Character of the day:

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»Capítulo Veintitrés:
Peligro en camino
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—Mi cabeza va a estallar...—rodó en la cama envuelta en mis sábanas y se quejó en voz alta.

—Bebiste como loca anoche—llegué a la habitación con un vaso con agua y unas pastillas para la resaca.—Bebías vodka como agua.—reí.

Claire lloriqueo como una niña y se incorporó en la orilla de la cama junto a mi. Llevaba un chongo desaliñado justo al tope de su cabeza, pero claro que con la larga noche en la cama, su chongo colgaba por su frente.

—Esto debería quitarte los malestares.—le di lo que traía en mano y ella sonrió agradecida—Al menos es lo que me dijo mi tía.

Un libro que cayó abruptamente de mi peinador llamó la atención de ambas, éste se abrió solo y las páginas comenzaron a cambiar como locas. Si, era la "increíble" entrada de Dereck, quien es un idiota por olvidar que Claire esta aquí y que no puede saber nada del mundo mágico.

Empuje a la pelirroja bruscamente hacia la cama justo cuando bebía el agua que le había traído, grito molesta cuando le cubrí la cara con cobijas, almohadas y mi jirafa de felpa.

—¿¡Te volviste loca!?—exclamó aplastada.

El tornado de brillos dorados comenzaba a brotar del libro y la figura de Dereck ya empezaba a notarse.

—Tienes un bicho en la cara, lo estoy sofocando por ti.—dije alterada.

—¡Alexandra suéltame ahora mismo o me terminarás matando a mi y al bicho!—grito.

Dereck salto del tornado y fue casi al instante que encontró mi mirada y sonrió de lado. Hoy se veía muy bien... jodidamente bien.
Otra silueta se miraba a través del polvo y de ella salió Valeritte. Ella en cambio venía vestida lista para asesinar a alguien. Llevaba puesto cuchillos, armas y objetos extraños escondidos entre su ropa de pantalones ajustados y blusa de tirantes. Parecía una sicaria.

Por fin el libro se cerró y pude dejar tranquila a Claire, quien me mordió la mano apenas se levantó e involuntariamente chille.

—Buenos días, solecitos.—bromeó Dereck.

Ambas lo miramos de pies a cabeza y concordamos en que Dereck se miraba como un delicioso snack hoy.

—Hola—sonreí.

Suspiré ligeramente para que nadie lo notara y el sonrió de vuelta. No pude evitar sentir cosquilleo en mi vientre.

—Besos melosos al final del día, jóvenes—Val rodó los ojos—Tenemos graves problemas.

—Es Sábado, el único problema que tenemos es decidir a donde iremos hoy.—soltó con emoción la pelirroja.

Los tres nos miramos recordando que Claire estaba presente y que por lo tanto cualquier tema "sobrenatural" estaba prohibido. Así que Dereck chasqueo los dedos y de pronto el teléfono de mi amiga comenzó a sonar como loco.

—¿Mamá?

Dereck y Valeritte se miraron exasperados y luego me miraron a mi con esa mirada juzgadora, yo me encogí de hombros.

—¿No llego a casa anoche?—cuestionó preocupada pero luego suspiró recordando algo.—Seguramente esta en casa de Colton.—aseguró.—¿Podríamos ordenar comida tailandesa para comer? Me muero por comer esos fideos.

Dereck tomo el teléfono de la chica abruptamente.
—¡Su hija ya va con usted, adiós!—y colgó.

Claire lo miro con una mueca pero luego suspiró olvidándolo. Se puso sus zapatos y tomó su bolso.

—Mi mamá está afuera, ¡nos vemos más tarde!—sonrió y se despidió de todos con un beso en la mejilla.

Cuando por fin dejo la habitación y cerro la puerta Dereck se lanzó a mi cama con un alarido.

—Sabía que debía transportarla a su casa desde un principio.—se quejó.

—Enserio Dereck, tienes que decirnos la verdad sobre esa "liberación de poderes" tuya, sabemos que ocultas algo.—Valeritte se cruzó de brazos.

—Y dale con eso...—gruñó harto y volvió a ponerse de pie.—¿Porque no le explicas a Alexa porque estamos aquí?

La mirada de la rubia pasó de Dereck hasta mi con algo de tensión, de hecho se miraba muy preocupada.

—Creemos que Morrigan envió a seres sobrenaturales a buscarte.

—Vampiros y Wargos, para ser exactos.—intervino.—En verdad que nadie quiere a esos malditos chupasangre.

—Wow ¿que?—hablé alterada.—¿Vampiros?

