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𝐎𝟔𝟕┃Una conversación incómoda

✦ ˑ CHAPTER O67 (🫀) ᶻ 𝗓 𐰁

★ (𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑)⚔️ !❛La reunion familiar y Killua...

― TENEMOS QUE SER FUERTES DE SOBRA COMO PARA VENCER A ENEMIGO DE LOS QUE NO SABEMOS NADA. ― Aseguró Gon, adentrándose al hotel donde se quedaban. Su brazo permaneció enganchado al de Jisoo, quien caminaba cabizbaja, aún con algunas lágrimas secas por sus mejillas. ― ¡Jisoo será tan fuerte que podrá vencer a todos sus malvados tíos con una sola mano!

― Es cierto, pero primero tenemos que vencer a estos oponentes. ― Asintió Killua, quien caminaba con las manos detrás de su cabeza. De reojo observó a Jisoo, y rápidamente alejó su mirada. Jisoo no les había permitido leer las cartas, pero les había explicado las cosas entre lágrimas. Aunque los chicos apenas entendieron, no dudaron en apoyarla. Aunque claro, él permanencia más tímido que Gon. ― Luego de eso, Jisoo podrá vencer a toda la familia que la ha estado molestando. Por ahora debemos concentrarnos, solo tenemos un mes.

― Eso es demasiado tiempo. ― Opino Gon, mientras abría la puerta de su habitación. ― Una semana. ¡En una semana seremos más fuertes y volveremos a NGL!

― ¿Eh? ¿En una semana? ― Susurro Jisoo.

― ¡Idi- ― Antes de que Killua pudiera terminar sus palabras, un aterrador puño salió del otro lado de la puerta, y sin piedad golpeó a Gon, quien salió volando al otro lado del pasillo. Jisoo y Killua lo esquivarón como pudieron, con muecas aterradas por lo que acababan de presenciar.

― ¡¿Es que eres idiota?! ― Una voz femenina y muy escandalosa resonó por todo el edificio. Los tres jóvenes no pudieron evitar abrir sus bocas llenos de sorpresa al ver a una mujer adulta con apariencia de adolecente, pelo rubio, y trajes elegantes.

― ¡Bisky! ― Exclamó Gon, y luego de unos segundos, permaneció con una mueca confundida. ― ¿Qué haces aquí?

― Le pedí que viniera. ― Dijo Palm al fondo de la habitación.

― ¡¿Eh?! ¿Se conocen?

― No, simplemente los he investigado. ― Dijo con simpleza, y al desplegar su aura aterradora, los menores no dijeron ningún comentario sobre lo raro que eso era. Con su usual voz temblorosa, explico. ― Cuando usé mi poder fue muy sencillo. Vamos, no hay tiempo que perder. Comencemos... El plan para asesinar a los discípulos de Morel.

― ¿Uh? No gracias...

Jisoo entró a la habitación con una pequeña mueca, sin pensarlo dos veces, busco un lugar alejado con la mirada. Bisky, de brazos cruzados, la observó sin decir nada. Era fácil notar como muchas cosas habían ocurrido en su ausencia, ahora debía confirmar sus sospechas.

La ojirosa dejó escapar un suspiro, y de forma sospechosa dejo algunos papeles arrugados sobre la mesa.

― Bien, empecemos. ― Dijo, y rápidamente los menores se ordenaron frente a ella. Killua decidió quitarse su camisa de cuadros para tener mayor comodidad. Antes de poder iniciar, Bisky dejó otro golpe en la cabeza de Gon, quien dejó escapar un quejido adolorido.

Netero solo les había dado un mes, pero en realidad podría tratarse de un entrenamiento de un año completo. Aunque tuvieran afán por volver para salvar a Kite, no podrían hacerlo en una semana. Durante los siguientes minutos, Bisky se dedicó a regañar a Gon. De repente, con una mirada aterradora, la maestra volvió a ver a sus otros dos discípulos, quienes miraban con nerviosismo.

― ¡¿Ustedes por qué se quedan viendo?! ¡Hagan flexiones, ya! ― Exclamó. De inmediato, los jóvenes comenzaron con el ejercicio. Minutos después del sermón se sentó en una cómoda silla y de cualquier lado sacó una revista un poco extraña. ― ¡Empezaremos con Ren!... Bien, ahora mantengan ese estado durante tres horas.

