Con el tiempo, Hyunjin y Jeongin descubrieron que era hora de que regresaran a casa. Hyunjin se despidió de Minho por el momento, mientras Jeongin bajaba las escaleras para salir del edificio. No parecía alguien para decir adiós, o hola, para el caso, por lo tanto Hyunjin como Minho no le prestaron atención.

Hyunjin finalmente salió de la habitación después de unos cuatro minutos, habiendo olvidado que se suponía que debía irse en primer lugar. Saludó y salió trotando, sabiendo que si no se daba prisa, tendría que pasar varios minutos más tratando de alcanzar a un Jeongin errante.

De pie al lado de la cama de Minho, Jisung miró hacia la puerta abierta que conducía al pasillo.

―Tu amigo se parece mucho a ti.

―Cualquier cosa menos eso ―replicó Minho, sentándose derecho en la cama―. Él es un poco más... Idiota, por decir lo menos. ―él se rió y se frotó la cara con cansancio.

El sonido de la risa de Minho hizo que Jisung volviera la cabeza hacia él. Fue una reacción que Jisung no se esperaba en lo más mínimo, pero aprovechó su sorpresa y solo logró decir un: ―Ya veo.

Minho miró a Jisung, casi con asombro.― ¿Por qué estás de pie? Toma asiento. ―Palmeó animadamente el espacio vacío a su lado.

―No, está bien. De hecho, también estaba pensando en despedirme pronto-

―¿Qué? Por qué? ―La decepción en su voz era clara.― Solo has estado aquí durante unos treinta minutos.

Jisung se rascó la cabeza.―Han pasado más de tres horas, en realidad.

―¡Eso es igual! ―Minho se acercó a donde estaba parado Jisung, todo el tiempo sentado en la cama.― Hablé con Hyunjin la mayor parte del tiempo, así que no cuenta.

―Ah ¿No? ―Jisung dio un paso imperceptible hacia atrás.

―¡Las tres horas! ―Se estaba frustrando.― Ahora también soy muy malo para medir el tiempo, si no lo has notado. Tres horas se sienten como siete horas, a veces. Pero tres horas también se pueden sentir como siete minutos. Puede que no sea tan exacto como antes, pero toda esa regla de 'El tiempo vuela cuando te diviertes' todavía se aplica a mí, incluso hoy.

―Así que... Tres horas no es nada. ―Jisung murmuró.

―¡Exactamente! ―Los ojos de Minho se iluminaron de nuevo.

Jisung evitó mirarlos.― Entiendo, pero todavía tengo que irme. ―Evitó mirar a Minho por completo.― Me quedaría si fuera por mí. Solo tengo algo de lo que ocuparme, pero me aseguraré de visitarte mañana.

Minho no hizo ningún sonido. Presionó sus labios en una delgada línea y cayó de espaldas en su cama. Probablemente tenía mil cosas que decir, pero las mantuvo a raya y, en cambio, rodó sobre su costado, de espaldas a Jisung.

Ahora estaba sorprendido. Jisung nunca supo que Minho era uno de los que de repente se enojaba en un segundo. Miró a su alrededor y frunció el ceño, y pensó que sería mejor irse.

―Te veré mañana.

―¿Quieres que te devuelva la bufanda? ―La pregunta salió de la nada. A pesar de que él fue quien preguntó, Minho se aferró con fuerza.

Jisung lo miró y subió la cremallera de su chaqueta.― Si la necesito.

Consternado, Minho se sentó en la cama y lentamente se pasó la mano por el cuello para quitarse el cálido trozo de tela. Se tomó su tiempo, la idea de quitarla lo mataba más rápido que la propia enfermedad.

―... Pero también quiero que la conserves.

Las palabras habían sido tan impactantes para Minho que se detuvo y miró a Jisung. Sus manos se tensaron, relajaron y descansaron contra su cuello.― ... ¿Tú lo dices en serio?

―Sí.― Jisung logró la más leve de las sonrisas.― Por favor, quédatela, Minho.

En ese momento, dio media vuelta y se alejó, sintiendo que no podría salir si duraba un segundo más en la habitación.

Como son cortitos tendremos doble actualización de esta historia <3