Jungkook quería reír fuertemente, ambos, alfa y omega guardaban sus cosas, sus cortas vacaciones habían terminado.

Jimin guardaba sus cosas con un sonrojo, aunque quizás todo su rostro estaba completamente rojo. Y es que cuando había vuelto a la realidad y se encontraba más consciente, todas y cada una de las cosas que hizo y dijo con Jungkook golpearon su mente.

Nunca se había sentido tan avergonzado como en ese momento, ahora entendía el dolor que tenia en su trasero. Jungkook le había dado una pastilla para el dolor.

- Cariño. - llamo Jungkook al omega, pero este no le hizo caso.
- Amor, no tienes porque avergonzarte. Somos una pareja y es normal.

Jimin esta vez se giro hacia él.

- Sí, pero aún así me da vergüenza, mi omega es descarado.

- Y mimado. - Le completo Jungkook. Jimin lo miro mal, Jungkook solo sonrió. - Creí que no sobreviviría. -Bromeó Jungkook y rio. - Pero esta bien amor. ¿Acaso no lo disfrutaste?

Pregunto pícaro Jungkook. Jimin se sonrojo más y le aventó una camisa.

Tenía pequeñas imágenes, y si lo había disfrutado. Pero le avergonzaba decirlo en voz alta.

- Creo que tu rostro me lo dice todo.

Ambos sonrieron.

Terminaron de guardar sus cosas y salieron del hotel.

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Jimin nunca imagino que Jungkook le diría las siguientes palabras.

"Iremos a Busan para visitar a tus padres". Desde que el alfa había terminado de decir esa oración, su mente se lleno de miles de recuerdos. Tantos buenos y malos.

Ver las calles de Busan llenó su corazón de nostalgia. Aún podía recordar todas esas veces que recorrió esas calles, que visitó todas esa tiendas. Cuando iba y regresaba de la escuela.

O cuando tenía salidas con sus padres, disfrutando de cada momento. Lo único que lo aferraba a Busan eran sus padres. No sabía en que estado se encontraban las lápidas de ambos. Porque dudaba qué sus tíos se hubiesen hecho cargo.

No supo nada de ellos, solo que se habían ido de Busan ¿a donde?, a Jimin le daba igual.

Su corazón se estrujaba mientras más se acercaban al lugar, sus manos sudaban y las ganas de llorar lo invadieron. Jungkook se había dado cuenta de su estado, aunque quizo reconfortarlo se espero, lo haría cuando estuviesen en el cementerio.

Luego de unos minutos el auto se parqueo frente al lugar. Jimin trago grueso y miró el lugar.

La mano de Jungkook se posó sobre la suya y sus ojos se conectaron.
- Aquí estoy yo contigo ángel. No estas solo.

Apretó su mano y Jimin asintió. Tenía a su alfa, ese hombre que siempre le apoyaba y animaba, ese que le brindaba de sus fuerzas y era un soporte.

Jimin agradecía tener a Jungkook en su vida. Sin duda era un gran regalo de la diosa luna.
Bajaron del auto y tomados de las manos se encaminaron a donde estaban las lápidas de los señores Park.

Jimin todavía recordaba el camino, sus ojos se llenaron de lágrimas y no fue capaz de contenerlas, estas bajaron por sus mejillas, apretó la mano de Jungkook buscando fuerza.

Cuando llegaron, los nombres de ambos relucieron. Jimin se sorprendió por ver bien cuidadas ambas lápidas. Incluso tenían un ramo de rosas cada uno. Recordó que Jungkook también había comprado.

Jungkook se las extendió y las tomo.

- Creí que estarían descuidadas. - dijo el omega, se dejo caer de rodillas para poder poner las flores.

- ¿Crees que hayan sido tus tíos? -Pregunto el alfa haciendo la misma acción que su omega. Jimin negó ante la pregunta de su alfa.

Imposible. Sus tíos eran personas ambiciosas y rencorosas. Así que estaban descartados. Jimin no se imaginaba quien podría ser esa persona.

Deseaba verla y agradecerle por tener bien cuidadas las lápidas de sus padres. Pero más, por no haberlos olvidado.

Jimin lloraba mientras ponía flores a sus padres. Cuando estuvo satisfecho se quedo en la misma posición, sus manos recargandose en sus piernas.

- M-mamá, p-papá... -los sollozos le dificultaron seguir hablando.

Jungkook soltó sus lágrimas también, el dolor de su omega lo podía sentir, era extraño, pero ese sufrimiento también estaba en su pecho.

Aun y cuando no había marca, estuvo a punto de hacerlo muchas veces, pero siempre era un alfa qué lograba contralarse, y después de varios intentos de Jimin pidiendo al final se canso, lo que el omega deseaba después era su nudo.

Pero esa conexión con Jimin era tan inexplicable, y la única respuesta que él encontraba, era el ser destinados.

Abrazo a Jimin para darle fuerza.

- Ha pasado mucho tiempo. Me pasaron tantas cosas que aún no se como es que estoy aquí. Después de su muerte mi vida no fue la mejor, fue tan difícil seguir sin ustedes... - sollozo una vez más. Respiro profundamente, el aroma de Jungkook lo baño por completo. Justo lo que necesitaba, las feromas protectoras de su alfa.
- L-los extraño tanto. En cada segundo que pasa, me hacen tanta falta.

Está vez Jungkook lo abrazo más fuerte de los hombros, Jimin se recargo en él.

