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𝐎𝟔𝟗┃No caer en la tentación

✦ ˑ CHAPTER O69 (🫀) ᶻ 𝗓 𐰁

★ (𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑)⚔️ !❛ La perspectiva de Killua... 

EL DURO ENTRENAMIENTO EMPEZABA A DAR FRUTOS, empezaban a volverse fuertes, sus músculos aumentaban y su resistencia era mucho mayor que antes. Deberían estar felices, o al menos entusiasmados, pero en aquel momento, Killua se sentía por el suelo. Una piedra lo aplastaba y lo llenaba de un mal sentimiento cada vez que se veía obligado a evitar a cierta pelinegra que con mucho esfuerzo intentaba decirle algo.

Era de noche, nuevamente habían enfrentado a Knuckle, solo que esta vez habían sido derrotados. Los entrenamientos continuaron. Jisoo empezó a dominar lentamente el entrenamiento de Cisney, los dolores de cabeza ya no eran tan fuertes como antes, y su energía había cambiado, ahora relucía de fuerza, como su familia. Ahora empezaba la siguiente etapa de su entreno, y esa era dominar o por lo menos controlas sus emociones para poder usar su técnica de sangre.

Pero en aquel momento, donde su corazón era una tormenta de emociones y su cabeza parecía una colmena de abejas, no podía concentrarse lo suficiente y solo lograba terminar lastimada.

― Sigues sin lograrlo, si quieres mejorar debes hacer algo al respecto. ― Cisney cruzó sus brazos bajo su pecho, y frunció su ceño con algo de impaciencia. ― Falta poco para que Hebe te encuentre, y ella no dudará en asesinarte... Probablemente, no pueda ayudarte, por eso debes ser lo suficientemente fuerte para sobrevivir.

Jisoo bajó su cabeza y frunció sus labios con molestia. Sobre sus manos reposaba un trapo con algunas manchas de sangre y cenizas.

― Descansa, continuaremos más tarde.

Y salió de la habitación, dejando a Jisoo sola y confundida con sus propios pensamientos. Pequeñas lágrimas salieron de sus ojos y tapó su rostro. Realmente estaba esforzándose por controlarse, pero era una niña muy terca y descuidada. Necesitaba un rechazo definitivo, uno que destruyera todas sus esperanzas e ilusiones.

Pero seguía siendo ignorada o evitada, tal vez esas eran todas las señales necesarias para dejar de insistir, pero hasta que no escuchara algo salir de sus labios, se negaría a creerlo.

A la mañana siguiente desayunaron todos juntos. Ryoma les sirvió mucha comida deliciosa, y todo fue como siempre. Killua y Jisoo seguían alejados, aún así, pendientes del otro en silencio. Todas las miradas de Bisky también fueron ignoradas, y sus comentarios lograron ser interrumpidos. Lo único llamativo fue la gran sonrisa de Gon y su extraña promesa con Palm.

― ¡Ganaremos, es una promesa! ¡Vamos, rápido! ― El chico agarró la mano de Palm y cruzó sus dedos meñiques. Luego, empezó a cantar. ― Prometo que venceremos a Knuckle, Roman y Shoot antes de la fecha límite. ¡El que mienta tendrá que comerse mil agujas! ¡Prometido! En la isla de la que vengo se hace algo más. Se unen los pulgares y... ¡El beso que establece la promesa!

Los ojos de la pelinegra brillaron y sus mejillas se encendieron en color rojo. Jisoo observó en silencio, mientras que Killua y Bisky fingían no escuchar nada con pequeñas muecas incómodas decorando sus rostros.

― Muy bien, es una promesa.

El tiempo pasaba muy rápido para Killua, los días pasaban y cada vez más perdía la atención de Jisoo. Sus ánimos empezaban a bajar, pero la aguja en su cabeza le recordaba que era la decisión correcta.

No tardó en anochecer. Jisoo entreno con ellos aquella tarde, su aura era fuerte con un toque diferente, después de todo, la joven empezaba a controlar la sangre dorada que siempre escondió. Sus brazos y abdomen tenían algunos cortes por los entrenamientos, el albino también pudo notar como bajo sus ojos las pequeñas ojeras empezaban a desaparecer.

