𝐎𝟔𝟓┃El pastel de fresas con crema
✦ ˑ CHAPTER O65 (🫀) ᶻ 𝗓 𐰁
⋆。𖦹°‧★ (𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑)⚔️ !❛Un nuevo día y los asesinos...
LA HABITACIÓN ESTABA EN UN PROFUNDO SILENCIO. La ausencia de risas, las conversaciones tontas, algunos sonrojos y bromas inocentes empezaban a hacerle falta al pequeño albino de ojos azules. La mirada perdida que Jisoo le dio antes de salir por la puerta de madera volaba por su cabeza una y otra vez, y de forma inconsciente sentía la necesidad de seguirla. Pero era demasiado tarde. Ella había desaparecido minutos atrás, mientras él supervisaba a su amigo de pelo verde.
Dos asesinos los esperaban en el pueblo más cercano, era su decisión luchar o no. Pero si realmente querían continuar en la misión, y vivir como cazadores, tendrían que derrotarlos antes de acompañar a los refuerzos. El presidente Netero, y dos Cazadores profesionales, no necesitaban ayuda desesperadamente, solo estaban interesados en reclutar gente fuerte. Con ese pensamiento, y unas cuantas palabras reales de uno de los acompañantes de Netero, Killua se encontraba sentado en la orilla de la cama, con su mirada fija en el suelo.
Cuando te dejas abrumar por el aura de tu oponente y huyes, quedas descalificado. ¡Eres peor que un perdedor!
No estaba calificado, y esas palabras casi parecían ser una indirecta. Detrás de él, luego de una larga siesta, Gon despertaba. Su rostro permaneció tranquilo, totalmente diferente al sufrimiento que reflejó minutos atrás.
― Killua. Gracias... ― Dijo, sentándose en la cama, fijando su mirada en su mejor amigo.
― ¿Por qué me das las gracias?
― Me detuviste tú, ¿no? ― Con lentitud, el peliverde decidió sentarse a un lado de su compañero de pelo blanco, quien lo escuchaba atentamente, sin mirarlo a los ojos. ― Si hubiese perdido el control en aquel momento, habría sido un estorbo para Kite. Y entonces, podríamos haber muerto los cuatro.
― ¡Pero yo...! ― Sus labios se fruncieron con molestia, y la angustia se reflejó en su voz. ― Deje morir a Kite...
― ¡Kite está vivo! ― Killua levantó su cabeza con sorpresa al escuchar aquello, y lentamente lo volteo a ver luego de mucho tiempo. ― ¡No se dejaría ganar por algo así! Pero considerando su herida, aunque lo haya derrotado, no creo que se pueda mover. Seguramente estará escondido... ¡Esperando que volvamos! Así que debemos volver cuando seamos más fuertes. ¡Salvaremos a Kite!
Sus ojos cafés reflejaban inocencia y una infinita valentía, era tan brillante, que Killua solo podía pensar en una sola cosa. Su mejor amigo era una luz, una luz tan brillante que podía cegarlo en cualquier momento. Tenía que apartar la mirada para no perder su vista.
― Sí, tienes razón.
Y mientras Gon era la luz de su vida, una cierta pelinegra era el fuego que lo mantenía fuerte, y evitaba que se congelara. Aun así, aquella hermosa llama empezaba a apagarse, y en cualquier momento podría desaparecer. Mientras los jóvenes hablaban en la habitación donde se quedaban, Jisoo caminaba por el pueblo, con una mirada algo perdida y sus ojos fijos en el suelo.
Necesitaba distraerse, salir a tomar aire fue su mejor idea luego de despertar a un lado de Gon, bajo la atenta mirada de Killua. Estaba cansada, a pesar de dormir por mucho tiempo se sentía agotada. Tantas cosas horribles habían pasado a la vez que simplemente quería distraerse un rato.
― ¿Debería cambiarme...? ― Se preguntó a ella misma luego de ver su reflejo en una vitrina de pasteles. Aunque su rostro estaba sucio, con ojeras y sin ningún brillo de entusiasmo, decidió fijarse en su ropa de NGL que ganaba muchas miradas curiosas. ― No importa. No tengo tiempo para eso...
Jisoo cerró sus párpados por un momento, y dejó escapar un suspiro cansado. Nuevamente, sus ojos claros examinaron la vitrina, y sin poder evitarlo se encontró con un pequeño postre de fresas.