La sorpresa en sus rostros no tardó en llegar. Killua apenas lograba pasar los 55 minutos, así que era algo nuevo para ellos. Pero debía hacerlo, era la única forma de pasar al siguiente nivel. Uno por uno, los tres empezaron a caer al suelo bañados en sudor.

― Ni siquiera ha pasado una hora. Vamos, sigan intentando. ― Los chicos asintieron y se levantaron del suelo, sus rostros estaban llenos de determinación. Pero, a diferencia de ellos, Jisoo parecía más cansada, y no solo físicamente. Con mucho esfuerzo intentó levantarse, pero sus brazos fallaban. Su rostro estaba perdido, estaba distraída.

― ¡Jisoo, levántate! ¿Qué ocurre? ― A pesar de las palabras de Bisky, la menor no respondió. Nuevamente, se tumbó en el suelo con una respiración agitada y una mueca dolorida. De inmediato, Gon y Killua la miraron de reojo. ¿Qué estaba pasando?

― Me duele mucho la cabeza... ― Susurro. Su visión empezaba a nublarse, sus brazos temblaban, y el constante sonido de un reloj marcando la hora la empezaba a marear. Conocía muy bien ese sentimiento, él se acercaba, y junto con él algunos malos recuerdos también llegaban.

El albino frunció sus labios. La duda lo inundaba, y una voz en su cabeza lo obligaba a retroceder. ¿Debía acercarse? ¿Decirle algo? Últimamente el único semblante de Jisoo era el de una niña asustada y dolida. Saber que en parte era por su culpa lo hacía sentir horrible. Bisky observaba la escena en silencio, ella sabía lo que ocurría.

― Jiso- ― La voz de Killua fue interrumpida por el timbre de la puerta, que rompió el silencio del cuarto. Finalmente, como si fuera magia, los extraños síntomas de la pelinegra se detuvieron, y cayó al suelo fatigada.

De inmediato Palm abrió la puerta, y detrás de ella una figura imponente permaneció en silencio. El ambiente era tenso, como una afilada espada que podría degollarlos a todos. Una mirada dorada recorrió la habitación, y dio un paso adelante con elegancia y pesadez. Sobre sus manos descansaba un reloj de cadena que marcaba la hora con un tik tak.

― ¡Cisney-sama! ― Exclamó Jisoo con una mezcla de miedo y respeto, pero sobre todo, sorpresa. El se acercó al lugar, y guardó el reloj en su bolsillo. Mirándola fijamente, levantó su mentón con superioridad.

― Levántate. Vamos a matar a la vieja bruja. Tienes que entrenar. ― Dijo, pero esas palabras tan directas y decididas que llamaron la atención de Jisoo se perdieron en el aire tan pronto una segunda silueta entró a la habitación.

Killua logró ver cómo por primera vez en el día una sonrisa sincera aparecía en los labios de la pelinegra. Algo en su interior también se sintió feliz, pero nuevamente, alejó sus ojos azules de ella.

― Lamento la demora, aun me cuesta un poco subir esas escaleras... ― Un hombre de hermosos ojos rosas y pelo negro algo desordenado le robo un suspiro a Bisky, y logro que los ojos rosas de Jisoo brillaran de la sorpresa. Como un gran nudo que estuvo reprimiendo por meses, Jisoo abrió sus labios para decir una sola palabra que estuvo esperando por tanto tiempo.

― ¡Papá!

― ¡Cariño!

Ignorando aquel reencuentro tan esperado, Cisney se acercó a Bisky al mismo tiempo que Jisoo saltaba a los brazos de su padre con sus energías renovadas. El hombre de pelo rubio se cruzó de brazos, y nuevamente ignoró la forma en la que la mujer de traje rosa lo miraba. En momentos como ese, rodeada de tantos sujetos atractivos, Bisky dejaba a relucir su actitud infantil. Pero no podía permitirlo, era un momento importante.

― ¿Qué tan rápido aparecieron los síntomas?

― Un minuto antes de que llegaran. ― Respondió, y observó de reojo a su estudiante. La menor abrazaba a su padre entre lágrimas, Gon y Killua también se acercaron a saludar con cálidas sonrisas. Era un lindo momento, uno que tendrían que atesorar por siempre. Se acercaba lo peor, y Bisky era muy consciente de eso. ― ¿Qué tan fuerte será el entrenamiento?

