𝐎𝟔𝟒┃Como una vez dijiste
✦ ˑ CHAPTER O64 (🫀) ᶻ 𝗓 𐰁
⋆。𖦹°‧★ (𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑)⚔️ !❛Miedo y amor...
CON UN EXTRAÑO SENTIMIENTO RETUMBANDO EN SU PECHO, arrugó la carta sobre sus manos y la atrajo a su pecho, con sus labios fruncidos y un ligero picor en sus ojos rosas. No era posible, ¿de verdad había leído eso? Al parecer, ahora su abuela Hebe tenía conocimiento de muchas cosas, y empezaba a exigirle. En parte le habría el camino a más oportunidades, pero al mismo tiempo...
Como miembro oficial de la familia Doragon, y Cazadora profesional, tu deber es participar en la más reciente misión de las Hormigas Quimera en secreto, sin exponer tu apellido, pero luchando por tu familia y el mundo que ahora peligra. Concéntrate en tus deberes, y no te dejes desviar por un jovencito de una familia de asesinos que no te corresponde. Es momento de escoger prioridades, lo demás vendrá después.
Hebe Doragon. -
Un pesado suspiro salió de sus labios, y ladeo su cabeza con cansancio. Una guerra en su cabeza empezaba a formarse, y las palabras escritas corrían por su cabeza. Dos pensamientos diferentes sobresalían, y como un demonio y un ángel, los dos se asomaban por sus hombros rogándole.
― Es verdad que no me corresponde, pero eso podría cambiar, ¿no? ― Se habló a ella misma, convenciéndose. Sus párpados se abrieron suavemente, y volvió a cerrarlos con fuerza. ― ¡Pero escogí no rendirme! Siempre luché por lo que más amaba.
Por un momento permaneció en silencio, y golpeó su frente con una de sus manos en forma de regaño. Se dio la vuelta, y encontró de frente al águila que le había llevado la carta. El animal ladeaba su cabeza, como si pudiera entenderla.
― ¡No estoy olvidando mis metas! Fijarme en un chico no es una distracción. ¿Por qué Hebe se mete en eso? ― Dijo, y señaló al águila, quien dio un paso atrás, logrando que el collar dorado en su cuello emplumado resplandeciera.
Con cuidado ordenó la carta que le había llegado, y con delicadeza la dejó en el pico del águila. Necesitaba recuperar lo que su madre le había dejado, de esa forma, y con un título importante entre su familia, podría darle a su padre un hogar donde no tuviera que preocuparse todo el tiempo. Esa era su prioridad.
Durante muchos meses hizo lo posible por conquistar al joven de ojos azules y atractivas facciones que tanto la cautivaba, pero solo recibía torpes comentarios y falsas esperanzas. Una especie de sentimientos molestos golpeó su pecho, y una profunda tristeza logró hacer que sus ojos picaran. A pesar de sus palabras llenas de confianza, un miedo empezaba a aparecer.
― Lo intentaré una última vez ― Susurro, y bajo su mirada. ― Porque él realmente me gusta, y no quiero rendirme...
(🌕)
Mientras uno de los guardias del futuro rey se alistaba para nacer, el grupo de jóvenes caminaba por el bosque con cautela. Jisoo cargaba una cantimplora, con su mirada fija en los árboles como si fuera lo más interesante. Todos parecían muy concentrados a su alrededor. Kite los observó de reojo a los tres, pero antes de poder decir algo al respecto, pudo sentir como algo grande empezaba a acercarse a ellos.
― Nos están siguiendo. ― Tan pronto como dijo eso, empezaron a correr mientras se mantenían en guardia, vigilando a su alrededor con mucho cuidado.
Moscas del tamaño de un niño pequeño aparecieron, molestándolos sin atacarlos. Aunque los menores los intentaban detener, los árboles del bosque eran tan densos que sus ataques fallaban. Las Quimeras parecían guiarlos fuera del bosque, todo era una trampa, y Kite logró darse cuenta.
Con Crazy Slots y un arma aleatoria, el mayor asesinó a sus perseguidores y logró hacer un camino para salir del bosque, talando todos los árboles de alrededor con un fino corte. A la vista de los niños y cualquiera que lo viera en acción, el mayor era sorprendente.
Escondido entre la maleza, dos Quimeras tenían miradas totalmente diferentes. El grupo que estaban cazando aparecían como si nada, acabando con las moscas en pocos segundos. Su plan había fallado desastrosamente. Mientras el León estaba aterrado, la fémina miraba a Kite con brillos en sus ojos.
