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Tʜʀᴇᴇ.


I 03. I

Horns and Swords

❝Unraveled❞
















      GENERALMENTE, CUANDO ESCUCHÓ TRUENOS U OLAS, ES DURANTE EL DÍA, CUANDO ESTABA DESPIERTA. Esta vez, habia sucedido a través de sus sueños. Su cuerpo fue lanzado violentamente y le dolió una vez que despertó. Lo único que realmente recordaba era el cielo y el mar luchando por el dominio, junto con una voz oscura que retumbaba en la tierra.

Ariadna se había acercado más a Percy, moviéndose con él a través de sus lecciones para ayudarlo. Enseñó griego con Annabeth, pero la mayor parte del tiempo estaba ayudando a Percy. Lo cual no le importo mucho, Quirón le dio el visto bueno para excusarse de las lecciones, su conocimiento de todas las lecciones era lo sufisientemente bueno como para saltarse unos días. 

Actualmente, el cuarto día después de que el niño había aparecido, ella estaba parada serca de Luke mientras el enseñaba a los campistas de Hermes. La chica intervendría y ayudaría, pero esta lección era cercana y querida para el corazón del rubio, ya que era el segundo mejor espadachín de los últimos trescientos años.

"Esta bien." Luke hablo: "Si a Percy no le importa, quiero darte una pequeña demostración".

Ariadna palideció levemente, Percy no estaba ni cerca del nivel de Luke, estaba a punto de pasar una semana en la enfermería. Su mano se encontró con el hombro de Luke, con una expresión de preocupación en su rostro. Pero el chico la tranquilizó, "Todo estará bien. No le haré daño..." ella asintió, pero él sonrio, "... no demaciado".

Ella le dio una palmada en el hombro, él solto una carcajada antes de que sus ojos se encontraran con los de Percy. Una mirada de confianza en su rostro, que alivió un poco sus preocupaciones, un poco.

Luke había estado aprendiendo un movimiento con Ariadna, quien ya lo había perfeccionado. El rubio había estado haciendo un progreso asombroso en su mente, pero siempre lo practicaba cuando podía.

Era una técnica de desarme, además de útil. Gira la espada del enemigo con la parte plana de la suya, por lo que su oponente tendría que soltar su arma.

"Esto es difícil", le dijo Luke al niño, lo que no ayudo a sus nervios. "Lo han usado en mi contra." Lanzó una mirada sucia a Ariadna, ella solo se encogió de hombros, Percy vio la sonrisa en su rostro. Ella estaba orgullosa. "No se rían de Percy, ahora. La mayoria de los espadachines-" un carraspeo le indicó que se corrigiera a si mismo, "- o espadachinas, han tenido que trabajar años para dominar esta técnica".

Luke le dio a la hija de Dionisio una sonrisa, "Además de Ariadna. Pero, de nuevo, ella es la mejor espadachica de los últimos trescientos años."

"Es un talento". Bromeó, una risa se le escapó mientras los campistas de Hermes observaban.

El adolescente mayor le dio a percy una demostración de como se suponía que funcionaría el movimiento, queriendo un poco de aprobación de Ariadna, ya que ella era la que se lo había estado enseñando. Una sonrisa se torció en su rostro cuando vio su asentimiento de aprobación, Percy recogió su espada que estaba en el suelo.

"Ahora", Percy miró a Luke, lanzando miradas furtivas a la morena de vez en cuando. "En tiempo real. Seguimos entrenando hasta que uno de nosotros lo logra. ¿Listo, Percy?"

El chico no tuvo más remedio que asentir, dejando que Luke avanzara.

Lo que sucedió a continuación tomó a todos por sorpresa, principalmente a Luke y Ariadna. Percy pudo detener el golpe de Luke fácilmente. Desviar y contrarrestar cualquier cosa que Luke le enviara, pero las nuevas habilidades repentinas de Percy hicieron que luchara más duro, no tan duro como lo haría con Ariadna, pero lo suficientemente cerca como para agrandar sus ojos.

Y muy pronto, Luke estaba en el suelo con la espada de Percy apuntando a su pecho. La espada de Luke chocando contra el suelo, el chico usando la técnica de desarme.

Ariadna no pudo evitar animar al chico, quien se sonrojó mientras soltaba un silencioso "Lo siento".

Luke, que estaba aturdido en el suelo, se levantó, "¿Lo siento? Por los dioses, Percy, ¿Por qué lo sientes? ¡Muestrame eso de nuevo!" Una gran sonrisa en su rostro, haciendo que Percy se sonrojara aún más.

Sus ojos verde mar intentaron concentrarse, pero Luke golpeó la empuñadura de su espada, enviandola al suelo en segundos. Ariadna se encogió levemente al ver el rostro de Luke y el resto de la cabaña.

El consejero rubio se encogió de hombros, "¿Suerte de principiantes?"

Luke se secó el sudor de la frente. "Quizás. Pero me preguntó qué podrías hacer Percy con una espada equilibrada..." Ariadna fue empujada hacia adelante, los niños de Hermes gritando.