― Lo suficiente para prepararla. ― Aseguro, y sus ojos dorados llegaron hasta las cartas en la mesa. Lograba reconocer su sello y el de Hebe. ― Esa vieja tuvo el descaro de mandar una carta donde invitaba a su nieta a su propia muerte. ― Nuevamente, su mirada se desvió. La cálida escena de Jisoo abrazando a su padre con desespero podría partirle el corazón a cualquiera. ― Va a ser lo mismo que hizo con la madre de Jisoo, la matara en NGL y lo hará pasar como un ataque desconocido. Solo que esta vez eso no ocurrirá, y la muerta será Hebe...

El entrenamiento de Bisky continuó, todo mientras Cisney observaba con una taza de té y sus piernas cruzadas. Ryoma estaba en la cocina preparando la cena, el delicioso aroma de algo en el horno despertó el hambre de todos.

― Dicen que se tardará un mes en conseguir que la duración de Ren aumente diez minutos. No tendrán tiempo ni para dormir. Jisoo, ¿te sientes mejor? ― La joven asintió con energía, y con decisión tronó sus puños. ― Bien, más tarde empezarás tu entrenamiento con Cisney.

― ¡Bien!

A pesar de que Ryoma, Cisney, y Jisoo no habían intercambiado ninguna palabra sobre el tema, los tres sabían perfectamente lo que ocurría y a lo que se enfrentaban.

El tiempo pasó y nunca detuvieron su entrenamiento. Jisoo estaba decidida a mejorar, la presencia de su familia le daba más fuerza, la meta por la que ahora luchaba estaba cada vez más cerca de ella, pero el peligro de perseguirla también. Bisky les dio media hora de descanso para comer lo que Ryoma había preparado, a pesar de eso, los menores no podían ni levantarse del suelo.

― Parece que me toca usar mi poder. ― Dijo la mayor, y con un ligero movimiento una mujer de tierna sonrisa apareció en la sala. ― Encárgate tú, Cookie-chan. ¡Esteticien Mágica:Piano Massage!

La fatiga, cansancio, pesadez, y cualquier molestia en el cuerpo desapareció de los menores en cuestión de segundos. Con sonrisas angelicales, los jóvenes continuaron tumbados en el suelo, solo que ahora no se sentían para nada cansados. Ryoma se asomó por la puerta de la cocina, y dejó escapar una risa al ver sus caras.

El aura tenebrosa de Palm llamó la atención de Bisky, quien con una mueca confundida observó con paciencia como la mujer se acercaba de forma temblorosa.

― Espero que esto no te ofenda, pero te permitire decidir cómo entrenarlos. Mi poder me dice que tú eres la respuesta. ― Dijo, y con sus puños apretados, una tenebrosa aura apareció a su alrededor. Cisney observó la escena de reojo con curiosidad. ― Sin embargo, si no puedes vencer a los discípulos de Morel en un mes, dudo que pueda contenerme. Tengo que ir a NGL como sea. La verdad es que querría ir ahora mismo. Así que si tras esperar, esperar, esperar y esperar esto acaba fracasando... Seguramente los matare a todos...

― ¿Eso es una amenaza? ― Pregunto Bisky con naturalidad.

― No, una advertencia. Estoy preocupada por ustedes. Por eso si piensan que no tienen oportunidad les pido que se marchen. Hablo desde la experiencia, puesto que suelo perder los nervios de esa manera. ― Dijo. Bisky insistió en que debería decirle eso a los menores, y moviendo su mano de un lado a otro negó. Como era de esperarse, Gon, con su mirada brillante, insistió en que lograría vencer a los discípulos de Morel.

Cisney dejó su taza sobre la mesa, y con cuidado se levantó del sofá donde se encontraba. Con una mirada totalmente seria, ignoro cómo Palm se acurrucaba en una esquina de la habitación mientras apretaba su pecho. La joven de pelo tenebroso parecía muy emocionada por las palabras tan decididas de Gon.

Mientras Bisky y Palm hablaban sobre NGl, el hombre de pelo dorado sacó de su bolsillo el reloj de la cadena. Jisoo lo observó atentamente con una pequeña mueca.

― El Reloj del Destino. Un nombre muy llamativo para mi gusto. ― admitió, y con severidad observó los ojos de la menor. Aunque Gon y Killua estaban más alejados, podían escuchar lo que ocurría. ― Una reliquia familiar, hecha especialmente para la ceremonia de nacimiento de un Doragon. El sonido simula una especie de ritual que prepara a la nueva generación, y facilita el autocontrol. Conoces muy bien lo que ocurre cuando pierdes el control... El sentimiento de desesperación, la furia y la sed de sangre... Aquellos que no controlan el estado puro son llamados monstruos.