Sin decir nada, el animal más grande empezó a alejarse. La fuerza de aquel grupo lo superaba, no estaba preparado, y como líder de escuadrón debía empezar a prepararse. Con el tiempo, el grupo empezaba a adaptarse al lugar, ahora no se asustaban al ver los comportamientos humanos de las Hormigas Quimera.
― Vamos a seguirlos. ― Dijo Kite. Era momento de acercarse al nido de las Hormigas Quimera, y terminar con su especie de una vez por todas. Con ayuda de su En los seguía desde lejos, y así empezaban a pasar los segundos. A pesar de estar siguiendo a dos Quimera que habían dejado de atacarlos, había otro escondido acechando, pero tal era su velocidad que Kite apenas lo había sentido en su rango.
― ¡Jisoo, agáchate! ― Exclamó, pero la joven no logró actuar a tiempo. Todo pasó en segundos. El aguijón de abeja atravesó su mano, y una abeja del tamaño de un balón de fútbol se aferró a su mano.
― ¡Agh, duele! ― Exclamó, y sintió lentamente como su mano empezaba a dormirse. Definitivamente, ese no era su día de suerte.
― ¡Arráncalo, rápido! ― A pesar de las instrucciones, Jisoo actuó por impulso y terminó quemando al animal con ayuda de su sangre, que al mismo tiempo logró quemar parte de su mano al estar tan cerca. El animal explotó por el contacto, y sangre de color azul salpico sobre su rostro.
Pulverizado, el animal cayó al suelo luego de que Kite lo quitará con cuidado de no lastimar más a la menor, y decidió hacer una rápida parada para tratar la herida de Jisoo. La una chica del grupo no podía sentirse más apenada, había retrasado la persecución, no había seguido órdenes, y la carta de su abuela la mantenía distante.
(🌕)
Jisoo hundió su rostro en el agua cristalina, y lavó sus mejillas con cuidado. Sentada a la orilla del río, la joven quitaba todo rastro de sangre color azul que quedaba en su cara. Empezaba a anochecer nuevamente, y aún se sentía apenada por lo que había sucedido minutos atrás.
― ¿Cómo te sientes? ― Esta vez, la voz de Killua no la sorprendió. Con cuidado, Jisoo enderezó su espalda, sacando su rostro del agua. Podía sentir la antena mirada del ojiazul sobre ella, examinando cada parte de sus facciones.
― Horrible. ¿Me veo enferma? ― Preguntó, observándolo de reojo. Con la manga de su camisa limpia su frente, quitando las gotas que se resbalaban por su piel. ― ¿O sigo igual de linda que siempre?
Las mejillas de Killua se colorearon, y empezó a frotar su cabello sin decir nada. Las heridas de su amiga ahora estaban completamente sanas, pero era fácil notar como sus ánimos permanecen por el suelo.
― Idiota, ¿en serio te protegiste con tu propia mano del ataque?
― ¡Uhm! ¿De qué otra forma lo haría?
― Torpe.
― Tonto. ― Con una mueca le saco la lengua, lo que solo logro que Killua negara con una pequeña sonrisa. ― Pero en serio, ¿me veo enferma?
― No, no es eso. ― Aclaro, y un bufido apenado se escapó por sus labios al ver como su amiga dejaba escapar una suave risa. Ambos estaban sentados en el suelo, a la orilla de un río, bajo la luna de las estrellas. ― ¿Aún sientes tu mano entumecida?
― Un poco, nunca antes me había envenenado. ― Admitió, y sacudió su mano con entusiasmo. ― Qué suerte que el aguijón no era tan peligroso, a diferencia de ti, el veneno puede matarme, es lo único que mi cuerpo no puede regenerar o curar.
― Déjame ver tu mano. ― Jisoo obedeció, y le extendió la mano. Killua fijó su vista en la parte afectada, donde ahora no quedaba ninguna marca. El albino miraba la mano con mucha atención, examinando cualquier parte que pudiera estar envenenada. ― No se ve mal.
― ¿Sabes a qué me recuerda esto? ― Susurro Jisoo, y al ver como las mejillas de Killua se encendían como luces de navidad de color rojo, una carcajada salió de sus labios. ― Cuando pensaste que besaría tu mano en Greed Island, ¡Eso fue tan divertido!
― ¡¿A-ah?! ¡No sigas con eso, es vergonzoso! ¡¿No lo has superado?!
― ¡Es que fue muy gracioso! ― Y otra carcajada salió de sus labios. Killua frunció su ceño con molestia, y tapó los labios de Jisoo con torpeza, iniciando de esa forma una pequeña guerra, como usualmente les gustaba jugar.