Un niño le gritó al adolescente: "¡Ariadna debería intentar el movimiento!" Un coro de acurdo voló por el aire, Luke le envió a la chica una mirada de pregunta, viendo si estaba a la altura del desafío.

"Podría ser un desafío". Luke habló, Ariadna puso los ojos en blanco.

"Para ti. Recuerda, yo te entrené, joven alumno." El adolescente le envió una sonrisa, sosteniendo su espada con fuerza.

Percy vio como Ariadna estaba donde solía estar, enviándole un guiño mientras él le devolvía la sonrisa. La chica hizo girar su anillo, dejándolo en el aire mientras agarraba su espada.

El oro brillando a la luz del sol mientras los campistas de Hermes vitoreaban mientras ella sonreía, su pulgar rosaba las enredaderas de la hoja, una mirada peligrosa en sus ojos.

Luke caminó al rededor, Ariadna siguiendo sus pasos. Hizo un movimiento, balanceando su espada en su dirección. Ella lo bloqueó fácilmente, enviando rápidamente un golpe para contrarrestar el de él.
Los dos se batieron en duelo durante unos minutos, Ariadna ni siquiera empezó a sudar.

Él prueba con ella, solo para que la chica se lo haga a él, el de ella mucho más perfeccionado. La espada cae de sus manos, chocando con el suelo, Ariadna mantiene su espada en su cuello mientras pisa la de él.

Luke levanta las manos, "Tu ganas".

Ella sonríe, pateando su espada hacia él mientras se gira, enviando una sonrisa a Percy. Pero el chico no la regresó, sino que abrió la boca mientras miraba hacia atrás.

Un dolor agudo golpeó su espalda, la chica gritó mientras sus ojos morados destellaban de dolor e ira. Luke estaba de pie, con la espada en alto y una mirada determinada.

Ariadna lo mira, sus fosas nasales dilatadas antes de lanzar múltiples golpes. Él lucho por mantenerse al día, sus movimientos se volvieron mas rápidos que antes, con el control limitado que tenía, lo derribó con enredaderas gracias a sus poderes.

Una mirada de enojo atravesó a Luke mientras yacía en el suelo, en una posición muy vulnerable.
La chica patea su costado, retrocediendo antes de alejarse, la espada transformándose de nuevo en un  anillo que se pone.

La chica esperaba a la sombra de un árbol, inspeccionando la cabaña de Hermes en busca de Percy. Sus ojos verde mar miran a su alrededor, sin ver el árbol jonto al que ella estaba. Ariadna esperó a que Luke se fuera, y se movió una vez que el se marcho.

Su mano se aferró a la parte de atras de la camisa de Percy, lo que hizo que girara con los ojos muy abiertos. Se relajó ante el familiar purpura, tragando saliva levemente ya que su rostro no tenía la sonrisa normal que solia tener.

"Muy bien, Jackson, suéltalo".

Percy arqueó una ceja, "¿Soltar qué? ¿Un batido?"

Ariadna no estaba de humor para sus bromas, "No". Ella gruño, el chico retrocedió un poco ante su tono. Nunca la había escuchado con esa voz antes, "¿Por qué eres tan bueno, eh?"

El chico se encogió de hombros, "No lo sé. Simplemente lo hice".

"Eso fue extraño... realmente extraño."

Entrecerró los ojos, "¿Qué es raro?"

"¡Esto!" Ella espetó, "¡Todo eso! No deberías haber hecho nada bueno. Tú solo... simplemente apestas en todo."

"Oh, wow. Gracias. Gracias. Realmente me encanta escuchar cómo apesto en todo." Él se burla, sus manos envuelven la parte delantera de su cuello con fuerza.

"Jackson". Ella dice con un tono de advertencia, el niño suspira. Le quita las manos de la camisa y retrocede.

"No lo sé. Como dijo Luke, tal vez sea solo suerte de principiante".

Ariadna suspira, sumida en sus pensamientos. "Si. Si, tal vez lo sea..."

Percy intenta llamar su atención, agitando su mano frente a su rostro mientras ella no parpadea. "Oye, Ariadna." Un pensamiento aparece en su cabeza, "¿Curly Fry?" Se burla, en un instante, una mano golpea su abdomen, con fuerza.

El chico gime, agarrándose el estómago mientras se dobla. Las lágrimas de reflujo llenan su visión, Ariadna se aleja, pero se detiene de repente.

Percy se pone de pie, con el estómago todavía dolorido. "¿Qué?"

"¿Has visto algo?"

"¿Qué? ¿La cosa de la Vid?"

"Si." Estaba nerviosa, no tenía idea de por qué. "No estabas haciendo ninguna pregunta, lo cual es raro en ti".

Él pone los ojos es blanco, "Simplemente  lo acepté. Hija del dios del vino, las vides parecían plausibles". Ariadna de un suspiro de alivió, "Oye", se coloca las manos en la cadera. "¿Te parecería extraño si de alguna manera te volvieras genial peleando con espadas después de una pausa en el agua?" Ella levanta una ceja, "Solo para, eh... investigación."

"¿Investigar?"

