✦ ˑ CHAPTER O61 (🫀) ᶻ 𝗓 𐰁

⋆｡𖦹°‧★ 🌕(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑)⚔️ !❛¿No te he logrado enamorar?...

NO ENCONTRABAN NINGUNA SEÑAL DE PERSONAS DESAPARECIDAS, no había ninguna pista de una hormiga de dos metros atacando pueblos o ciudades. Tal vez se estaban preocupando por nada, aun así, Kite insistió en ver las corrientes del mar del día que encontraron la pata de la hormiga Quimera. Su primera pista era NGL, una región autónoma, y otro país, lugares donde era muy difícil conseguir información.

NGL, un país fundado por personas que querían vivir con naturaleza, sin máquinas de por medio. Se comunicaban por cartas, su principal medio de transporte eran los caballos, un lugar donde cualquier persona que lleve intencionadamente tecnología al país podría ser ejecutado. Estaban totalmente alejados del resto del mundo. Si la hormiga Quimera hubiera llegado a NGL, seguramente sus habitantes no harían nada, y dejarían todo en manos del transcurso de la vida. Y aunque quisieran contactar al exterior, el mensaje llegaría demasiado tarde.

Si aquella pata era de una Hormiga Quimera reina, el nido ya estaba comenzando a ser construido, y con ello, miles de personas estarían en peligro.

― Bien, compre pasajes para la Unión Mitene, donde está NGL. ― Aviso Spin, la mujer de pelo púrpura y un chicle en sus labios. ― Subiremos en una nave hasta la República de Rokario, y luego viajaremos por tierra desde allí.

― No va a ser fácil entrar a un país por el que corren rumores feos... ¡Es una broma! ― Exclamó el de pelo afro, pero los menores no rieron, y se limitaron a observar a Kite con curiosidad.

― ¿Rumores? ― Pregunto Jisoo, y el hombre de pelo plateado asintió. D2, una droga que se ingiere y que se propaga a gran velocidad por las zonas urbanas de todo el mundo. Es un derivado del árbol bila, nativo de la Unión Mitene. Y dicen que el 80% de los árboles bila están en NGL, lo que dice que la droga se fabrica en ese país, pero solo eran rumores.

― Nadie ha podido probarlo públicamente, al fin y al cabo, ese país está totalmente cerrado. ― Se lamentó el hombre de pelo afro.

― Cuando la gente intenta investigar, es ejecutada sin más. ― Spin empezaba a jugar en la silla mientras hablaba, inflando una burbuja de chicle en sus labios. ― El asunto tuvo tanto revuelo que un Doragon fue a investigar, Alyra Doragon... pocos años después no se supo nada de ella, dicen que fue asesinada.

Jisoo levantó su mirada rápidamente, con sus ojos algo temblorosos. Killua posó una de sus manos sobre su hombro, mientras Gon bajaba su mirada por un momento, pendiente de su amiga. La madre de Jisoo fue una guerrera valiente, una mujer que generalmente permanecía en lugares peligrosos, ejerciendo su labor de protección a las personas de bajos recursos. Gracias a eso conoció a su esposo, pero también su destino final.

No tenía muchos detalles sobre la muerte de su madre, como rompecabezas sin armar, no lograba recordar gran parte de su infancia ni de su madre. Todo era un misterio que su familia se aseguraba de guardar. Pero ahora tenía una pista, ¿qué había hecho su madre años atrás en NGL?

― Alyra Doragon... Es mi difunta madre. ― Nuevamente, la burbuja en los labios de Spin explotó, ensuciando su rostro. Todos permanecieron en silencio, viendo a la menor sin disimular su sorpresa, seguido de una exclamación que sonó al tiempo.

― Esta niña está llena de sorpresas...

Mientras tanto, en otro lugar, un grupo de personas también sentían curiosidad por NGL, Ponzu y Pokkle se sumaban a la aventura, sin saber que les esperaría.

Gon y Killua permanecían sentados en las sillas del aeropuerto pacientemente, observando a su amiga de reojo con curiosidad. Jisoo movía de un lado a otro el lápiz en su mano, escribiendo a toda velocidad algunas cosas en su libreta. Un golpecito en su mejilla la despertó, y rápidamente observó a su lado, encontrando la curiosa mirada del albino, quien al ver de frente a su amiga, volvió a picar su mejilla, alejándola de él con un sonrojo.

― ¿Qué escribes con tanta emoción? ¿Eh? ― Inquirió, y la joven asomó una sonrisa algo nerviosa.

― Nada importante. ― Respondió, escondiendo la libreta detrás de su espalda para ofrecerle una sonrisa inocente a Killua, quien frunció su ceño con molestia al no recibir respuesta.

La mirada de los tres se desvió al escuchar los pasos de Kite, quien se acercaba sin verlos a los ojos, y con las manos en su cintura frenó sus pasos, justo a su lado.

― Puede que sea algo tarde para preguntar, pero, ¿de verdad quieren venir? ― Pregunto, y esta vez los miro con sus ojos oscuros, llenos de seriedad.