― Uh... ― Susurro con cansancio, y un nudo se formó en su garganta, mientras sentía un extraño cosquilleo molestar su corazón. Aún le dolía aquel rechazo.
¿Estaba bien pensar en eso luego de lo sucedido en NGL? Un suspiro entristecido salió de sus labios, y parpadeo con cansancio. El crudo sentimiento de impotencia que sintió al ver a Kite en ese estado recorrió su piel, y su estómago se revolvió.
Definitivamente, era un mal día. Jisoo siguió caminando, sin darse cuenta de que al otro lado de la vitrina un hombre joven de gafas oscuras y pelo rojo la miraba con una sonrisa traviesa, jugando con una ficha de madera.
― Disculpe, voy a comprar otro postre de fresas, ¿podría empacarlo? ― Pidió, moviendo de un lado a otro un billete, con una risita coqueta y llena de energía.
Luego de agarrar la pequeña bolsa con el postre, salió de inmediato de la pequeña tienda, y con un destello travieso en sus ojos claros, se perdió entre las personas de la ciudad.
Jisoo permaneció en silencio, viendo con curiosidad como un gato negro se acercaba con la cola levantada, meneándose de un lado a otro, buscando atencion. Con cuidado se arrodilló, y extendió su mano con mucha paciencia, esperando a que el gato se acercara.
― Qué lindo eres, y muy consentido... ― Jisoo ladeo su cabeza con una sonrisa muy pequeña, y acaricio el cuello del gato, que empezó a ronronear. ― Qué tierno-
― Qué rara eres, ¿en serio hablas con gatos? ― Una voz gruesa y burlona en su espalda la obligo a girar de golpe, lo que espanto al gato y provoco que se alejara corriendo. Jisoo frunció su ceño y se levantó del suelo, examinando al extraño sujeto de gafas oscuras y una pose algo extravagante. ― No sé qué les ven, son entrometidos.
― ¿Te puedo ayudar en algo?
― Gracias por preguntar, realmente no quería hacerlo. ― Dijo, y levanto una bolsita de plástico luego de ver al gato con algo de disgusto. Definitivamente, era un sujeto atractivo y muy extraño. Su pelo era algo largo y rebelde, de un fuerte color rojo, sus ojos oscuros, de color rojo como la sangre. Su piel pálida, labios rojos, nariz recta, rasgos finos, como si se tratara de una escultura. Su vestimenta también era llamativa, sus gafas oscuras, las perforaciones en sus orejas, y el fuerte olor a colonia atraía a muchas de las mujeres que pasaban cerca de ellos. ― Te gustan las fresas, ¿verdad? Él me dijo que te gustan.
Y extendió la bolsa, desviando su mirada sin interés alguno, mientras levantaba sus gafas oscuras. El ambiente incómodo no tardó en llegar, se podía sentir a kilómetros. Eso mismo sintieron dos jóvenes que pasaban cerca, y que al ver a su amiga no dudaron en acercarse para ver que ocurría.
― Ah... ¿Sí? ― Susurro, y por alguna extraña razón recibió el paquete de un reconocido, aun sin quitar su mirada extrañada de él. A pesar de la extraña situación, el hombre no la miraba de forma extraña, Jisoo solo podía distinguir un brillo sincero, escondido en sus gafas oscuras y voz creída. ― Y dime... ¿Quién te dijo que me gustan las fresas?
Antes de que el chico de pelo rojo pudiera contestar, una mano ajena toco el hombro de Jisoo, asustándola en el acto. El inolvidable aroma de cierto chico logro que sus ojos rosas se iluminaran por un momento, y su cuerpo sintió el cosquilleo eléctrico que solo un corazón enamorado podría sentir. Para su sorpresa, Killua se asomó a un lado de ella, con su mano reposando sobre el hombro de la más baja. Sin quitar su mirada del mayor, Killua asintió con una mirada algo intimidante y juzgadora.
― ¿Lo conoces? ― Pregunto en voz alta, y con cautela miro de reojo a la pelinegra.