"Si"

La chica se acerca, inclinandose hacía el. Percy se inclina hacia atrás, sonrojándose levemente por la cercanía de la chica. "Bueno, no. En este campamento todo es posible". Él da un suspiró de alivió, "Pero", su rostro cae. "Me parecería extraño si fuera causado por el agua, eso significaría que son hijos de..."

Se detuvo, los ojos muy abiertos mientras Percy la miraba inquisitivamente. "¿Eran hijos de qué?"

"Nada". Ariadna niega con la cabeza "Nada".

La chica se volvió rápidamente, corriendo en direccióna las cabañas. Percy suspiró, pasando una mano por su cabello mientras las colocaba al rededor de su boca. "¡Gracias!" Gritó, lo que provocó que Ariadna girara rapidamente mientras corría hacia atras, enviándole una sonrisa antes de girarse de nuevo.

El chico le sonrió, viendo como los rizos oscuros se alejaban más de él. Solo para  darse cuenta de que tenía que empezar a correr también, así que trotó para encontrarse con la cabaña, una morena de ojos morados en su mente.

🍇🍇🍇


   ARIADNA IRRUMPIÓ EN SU CABAÑA, JADEANDO LEVEMENTE DESPUES DE CORRER ATRAVES DEL CAMPAMENTO. Cástor y Pólux estaban allí, hablando de otro libro de Shakespeare. Esta vez fue Hamlet. Eso fue lo único que no compartió con sus hermanos y su padre, el amor por las obras de teatro. Eso se completó con la necesidad de luchar, así que mientras sus hermanos hablaban de Shakespeare, ella estaba ocupada peleando con otros campistas.

Cástor, quien sonrió una vez que atravesó la cabaña, se puso de pié y la abrazó con fuerza. "Aw, hermana, nos extrañaste"

Pólux se unió, aplastando a la chica entre ellos mientras luchaba por apartarlos. Golpeando sus espaldas mientras ella trataba de respirar, "Claro. ¡Ahora déjame ir!"

Los gemelos la dejaron ir, parados uno al lado del otro mientras una sonrisa traviesa descansaba en su rostro. Ella arqueó una ceja, "¿Que pasó? ¿Ayudaste a los Stoll a hacerle una broma a alguien otra vez?"

Pólux apoyó la mano sobre su corazón, "Hermana, ¿Crees..."

"-tan poco-" Cástor interrumpió.

"-De nosotros?"

Ariadna puso los ojos en blanco, "Uno, sí. Dos, eso fue extraño y odio cuando ustedes hacen eso".

Compartieron una mirada, "¿Que tal esto?" Ambos preguntaron a la vez, los ojos de la niña se agrandaron mientras negaba con la cabeza.

"No"

Cástor se desparramó sobre su cama, las piernas colgando a un lado mientras descansaba contra la suave almohada púrpura. Pólux le revolvió el pelo, cayendo al suelo mientras él la miraba fijamente.

La niña miró a los dos, sabiendo que algo estaba pasando. Cástor señalo hacía ella, "No te enojes."

"Sabes que es nuestro turno de elegir".

Ariadna ladeó la cabeza, "¿Por captura la bandera? Si, lo sé. Tú elegiste la cabaña de atenea, ¿Verdad? Siempre hacemos eso". Los gemelos compartieron una mirada, los ojos abiertos mientras se aterrorizaban con su hermana. "Elegiste a Atenea, ¿verdad?"

Pólux le dio una sonrisa avergonzada, "Bueno..."

"Niños". Ella gruñó, apretando los puños. Si tuviera que hacer equipo con la cabaña de Ares, sería un infierno que pagar, Cástor y Pólux estarían colgando de los pies de un árbol.

"¡Acordamos hacer equipo con la cabaña de Ares!" Soltaron, cubriendose la boca con las manos mientras retrocedían, asustados de lo que haría su hermana.

Cástor suspiró, "Y antes de que te enojes", se apresuró a decir. "Han tenido el laurel durante semanas, es lo más inteligente que se puede hacer".

Ariadna apretó la mandíbula, "Pero Annabeth me dijo que tenía un plan increíble, estaba segura de que ganarían esta vez".

"Ella dice eso todas las semanas". Hablo Pólux, la chica le lanzó una mirada furiosa, el chico se recostó. "Bien, me callaré."

Ariadna espetó, agarrándolos a ambos de los oidos mientras gemían. Los saco por la puerta de la cabaña, los campistas observando mientras los niños de Dionisio caminaban por el campamento.

Pasó pisando fuerte junto a Annabeth, Grover y Percy, todos ellos haciendo sus propias cosas mientras encontraban interes en la morena. Quirón suspiró, otra pelea entre ellos.

Dionisio solo se rió de sus hijos, bebió de su Coca-Cola mientras veía a su hija destruir a sus hijos. Ariadna los empujo al suelo y les dio patadas mientras gritaba.

"¡Ni siquiera te molestaste en hablar conmigo! Yo siempre hablo contigo".