― El tiempo pasó muy rápido. Les daré un descanso de media hora. ― Dijo Bisky sentada en el sofá, leyendo una revista de modelos. Tan pronto dijo aquello, Jisoo se sentó en el suelo con cansancio.

― ¿Eh? ¿No deberíamos ir a pelear con Knuckle?

― Irán cuando hayan descansado. Tienen que ganar. Les queda poco tiempo para que llegue la fecha límite del presidente. Esta podría ser su primera y última oportunidad...

Y aunque había pasado una semana completa, Jisoo aún no lograba dominar su habilidad de sangre. Todo parecía ser un desastre para ella, con tantas cosas en la cabeza no lograba nada. Ahora, con más importancia que antes, necesitaba encarar al chico de ojos azules y piel pálida que la evitaba.

― ¡Vamos, Jisoo! ¡Es hora de ir! ― Con cuidado abrió sus párpados, encontrando a Gon frente a ella, extendiéndole una mano. Sus ojos rosas brillaron por un momento, y una pizca de energía apareció. Con cuidado la aceptó, y se levantó del suelo.

El bosque era oscuro y denso, lo suficientemente grande como para poder esconder los desastres que sus peleas creaban. Killua guardó las manos en sus bolsillos, y de reojo observó a Jisoo, en silencio. Ambos estaban observando el enfrentamiento de Gon, pero el extraño silencio de Jisoo había logrado llamar su atención.

Parecía cansada, una ligera mueca en sus labios le indicaba que estaba preocupada. El entrenamiento se notaba, pues sus delgados brazos ahora eran más fuertes, y su abdomen empezaba a marcarse. Antes de que pudiera divagar en sus pensamientos, rápidamente desvió la mirada.

― ¡Tu técnica tiene dos grandes debilidades!... ― Al escuchar eso, ambos espectadores levantaron su mirada con nerviosismo y curiosidad. Gon asomo una mueca. ― Dime Gon, ¿Cómo llamas a esa técnica?

― Ja... ¡Janken! ― Improviso con astucia.

― Ah, ni te has molestado... ― Susurro Killua con una gota de sudor. Aun así, Knuckle no pareció notar eso, y con sorpresa logró encontrarle un sentido al nombre. "jajan" De "sorpresa" con el "Janken" de "Piedra, papel o tijeras!

― ¡No es un mal nombre, chico!

La primera habilidad era fácil de notar. La habilidad de Gon tardaba demasiado tiempo en cargar, durante un combate aquello sería peligroso. La segunda era un poco más complicada. Al momento de concentrar la fuerza en el puño, el aura para defenderse disminuye. Y aunque eran desventajas letales, Gon había practicado mucho para superarlas.

En medio de sus intercambios de golpes, Killua desvío su mirada a sus espaldas, y una mueca molesta apareció en sus labios al ver como un pelirrojo se acercaba sigilosamente a Jisoo con la intención de asustarla. A pesar de que Roman le hizo señas para no decir nada, el albino se limitó a ofrecerle una sonrisa burlona.

― No eres muy listo, ¿verdad? ― inquirió, llamando la atención de Jisoo, quien se volteó y encontró a Roman con una mirada molesta, dirigida especialmente para el albino.

― Cálmate mocoso, tú tampoco pareces serlo. ― Respondió, y de forma burlona lo señaló.

― ¿Qué haces aquí? ― Pregunto Jisoo con seriedad, cruzando sus brazos. El pelirrojo pasó a un lado de Killua y se acercó hasta quedar a su lado. El albino seguía matándolo con la mirada.

― Vengo a enfrentarte. ― Respondió con sinceridad, acompañado de una sonrisa y un suave guiño de ojo. De reojo observo al ojiazul, y solo para molestarlo continuo. ― Bueno, también quería verte, Jisoo.

En medio de la noche, bajo las estrellas y en medio del bosque, un segundo enfrentamiento daba inicio. Jisoo aceptó sin ningún problema, y bajo la atenta mirada de Killua, ambos se alejaron de aquella zona. El joven frunció sus cejas con molestia, y permaneció en silencio. Después de todo, Jisoo le daría una paliza por él.

