-¡Suéltame!

Vale, tal vez decir eso no fue lo más inteligente que podría haber dicho, teniendo en cuenta de quien dependía su integridad física. Nunca pensó que acabaría chillando horrorizada mientras caía de una altura mayor de 200 metros. Poco antes de que se diese de bruces contra el suelo, él la agarró por la cintura para volver a elevarla.

-¡Maldito... pollo! -se quejó, tratando de regular su respiración.

-Halcón, no gallina -replicó burlón.

-¡Lo que sea!

-¿Quieres volver a caer?

-¡NO!

Hecate se aferró con más fuerza a los brazos de Hawks, aterrorizada. Él no la iba a dejar caer, pero la heroína había aprendido que no había nada que Hawks no fuese capaz de hacer, ya fuese bueno o malo.

Sobrevolaron la ciudad y un par de minutos más tarde aterrizaron en la azotea. Minami corrió dentro, mientras que Hawks se tomó su tiempo para entrar. Cuando lo hizo miró a su compañera, que se estaba vendando una de sus seis pequeñas alas: tres por cada lado.

-Mimi, recuérdame otra vez porque no podías volar.

-Las alas son pequeñas y pueden cargar poco peso, así que con que una esté dañada, ya no sirven. ¡Qué es lo que ha pasado porque alguien no ha seguido el plan! Y no soy Mimi, soy Hecate. Estamos trabajando Hawks.

El héroe halcón se limitó a sentarse en una silla, desplegando sus ridículamente grandes alas. Se encogió de hombros y la miró con una sonrisa socarrona.

-Y yo no soy un pollo y aún así me llamas así. ¡En que se ha convertido esta sociedad! -dijo haciendo girar la silla, mientras ponía una mano en el pecho y otra en la frente dramáticamente.

-Eres insoportable.

-Me lo dicen a menudo.

Minami rodó los ojos, saliendo de la habitación para ir a uno de los vestuarios. Duchas, baños, bancos para sentarse y un botiquín para los héroes que volvían de hacer su trabajo. Se metió bajo el grifo un par de minutos, sacudiendo las alas cuando salió para quitar el agua que chorreaba. Se secó el largo pelo violeta y lo recogió en una trenza que le llevó al menos 10 minutos. Abrió la bolsa de deporte en la que llevaba ropa de calle y comenzó a vestirse, lo que también le costó bastante tiempo al tener que meter las alas por los pequeños agujeros hechos a medida.

Hawks la esperaba en la puerta del edificio, mirando distraídamente su teléfono. Ella aprovechó para intentar golpearle en la cabeza, pero él paró el golpe sin siquiera alzar la vista.

-Oye, estaba pensando...

-Si te callas durante 5 minutos te invito al KFC.

El brillo en los ojos amarillentos de su compañero le indicó que tenían un trato. Su colega alado metió las manos en los bolsillos de su cazadora y comenzó a avanzar calle abajo, donde, a pesar de no haber conseguido mantenerse callado, Minami le invitó a comer.

Dos pájaros de una pluma.

¿Dos?

HECATE, 2022-202?