Pólux y Cástor se estremecieron ante su tono, aliviados de que se hubiera marchado. La morena se dirigió hacia Annabeth, que tenia un cuaderno en la mano. "Esos idiotas nos emparejaron con Ares."

La rubia entrecerró los ojos, si tenían a Dionisio definitivamente iban a ganar. Su plan aún funcionaría, pero sabía cuánto deseaba Ariadna que su cabaña formara parte del equipo ganador.

"No estoy enojada." Ella habló, Ariadna suspiró.

"Lo sé", una mano se pasó por su cabello, "sólo quería ayudarte a ganar, eso es todo".

Annabeth abrazó a la chica, quien le devolvió el abrazo con fuerza. Ariadna fue llamada por Clarisse, "Oye, Chica Uva, quiero hablar contigo". La rubia le dedicó una sonrisa de simpatía, Ariadna se acercó con paso pesados.

Clarisse se cruzó de brazos, sonriendole mientras veía a la joven mirarla. "Muy bien, tenemos que asegurarnos de que no le digas nada a la sabia de allí".

"No lo haré, no soy una tramposa como tú." Ariadna respondió, poniendo los ojos en blanco ante la mirada ofendida de Clarisse.

"Escucha, niña." Se acercó, Ariadna arrugo la nariz ante el olor nauseabundo de la chica Ares. "Tienes que saber esto: vienes con nosotros para agarrar la bandera. ¿Entendido?" Ariadna asintió, afortunadamente, Clarisse la dejo sola.

Ariadna resopló, sus ojos morados se encontraron con los verde mar de Percy. El chico arqueó las cejas, la niña negó con la cabeza, enviando otra mirada en dirección a su hermano.

Este estaba a punto de ser el peor juego de captura la bandera en el que había participado, y no solo porque no estaba en el equipo de Annabeth.

🍇🍇🍇

    LA CABAÑA DE ATENEA CORRÍA A TRAVÉS DEL PABELLÓN CON SU BANDERA, ANNABETH LIDERANDO. Ariadna los animó, ignorando las miradas de la cabaña de Ares y sus hermanos. Sus ojos siguieron la seda gris brillante que fluía suavemente con el viento, un búho pintado descansando en el medio, luciendo tan realista que estaba lista para despegar.

Pero pronto, Clarisse y su cabaña corrieron a través, pancarta significativamente diferente en comparación a la de Atenea. Su color rojo sangre atravesó la visión de los campistas, liderando la manada con una cabeza de jabalí junto con una lanza. A Ariadna le dolieron los ojos, queriendo mirar la bandera de la cabaña de Atenea un poco más de tiempo.

Sus hermanos vitorearon, pero ella puso los ojos en blanco. Percy se encogió de hombros, solo para que ella le enviara una cara divertida. El chico se rió entre dientes, devolviéndole uno cuando ella le dio una mirada de disgusto.

El rostro de Percy decayó, solo para que una sonrisa reapareciera mientras reía. Pero su risa disminuyó una vez que se convocó a los equipos. Atenea se alió con Hermes y Apolo, Ares se alió con el resto de ellos.

Ariadna gimió, golpeándose la cabeza contra la mesa, escuchando los bulliciosos vítores de Ares. Quirón parecía estar de buen humor, lo contrario de lo que ella estaba sintiendo. "¡Heroes!" La chica levantó la cabeza, los ojos ya agotados. "Ya conocen las reglas. El arroyo es la linar fronteriza. Todo el bosque es un juego limpio, todos los objetos y poderes magicos están permitidos". La chica sonrió levemente, iba a hacer tropezar a Percy. "La bandera debe exhibirse en un lugar destacado y no tener más de dos guardas. Los prisioneros pueden ser desarmados, pero no atados ni amordazados, no se permite matar ni mutilar".

"Oh" se quejó Ariadna, "me hubiera encantado hacerle eso a mis hermanos". Los campistas rieron, pero sus hermanos estaban asustados. Quirón le lanzó una mirada de advertencia, aunque sabía que estaba bromeando.

"Vere como árbitro y médico del campo de batalla. ¡Ármense!"

Aparecieron armas en las mesas, lo que provocó que los campistas vitorearan. Ariadna inmediatamente tomó dos dagas de bronce y se las guardo en el cinturón, escondidas debajo de la camisa. Sus ojos se encontraron con el casco de plumas rojas, un gemido de molestia salio de su boca.

Clarisse notó su vacilación, tomó el casco y se lo puso en la cabeza. La chica se alejó con bravuconería, una actitud arrogante siguiéndola.

Percy enarcó las cejas ante la hija de Dionisio, que no estaba feliz de estar vestida de rojo. Se preguntó como se vería ella con el azul puesto, negó con la cabeza al notar que se acercaba.

"Tus armaduras puestas al revés." El chico miro hacía abajo, solo para que ella riera de lo crédulo que era. Percy golpeó su hombro, riendo entre dientes mientras dramáticamente sostenía su brazo.

"Bonito casco". Ariadna lo fulminó con la mirada, sacando un cuchillo de la nada. "Correcto."

La chica negó con la cabeza, "Buena suerte, Jackson. La necesitaras si luchas conmigo".