Luego de algunos forcejeos, ambos permanecieron en silencio, sentados frente a frente. Killua aún tapaba los labios de Jisoo, mirándola fijamente, sin vergüenza. Sus mejillas se sonrojaron aún más al ver como ella desviaba su mirada con pena, y posaba sus manos sobre sus mangas azules.
― Mi padre decía que un besito dado con amor puede quitar el dolor de las personas. ― Dijo de repente.
― Oh, ¿en serio? ― Mentalmente, Killua se regañó por seguirle el juego. Pero no podía controlarse en esos momentos, donde estaban los dos solos, tan cerca, con sus miradas sincronizadas y un mismo pensamiento.
― Sí, pero solo funciona si las dos personas de verdad se aman. ― Afirmo, y levantó su mirada, encontrando los eléctricos ojos azules de Killua. Lentamente, las manos que tapaban sus labios se corrieron hacia sus mejillas, y lentamente hacia su mentón.
Lentamente, ambos se acercaban cada vez más, y sus párpados se iban cerrando. Ahora estaban en silencio, casi rozando sus narices, con un tortuoso espacio que separaba sus inocentes y ansiosos labios que no podían esperar por probar lo desconocido.
― Oye, Killua... ― Susurro Jisoo, y sus párpados se abrieron. Un bajo quejido de Killua fue su respuesta, y con una mirada algo nerviosa, decidió cortar la distancia. ― Me gustas.
Al escuchar aquello, el albino pudo despertar de su corto trance, y se alejó de golpe. Ahora estaban igual de lejos que antes, separados por un pequeño cristal que no podía romper. Con delicadeza, alejó su mano del mentón de la pelinegra, y bajo su mirada.
Va a sufrir por tu culpa. Tu única preocupación cuando conoces a alguien es si lo puedes matar o no.
Sus ojos azules se cristalizaron al pensar en eso, y sus puños se cerraron con fuerza. No quería dañarla, no quería hacer nada que la lastimara. Estaba dispuesto a vivir lejos de ella y renunciar a sus sentimientos solo para verla bien. Sin darse cuenta, con su decisión no solo lo hería a él, sino también a ella.
Pero como tu no puedes matarla, entonces lo haré yo.
― No puedo corresponderte. ― Susurro, sin levantar su mirada para verla a la cara. A pesar de que su torpe corazón aún se emocionaba por escuchar a Jisoo recitar esas palabras, un peligroso susurró en su cabeza amenazaba con matar lo que más amaba, y no podía permitirlo.
― ¿Entonces porque querías besarme? ― Jisoo frunció su ceño, y cerró sus ojos para evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Killua no respondió. ― ¿Mis sentimientos son un juego para ti?
― Yo no... ― Susurro Killua, pero de sus labios no salió ninguna palabra. Con lentitud, pequeñas lágrimas se acumularon en sus ojos, amenazando con salir con fuerza, como un río. ― Lo siento...
Por primera vez, dijo esa suave palabra sin usar alguna clase de broma o sarcasmo. Sus ojos brillaban, sus labios temblaban, y un nudo en la garganta le impedía gritar todo lo en realidad su corazón sentía. La luna era testigo de todo lo que ocurría, dos corazones enamorados no podían dejar de sufrir a pesar de sentir lo mismo.
― No es tu culpa, no te sientas mal. ― Jisoo negó suavemente, y a pesar de que las lágrimas ya empezaban a resbalar por sus mejillas, consoló al chico que la había rechazado con una sonrisa.― No te sientas mal por esto, nuestra amistad será igual que siempre, solo que dejaré de decir cosas vergonzosas. ¡Tú sabes! Nada más de esos comentarios incómodos...
Pero no podía evitarlo más, y de sus ojos rosas las lágrimas empezaron a bajar sin poder detenerse, y un bajo quejido adolorido salió de sus labios. Killua se acercó a ella por reflejo, sin saber nada de lo que hacía. Sus brazos se extendieron, pero antes de poder tocarla, se detuvo. Frente a él, Jisoo intentaba detener sus lágrimas con un semblante apenado, susurrando disculpas.
― ¡N-no te preocupes! Solo no puedo evitarlo... Las lágrimas no se detienen. ― Negó Jisoo, esforzándose por dejar de llorar. Con cuidado retrocedió, y con torpeza se levantó del suelo. A toda costa, intentaba alejar su mirada de Killua. ― No te sientas mal por esto, en serio.
― ¿Nada más que eso? ― Susurro, y tragó saliva con dificultad. Aunque estaba acostumbrado al dolor, lo que él sentía era completamente diferente y más fuerte, como si su pecho se estuviera hundiendo en lo profundo del mar, y su cabeza estuviera atravesada por una aguja. ― ¿H-hablas en serio?