Jisoo cerró sus ojos por un momento, y dejó escapar un tembloroso suspiro.

― Por eso el ritual se hace meses después del nacimiento de un Doragon. Nuestro apellido tiene mucho peso en este mundo, no podemos permitirnos tener una imagen imperfecta. Desde jóvenes los niños son entrenados para controlar al monstruo que tienen dentro. ― Los ojos de Cisney brillaron de forma aterradora, su presencia era sofocadora. Definitivamente era un sujeto poderoso. ― Pero tú eres mestiza, nunca te hicieron el ritual. Por eso intentaron matarte tantas veces cuando aún eras una niña pequeña, intentaron aprovecharse de tu estado indefenso. Heredaste el aterrador poder de tu madre, eres un peligro para personas como Hebe.

Explico, cada vez acercándose más a ella. Ryoma se acercó por la puerta, y cruzó sus brazos con una mirada alerta, acción que Cisney no tardó en sentir. Luego de observar al pelinegro de reojo, volvió a dirigir su mirada hacia Jisoo, quien retrocedió con duda. Era mucha información para digerir, tenía muchas preguntas, y no debía perder la oportunidad que se le presentaba para responderlas todas. Cisney estaba frente a ella, levemente agachado para quedar a su altura y verla de frente.

― Si mi madre era tan fuerte... ¿Por qué murió? ― Por un momento la armadura inquebrantable de Cisney pareció romperse. Como si fuera un niño pequeño sus ojos temblaron, pero nadie en esa habitación lo pudo notar. Ryoma empezó a toser por su enfermedad, de inmediato Bisky se acercó para ayudarlo. Gon y Killua observaron la escena con atención, mientras que Palm abrió sus ojos de forma aterradora.

― Hablemos de eso en otro lugar. ― Se limitó a responder. De inmediato Jisoo asintió, y con atención observo como el hombre se daba la vuelta, alejándose por el oscuro pasillo.

― Vamos, Jisoo. Es momento de entrenar con Cisney. ― La voz de Ryoma fue como un escudo para Jisoo, con solo escuchar la voz de su padre supo que era seguro. Ryoma asomo una amable sonrisa, y con gentileza observó a los menores, quienes se limitaban a ver todo con curiosidad. ― Si tienen hambre no duden en servirse comida. Cocine lo suficiente para todos, en especial para ustedes, que están en crecimiento.

― Oh... ¡Gracias, Ryoma-san! ― Exclamó Gon con brillos en sus ojos. Por otro lado, Killua aún no podía quitar su mirada de Jisoo, quien se alejaba por el pasillo lentamente.

― No te preocupes, Killua. Jisoo estará bien. ― Aviso el hombre de ojos rosas. De inmediato Killua agacho su mirada y fingió no saber de qué hablaba. Aun así el pobre chico era demasiado obvio, Ryoma no tenía que escuchar ninguna explicación para hacerse una idea de lo que ocurría, o eso pensaba. Luego de dejar escapar una suave risa, el padre de Jisoo se adentro al pasillo, desapareciendo de la vista de todos.

El lugar se sumergió en un tranquilo silencio, uno que le permitió a Killua sumergirse en su tornado de sentimientos y pensamientos. Lastimosamente, la curiosidad y comentarios de Bisky eran mucho más fuertes que cualquiera.

― ¡Sigan entrenando! ― Exclamó, y con un dedo acusatorio señaló al albino. ― ¡Entrena muy fuerte, no querrás perder a Jisoo tan fácil!, ¿verdad?

― ¡¿Eh?! ― Esas palabras lo golpearon como ladrillos. No quería perderla, eso era lo último que quería. Aun así, él se había encargado de alejarla, y estaba decidido a hacerlo solo si eso significaba salvarla. La voz en su cabeza era más fuerte que antes, no podía luchar. Sus cejas se fruncieron y con una mueca contesto: ― ¡¿Ahora de qué hablas, vieja bruj-

Un golpe resonó en todo el edificio.

Estaba tan desconcentrado que se le escapó la única palabra que tenía prohibida. Bisky dejó escapar una risa amargada, y con una mueca diabólica trono sus puños.