― A-ah... ― Fue lo único que pudo decir, y de forma apenada desvío la mirada, mientras una pequeña mueca aparecía en sus labios rosas. Killua lograba ponerla nerviosa, a pesar de declarar sus sentimientos y ser rechazada, los ojos azules, piel pálida, pelo blanco, y la actitud relajada, pero intimidante de Killua la tenían atrapada. No debería actuar de esa forma, solo lograría dañar la amistad que aún lograban mantener. Con más firmeza negó de un lado a otro, evitando a toda costa la mirada azul del albino. ― No, no lo conozco.
Jisoo respondió con más firmeza, con el constante pensamiento de no arruinar las cosas. Eso mismo pensó el ojiazul, que desvío nuevamente su mirada para ver al sujeto de pelo rojo. No podía controlarlo, sus pequeñas acciones marcaban la diferencia. Mentiría si decía no amar la forma en la que Jisoo desviaba su mirada con sus mejillas sonrojadas, o la necesidad de simplemente estar a su lado.
Pero ahora la pared entre ellos estaba asegurada, no podían cruzar la delgada línea que los separaba. Killua había tomado una decisión, y no planeaba romperla. La aguja en su cabeza aún lo engañaba, y la venda en sus ojos era más fuerte que antes.
Los dos empezaban a separarse, y aunque las flores de su jardín se marchitaban, las raíces aún tenían esperanza, y no se caían.
― ¡Jisoo! ¿Quién es? ¿Te está molestando? ― La voz de Gon logro que los ojos rosas de la joven se iluminaran, y la mirada de Killua se desvió con una sonrisa. El chico se acercaba dando pasos seguros, con su ceño fruncido y una mirada desconfiada. A pesar de estar cargando algunas bolsas, se las arreglo para llegar sin dejar caer alguna.
― ¡Tranquilos! Aún no hace nada raro... Bueno, solo me dio un postre de fresas. ― Dijo, y con una pequeña sonrisa mostró el paquete en sus manos. El pelirrojo asomo una sonrisa burlona, y asintió con confianza.
― ¿Solo eso? ― Inquirió Killua, con algo de molestia.
― No tienes de que preocuparte. ― Aseguro el pelirrojo, viendo fijamente a Killua. Mientras bajaba sus gafas oscuras, dejo escapar una suave risa. ― No planeo quitártela.
Ambos se vieron fijamente en silencio, ofreciéndose extrañas miradas de molestia. Jisoo miro el suelo con sus mejillas sonrojadas, ignorando todo lo que sucedía. Ella estaba concentrada en como Killua mantenía su mano sobre su hombro, asomándose a su lado.
― ¿Uh? ¿Por qué la alejarías de nosotros con un postre de fresas? ― Preguntó Gon de repente, llamando la atencion de todos. La pelinegra dejo escapar una ligera carcajada. Killua frunció su ceño, y le regalo una última mirada de molestia al mayor.
― Vámonos, tenemos cosas importantes que hacer. ― Y se dio la vuelta, alejando su mano de Jisoo, para empezar a caminar con las manos en sus bolsillos.
― ¡Nos vemos luego!~ ― Exclamo el sujeto solo para molestar al albino, y antes de darse la vuelta para irse, sin descaro alguno, le guiño el ojo a Jisoo. Gon ladeo su cabeza, y negó de un lado a otro.
― Qué persona tan curiosa... ― Susurro, viendo de reojo como Jisoo jugaba con la bolsa del postre. No solo eso llamo su atencion, mientras que ellos ya estaban cambiados, su amiga aún tenía puesta su ropa de NGL, tal y como Killua le había avisado. Con una sonrisa, levanto una de las bolsas que llevaba ― Te traje esta ropa de cambio.
― ¿Uh? ¡Gracias!
Estaban en una lavandería. Gon había dejado toda la ropa que llevaba dentro de una canasta, mientras que Killua le indicaba al encargado de que forma lavar algunas de sus prendas de ropa. Jisoo aún se miraba al espejo, arreglando sus nuevas prendas. La camiseta corta de color blanco. Guantes negros que tapaban parte de sus brazos. Tenía un pantalón ancho de color morado, sujetado con un cinturón de cuero color negro, y unos zapatos negros con blanco simples.
Levanto su mirada, y una mueca apareció en sus labios al ver su rostro. Se veía deprimente. Aunque las ojeras ya no estaban tan marcadas, aún era fácil reconocer como estaba desanimada.
― ¡Jisoo, vamos! ¡Killua nos va a mostrar algo! ― La voz animada de Gon le saco una suave sonrisa. Era extraño para ella ver su actitud, a pesar de lo que había ocurrido en NGL, Gon seguía igual de energético, como si lo hubiera olvidado todo.