El chico levantó la cabeza, "No. Creo que puedo vencerte."

Ariadna le dio un puñetazo en el hombro, el chico hizo una mueca de dolor por lo duro que estaba. "Si, seguro que puedes".

Los equipos se estaban separando, Atenea se dirigía al sur y Ares se dirigia al norte. Clarisse notó que se quedaba atrás, "¡Vamos, Chica Uva! ¡Deja de fraternizar con el enemigo!"

"¡Ya voy, Camo Girl!" Ella grito en respuesta, poniendo los ojos en blanco antes de mirar a Percy. La chica se inclinó, "Mantente a salvo, Jackson." Susurró antes de salir corriendo, Percy corriendo en la otra dirección.

🍇🍇🍇

   LA CARACOLA SONÓ, Y FUE ENTONCES CUANDO LAS ESPADAS CHOCARON CON UN ECO A LO LARGO DE LOS ÁRBOLES. Metal contra metal, pajaros graznando ante el sonido, volando lejos del peligro. Clarisse y otros cuatro hijos de Ares marcharon, derribando a cualquiera que se crusara en su camino.

Ariadna la seguía por detrás, dirigiéndose hacia la bandera mientras estaba preparada para tomarla y correr. Ese era su trabajo, los hijos de Ares distraerían a quienquiera que estuviera en la patrulla fronteriza, dejando suficiente tiempo para que ella entrara y saliera corriendo. Ella conocía un atajo, así que mientras pudieran hacer su trabajo, ella estaria bien. 

La chica golpeó la espada de uno de los campistas, dejándolos golpeados con su escudo mientras corría. Sus pasos eran silenciosos, mirando a los dos mienbros de la cabaña de Apolo que estaban de espaldas a ella. Primer error. Las manos se envolvieron alrededor de la boca, los ojos se ensancharon cuando fueron arrojados al suelo, con flechas clavándolos en el árbol.

Ariadna se echó a reír, haciendo eco a través de los árboles, alertando a Annabeth de que su amiga se estaba acercando mucho a su bandera. La morena esquivó las flechas que apuntaban a su cabeza, usando el escudo para bloquearlas. Maldijo mientras se escondía detras de un árbol, una sonrisa se deslizó por su rostro cuando vio las grandes rocas a su lado.

La chica las recogió, apuntando antes de lanzarlas tan alto como pudo. Obviamente, no tendría la puntería perfecta, pero el truco funcionó. Los arqueros cayeron y se agarraron a las ramas para frenar su descenso.

Ella continuó, escuchando la voz de Clarisse. "¡Ponle crema al punk!" Ariadna jadeó levemente, viendo que Percy era la patrulla fronteriza. Ahora su trabajo era asegurarse de que Percy no muriera, además de conseguir la bandera para su equipo.

Dos mienbros de Ares se lanzaron hacia adelante, apuntando al chico. No se molestaron en contenerse, lanzándole golpe tras golpe. Ariadna no pudo evitar sentir que su ira aumentaba, arruinando el juego, preferiría tener a su equipo deprimido que a Percy sentado en la enfermería con casi todos los huesos rotos.

La chica sacó a dos mienbros de la cabaña, viendo como caían al agua mientras se retorcían, sus botas clavadas en sus espaldas. Clarisse le dio una mirada de asombro, "Wow. No me esperaba una traición".

"Sabes que no debes lastimarlo, todavía esta aprendiendo."

La chica gruño: "Así es como sobrevivimos; simplemente lo hacemos".

Ariadna luchó contra el resto de los campistas, rodeada ya que su atención estaba en Percy y Clarisse. La chica tenía su lanza eléctrica apuntando hacia él, empujándola hacía adelante mientras él trataba de defenderse.
Pero la corriente lo picó, sus movimientos fallaron, el chico hizo una mueca de dolor.

La hija de Dionisio luchó contra el último campista de Ares, jadeando mientras veía a Clarisse burlarse de Percy. "Dale un corte de pelo. Agarralo."

Ariadna se lanzó hacia adelante, con la ligera esperanza de que Annabeth apareciera. Pero Clarisse pareció sentir lo que estaba haciendo, su lanza chocó contra el antebrazo de la morena, haciéndola flaquear.

Ella siseó, las lagrimas cubrieron sus ojos mientras su piel chisporroteaba por el calor. Percy la miro, los ojos llenos de preocupación mientras trataba de recobrarse, solo para que su espada fuera derribada instantáneamente.

"Oh, vaya." Clarisse habló, obviamente burlándose de él. "Estoy asustada de este tipo. Realmente asustada."

Ariadna giró su espada en la mano, caminando silenciosamente detrás de los hermanos que se habían levantado. Con los ojos entrecerrados, encontrándose con Percy mientras ella negaba levemente con la cabeza, él recibió el memo. "La bandera no esta aquí". Gritó, el pobre chico no pudo tomar un descanso, y eso pareció avivar su fuego aún más.