- P-pero se que ustedes cuidaron y cuidan de mi. -Tomo la mano de Jungkook. - También tengo a mi alfa, me cuida y me da tanto amor, justo como ustedes. Gracias por enviarme a mi ángel guardián, Jungkook es él mejor alfa.

Jimin miro a Jungkook, quien también lloraba, le sonrió dulce. Entonces Jungkook lo supo, su omega lo estaba presentando.

- Prometo cuidar de Jimin siempre. - Dijo Jungkook. Jimin sonrió y volvió su vista a las lápidas de sus padres.

- Prometo que vendré muy seguido. Cuiden de mi siempre desde el cielo. Los amo con todo mi corazón.

Se quedaron unos minutos más así. La brisa pegando a sus rostros, las hojas secas cayendo de los enormes árboles. Había una tranquilidad, Jimin sentía que podía estar en paz.

Jungkook ayudó a Jimin a levantarse, hizo una reverencia antes de irse y una promesa silenciosa. Cuidaría de Jimin siempre, hasta el final de sus días. Se encargaría de hacerlo feliz. Lo protegería de todo y todos.

Jimin se despidió de sus padres prometiendo volver y traer sus flores favoritas.

Dieron la vuelta y empezaron a caminar a la salida.

- ¿Jimin?...- el omega escucho el llamado y se dio la vuelta.

Una anciana, con un enorme ramo de rosas entre sus brazos.

- ¿Señora Lee? - Pregunto algo dudoso.

- Sí, soy yo. - dijo ella feliz. Siempre fue muy cercana a los pares de Jimin.
- No sabes cuanto me alegra verte. Ya no supe más de ti.

Y es que Jimin había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Cuando quizo terminar su relación con JoIn, este lo llevo a Seul, obviamente a la fuerza. Para ella, fue tan extraño que se fuera y en esos cuatro años no visitará las tumbas de sus padres.

- Bueno... Me pasaron muchas cosas. Pero ahora estoy aquí. ¿Es usted quien cuidaba de las lápidas?

Ella asintió felizmente.

- Claro que si. Aunque debo admitir que los primeros cuatro meses nadie se acerco. Tu desapareciste y tus tíos igual. Pero... Un día llego un hombre.

- ¿Un hombre? -Pregunto. Miro a Jungkook pero este estaba igual que él.

- Sí. No me dijo su nombre. Pero dijo que tu no podías volver a Busan y que me pagaría para cuidar de las tumbas de tus padres. Claro que no acepte el dinero, los Park siempre fueron buenos conmigo y mi esposo. No lo hice antes porque creí que tu lo hacías. Si no fuera por él, no me hubiera dado cuenta.

- ¿Y como era el hombre? -Pregunto, empezaba a sospechar.

- Era alto, su cabellos tenía pocas canas. Y andaba de traje. Venía cada tres meses, y siempre andaba con muchas hombres cuidándolo y camionetas. Y tenía un lunar cerca de su ceja.

Jimin conocía a solo un hombre con ese lunar. Y era el señor Kim.

Agradeció silenciosamente al hombre. Quizás pudo arreglar las cosas desde más antes, pero Jimin agradecía qué al final lo hizo.

- Muchas gracias por todo. -dijo y dejar ese tema a un lado.
- Estaré viniendo más seguido.

- Oh, ¿no estas en Busan?.

- No. Ahora vivo en Seul. -Respondió. La señora Lee miro esta vez a Jungkook, como si apenas y se daba cuenta de su presencia.
- Él es mi alfa.

- Mucho gusto. Jeon Jungkook. -Jungkook hizo una reverencia y la Señora Lee sonrió encantada.

- Me alegra mucho que tengas a un buen alfa. Y si no me equivoco es tu destinado. - Dijo ella.

- Sí, lo somos. - Respondió y los tres sonrieron.

Hablaron un poco más con la señora Lee y luego siguieron su camino.

Jimin durmió gran parte del regreso a Seul, cuando despertó, lo hizo en la cama.

Jungkook ordenaba unos papeles que ocuparía el día de mañana, ya que volvía al Hospital.

- Alfa. - Le llamó. Jungkook dejó lo que hacía y se giro a su omega.

Cerro el maletín y camino hacia él.

- ¿Que pasa amor? ¿Te encuentras bien?..

Jimin asintió. Jungkook se sento en la cama y Jimin rápidamente busco de él.

- ¿Quieres mimos ángel? -Jimin asintió. Jungkook sonrió dulcemente.

Se acostó en la cama y atrajo el cuerpo de Jimin hacia él. Sus manos empezaron a dejar caricias por todo el cuerpo del omega, luego sus dedos se enredaron en los cabellos de Jimin, el rostro del omega fue atacado por los labios de su alfa.

Jimin mantenía sus ojos cerrados disfrutando.

- ¿Iremos a visitar a mis padres seguido? -Pregunto Jimin.

- Claro que si mi sol.

- Pero tu estarás trabajando. No quiero que pierdas tu tiempo, yo puedo ir-

- No. Absolutamente no omega. Yo iré contigo, iremos cada mes. Así que no pienses cosas que no son.

- Está bien, lo siento alfa.

- No te disculpes omega.

Jungkook dejó más besos a su rostro, luego beso los labios gorditos de su omega.

Ambos disfrutaban de ese momento, Jimin al recibir los mimos de su alfa, y Jungkook al complacer a su omega.

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Helowii gente bella.

Creo que ya estamos en los cap finales.
Se viene cositas.

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