—La mayoría trabaja para Morrigan y son unos malditos.—aseguró Val.

—¿y que haremos?—pregunté.

—Debemos encontrarlos y matarlos, obviamente.—dijo Dereck con gran tranquilidad.

Los miré sin saber que decir exactamente, tratando de asimilar que estaba siendo buscada por vampiros asesinos.

—¿Como saben que los enviaron por mi?

—Dereck los vio salir del mundo mágico.—dijo la chica mirando al mencionado para que confirmará su historia, aunque de pronto al recibir la atención de ambas pareció ponerse nervioso.

—Asi Es.—soltó y comenzó a caminar de vuelta a la salida.—No hay tiempo que perder, debemos irnos.

Ambas lo miramos como un bicho raro, sin embargo, no hay que olvidar que estamos hablando de Dereck, el ES un bicho raro con complejo de rey. Por lo tanto éste comportamiento es más normal que un día soleado en Julio.
Así que tomé el atrapa sueños protector que había comprado el día que llegue al mundo mágico y lo guarde cuidadosamente en el bolsillo de mi chaqueta. Si vamos a enfrentar vampiros asesinos es mejor estar preparada.

Apenas puse un pie fuera de mi habitación y escuché a Nath gritando mi nombre con una notable emoción, mi hermana venía corriendo del baño con una sonrisa faltante de dientes.

—¡Alex, no vas a creerme!—estalló llegando a mi. Tomó mi mano y me jaloneo enérgicamente en dirección al baño al fondo del pasillo.

—No puedo jugar ahora, Nath.—insistí. A juzgar por sus salpicaduras de agua en su ropa y los cabellos que se pegaban a su cuello y frente, era obvio que se trataba de su juego favorito (y también el más desastroso), "clases de natación a la familia cerdito".

Mi hermanita tenía esa colección de cerditos de porcelana de diferentes tamaños, los más grandes eran los padres y abuelos y los pequeñines eran los bebes. Nuestro padre adoptivo se los había regalado con la única condición de que mostrara ser lo suficientemente responsable como para no romperlos, y Nath lo había cumplido hasta ahora.

—¡No Alexa! ¡Por fin lo logré!—me dijo de pronto, frenándose en seco justo antes de abrir la puerta del baño.

—¿Lograr que?—pregunté intrigada.

Su sonrisa creció poco a poco y con su mirada iluminada me convenció a entrar tras ella.
—¡Logré tener una hada mascota!

—¡Mierda!—exclamé antes de que hasta la última gota de sangre en mi cuerpo bajara hasta mis pies. No podía parpadear por la gran impresión, pero debía hacerlo si quería confirmar que no estaba viendo mal, porque seamos honestos, ¡En verdad que no puede haber un conejo azul hecho de agua en mi bañera!—¡Quédate detrás de mi, Nath!—le ordené al pasar mi brazo por frente suyo y empujándola levemente hacia atrás.

—Tranquila Alex, es mi amigo Berry Bonnie.—me dijo poniendo sus pequeñas manos en mi brazo para tratar de acercarse al gato fenómeno.

—¡Eso no es tu amigo, es un conejo sacado de Chernobyl o algo parecido!

El animal comenzaba a alterarse rápido, así que cuando me lance para intentar atraparlo y devolverlo a donde sea que pertenezca, el se había lanzado a la bañera llena de agua que seguía y seguía saliendo, salto como un pescado fuera de esta por el lado contrario al mío y corrió escurridizo entre mis piernas, trataba de escapar pero no podía permitírselo.

—¡Dereck atrápalo!—grité.

—¡No, lo están asustando!—chillo Nath.

El rubio miró perplejo al conejo acuático que corría hacia el listo para esquivarlo y escapar (típico de un roedor).

—Santo cielo—murmuró.

—¡No te quedes ahí, atrápalo!—le ordene y enseguida reaccionó, para nuestra mala suerte el conejo se volvió agua en sus manos y al caer en una lluvia breve volvió a transformarse en lo que era, para escabullirse entre las piernas de Dereck.—¿¡Que Carajo!?

El animal saltó sin temor por las escaleras y juró que nos miró burlón a todos, pero justo entonces fue capturado por una esfera violeta que Valeritte se había encargado de lanzar. Con un movimiento de dedos la pelota morada flotó hacia las manos de la rubia.

—Gormwids—dijo.—Son un dolor de cabeza sino sabes controlarlos.

—¿Que mierda es eso?—cuestionó Dereck acercándose para mirar al conejo que por ahora estaba paralizado.