Y su idea no estaba tan equivocada de la realidad. Jisoo no contuvo su fuerza, los golpes y patadas eran rápidos y letales, sus reflejos también eran increíbles. Roman esquivo una de las patadas de Jisoo, pero tan pronto saltó freno en seco, evitando estrellarse con una mariposa dorada que volaba a su alrededor.

― Ten cuidado, son explosivas. ― Dijo, mientras limpiaba su mejilla llena de tierra, resultado de su mala caída de hace algunos minutos. Así como ella no se contenía, Roman tampoco.

― Uh, eso es genial... Eres una Emisora muy talentosa. ― La halago, pero como si nada, lanzó una roca a la mariposa y la explosión fue muy pequeña. Su habilidad explosiva tenía que ver con su habilidad de sangre, pero en su estado, todo el potencial de aquella habilidad estaba en su punto más bajo. ― Pero no es una explosión increíble... Dime, ¿estás preocupada por algo?

― ¿Qué? ¿Acaso es importante ahorita? ― Inquirió, con su ceño fruncido. Nuevamente, las mariposas aparecieron, pero esta vez eran diferentes. Estas volaban más despacio y alto, parecían empezar a rodear a Roman, quien permanecía inmóvil con una sonrisa.

― Es fácil notar que algo ocurrió, tus puños son muy fuertes pero torpes, y tu habilidad es débil. La mala influencia de los sentimientos es algo muy común en los Doragon. ― Pensó lo último, mientras ordenaba su cabello. ― Tal vez es momento de usar mi habilidad, averiguaré qué es lo que te preocupa con See in Hell.

― ¿See in Hell? ― Pregunto Jisoo, con sorpresa. Sus brazos estaban extendidos, esperando el momento perfecto para activar su habilidad. ― El nombre de tu habilidad suena muy cruel. Significa... ¿Ver en el infierno?

― ¡Sí! Es un nombre elegante, como tu Efecto mariposa. ― Asintió, cuando de repente, Jisoo dejó escapar una pequeña risa.

― Sí, realmente es un buen nombre. Dime, ¿te gustan las mariposas?

― Um, pues no son desagradables- ― Su respuesta fue interrumpida abruptamente, todas las mariposas que volaban sobre él salieron volando como balas directamente a él. Una habilidad tan letal necesitaba una palabra especial para usarla, y Jisoo había escogido una realmente simple. Navier no tardó en entenderlo, pero se limitó a silbar con asombro mientras los proyectiles se acercaban a él.

― See in hell... ― Susurro, y una capa de humo lo cubrió, bloqueando la vista de Jisoo. Con cautela retrocedió, sus oídos no lograban escuchar nada aparte de sus propios latidos. Un suave suspiro se ganó toda su atención, y el sonido de una tos seca logró preocuparla.

― ¿...Roma-

― ¡J-Jisoo! ¡Ayuda! ― La niebla desapareció, permitiendo ver la imagen de su padre sentado en el suelo con su mano ensangrentada y ojeras bajo sus ojos, como un cadáver. Ryoma empezaba a toser muy fuerte, asustando a Jisoo, quien tragó saliva con miedo. Era falso, lo sabía, pero ver a su padre en su peor forma la ponía mal.

Con nerviosismo volvió a alejarse, levantó sus brazos, y las mariposas volvieron a aparecer. Ahora eran más pocas, pero eran las suficientes para protegerla de cualquier ataque de Roman. Frunció su ceño con firmeza y levantó su voz.

― ¿De esa forma quieres descubrir que me preocupa? No uses a mi padre para tus planes. ― Dijo con molestia, y la actuación del pelirrojo terminó. Ryoma se levantó del suelo y limpió sus piernas, luego, una sonrisa como las de Roman apareció en su rostro.

― Supongo que no tiene que ver con tu padre... ¡No importa! Tengo mucho tiempo, puedo descubrirlo. ― Como si se tratara de gelatina, su piel empezó a escurrirse hasta dejar ver su verdadera piel y pelo rojizo. ― ¡No te pongas brava! ¡Vamos, Jisoo! ¡Peleemos!

