⌜Hyunjin⌟

Es inevitable ignorar lo obvio. Lee Minho se ve tan jodidamente hermoso ahora mismo y me es tan difícil mantener mis perversos pensamientos muy alejados. Y es que, nunca había deseado tanto besar, tocar y poseer a una persona como ahora mismo. No cabe duda de que el pelinegro tiene demasiado poder sobre mí y seguramente no lo sabe, o quizá no le interesa en lo absoluto.

Dejé a Minho sobre mi cama después de quitarle el calzado y admiré su belleza en completo silencio mientras el descansaba cómodamente.

De pronto, fui tomado de la muñeca con fuerza y no pude evitar caer sobre el apetecible y escultural cuerpo de Minho, lo que provocó que mi corazón latiera con rapidez y mi rostro se sintiera caliente.

—¿Qué...? — sus suaves y deliciosos labios se posaron sobre los míos y me quedé hecho pierda durante unos segundos y cuando entendí lo que estaba sucediendo, le regresé el beso, pero agregué un poco de pasión y deseo que le provocó al pelinegro gemir cuando mi lengua comenzó a explorar su boca.

—Sabes y hueles tan bien, hyung— admití entre besos. Después de dejar en libertad sus labios, me encargué de besar y lamer todo su cuello. —Di mi nombre— le pedí con tono ronco.

—Hyunjin...

Sonreí con satisfacción antes de asaltar sus labios de nuevo y cuando estaba a punto de meter mis manos debajo de su camisa para disfrutar de su cuerpo, me detuve y con mucho esfuerzo, me alejé de él.

Él se encuentra bajo el efecto del alcohol, por lo que debería esperar a que se encuentre consciente, de lo contrario, Minho me odiará de por vida si hago algo que él no quiere.

—Será mejor que duermas, hyung— dije antes de salir de la habitación a regañadientes.

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Después de tomar un baño, fui a mi habitación y me sorprendí al ver la cama vacía y ordenada, como si no hubiera sido usada por Minho la noche anterior. No creí que se fuera a ir tan temprano, de hecho, quería hacerle de desayunar... 

—¿Qué buscas? — la inesperada pregunta de Minho me hizo saltar.

—A ti, ¿no es obvio?

Minho rodó los ojos antes de preguntar—: ¿Qué sucedió anoche?

—¿No lo recuerdas?

—Por supuesto que no, de lo contrario, ¿por qué te lo preguntaría?

—Hyung, ¿en verdad quieres saberlo? — le pregunté con tono pícaro mientras lo atrapaba entre mi cuerpo y la pared.

El pelinegro hizo una mueca y no pude evitar darle un suave beso en sus labios y gracias a ello, me gané un golpe en el abdomen.

—¡Oye...!

—¿Quién te crees que eres para besarme? ¡Maldito pervertido...! — cubrí sus labios con los míos y di inicio a un beso que se volvió apasionado en cuestión de segundos. Al parecer, no soy el único que siente interés por la otra persona y eso me hace sentir tan jodidamente feliz.

—Me gustas mucho, hyung— confesé una vez más tan pronto lo dejé en libertad.

—Vete a... ¡Ni se te ocurra besarme otra vez!

—Te besaré cada vez que insultes— le advertí con tono serio.