― ¡Sigan entrenando!

(🌕)

― Alyra... Alyra era una guerrera muy famosa, hermosa y poderosa... Nacida en cuna de oro siempre tuvo todo lo que deseara al alcance de la mano... Pero mi hermana mayor era muy terca. A pesar de tener miles de comodidades prefirió buscar aventuras peligrosas, se interesó por las personas y sus misterios, los ayudó y se ganó el amor de toda una población... ― Con lentitud, Cisney entró a la habitación y masajeó su frente con cansancio. ― Desafío la autoridad de mi madre y sufrió las consecuencias...

― ¿Las consecuencias...? ― Susurro Jisoo, llena de curiosidad. Ryoma se acercó con lentitud, sus ojos temblaron por un momento. Con cariño posó su mano sobre el hombro de la menor.

― Su última misión fue cuando tenías tres años, claro, no lo recuerdas. ― Esta vez contestó el hombre de ojos rosados. Con una mano en su pecho, bajó su mirada. ― La misión fue escogida por Hebe, en ese momento las dos tenían una relación complicada. Hebe acababa de descubrir que su hija mayor había tenido una hija con un humano... Bajo la luz de la luna, en un campo de delicados pastos... Alyra fue encontrada muerta al día siguiente. Después de eso, la pesadilla comenzó.

La pesadilla... Esas palabras resonaron en la cabeza de Jisoo. Su cabeza se ladeó con curiosidad, y una ligera mueca confundida apareció en sus labios. Todo sonaba aterrador, a pesar de que estaba muy consciente de lo aterradores que eran los Dorago, el inevitable sentimiento de terror amenazaba su actitud decidida.

Por suerte, Jisoo no retrocedía cuando tomaba una decisión. Salvaría a su padre de la enfermedad, y crearía un mejor lugar para vivir. Para eso tendría que enfrentar a Hebe, la mujer responsable de arruinar muchas vidas, incluida la de su madre.

― ¡Es suficiente! ― Dijo Cisney , y oprimiendo un pequeño botón del reloj dorado, la cuenta del tiempo empezó y el bajo sonido del reloj empezó a marear a Jisoo. ― Tu entrenamiento empieza ahora... No pierdas el control y acostumbrate a la sensación. Tu misma conocerás todo luego de que tu maduración esté completa, el sello de tus recuerdos y todos los misterios pronto saldrán a la luz... Todo depende de tu fuerza, Jisoo.

― ¡Tengo muchas preguntas! ¿Por qué mi abuela me quiere matar? ¿Qué ocurrirá después de vencer a Hebe? ¿Por qué yo?... ¡U-uhg! ― De golpe sus piernas flaquearon y cayó al suelo. El extraño en su cabeza volvió a molestarla, todo se nublo a su alrededor, las venas se marcaban en su frente y sus pupilas se rasgaron.

Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos, y un quejido molesto salió de su garganta. Todo era tan confuso para ella, por más que intentara comprender se quedaba atrás. De un momento a otro se enteraba de que su abuela la quería asesinar, y no solo eso, aquella mujer que la consentía de pequeña también era la responsable de la muerte de su madre y de la tristeza de su padre. Todos los problemas se juntaban, su cabeza era un desorden.

― Prometo que te contaré todo, hija...

Los cálidos brazos de su padre la rodearon, y con delicadeza la levantó del suelo para dejarla sobre la cama. Sentado a un lado de su hija, Ryoma ordenó los largos cabellos de la menor. Los ojos de Jisoo empezaban a cerrarse, su cabeza dolía y todo empezaba a oscurecer.

Todo se escuchaba muy lejano, la voz de su padre y la de Cisney llegaban a sus oídos con dificultad. Tal vez pasaron algunos minutos, ella aún se sentía en un trance. Cisney no paraba de hablarle, pero ella apenas podía entender algunas palabras.

― El poder de Hebe... Veneno... Tu padre y otros mestizos... ― Jisoo tapó sus oídos con molestia. Era suficiente el horrible sonido que resonaba en su cabeza. El hombre de ojos dorados frunció sus labios levemente al ver como la menor luchaba por ignorarlo.

La primera parte del entrenamiento empezaba. Tendría que adaptarse al sentimiento de la maduración de su sangre. Situaciones como su enfrentamiento con Mist en el Coliseo del Cielo, o su primer encuentro con Navier, eran ejemplos perfecto de lo que sucedía cuando el proceso de maduración no era controlado. Sangre, destrucción y tristeza. Jisoo siempre le tuvo terror a la transformación, no quería ser un monstruo.