See in Hell, una habilidad del tipo transformador, le permite a Roman transformarse en diferentes individuos si cumple con ciertas reglas importantes, de lo contrario, el tiempo de transformación será muy corto o no podrá disfrazarse completamente.

Esta vez fue turno del pelirrojo, quien con tranquilidad se acercó a Jisoo. La menor había mejorado su fuerza, además los efectos de su maduración ya no le afectaban como antes. Continuamente, Roman empezaba a transformar su rostro en diferentes personas, imitando su voz y muecas. Era tétrico, y se comportaba de forma fastidiosa. Él buscaba algo de Jisoo, pero para eso necesitaba disparar sus emociones.

― ¡Vamos, Jisoo! ¡Dime qué es lo que te molesta! ― Con la voz de Gon y su rostro sonriente, apareció en su espalda, posando su mano sobre su hombro. Jisoo lo alejó con un golpe, pero al ver la cara de su amigo no pudo usar la fuerza que deseaba. Un golpe en una de sus piernas la obligó a estrellarse contra el piso, y un bajo quejido salió de sus labios. Rápidamente se levantó.

Jisoo cerró sus ojos con fuerza, y con nervios intentó no pensarlo mucho, usando muchas más fuerza logró darle un rodillazo en el abdomen, logrando que Roman se agachaba adolorido, o eso pareció.

De inmediato levantó su cabeza, esta vez su cara era parecida a la de Bisky. El recuerdo de los golpes de la maestra lograron erizar la piel de Jisoo, quien rápidamente esquivó un puñetazo de Roman. Empezaba a molestarse, pero no era suficiente para Roman.

― ¡Quédate quieto por un momento, eres muy escurridizo! ― Susurro, mientras una idea iluminaba su cabeza. De sus manos una especie de bola de fuego empezó a separarse de su aura, empezando a tomar la forma de un dragón. Su largo cabello resplandeció de color naranja por el fuego, y sus ojos rosas se llenaron de brillo. La molestia que sentía se empezó a ver reflejada, las llamas podrían quemar todo.

― Esa es la clase de fuerza que necesitas... Pero no siempre los malos sentimientos son los más fuertes... Aunque admito que tenía curiosidad, y aún la tengo. Quiero ver tu fuerza. ― Dijo Roman, con su rostro normal. Lentamente, sin importarle la magnitud del ataque que estaba a punto de recibir, empezó a acercarse. Jisoo estaba a punto de disparar el dragón de fuego, su posición era la adecuada y su intención también. Pero Roman decidió seguir con sus bromas, y su rostro empezó a transformarse. Su piel se volvió pálida, su mandíbula se marcó, su nariz se volvió respingada, el pelo blanco apareció y sus ojos se volvieron de un fuerte y profundo color azul.

― Killua... ― Susurro Jisoo, y un sentimiento triste apareció sin que se diera cuenta. Y aunque no fuera el verdadero, realmente sentía que hace rato no lo miraba de frente.

― Demuéstrame qué tan fuerte eres. ― Dijo Roman, con la voz algo grave de Killua. Jisoo frunció su ceño, y volvió a encarar a Roman con molestia. ― Oh, por fin descubrí que es lo que te atormenta... No pensé que se tratara de un problema amoroso. ¡Vamos, desahógate como si fuera él!

― ¿Qué? Eso es extraño...

― ¿Acaso importa? Si desahogarte va a servir para que pelees bien, no me importa escucharte.

Con la voz de Killua eso sonaba realmente extraño y lograba molestar a Jisoo, quien aún lo amenazaba por golpearlo con su ataque Nen. Si se desahogaba no podía prometer no golpearlo, estaba molesta y confundida, no desaprovecharía la oportunidad por más rara que fuera.

