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♡¦capítulo 28

Jungkook se levantó muy temprano, lo hizo cuidadosamente para no despertar a su omega.

Tenia dos habitaciones más, las cuales solo una estaba completamente vacía. Estaba limpia ya que siempre se encargaba de mantener su casa limpia y ordenada, y aunque ahora Jimin le ayudará, él siempre hacia también su parte.

Ambos trabajaban como un equipo, y lograban mantener la casa limpia.

Puso las sábanas y franelas🐥 en una esquina, fue por almohadas y ropa de él y de su omega. Le haría un precioso nido a Jimin.

La emoción que sentía era tan grande, su alfa andaba feliz y diciéndole miles de cosas, de como podía hacer el nido. Todo para que su omega se sintiera a gusto.

Cuando tuvo todas las cosas que ocuparía sonrió satisfecho. Tenía lo necesario, para que su omega se sintiera cómodo en su nido. Las almohadas eran grandes, las sábanas suaves y calentitas.

Empezó con su trabajo, con una emoción que iba desde sus pies hasta su cabeza, y es que un nido para Jungkook era demasiado importante.


No solo hacia sentir mejor a su omega, lo hacía sentir seguro, en paz y tranquilidad. Quizás iban a ver noches donde no estaría en casa, y el nido sería lo más seguro para Jimin. Así que estaba haciendo todo muy bien, quería un nido perfecto, tal y como su omega.

Deseaba transmitirle tranquilidad, que su omega se sintiera protegido aunque él no estuviera presente.

Un verdadero alfa no solo era trabajar y trabajar y mantener a su familia, para Jungkook también era darle amor, recordarle a esa persona cuán especial es, que sepa cuanto la amas. Darle detalles como si aún estuvieran en sus primeras citas. Un verdadero alfa también miraba por el bienestar de su omega, tanto físico, como emocional.

Hacerlo sentir protegido. Para Jungkook si un alfa transmitía sentimientos malos hacia un omega entonces este no sabía nada de su casta y era una completa vergüenza.

Los omegas no solo eran criaturas inofensivas como muchos los consideraban, no solo eran una máquina para procrear cachorros, o para estar en casa, haciendo los quehaceres y teniendo la comida lista para su alfa.


Eran seres especiales y únicos. Si por Jungkook fuera, los tuviera en un pedestal, sin los omegas su casta no sería nada. Pero eso era algo que no muchos comprendían. Ellos eran fuertes, leales y hermosos.

Así que se esforzaría día con día para hacer feliz a su omega. Que sin importar la situación, su omega se sintiera amado y protegido.


Se alejo un poco del nido para inspeccionarlo, estaba más que satisfecho con su trabajo, el nido era grande, y acogedor, pudo darse cuenta de eso último cuando marcó con su olor todo el nido y la habitación.

Su omega estaría feliz (o eso esperaba).

Miro la hora y eran las seis, entraría a las ocho, salió de la habitación y regreso a la que compartía con su omega, este seguía durmiendo plácidamente. Jungkook se acercó para dejarle un beso. Busco la ropa que se pondría y se fue a bañar.

Cuando terminó, Jimin ya estaba despierto, estaba sentado en la cama, cuando lo miro sonrió en grande.


- Buenos días omega. - saludo Jungkook.

- Buenos días alfa. - Jimin se levantó, Jungkook buscaba su maletín.

Cuando lo encontró se giro para ver a su omega, lo dejo en la cama y atrajo el cuerpo de Jimin por la cintura, el omega lo abrazo de igual forma.

- ¿Dormiste bien? - Pregunto Jungkook.


- Sí. Si te estas junto a mi siempre. - Jungkook sonrió, dejando un beso en los labios de Jimin. Este le correspondió, después de todo, lo del aliento mañanero lo había olvidado por completo.


- Antes de irme te tengo una sorpresa. - Le dijo Jungkook.


- Creo que estoy empezando a amar tus sorpresas. -


- Ya debes estar acostumbrado amor. Vamos. - lo tomo de la mano para llevarlo a la habitación donde había hecho el nido.



Jimin camino con el alfa sin saber a donde lo llevaba, o que regalo le daría. Se imaginó muchas cosas, quizás un enorme ramo de rosas, ya que el alfa siempre le daba esos significativos obsequios.

