Lo que resto de ese día Jimin refirió no darle muchas vueltas a las cosas, no hasta que llegará el momento en que tendría que hablar con Jungkook.

Y por eso ahora, a las diez con cuarenta minutos sentía su cabeza explotar, el alfa no tardaría mucho en aparecer.

Y eso tenía algo nervioso a Jimin, su omega era otro cuento, pues este parecía feliz dando vueltas y con sus orejitas levantadas, pendiente para cuando el alfa apareciera en la habitación.

Jimin decidió bajarse de la camilla, tomó la silla que siempre estaba allí para ir a la ventana, miró la luna, esta brillaba con un dorado hermoso. Tenía mucho de no hablar con ella. Antes de que su vida se convirtiera en un desastre, amaba hablar con la diosa luna.

Pero ahora que tenía tanto de no hacerlo no sabía cómo iniciar. Estuvo unos minutos así, mirando la luna hasta que la puerta de la habitación se abrió.

Jimin se giro y Jungkook iba camindo en dirección a él, con una pequeña sonrisa. La bata qué siempre llevaba ahora no estaba.

Cuando Jungkook llego hasta donde él, también miró la luna.

-Es tan hermosa.

-Sí.

-¿Sabes? -Jungkook tomo asiento en el piso, muy cerca de Jimin. - Recuerdo que cuando estaba pequeño, mis padres me contaban sobre las parejas destinadas, ellos lo eran, al igual que mis abuelos lo fueron. Y cada vez mis ganas por vivir todas esas experiencias aumentaban más.

Jungkook miró a Jimin, este lo miraba muy atento a las palabras que el alfa decía.

- Cuando entre a la Universidad, mis deseos de encontrar a mi destinado aún no desaparecían, creía que quizás lo iba a encontrar ahí. Paso el primer año y nada.
El segundo año conocí a un omega. Era de mi misma facultad, nos hicimos buenos amigos y al final congeniamos tan bien que nos hicimos novios. Había perdido las esperanzas en poder encontrar a mi destinado qué decidí darme una oportunidad, mi alfa no estaba de acuerdo, creo que el más aferrado a encontrar a su destinado era él.
Así que, cada vez rechazaba más y más al omega. Mi lobo nunca lo aceptó, nuestra relación solo duró un año.

- Durante ese año, las cosas no siempre fueron buenas. Porque muy en el fondo compartía los pensamientos de mi alfa. Me esforcé por sentir algo más fuerte por él. Lo intenté, pero al final creo que mi corazón solo podía latir por mi destinado. Cuando le dije que debíamos terminar se enojó, por que el sabia que mi alfa no lo aceptaba.

- ¿Y aún así siguió contigo? - Pregunto Jimin. Él no sería capaz de estar con un alfa si el lobo de este no lo aceptaba. Aunque esas cosas ya eran de cada quien.

-Lo hizo. Creo que también tenía las esperanzas de que mi alfa lo aceptaría. Teníamos muchas peleas por lo mismo. Y lo mejor era terminar con todo eso, quizás suene un poco cruel pero, nunca lo ame, nunca logré enamorarme. Me convencía de que lo estaba, pero no era así.

Jungkook en ningún momento dejó de ver la luna.

-Con mi alfa siempre llevamos una buena comunicación, creo que esa vez fue la única en que no estuvimos de acuerdo en algo. De lo contrario siempre tenemos los mismos pensamientos.

- ¿Y ahora? ¿Como es la comunicación con su alfa?

-Muy buena, siempre lo ha sido, pero desde ese accidente nos fortalecimos más. Si no hubiera sido por el no me doy cuenta que tenía a mi omega en mis narices.

-¿Enserio lo supo desde el principio? - Preguntó Jimin. Aun se le hacía difícil de creer.

-Sí, tu olor estaba allí, débil, pero lo podíamos sentir.

-. Todo esto es nuevo para mí. Y para ser sincero, tengo miedo.

Jungkook se levantó para quedar de rodillas frente a Jimin. Tomó las manos de este y lo miró, sus ojos le transmitian una tranquilidad a Jimin.

- Se que lo tienes, y no voy a obligarte. -con un pequeño dolor en su corazón se lo dijo. Claro que le afectaría si Jimin tomaba una decisión negativa.. -

- Es mejor que lo dejemos así. Y lo olvidemos.

El rostro de Jungkook cambió, Jimin miro como las comisuras del alfa fueron cayendo. El agarre en sus manos fue perdiendo fuerza, por un momento Jimin quizo sostener fuerte las manos del alfa.

- Jimin, -- volvió a tomar las manos de Jimin, esta vez en un agarre seguro. - Dame una oportunidad. Yo jamás te haría daño. Prefiero morir a que lastimar tu corazón. No te estoy pidiendo una vida juntos desde ya. Hay mucho que conocernos y deseo cortejarte. Y que todo lo hagamos despacio. Siempre soñé con este momento, ahora estas aquí, y no deseo soltarte. Te he esperado por mucho tiempo Jimin.
No me vas solo como tu alfa, también quiero ser tu amigo, quiero estar contigo apoyándote para que puedas sanar.

El corazón de Jimin estaba cayendo, sentía tas sinceras las palabras del alfa. Su omega solo podía suspirar y asentir ante las palabras del alfa.

- Permiteme ser parte de tu vida, de demostrarte que yo soy diferente y que nunca de haré daño.

Y Jimin muy bien lo sabía, ese alfa era tan bueno, y era diferente que a Jimin le gustaba, pero a la vez le daba miedo.

- Esta bien. -Jungkook sonrió en grande y se levantó un poco para abrazar a Jimin.

Este a los primeros segundos se quedo estático, pero después envolvió al alfa con sus pequeños brazos.

Cerro sus ojos disfrutando de esa cercanía, estar entre los brazos del alfa se sentía tan bien, tan cálido y protegido. Podían venir miles de tempestades, pero si estaba entre los brazos de Jeon Jungkook no tenía miedo.

Jungkook se separó de Jimin para darle una caricia a su rostro, con la luz de la luna su omega era más hermoso.

Lo llevó a la camilla y le ayudo a subir.

- Ya es tarde, es mejor que duermas. Y lamento que tengas que desvelarte.

-Aveces no puedo dormir. Así que esta bien.

- ¿Son las pesadillas? -Preguntó y Jimin asintió.
- ¿Me permites marcarte? He visto que te ayuda.

Y eso era algo que Jimin quería pedir, pero la vergüenza lo mataba. Y agradecía que el alfa haya preguntado.

- Por favor.

Jungkook se acercó a él y lo tomó entre sus brazos, dejo salir su aroma y Jimin sintió que sus párpados pesaban.

Solo así, con el aroma del alfa en él lograba dormir tranquilo y sin pesadillas.

Se dejó caer en la camilla con sus ojos cerrados cuando Jungkook lo termino de marcar.

Jungkook dejó un beso en su mejilla y sonrió al ver a su omega con sus ojos cerrados, su alfa estaba feliz al ver que su omega aceptaba su aroma y lo hacía sentir mejor.

Jungkook salió cerrando la puerta despacio, ese noche iría a su casa.

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