― Yo solo... ― Y se quedó sin palabras, no podía expresar todos los pensamientos que sentía. Sus labios se fruncieron, y empezó a dejarlo fluir. ― ¡Ya entendí que no te gusto! ¡Que no soy tu tipo, y que vas a ignorarme con un niño infantil! ― Dijo, y sin darse cuenta, su corazón empezó a latir más rápido, mientras las venas se marcaban en su frente. ― ¡¿Pero por qué luego de hacer tantas cosas?! ¿Acaso solo fueron especiales para mí?

― ¡Eso suena muy mal! ¿Qué más ocurrió? ― Pregunto Roman, esta vez con su rostro normal. Una sonrisa apareció en sus labios al ver como Jisoo empezaba a mostrar los síntomas que alguna vez Navier le explicó.

― Bueno... ― Jisoo levantó su mirada, parecía otra persona con esas pupilas rasgadas y su tétrica sonrisa. ― ¡Esa conversación es solo para Killua!

Y lanzó su poderoso ataque. La sonrisa de Roman se borró en segundos, y con una agilidad que solo la experiencia le podía regalar, esquivo el gigante dragón que Jisoo controlaba con sus manos. Su maduración cada vez estaba más cerca, el entrenamiento de Cisney le permitía a Jisoo estar más consciente de lo que esperaba, aun así, algunos instintos agresivos luchaban por salir.

Su largo cabello era elevado por la fuerza del fuego, y sus ojos empezaban a brillar por las gotas de agua que empezaban a brotar. Estaba llorando, pero no era consciente de lo que sucedía. Su vista se nublaba, el fuego empezaba a consumir su mente, empezaba a perder el control de su cuerpo... Un recuerdo muy lejano llegó a su cabeza, la imagen de ella en un espejo con quemaduras lograron hacer que sus piernas flaquearan. En ese momento se olvidó de Roman, y simplemente se derrumbó. Ahora no podía controlarlo, y el fuego terminó por quemar sus manos, como aquella vez hace muchos años...

Un grito salió de sus labios, y cerró sus ojos con fuerza. De golpe, toda pista de su maduración desapareció, y volvió a la normalidad, con sus manos destrozadas.

― ¡Jisoo! ¡Muéstrame tus manos! ― La voz de Roman cada vez se acercaba más, también logró escuchar otra voz conocida a lo lejos. Antes de que el pelirrojo pudiera examinar sus manos, Killua se interpuso, y rápidamente se arrodilló frente a Jisoo, creando una barrera que le impedía al mayor acercarse.

El pelirrojo permaneció inmóvil, con un semblante tranquilo. Jisoo aún necesitaba entrenar, no estaba lista. Aun así, tenía un inmenso potencial por descubrir. Con calma se acomodó sus gafas oscuras, y se dio la vuelta, desapareciendo en silencio. Era mejor darle un espacio a ambos jóvenes.

― Diablos, tus manos están destrozadas... ― Susurro Killua, agarrando con cuidado las muñecas de Jisoo. La joven lo observaba en silencio, aún con lágrimas en sus ojos.

― Killua...

― Tal vez te duela un poco, pero es mejor detener el sangrado de tu mano derecha. ― Ignorando el llamado de la pelinegra, Killua decidió arrancar una parte de su prenda, y con cuidado empezó a vendar una de las manos de la joven.

― ¿Por qué me ignoras? Solo quiero hablar contigo.

― Cuando volvamos Bisky vendará tus manos mejor, además, puedes curarte con agua. ― Susurro, únicamente viendo las manos adoloridas de Jisoo.

― ¡Killua! ¿Por qué no me hablas? ― Jisoo levantó la voz, y no tardó en juntarse con sus lágrimas. El albino levantó su mirada con sorpresa, y observó en silencio el rostro entristecido de su la ojirosa. A pesar de todo, seguía pensando en él en un momento como ese. ― ¡Recházame de una vez y vuelve a ser mi amigo!

Un cosquilleo recorrió su nariz, y una corriente pasó por su garganta. Un nudo en su garganta evitó que hablara, y la aguja en su cabeza no paraba de amenazarlo. No podía caer en la tentación, sabía muy bien que tenía que hacer, aunque eso significara perder el amor de Jisoo.