—Una criatura de rio que puede convertirse en el animal que más le convenga.—explicó.—Y es un detestable parásito del mundo mágico.

—¡Berry!—chilló Nath.

Todos nos giramos a verla y por un momento retrocedimos levemente temerosos al ver sus ojos en llamas naranja vivo. Pero en cambio la pequeña castaña bufó y ordenó en voz alta:

—¡Dejen a Berry!

Valeritte dudo sobre la ferocidad de mi hermana pero esa duda fue seguida por una sonrisa ingeniosa. Se acercó a Nath y le entregó la esfera, la cual se desvaneció a los segundos en los que estuvo en las manos de la pequeña Kadima.

—¡¿Que haces?!—exclamé.

—Tranquila Gray, Berry hizo una conexión con Nath por lo que ahora será su fiel sirviente hasta que ella lo desee.—aseguró.

Mis nervios se calmaron al ver como Nath volvía a la normalidad y el conejo se acurrucaba entre sus brazos. Valeritte no mentía al respecto, ambos parecían estar tranquilos juntos.

—Los Gormwid se crean a partir de qué un organismo habitable cualquiera consuma agua de los ríos del Mundo Mágico, crecen y se forman dentro de las personas y luego son regurgitadas en un asqueroso líquido azul, y ¡ta-ra! Horas despues tienes un molesto ser acuático molestando en tu hogar.

—Espera, ¿dijiste líquido azul?—cuestione.—Anoche en la fiesta muchos chicos vomitaban azul por alguna razón, quizá por esa estupida bebida "Zarzamorea".

—Alguien debió llenarlos con agua de rio.—aseguró Dereck.—¿Pero para que querrían docenas de Gormwids?

—¿Que no es obvio? Los Gormwids no solo pueden cambiar de metamorfosis a conejos, sino también a osos, lobos o... si se unieran todos... a gigantes de agua.—hizo una pausa.—Se dice que un gigante de agua podría destruir una ciudad entera en segundos.

Con una mueca de temor todos dirigimos la mirada al "inofensivo" conejo que yacía en los brazos de mi hermana.

—No dejare que lo dañen.—nos amenazó Nath, retrocediendo lentamente pero sin apartarnos la mirada de encima.

—Tranquila Nath, Berry estará bien, el verdadero problema son los otros Gormwids.—dijo Val.—Sin nadie a quien servir querrán divertirse un poco con la ciudad, lo que claramente sería una catástrofe.

—Carajo...—murmure entre dientes.—Ahora debemos detener vampiros y conejos de agua, literalmente un día perfecto.—sonreí totalmente sarcástica.—Debería llamar a Ethan, necesitaremos mucha ayuda.—mencione buscando mi teléfono entre mis bolsillos.

—¡Oh mierda!—exclamó repentinamente Dereck recordando algo que en verdad lo puso nervioso.

—Ayer dejé a Ethan  dentro de un círculo de piedras hechizadas para que no lograra salir toda la noche.

—¿Porque le harías eso?—cuestione comenzando a ponerme furiosa.

—Era luna llena, Gray.—respondió obvio.

—Entonces iremos primero por el.—ordene.

Valeritte estaba por hablar pero fue interrumpida abruptamente por el sonido de mi teléfono, una vez lo tomé en mano mire de quien se trataba.

—Es Ethan.—dije asombrada.

—¿Que?—Dereck frunció el ceño.

Enseguida contesté, deseosa de saber que carajos había pasado con el y claro, saber si estaba bien. Puse el teléfono en altavoz para que todos los presentes pudieran escucharlo:

—¿Ethan?—pregunté.

—¡Alex, ayúdame!—gritó y enseguida logró ponerme los pelos de punta.

—¡¿Que ocurre?!

—Anoche yo...—el chico estaba asustado de muerte, lo notaba por su voz tambaleante y el llanto que trataba de ocultar.—Alex perdóname... en verdad no quería hacerlo pero no tenía el control... ¡joder, no tenía el control!

—Ethan tranquilo, dime que ocurre y te ayudaré.—le asegure. Dereck y Valeritte intercambiaron miradas de preocupación entre sí.

Mi amigo castaño suspiró y aguardó unos pocos segundos antes de decir:
—Asesine a Hailey anoche...

Todos nos miramos perplejos por lo que Ethan acababa de decir. ¿Realmente había matado a Hailey por un descontrol de luna llena? Esto era un problema mayor de los que ya teníamos o de los que alguna vez había tenido. Pero había una cosa que tenía en claro, no iba a dejar solo en esto a mi amigo.