― ¡Por supuesto! ― Asintió Gon.

― Pues sí que es tarde. ― Dijo Killua, con una ligera sonrisa.

― ¡Si queremos ir!

― No tenemos ni idea de la situación dentro de NGL. Puede que haya un enjambre de Hormigas Quimera enormes dando caza a personas. Si ese es el caso, mi prioridad será salvarlos. ― admitió, y desvío su mirada de ellos, viendo a su grupo a lo lejos. ― En algún momento puede que no esté disponible para ayudarlos, tendrán que protegerse ustedes mismos, esa es mi condición para llevarlos... Si soy yo el que está en peligro, no se preocupen y escapen sin mí. ¿Entendido? 

(🌕)

Ambos adolescentes corrían por los pasillos de la nave, con sus manos entrelazadas y dos sonrisas sinceras en sus labios. Las mejillas de Killua permanecen de un suave color carmesí, y sus ojos azules brillaban cada vez que Jisoo se cruzaba por su mirada. No podía esconderlo, realmente le gustaba aquella joven... Y mientras él lo ocultaba, Jisoo lo podía gritar a los cuatro vientos si así quería.

― ¿Recuerdas el Examen de Cazador? ― Pregunto la ojirosa llena de curiosidad, soltando sus manos lentamente. Killua ladeo la cabeza y luego asintió, con una pequeña sonrisa, sin quitar sus ojos de ella. ― ¿Qué pensaste la primera vez que me viste?

― ¿Uh? ¿Cuándo recogiste esa extraña lata con laxantes?

― ¡Entonces te acuerdas!

― Idiota. ¿Cómo no recordar a la chica rara que se quedó viéndome?

― Bueno, no todos los días se ve un chico tan lindo. ― Dijo sin pena, solo para ver sonrojar al chico albino, quien frunció su ceño con molestia. Jisoo dejó escapar una fuerte carcajada, y esta vez ella golpeó la frente del chico, como él solía hacer con ella. ― Si frunces tu ceño, nadie se enamorará de ti.

― ¿De verdad? ¿Entonces ahora tú te llamas nadie? ― Inquirió con diversión, acercándose a su rostro, y la ojirosa se sonrojó totalmente al escuchar aquello, empujando al ojiazul con torpeza.

― Tonto, no te acerques de esa forma, me pones nerviosa. ― Dijo, y al ver el rostro avergonzado de Killua dejó escapar una risa, y con diversión negó de un lado a otro, mientras una sonrisa aparecía en sus labios. ― Solo bromeó... ¿O de verdad quieres un besito?

― ¡Idiota! ― Exclamó, con una mueca en su rostro. Al ver como su amiga reía de la situación, su rostro se suavizó, y cerró sus ojos con un sonrojo más controlado. ― ¡Jisoo! ¡N-no digas cosas vergonzosas!

― Umn, lo intentaré. ― Dijo, y Killua la vio de reojo con sorpresa. Luego de eso, no escucho ningún otro comentario atrevido, o algún intento de coqueteo. En silencio, se limitó a observar el rostro calmado de la joven, y la sonrisa en sus labios empezó a desaparecer.

Era mejor así, debía encontrar la forma de distanciarse, y así evitar que algo malo le sucediera. Era más difícil de lo que parecía, una situación que no podía manejar con estrategias. Con una molestia en su garganta, desvío la mirada, y cerró sus ojos, alejando su mirada de ella.

― ¿No te he logrado enamorar? ― preguntó Jisoo de repente, viendo las nubes por el cristal de la nave en la que estaban, sin ver a su enamorado, quien, ahora sentado a su lado, descansaba con sus brazos cruzados sobre la mesa.

―... Es complicado. ― Dijo luego de unos segundos, aun sin dirigirle la mirada. Cerrando sus puños, entreabrió sus párpados, y sus ojos azules encontraron la imagen de Jisoo reflejada en el cristal. Sus ojos rosas miraban las nubes con mucha calma, y el reflejo de tristeza logró que su corazón doliera. ― No quiero que nadie te haga daño por mi culpa...

― ¿Quién me podría hacer daño por tu culpa? ¿Por qué es complicado...? ― Inquirió, con una mirada confundida. Sus ojos titilaban, y empezaba a sentir una presión en su pecho. Con insistencia, busco la mirada de Killua, quien alejó su mirada. Jisoo jugó con sus manos, de forma nerviosa, intentando camuflar su confusión. ― Si me explicaras, podría entenderlo mejor. Podemos buscar una solución, ¿no?

Esta vez, recibió la mirada de Killua por unos segundos, y solo con eso su corazón volvió a emocionarse. Una pequeña sonrisa apareció en los labios del ojiazul, y con torpeza golpeó la frente de Jisoo, solo para borrar su mueca de tristeza.

― Idiota...

Totalmente diferente a lo que creía, Jisoo tapó su frente, aún con una ligera mueca. Sin decir nada más, cerró sus ojos, y un suave suspiro salió de sus labios antes de abrir sus brazos con cautela, y como si se escondiera, abrazó al joven con cuidado, pidiendo permiso para abrazarlo con firmeza, sin decir alguna palabra. Killua bajo su mirada, rodeándola con sus brazos con cuidado, y por primera vez se apoyó contra su hombro.