Pero ahora se encontraba de frente con el destino. No podía escapar de su realidad. Su entrenamiento estaba especialmente planeado para poder transformarse en el monstruo que tanto temía, solo que esta vez ella podría controlarlo a voluntad propia...

De repente, el molesto retumbar en su cabeza se detuvo.

Con pesadez abrió sus párpados, dejando ver sus hermosos ojos rosas. Un bajo quejido salió de sus labios, y con cuidado se levantó de la cama. Todo estaba oscuro y muy calmado. Su padre dormía en una de los sofás de la habitación, a un lado de la cama donde dormía ella, Cisney había desaparecido. Por la ventana lograba ver las estrellas y las otras casas totalmente apagadas.

Con cuidado dio un paso al frente, sin hacer ruido. Su garganta estaba seca, y su cuerpo dolía demasiado. Y más importante, las ganas de ir al baño eran demasiadas. Antes de poder acercarse a la puerta, escucho la voz de un chico de pelo blanco.

― ¿Uh? Claro que no. ― Escucho cómo respondía, lleno de seguridad, y con ese toque molesto en su voz.

Los nervios recorrieron el cuerpo de Jisoo sin darse cuenta. La idea de encontrarlo a mitad de la noche la entusiasmaba un poco, su corazón aún saltaba de alegría cada vez que lo pensaba. Aunque no debería, no podía evitarlo.

Después de todo, aún le gustaba...

― Jisoo no me gusta, Gon, deja de insistir con esa estupidez.

Bueno, tal vez no debía escuchar eso.

Un cosquilleo recorrió su nariz, un nudo en su garganta se formó, y su mirada se agacho. Sintió como su corazón se escondía en su pecho, hundiéndose con fuerza. Con dificultad trago saliva, y mordió sus labios con incomodidad.

Que horrible sensación, pensó. La forma en la que las lágrimas amenazaban por escaparse de sus ojos era nueva para ella.

― ¿Hablas en serio? Pero la forma en la que la miras es...

― Es normal. ― Respondió rápidamente, con las manos en sus bolsillos. Sabía lo insistente que podía ser Gon, debía decir algo rápido y hace que perdiera el interés en ese tema ― No es el tipo de niña que me gusta... Es eso.

― ¿Entonces qué tipo de niñas te gustan? ― Jisoo cerró sus ojos con fuerza al escuchar la pregunta de Gon. No quería escuchar nada de eso, pero ya era tarde. Las lágrimas ya no podían detenerse.

― Uhm, bueno. Todo lo contrario a Jisoo, tal vez.

La pelinegra tapó su rostro con ambas manos, y rápidamente cerró por completo la puerta de su habitación sin importarle hacer ruido. Su rostro de tristeza cambió a uno de molestia, y aquel rostro de molestia se transformó en el de aún más tristeza. Las ganas de ir al baño desaparecieron, ahora ella solo podía concentrarse en llorar contra la almohada.

― ¿Por qué es tan cruel? ¡Es un idiota! ― Era lo único que podía murmurar, entre algunas molestias más. Estaba molesta, la combinación de sentimientos en su pecho dolían como el fuego.

Aun en el pasillo, Gon y Killua se cepillaban los dientes en el baño, hablando mientras estaban casi dormidos. El entrenamiento los había dejado hecho polvo.

― Recuerdas que una vez en el examen de cazador dijiste... "Nadie sabe cuando hablo en serio" ¿Eso era? La verdad no recuerdo si fue así. ― Gon levantó su mano con una pequeña sonrisa, y señaló de forma acusadora a Killua, quien bajo su mirada. ― Bueno, pues se que esta vez no hablas en serio. ¡Mentiroso!

― ¿¡U-uh!? ― Killua levantó su mirada con molestia.

― ¡El tipo de niñas que te gustan es Jisoo! ¡Te gusta mucho pero no puedes decirlo! ― Exclamó Gon con fuerza, sin miedo a ser escuchado. Killua tapó la boca de Gon con un gigante sonrojo, aun así, no negó las declaraciones de su mejor amigo, porque en realidad no estaba equivocado. Era realmente una lastima que Jisoo no hubiera podido escuchar eso. 

¡Gracias por leer! Y perdón por los errores de ortografía. TT <3

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