaron Noah— la beta los observa un poco preocupada por la situación tan inusual.

Ambos alfas se miraron entre si y se quedaron unos segundos en silencio, la beta se cruzó de brazos observandolos.

— Si quieren tener una oportunidad, tienen que ser honesto—.

Max suspiro— Estamos de acuerdo con eso....— para mirar a Bradley.

— Por eso queremos usar este tiempo para contarle nuestra historia— toma la mano de Max de nuevo como apoyo.

— Está bien— sonríe entusiasmada por oírla, no es muy común que una pareja de alfas tengas una experiencia de ese tipo.

— Pero sabemos que al inicio será difícil de creer— Max un poco nervioso por la historia que iban a contar.

Bradley agarro una bocada de aire para soltarlo y empezar a contar— Todo empezó el pasado septiembre, después de varios años intentando tener un bebé nuestro, la doctora Roxanne nos dió la noticia....—.

Septiembre.

Ambos alfas nerviosos por los resultados de esta fertilización ya que habían hecho varios intentos pero nunca resultaba.

Bradley estaba seguro que ahora sí podía estar esperando un bebé, su celo se había atrasado y según Max su olor había cambiado.

La doctora Roxanne los miro un poco preocupada por lo que iba a decir, los conocía desde hace varios años y el tratamiento en algunos alfas había funcionado pero está vez no había indicios de que ellos lo lograron.

— Primero quiero aclarar que ustedes lo intentaron todo, se esforzaron, exploramos toda opción médica que existe sin medir el costo pero...ya llega un momento donde hay que aceptar que....lo siento mucho— los observo a ambos alfas y ver cómo cambiaba su mirada rápidamente.

Bradley había quedado en shock respecto a la noticia de que jamás podría darle un cachorro a Max, sabía que por ser de la misma casta sería difícil pero ahora todo se derrumbaba.

Max por otro lado está devastado por la noticia, el estaba igual de entusiasmado que Bradley, habían cambiado el olor de Brad...su celo se había atrasado, no sabía por qué no había un bebé ahí.

Muchas preguntas había en la cabeza de ambos pero todas terminaban en la misma respuesta, Max y Bradley fueron hacia el ascensor pero los detuvo un omega con su cachorro.

— Esperen por favor— sonríe nervioso al ver a ambos alfas— ven corazón, ven— aparece un niño de no más de dos años y el corazón de Bradley se rompe un poco más, el omega lo carga— ¿Presionas el botón por mi corazón?— el pequeño asiente y lo presiona— No se que haría sin ti— besa la cabeza de su cachorro sin saber el dolor que causaba en ambos alfas.

Max sonríe algo melancólico por la escena y mira a Bradley el cual desvía la mirada rápidamente, sabía que estaba afectado pero su esposo es algo orgulloso y no le gustaban que lo vean llorar.

Al llegar al auto todo fue silencio, no era incómodo pero por sus olores ninguno estaba bien.

Así que regresamos a casa, volvimos al trabajo y continuamos con nuestro día.

Bradley veía la carretera y el fue el primer en hablar— Buscaré un perrito— mira a Max con el nudo en la garganta— yo...no quiero un perrito—.

Max no dijo nada y lo llevo a su lugar de trabajo, Stanleyville estaba algo apartado de la gran cuidad pero era cómodo para tener una familia o eso creía cuando se mudaron.

Bradley trabajaba en el museo de la ciudad como archivador y su gran pasión por la historia lo llevo ahí, a veces hacia de guía en el museo cuando llegaron miro un rato a Max, le dió un corto beso para despedirse.

Max suspiro y fue a su trabajo, el trabajaba en la fábrica de lápices, era encargado de ver cada lápiz que salía de ahí y si está defectuoso separarlo de los demás.

Cómo era costumbre Max acabo su trabajo primero y fue a ver a Bradley el cual ya lo había esperado más de lo normal.

El camino a casa fue silencioso pero seguía sin ser incómodo pero el aroma de Bradley lo estaba matando a Max, su aroma era demasiado agrio por la tristeza que sentía.

— ¿Quieres cenar Brad...?— Max le pregunta nervioso y no respondió nada, solo se bajó rápidamente del auto dejando al alfa pelinegro preocupado.

Bradley va rápidamente al jardín para terminar de arreglarlo como era el plan desde el inició.

Mientras que Max fue directo a la cocina para preparar la cena para ellos, aprovechó para escuchar el buzón de voz que tenían, se acerca a la ventana y ve a Bradley algo ido en el jardín.

Bradley no pudo contenerse más y entro rápidamente a la casa para encerrarse en la habitación que iba hacer de su bebé mientras Max lo seguía preocupado por él hasta que empezó a escuchar como lloraba Bradley.

Max suspiró y espero un poco para que se calme, después de unos minutos volvió a tocar la puerta— ¿Mi cielo?— Bradley abrió rápidamente la puerta y se abrazo a él llendo directamente a su punto de aroma de Max en el cuello.

Max le acaricio la cabeza y le dejo que estuviera en su cuello el tiempo que quisiera, el aroma de Max era olor a chocolate y vainilla, algo no tan común para un alfa mientras que el aroma de Bradley era lavanda y rosas.

Se quedaron así un largo tiempo hasta que Max lo aleja suavemente y Bradley sonríe aún triste— Te prometo que la vida continúara con o sin bebé—.