― Dejaré de ilusionarme, y tú podrás dejar de evitarme... Recházame, por favor. ― Pero antes de que pudiera responder, Jisoo se estrelló contra el suelo, tomándolo por sorpresa, y dejándolo pasmado. No tardó en escuchar un lento suspiro. Al parecer se había quedado profundamente dormida, estaba agotada y no había podido resistir más. Una suave sonrisa apareció en su rostro, pero rápidamente comenzó a transformarse en una mueca adolorida.

Realmente todo era un desastre en aquel momento.

― Torpe...

Con cuidado levantó a Jisoo del suelo, cargándola con delicadeza, y al mismo tiempo, abrazándola lo más que podía. ¿Un rechazo definitivo? Eso era lo que él buscaba, pero al mismo tiempo era lo que más quería evitar. Tal vez por eso la había evitado tanto, no quería escuchar esas palabras.

En medio de la noche, un joven cansado cargaba a sus dos amigos inconscientes. Una tormenta de agujas picaban su cabeza, cada pensamiento se enterraba en su cabeza y lo amenazaba por volver loco.

Rápidamente, llegó al lugar donde se quedaban. Primero dejó a Gon en su habitación, dejándolo con Bisky, quien se aseguró de que estuviera bien luego de su encuentro. Mientras tanto, él se encontraba apoyado en la puerta de Jisoo, en silencio. Sus ojos azules observaban con una pizca de tristeza la ventana, logrando también notar el reflejo de la joven dormida. Por un momento cerró sus párpados, y como si se tratara de un castigo o una última oportunidad para tomar una decisión, empezó a recordar viejas memorias.

Como la primera vez que la vio. El Examen de Cazador estaba lleno de personas extrañas, y él confirmó aquello luego de ver a una joven que parecía ser de su misma edad. Jisoo cruzó por su lado, viéndolo a los ojos sin pena alguna. Un cosquilleo recorrió su espalda al recordarlo, y un cálido sentimiento casi logra hacer que sonriera. Aún lograba recordar cómo en aquel Examen empezó a sentir curiosidad por ella.

Luego de aquel fugaz encuentro volvieron a verse, y el nacimiento de sus sentimientos fue inevitable. Ella era tan valiente y divertida, era tan gentil y suave. Por primera vez sentía un sentimiento diferente, fuera de toda hostilidad. Las miradas, risas, bromas... Algo que pronto acabaría.

"¡Recházame de una vez y vuelve a ser mi amigo!"

Sus labios se fruncieron, y levantó sus párpados. ¿Pero cómo podrían ser solo amigos? No podía amarla de una forma diferente, no podía ignorar las amenazas que su cabeza reproducía. ¿Acaso estaba enloqueciendo? Empezó a sentirse nervioso, ¿Cómo podrían hablar mañana? Miles de preguntas llegaban a su cabeza, todo mientras él mantenía una mirada seria.

― Quita esa cara, Jisoo no se va a morir. ― La voz de Bisky lo tomó por sorpresa. De golpe se dio la vuelta y le ofreció una mueca asustada.

― ¡A-ah! ¿Cómo está Gon? ― Cambio de tema rápidamente, intentando mantener un semblante tranquilo.

― No te preocupes, le he dado un masaje, así que podrá volver a luchar en condiciones óptimas mañana. ― Respondió, observando su semblante serio que escondía una mitad preocupaba. ― Jisoo solo necesita descansar. Sus manos ya están sanas, más tarde Ryoma se encargará del resto.

El albino no dijo nada. Su mirada seguía fija en Jisoo. Bisky cruzó sus brazos, observándolo en silencio. Durante todo este tiempo su alumno no se había enfrentado a nadie que no fueran sus sentimientos por Jisoo. Necesitaban hablar de muchas cosas.

― ¡Killua! ― La mayor se quitó su vestido, quedando únicamente en una ropa cómoda y algo extraña. ― ¡Lucha contra mí!

Sus ojos azules titilaron con nerviosismo y su mirada empezaba a desviarse al techo. Su maestra ahora era mucho más alta y exageradamente musculosa. Definitivamente, sería una larga batalla y una muy profunda charla. 

Perdón la demora TT ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPÍTULO!!!! <33

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