Imagino cualquier cosa, pero nunca paso por su mente un nido. Cuando Jungkook abrió la puerta de la habitación, un nido enorme se hizo presente.

Si no era por Jungkook quien lo abrazo por atrás y lo encaminó hacia adentro, probablemente se hubiera quedado en la puerta, atonito por lo que sus ojos miraban.

Las palabras no podían salir, nunca tuvo un nido, el nido que tenía frente a él era enorme y se miraba demasiado acogedor. Y lo que más lo hacía perfecto, era que el delicioso olor de Jungkook estaba por toda la habitación, pero más en el nido.


- ¿Te gusta?. Es para ti cielo.


Hablo Jungkook, sacándolo de sus pensamientos.

- E-es hermoso....- quería llorar, es que era imposible no hacerlo, su alfa le había hecho un nido, uno muy precioso. - Alfa... Dios es que es hermoso. - sus manos cubrieron su boca.

Jungkook no pudo estar más que feliz, a su omega le había gustado. Felicito a tu lobo también, porque sin duda el también había contribuido.

- ¿Puedo entrar? -pregunto Jimin.

- Por supuesto. Es tu nido ángel. No tienes porque pedir permiso.


Jimin asintió, se encaminó hacia el nido, pero primero empezó a contemplarlo, rodeandolo y mirando el buen trabajo que su alfa había hecho.

Jungkook lo observó, sonriendo ante el brillo en los ojos de su omega. Se sentía un buen alfa.

- ¿Cuando lo hiciste? -

- Está mañana, me levante temprano para hacerlo. Quiero que te sientas bien, y más que todo protegido. Así que cuando yo no esté puedas venir aquí.

- Sin duda será mi lugar favorito alfa. Gracias, te amo.

- Yo te amo más cariño. - dijo acercándose a él para besar sus labios. - Pero entra, dime si esta bien, o si las almohadas son cómodas. Podemos cambiarlas si lo deseas. No quise decirte porque quería que fuera sorpresa. -Dijo Jungkook. Jimin entro al nido y se acostó.

Jimin cerro sus ojos y empezó a frotarse y rodar, dejando impregnado su olor.

Ambos olores de alfa se mezclaron y fue como estar en el cielo, en las nubes.


- Esta perfecto. Me encanta. - dijo, extendió la mano hacia el alfa.
- Entra por favor.

- ¿Seguro?. Es tu nido cariño.

- Sí, uno que tu me hiciste alfa. Quiero que entres. - Le dijo Jimin para animar al alfa..

Jungkook asintió, se quito sus pantuflas y entro al nido. Jimin rápidamente lo abrazo, atacando los labios de su alfa. Como amaba a ese hombre.

- Eres el mejor. Enserio muchas gracias.


- No es nada cariño. Quiero que estés bien siempre.

- Te mereces muchos regalos. -Le dijo Jimin dándole varios besos. Jungkook lo abrazo por la cintura y lo acercó más a su cuerpo.


- Tú eres mi favorito. -

- Alfa, eres tan romántico. - Le dijo Jimin sonriendo. Jungkook también lo hizo. - Te hare un delicioso desayuno para que lo lleves al Hospital.

Jungkook estuvo de acuerdo. Estuvieron solo un rato más en el nido hasta que Jimin con todo el esfuerzo del mundo se salió del nido y de la habitación. No quería dejarlo, pero quería hacerle un rico desayuno a su alfa.


Jungkook se despidió con un largo beso y abrazo de Jimin.

Jimin cerró la puerta para ir a desayunar, moría por ir a su nido otra vez. Así que una vez termino de comer, lavo los platos que había usado y fue a su habitación a buscar un libro para leer.

Luego fue a la habitación donde estaba el nido, y ahí paso la mayor parte del tiempo.






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Había un silencio en la habitación de paredes negras.

El alfa que tenía un vaso de tequila en una de sus manos, miró al alfa menor.

- Lo quiero muerto, a él, al doctor y al maldito policía. - JoIn asintió.

Se levantó de su asiento para salir.


- Sí no es capaz de hacerlo, hazlo tu. Corremos un gran riesgo si ese omega lleva a dar información mía.
Lo necesito muerto lo más antes posible, no quiero que llegue la otra semana y que ese omega siga respirando. - hablo enojado. Tao asintió.

Tenían trabajo que hacer, y ahora que ese omega junto a su alfa ya estaban de regreso en Seul, era momento de atacar.




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