― ¡Sí! Puedes estar tranquilo. ― Asintió, y esta vez se dio la vuelta, dispuesta a irse de aquel lugar. Antes de desaparecer entre los árboles, se detuvo. ― Seguiremos siendo buenos amigos, y siempre serás una persona muy especial para mí.
El silencio del bosque no tardó en ser roto por un bajo sollozo. Sus puños se cerraron con fuerza. Se detuvo al sentir como empezaba a hacerse daño. Ahora estaba completamente solo, en medio de la oscuridad. Finalmente, el nudo en su garganta se rompió, y como un río desbordado, un llano adolorido resonó en medio del silencioso bosque.
Y aunque sabía que era lo mejor, el dolor en su pecho no se detenía, y el desespero que sentía cada vez era más grande. Sin saberlo, pronto se arrepentiría de haber escuchado aquella voz en su cabeza.
(🌕)
La caminata había vuelto a empezar, y rápidamente lograron alcanzar sus objetivos. Killua caminaba con las manos en sus bolsillos y una falsa mirada desinteresada, mientras que Jisoo mantenía su vista fija en el suelo. Ambos estaban alejados, concentrados en otras cosas.
― Increíble... Los ha tenido en su rango de acción todo el tiempo sin perderlos ni por un instante. ― Susurro Killua, y Gon asintió con sorpresa.
― Kite dijo que podía usar si En en una radio de 45 metros.
― Tengo entendido que los llamados maestros del Nen pueden extenderlo hasta unos 50 metros. Kite está prácticamente ahí. ― Killua se mantenía concentrado en eso, para evitar pensar en otras cosas. ― Es más, dado que lleva con él toda la noche sin descanso, seguramente sea más fuerte que ellos.
― Más fuerte que un maestro... Entonces Kite es de los buenos. ― Susurro Gon. Era el primer Cazador profesional que conocían, y como las anteriores veces, siempre encontraban a la persona indicada en el momento indicado, y esta vez era todo planeado por Ging. Se volverían más fuertes, aunque en un lugar muy extraño.
― Es un sitio algo brutal para entrenar. ― admitió Killua.
― Realmente lo es... ― Asintió Jisoo, y rápidamente obtuvo una mirada curiosa del ojiazul. Hablar era como un raro privilegio luego de lo que había ocurrido minutos atrás.
― Por eso no dejo de preguntarles si de verdad es lo que quieren. ― Luego de mucho tiempo, Kite habló, y dejó de caminar. ― Como han mencionado, seguramente Ging-san tenía ciertas expectativas conmigo cuando los envió conmigo, pero no tengo la intención de entrenarlos durante este viaje. No tenemos tiempo para eso. Los he traído conmigo porque pienso que pueden ser de ayuda. A partir de ahora todo dependerá de su determinación.
Kite se dio la vuelta, y los vio de frente. A pesar de los problemas de cada uno de los menores, ellos seguían confiados en que estar en ese lugar era la decisión correcta.
― Si la determinación es fuerte, desarrollarán el Nen y crecerán mediante la experiencia en combate. Si es débil, las Hormigas los comerán. Pero no podemos morir. Somos cazadores profesionales. Aquellos que se llaman cazadores siempre cazan a sus presas. ― Dijo, y los menores abrieron sus labios con sorpresa. ― Es el primer mandamiento para ser un Cazador. Una cacería necesita a un cazador y una presa, es una batalla de determinación.
Y continuaron caminando, escuchando atentamente las enseñanzas de Kite. Con cuidado caminaban por la orilla de un río, en medio del silencio del bosque y la voz del peliblanco.
― El perdedor tiene que seguir las reglas y costumbres del ganador. Por lo general, eso implica la muerte del perdedor. Si no quieren ese resultado, tendrán que ganar. Mejorar su Nen es importante, por supuesto, pero para poder ser buenos cazadores, tendrán que entender al enemigo y a ustedes mismos. ― De repente, su mirada se desvió al cielo, y antes de decir algo se sentó sobre una roca. ― Acabo de recordarlo.
De su bolsillo sacó una pequeña tarjeta de Cazador con bordes dorados, lo que automáticamente llamó la atención de los tres. Era una licencia diferente al resto.
― ¿Una tarjeta de Cazador? ― Susurro Jisoo con sorpresa, y el peliplata asintió.
― Era de Ging-san. ¿Recuerdan cuál era mi prueba final? Me dijo que podía usarlo para encontrarlo. Pensaba devolvérsela cuando lo hiciera.
