—El señor Shin me agrada, pero su hija no tanto— no pude evitar admitir.

—¿Cómo es que no te agrada tu prometida? — preguntó Hyunjin con tono burlón.

No pude evitar deleitar mi vista el encontrarme con Hyunjin desnudo y recostado sobre la cama después de tomar una ducha. Me quité la toalla y decidí colocarme a horcajadas del atractivo hombre que no dudó en posar sus manos sobre mi cintura.

—No quiero hablar de eso— respondí. Uní mis labios con los suyos y di inicio a un delicado y suave beso. Tan pronto nos separamos no pude evitar decirle—: Quiero hacerte sentir tan bien como tú me haces sentir a mí.

Hyunjin me miró con tanta intensidad que me hizo tragar en seco y después de unos momentos de silencio me preguntó—: ¿Qué tienes en mente?

—Simplemente déjate llevar y te aseguro que te encantará.

He estado investigando en internet toda clase de información que me pueda ayudar a brindarle satisfacción a Hyunjin porque quiero que él también lo disfrute al máximo. No sé exactamente si las cosas saldrán bien o no, pero de lo que si estoy seguro es que pondré todo de mi parte para que Hyunjin quede fascinado con mi trabajo.

El pelirrojo eliminó todo rastro de duda y desconfianza mientras acataba mis instrucciones, así que, tan pronto lo tuve en cuatro patas frente a mí no dudé en llevar mis manos hacia sus nalgas y las azoté, después las abrí y me relamí los labios al encontrarme con el estrecho y rosado agujero que nunca antes ha sido irrumpido.

Llevé mi lengua hacia su agujero y la introduje para comenzar a lamer y chupar hasta que se fue dilatando un poco y no dudé en meter y sacar mi lengua del agujero de Hyunjin que no dudó en soltar gemidos al sentir el húmedo contacto de mi lengua en su interior; agarró con fuerza las sábanas que se encuentran debajo de sus manos y me quedó en claro que lo estoy haciendo bien.

Agradecí en silencio el haber tomado el lubricante antes de dar inicio a todo esto porque de lo contrario hubiera perdido tiempo en ir en busca del líquido; abrí la botella y eché del frío líquido en mis dedos, después procedí a introducir un digito en el agujero de Hyunjin y al asegurarme que todo estaba en orden, introduje un segundo digito y comencé a dilatarlo lo suficiente hasta que fue más fácil el acceso para mí.

—¿Quieres que me detenga? — le pregunté.

—Mierda, no— respondió entre gemidos que fueron música para mis oídos.

Azoté su trasero con mi mano libre y Hyunjin gimió más fuerte por lo que continué metiendo y sacando mis dedos y llevé mis labios a las bolas del pelirrojo para dar inicio a un delicioso masaje con mi boca que lo hizo temblar.

—Hmmm... sí. ¡Mierda! — gritó. Sonreí con superioridad cuando entendí que había encontrado su punto y aumenté el ritmo hasta que Hyunjin se corrió. Tan pronto terminó, se dejó caer de espaldas sobre la cama. —Ven acá.

Me recosté de espaldas a él y me abrazó con fuerza. Llevó su boca a mi hombro y comenzó a succionar con fuerza para dejar una notable marca y comenzó a masturbarme con su mano libre para ayudarme a correrme. 

—Me gusta tanto sentirte— dijo Hyunjin contra mi cuello y mi piel se erizó. —¿Sabías que tu sabor es tan malditamente adictivo y embriagante?

—Jinnie... — gemí al sentir los espasmos de mi liberación. Hyunjin aumentó el ritmo y no pude evitar gritar tan pronto me corrí en su mano.