Brittany, a quien Ariadna no le gustaba exactamente, habló. "Si, pero mira, no nos importa la bandera". Los ojos morados se clavaron en la parte posterior de la cabeza de la chica, llenos de rabia. La cabaña solo queria humillar a Percy, en realidad no querian ganar. "Nos preocupamos por un tipo que hizo que nuestra cabaña pareciera estúpida".

"Hacen eso sin mi ayuda." Percy era bueno para retrasar, o tal vez fue la personalidad ingeniosa que llegó a conocer durante el tiempo que pasaron juntos.
Afortunadamente, Ariadna pudo hacer un movimiento. Golpeó la culata de su espada contra la espalda de Brittany, la chica dejó escapar un grito mientras caía al suelo.

Percy entró en el arroyo, Clarisse apuntó la lanza a sus costillas antes de pincharlas. Los mienbros de la cabaña Ares cayeron como moscas alrededor de Ariadna, sus ojos se iluminaron con ira. La chica pateó su escudo en la cara de Xavier una vez que le dio a Percy un buen corte en el brazo, el chico salió volando hacia atrás, gimiendo de dolor.

Ariadna agarró el cabello de Clarisse y tiró de él mientras chillaba. La lanza fue directo a su torso, la cual ella esquivó, "Vamos, Clarisse, no dejes que una niña de doce años te derribe".

La chica mayor gruño, "No te preocupes, Chica Uva, no lo haré". Golpear a Ariadna en la mejilla fue el mejor golpe que jamas le habia dado a la chica, la morena jadeaba mientras las corrientes corrían por su cuerpo. Encendiendo el dolor en lo profundo de su interior, su rostro ardiendo.

Ella corrió hacía adelante, la espada chocando con la lanza mientras las dos luchaban. Ariadna mantuvo sus ojos enfocados, bloqueando cualquier golpe adicional de Clarisse. Pero la chica de Ares tenía otros planes, "Oye, nunca pregunté por qué tu mamá te dejó en la frontera".

La hija de Dionisio se congeló levemente, los brazos se tensaron ante la mención de su memoria. Clarisse se tomó ese tiempo para golpearla, lo que provocó que Ariadna se derrumbara, sujetandose la pierna mientras observaba la enorme quemadura que tenía.

Sus ojos se desviaron al escuchar los gritos de los mienbros de Ares. Vio cómo Percy los derribaba a todos con poco esfuerzo, lo que la hacía estar un poco a la defensiva debido a lo bien que lo estaba haciendo, casi tan bien como lo haría normalmente.

Clarisse cargó hacía adelante con la lanza lista, pero Percy la atrapó entre su espada y su escudo, partiéndola por la mitad. Los ojos de Ariadna se agrandaron, una leve risa de diversión y asombro salió de sus labios.

Clarisse estaba furiosa, desenfrenada. "¡Ah! ¡Idiota!" Ella grito, las fosas nasales dilatas como lo haría un toro en un ruedo. "¡Gusano de aliento a cadáver!"

Percy parecía haber terminado con ella, la culata de su espada chocando contra el espacio entre sus ojos. Cayó con un gran chapoteo al artoyo, derrotada por el chico.

Sus ojos verde mar se fijaron en Ariadna, que empezó a intentar ponerse de pie, pero por la lesión de su pierna le resulto difícil. Se aferró a sus manos, tirándola hacia arriba mientras envolvía un brazo alrededor de su cintura para mantenerla firme.

Ariadna presionó la pierna contra el suelo y se mordió el labio para evitar que se escapara cualquier sonido de dolor. Ella examinó a los hijos caidos de Ares, mirando a Percy. "¿Cómo?" Fue todo lo que habló, un susurro que estaba lleno de curiosidad.

Se encogió de hombros, abriendo la boca antes de ser interrumpidos por fuertes víctores. Luke corría tan fuerte como podía, corriendo hacía la línea fronteriza mientras su equipo luchaba contra el equipo rojo. El rubio sostenia la bandera de Ares, lo que hizo que Ariadna apretara la mandíbula, recordando cuál se suponía que era su trabajo. Se sintió algo mal, pero claro, Clarisse estaba planeando atravesar a Percy con su lanza para que la culpa no durara mucho.

Clarisse que finalmente se había levantado junto con sus hermanos, grito. "¡Un truco! ¡Fue un truco!"

Luke había logrado cruzar, el equipo azul lo llevaba sobre sus hombros mientras vitoreaban locamente. El equipo rojo envió a Ariadna miradas peligrosas, una vez que Quirón sopló el cuerno de la caracola, desepcionados pero también enojados con ella por no agarrar la bandera de Atenea.

Tragó saliva ante la mirada que le estaba dando Clarisse, la mirada que le estaban dando sus hermanos. La chica odiaba que el equipo rojo le clavara los cuchillos en la cabeza, los había defraudado. Sus ojos parpadearon para quitarse las lágrimas de ira que estaban listas para derramarse, tratando de mantener una posición fría y tranquila para poder llorar en un árbol una vez que todo esto terminara.

"Casi podría llamar a eso bastante sorprendente." Annabeth habló, Ariadna suspiró al ver a su amiga quitandose la gorra yanqui de la cabeza. Por supuesto que ella estaba allí, viendo que la morena era una decepción para su cabaña y su equipo.