― ¿Eh? ¿No lo quiso recuperar? ― Pregunto Gon lleno de curiosidad.
― No... Me olvidé por completo de dársela. ― Jisoo dejó escapar una baja risita, mientras los dos chicos asomaron muecas apenadas. ― Gon, dices que quieres encontrar a Ging-san por tu cuenta, ¿verdad? Entonces tienes que buscarlo. ¿Se lo podrías devolver por mí?
― ¡Claro! ― Asintió sin dudarlo, con sus ojos brillando. ― Pero primero tenemos que acabar con este trabajo juntos y volvernos mucho más fuertes. Tras eso, encontraré a Ging y le devolveré esto. ¡Te lo prometo!
― Cuento contigo. ― Dijo, y luego de observarlo por unos segundos, una sonrisa apareció en sus labios. ― Muy bien, sigamos en marcha antes de perder el rastro.
Mientras ellos caminaban, la nueva guardia del futuro rey despertaba un nuevo e increíble poder. Ansiosa, el gato salía de su castillo para probar sus nuevos poderes con un sujeto más fuerte que una Hormiga Quimera.
Kite empezó a sudar frío, observando con cautela la gigante construcción de las hormigas. Algo grande y hostil se acercaba, y con sus propias palabras lo llamó monstruo. No tardó en agacharse, escondiéndose en los arbustos.
― ¿Qué es esto? ¡No lo puedo creer! ― Susurro, cada vez más ansioso. Los tres amigos se vieron entre ellos, y se acercaron al mayor sin entender lo que sucedía.
― ¿Qué ocurre, Kite? ― Pregunto Gon.
― ¿Sucede algo? ― Inquirió Jisoo, con una ligera mueca de preocupación.
― Gon, Killua, Jisoo. ¡Lárguense de aquí! ― Dijo, pero los jóvenes no se movieron. Con una voz llena de preocupación, Kite los vio de frente. El monstruo lo tenía en la mira, y ahora quería asesinarlo. ― ¡Deprisa! ¡Aléjense de aquí! ¡Aléjense de mí!
Uno de sus brazos salió volando.
Una Quimera diferente había llegado, con sus ojos amarillos los sofocaba, era un aura llena de malicia que nunca antes habían sentido los obligaba a retroceder. El monstruo que Kite tanto temía había llegado. Algo dentro de Gon simplemente explotó.
Su aura estalló, y un grito lleno de angustia salió de su garganta.
Las pupilas de Jisoo se rasgaron, y su respiración comenzó a agitarse. Todo había sucedido tan rápido que simplemente era aterrador. Un profundo recuerdo de sus memorias salió a la luz, y sin darse cuenta empezó a temblar, mientras su aura empezaba a descontrolarse. Sentía miedo, y el instinto de supervivencia le gritaba constantemente que alejara a Gon de aquel lugar.
Pero el peliverde no estaba en condiciones para escuchar a alguien.
― ¡Gon- ― Un fuerte golpe en su cuello la detuvo, y todo se volvió negro, escuchando por última vez un fuerte grito.
Kite le había ordenado a Killua llevarse a los dos jóvenes, quienes permanecían inconscientes sobre sus hombros. Sin pensarlo dos veces, el albino salió corriendo sin mirar atrás, y como una vez Kite dijo, en un momento donde peligrara, tendrían que dejarlo y escapar sin él.
La lluvia mojaba su cuerpo, pero no se detenía. Corrió todo lo necesario, durante horas, cargando a dos personas para salvarlas. Pasaron horas para que el sol empezara a aparecer de entre las montañas, y mientras dos sujetos cabalgaban con tranquilidad en caballos, a lo lejos un joven llevaba sobre su espalda un chico peliverde, y en su pecho, una joven de largo cabello negro.
Empezaba a fatigarse, su cuerpo sudaba y estaba cansado. Aun así, logró llegar a los dos árboles principales de NGL, y oficialmente, salió de aquella tierra llena de criaturas aterradoras. Con cuidado dejó a Jisoo sobre la hierba, bajo un árbol, y a un lado de ella, dejó a Gon.
Killua quitó su camisa azul, y con cuidado cubrió los cuerpos de sus amigos, quienes aún no despertaban. Su mano ordenó el pelo de Jisoo con cuidado, y se aseguró de tapar a Gon. Actuó rápido, y sacó su celular para pedir ayuda. Llegaban refuerzos, y no se trataba de simples personas. El equipo de Kite con refuerzos poderosos se dirigía a NGL, ahora solo quedaba esperar.
Un capítulo muy triste TT Perdón la demora, fue una semana difícil
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