Los tres jóvenes empezaron a caminar por la calle. Gon vestía una camiseta blanca con su normal short verde, y Killua llevaba una camisa de cuadros color azul con un pantalón beige, mientras jugaba con unas fichas de madera, lanzándolas y atrapándolas.
― ¿Qué es eso? ― Pregunto Gon.
― Son fichas. Tomas un trozo de madera con algo escrito y lo partes, dando una mitad a cada persona. Sirven como prueba de que eres un aliado o para autentificar un documento. En este caso, cada uno de los asesinos llevará una ficha que concuerda con estas. ― Dijo, cerrando sus ojos por un momento, mientras agarraba las fichas con fuerza. ― Los venceremos y conseguiremos sus mitades.
Y siguieron caminando. Gon se adelantó un poco, acercándose a un carrito de helados, dejando a sus dos amigos atrás. Jisoo desvío su mirada, mientras que Killua froto su cuello. Con valentía, la ojirosa decidió hablar primero. La tensión reinaba entre ellos.
― ¿Qué ocurrió con Kite...? ― Pregunto, y el albino rápidamente le dirigió toda su atención. Jisoo agacho su mirada, y cerro sus ojos. ― Pensé que Gon estaría triste, pero lo veo... Tal vez hasta más feliz de lo normal. No he dejado de pensar en eso, Kite está muerto...
― Kite está vivo. ― Sin pensarlo, Killua repitió las palabras de Gon. Jisoo alejo su mirada del suelo, y levantó con brusquedad su cabeza solo para ver y Killua.
― ¿Qué? ¿Hablas en serio?
― Sí. Kite está vivo, es fue lo que dijo Gon. Un Cazador profesional como él no puede morir tan fácil, ¿no crees?
― Supongo que tienes razón.
― Lo sé.
Y un incómodo silencio los cubrió, los dos aún se miraban a los ojos, y al darse cuenta de esto se alejaron rápidamente. El sonido de los carros, las risas de los ciudadanos y los vendedores llenaban la colorida ciudad de vida, y lograban hacer que las voces de ambos se perdieran entre tantos sonidos.
No fue hasta que la joven de ojos rosas dejo escapar un bajo suspiro, y luego de cerrar sus ojos por un momento, de sus labios, una baja palabra sonó más duro que cualquier ruido.
― Gracias.
De la nada, la ojirosa le ofreció una pequeña sonrisa, viendo los ojos azules de Killua sin pena alguna. Su característica sonrisa y su alegría volvieron por un momento, era la joven más hermosa a los ojos de Killua. Sin poder evitarlo, las pálidas mejillas del chico empezaron a enrojecer, y en forma de defensa contra los nervios que sentía, fingió molestia.
― ¿Por qué me agradeces, teñida?
― Por muchas cosas. ― Levanto sus hombros, y con un gran esfuerzo reprimió cualquier comentario coqueto o atrevido. Aun así, fue demasiado sincera. ― Pero otro día te diré por qué, en este momento no puedo pensar en algo que no te haga sonrojar.
― ¿¡Eh?! ¡Jisoo! ― Esta vez, Killua no pudo esconder su sonrojo, y con una mueca, casi pareció erizarse como un gato. ― ¡Eso es muy fácil de malinterpretar!
― ¿Uh...? ― La ojirosa levanto una de sus cejas, y con reproche negó de un lado a otro. ― ¡Tú sabes a qué me refiero! ¡Te sonrojas por todo! Deja de pensar en cosas raras, pelo de trapero.
― ¡N-no pensé en cosas raras, tú lo dijiste de forma rara! ¡Idiota!
― ¿De forma rara? ¡Tú eres el que te sonrojas por todo! ¡Fastidioso!
― Teñida.
― Tonto.
A pesar de estar discutiendo, ambos mantenían pequeñas sonrisas en sus labios. Después de todo, tal vez no habían quedado tan mal como creían, o eso preferían seguir creyendo, y lentamente creerse esa mentira que los podría empezar a afectar.
(Imagen hecha en Picrew) El capítulo quedó muy corto, lo siento. El próximo será bien largo, o eso intentaré. TT <3 Gracias por leer y perdón por la demora, el colegio me tiene sepultada en tareas.
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