Percy, que de repente estaba enojado con la chica ateniense, habló. "Tu me tendiste una trampa." Ariadna dio un paso atrás, dejando caer el brazo de Percy. No quería verse atrapada en la discusión, pero la chica se tambaleaba sin él. "Me pusiste aquí porque sabías que Clarisse vendría por mí, mientras enviaste a Luke por el flanco. Lo tenías todo resuelto".

"Te lo dije," Annabeth se encogió de hombros con indiferencia, sin importarle su actitud. "Ya te lo dije. Atenea siempre, siempre tiene un plan. También desarrollé algo de eso observando a Ariadna, ella tiene buenas tácticas".

Giró la cabeza para mirar a la morena, quien se tambaleó levemente mientras le enviaba a su amiga una mirada furiosa. "No me dejes atrapada en esta discusión".

Percy negó con la cabeza, no quería discutir con la semidiós de ojos morados. No quería perder a uno de sus únicos amigos. Annabeth suspiró, "Estaba destinado a ayudarte, pero ... vi a Ariadna contigo. Y además, no necesitabas ayuda".

Ariadna se acercó cojeando, inclinando la cabeza y vio que las heridas de Percy empezaban a desvanecerse. Ella se encogió ante la sensación de ardor en su pierna, eligiendo ignorarla. "Realmente estás lleno de sorpresas, ¿no?"

Percy mira hacia abajo, hinchando un poco su pecho al notar los cortes. "Corte de espada. ¿Qué te parece?"

"No." Annabeth dijo: "era un corte de espada".

Los cortes se desvanecieron por completo, dejando solo sangre seca. Percy se confundió una vez más, "No lo entiendo".

Ariadna sintió que se le quedaba sin aliento en la garganta, mirando hacia Annabeth, esperando que su idea no fuera la correcta, esperando que la chica Atenea tuviera otra explicación plausible. "Sal del agua, Percy."

"Qué--"

Ariadna insistió, "Percy", echó un vistazo, "hazlo".

Uno de sus pies se movió del agua tropezó, toda la adrenalina abandonó su cuerpo, el agotamiento se filtró en sus huesos. Ariadne lo atrapó, pero sin causarle un dolor extremo. Su quemadura palpitaba, palpitaba de dolor mientras sostenía al niño por la cintura, asegurándose de que no se derrumbara al suelo.

Pero sus ojos parpadearon rápidamente, mirando a Annabeth, quien le dio una expresión de pena. "No. No, no, no, no. Oh, dioses. Esto no es ... esto no es bueno. Oh, dioses".

Annabeth murmuró para sí misma, Ariadna respiró hondo mientras trataba de controlar sus emociones. El sudor se le pegaba a la piel, estaba cansada. Querer llorar y dormir era lo mejor que podía pensar, pero un gruñido detuvo que eso sucediera.

La hizo temblar levemente, o tal vez fue el dolor. El frío rodeó su cuerpo, alertando que algo estaba cerca. Sus huesos se sentían rígidos, los músculos bloqueados en su lugar mientras la piel de gallina viajaba a lo largo de su cuerpo.

Percy apretó su agarre sobre ella, sin saber lo que estaba pasando. Sintió que el aire se enfriaba, Quirón movió la cabeza rápidamente. "¡Estén listos!" Rugió en griego antiguo: "¡Mi arco!"

Ariadna intentó apartar la mano de Percy, pero si lo quitaba por completo, los dos caerían. Annabeth estaba preparada, los arqueros tiraron de las cuerdas de sus arcos hacia atrás mientras el inquietante silencio se apoderaba de ellos.

Pronto, la hija de Dionisio se quedó sin aliento al ver al perro diablo en las rocas, con los ojos rojo sangre llenos de muerte mirándolos. Sus colmillos como dagas relucen, lo que permite que todos vean lo afilados que eran.

El perro del infierno miró a Percy, con los ojos fijos en su objetivo. Ariadna respiró hondo, tratando de mantener un susurro en voz baja. "Percy, corre. Ve."

El perro del infierno saltó.

Percy la empujó hacia atrás, haciendo que la enviaran al suelo, lejos de la bestia que golpeó contra su pecho. Arañó su armadura, cortándola fácilmente mientras el metal se desgarraba. La sangre se filtró, los ojos de Ariadna se abrieron como platos cuando las flechas no hicieron nada.

Sus uñas se hundieron en el suelo, los ojos brillaban de un color púrpura brillante cuando sintió una nueva sensación de energía. Corrió hacia adelante, retorciendo su anillo en su espada dorada. Ariadna impulsó su arma hacia adelante, cada campista olió el toque de uva en el aire antes de que las enredaderas brotaran del suelo. Eran enormes, se aferraban al perro y se apretaban mientras luchaba.

El perro del infierno dejó escapar un gran grito, las enredaderas lo apretaron con más fuerza. Pero su sufrimiento terminó una vez que una espada le atravesó el costado, retirándose rápidamente mientras caía al suelo. Las enredaderas se desenredaron, antes de retirarse de nuevo a la hierba, como si nunca hubiera estado allí.

Ariadna dejó escapar un suspiro, su brazo cayó flácido antes de colapsar junto a Percy, sintiéndose pesada. Sus ojos se posan en su pierna, sin quemadura a la vista. Todas sus heridas se habían cerrado milagrosamente, sanando sin dejar rastro.

El campamento estaba en silencio. Semidioses asimilando lo que acababa de suceder, en su mayoría Cástor y Pólux preguntándose qué acababa de hacer su hermana. Annabeth no podía hablar, con la boca abierta mientras miraba a su amiga tirada en el suelo.

Percy volvió la cabeza, mirando a la chica que lo había salvado. Sus ojos se encontraron con los de él, una pequeña sonrisa de cansancio se le dio antes de que cayera. El chico tomó su mano entre las suyas, dando toda la energía que pudo en un apretón de agradecimiento. Ella le devolvió el apretón, un alivio de su parte.

Quirón los enfrentó con una expresión sombría, mirando hacia los dos en el suelo. Annabeth negó con la cabeza, "Di inmortales. Ese es un perro del infierno de los Campos del Castigo. Ellos no ... no se supone que ..."

El centauro nunca dejó que sus ojos se apartaran del suelo. "Alguien lo convocó. Alguien del interior del campamento".

Ariadna cerró los ojos con fuerza, ¿quién querría hacer tal cosa? Quienquiera que fuera, les haría pagar.

Lamentablemente, el momento de Luke se había ido. Eclipsado por la casi muerte y la salvación milagrosa de Percy Jackson y Ariadna Phoenix.

Clarisse, a quien Ariadna deseaba que se callara, gritó. "¡Todo es culpa de Percy! ¡Percy lo convocó!"

La morena gruñó, casi atacándola a pesar de su estado de debilidad. Afortunadamente, Quirón no tuvo paciencia para el juego de la culpa. "Cállate, niña." Lo que hizo que Clarisse se convirtiera en un cachorro abatido, casi haciendo reír a Ariadna.

El perro del infierno se disolvió en una masa de sombras, fundiéndose en el suelo mientras se hundía. Todo el mundo fue mejor después de eso, aunque, no dudaban de las habilidades de matar de Ariadna, parecía haber hecho un trabajo perfecto.

Ariadna notó que Percy seguía sangrando, "Al agua". Ella gruñó, su garganta seca.

"Estoy bien."

La niña miró con la poca energía que le quedaba, "Al agua. Ahora". El niño obedeció y entró en el pequeño arroyo mientras sus heridas sanaban. Ella dio un suspiro de alivio, Annabeth la ayudó a levantarse.

Pero ese alivio duró poco, sin embargo, una luz verde oscura iluminó los rostros de todos. Sobre la cabeza de Percy, se sentó un tridente giratorio.

Se había reclamado un hijo de Poseidón.

Pero el chico no tenía idea, disculpándose por algo que no podía controlar. "Mira, yo-no sé por qué. Lo siento ..."

Annabeth espetó, "Percy". Su dedo apuntando temblorosamente por encima de él, "Um ..."

Sus ojos se agrandaron, el verde mar similar al tridente mismo. Ahora Ariadna sabía por qué siempre pensó que veía océanos en sus ojos, porque Poseidón era su padre.

"Está determinado". Anunció Quirón, su voz rompiendo el tenso silencio.

Annabeth se arrodilló, bajando suavemente a Ariadna mientras la chica la seguía. El resto de los campistas también lo hicieron, Ares a regañadientes. La morena cerró los ojos con fuerza, el tridente ardiente presente en su mente.

Percy estaba atónito, "¿Mi padre?"

Quirón trató de mantenerse fuerte, pero su voz era temblorosa. "Poseidón. Sacudidor de la tierra, portador de tormentas, padre del caballo. Salve, Perseus Jackson, hijo del dios del mar".

Los ojos del centauro se dirigieron hacia Ariadna, quien miró al niño. Percy le devolvió la mirada, solo mirándola en busca de una sensación de consuelo. Hija de las Vides. Hijo del Mar. Suspiró, la profecía había comenzado.

Ariadna hizo contacto con el tridente sobre la cabeza de Percy, sin apartar los ojos de él. Hijo del Mar. Escuchó una voz melódica cantar en su cabeza, la mente zumbando por el tormento. Su cabeza se volvió borrosa, los ojos lo empañaron todo. Un dolor le recorrió la columna vertebral antes de que finalmente cerrara los ojos y se sintiera en el suelo.

Siguió la oscuridad, su mente atormentándola con el hecho de que un hijo de Poseidón había entrado en el campamento.

Era exactamente como Teseo y Ariadna.

Perseus Jackson sería su perdición.

















nota del autor:

esto fue muy divertido de escribir.

Me encantan los poderes que tienen los hijos de Dionisio, como cultivar enredaderas del suelo.

espero que hayan disfrutado esto,

¡Los amo!

-- Jasmine

-Nota traducida-

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