Lo único que podía hacer era atesorar aquellos lindos momentos a su lado, mientras se preparaba para cortar todos los lazos de amor que había creado con ella. La voz en su cabeza no quería callar, y lentamente lo empujaba directo a un abismo.

La divertida e inocente risa de Gon llamó su atención, y ambos se giraron rápidamente luego de romper con calma su abrazo. Notaban como su amigo se acercaba a ellos con afán, exclamando con felicidad como había visto un gato blanco con cara de malgeniado, parecido a Killua. Jisoo dejó escapar una suave risa al escucharlo, mientras el albino cruzaba sus brazos con disgusto, con una mueca y un sonrojo en sus mejillas.

Los tres amigos caminaron un rato por la nave, riendo y dejando algunas travesuras a su paso. Las risas de los jóvenes llenaban el lugar de calma, un sentimiento que pronto les haría mucha falta.

― ¿Recuerdan que dijo Kite antes de partir? ― inquirió Gon, sentado en una de las sillas frente a la ventana de la nave. Con una mirada algo nerviosa, continuó. ― Que deberíamos escapar sin en sí estaba en peligro.

― Sí, no creo que hubiera elección. ― Dijo Killua, sentado a su lado. Jisoo, quien estaba de pie, recostada sobre una pared, asintió con seriedad.

― Por eso ninguno dijo nada, no tenemos otra elección si algo llega a suceder... ― Afirmó la ojirosa.

― Pero he estado pensando... ¿Sería posible que Kite, que se ganó el respeto de Ging, podría encontrarse en semejante peligro? ― Dijo el peliverde, y vio a Killua con curiosidad. ― Dijiste que Ging tuvo un motivo para hacer que Kite y yo nos encontráramos... Seguramente tengas razón. No sé el motivo, pero no puedo rendirme a mitad de camino, pase lo que pase. De lo contrario, decepciona a Ging. Por supuesto, tampoco podría perdonármelo yo mismo. Así que no huiré. Eso he decidido.

― Tenías esa cara tan seria, que me esperaba algo fuerte... ― Dijo Killua, logrando que el peliverde lo mirará con confusión. ― Pero es lo de siempre.

― ¿Eh? Pero si he pensado mucho en eso. He pasado por muchas situaciones mentales...

― Bueno, siempre llegas a una misma conclusión. ― Opino Jisoo, acercándose para sentarse a su lado. Al ver su rostro curioso, pico su nariz mientras dejaba escapar una risa. ― Sé que nos vas a huir, Gon. Nunca lo haces.

― Siempre seguirás siendo el mismo de siempre. Si alguien te dice que tienes que abandonarlo, no lo vas a hacer. ― Asintió Killua, y finalmente Gon frunció su ceño en forma de queja.

― Lo dicen como si hubiera perdido el tiempo pensando en ello, ¿qué me dicen de ustedes? ¿Qué piensan sobre eso?

Pregunto, y Jisoo ladeo su cabeza, apoyando un dedo sobre su barbilla. En realidad no podría quedarse sin hacer nada, el ambiente donde creció la obligaba a elegir constantemente, y cuidar a lo que más amaba era una obligación que ella misma había creado.

― Yo... También estaba pensando mucho en eso, no me creo capaz de dejarlo atrás si algo llega a pasar. ― Respondió, y cruzó sus brazos. ― En un momento de vida o muerte, preferiré arriesgarme por sobrevivir enfrentando a la muerte.

Gon asintió, comprendiendo totalmente sus palabras. La situación volcaba por su mente, y no lo dejaba tranquilo. Esta vez fue turno de Killua, quien levantó sus hombros, para luego apoyar sus codos contra la mesa.

― Yo soy alguien más espontáneo, con lo que pensaré en ello cuando llegue el momento.

― ¿Quieres decir que podrías huir?

― Depende. No lo sabré hasta qué pase. ― Gon y Jisoo fruncieron su ceño con confusión, sin comprenderlo.

― Pon un ejemplo.

― No puedo decirte que haría en una situación hipotética.

― Uh... ¿Entonces tan pronto suceda, pensarás en algo? Eso es increíble y realmente ágil.

A lo lejos, viendo la ventana, Kite lograba escuchar las voces de los más jóvenes. La nave pronto llegaría a su destino, y el constante sentimiento de incomodidad lo acechaba. Debía estar preparado, algo grave se acercaba. 

 NGL, un lugar lleno de naturaleza y pueblos alejados de las ciudades. El hombre que los llevó en camión les contó cómo eran uno de los diez grupos que tenía que llevar al mismo lugar. Tal vez eran uno de los últimos en llegar. La frontera de NGL eran dos grandes árboles que servían como referencia y embajada, y allí tenían que dirigirse. Antes de entrar, Kite les advirtió que estuvieran atentos, pues no se trataba de solo personas amantes de la naturaleza.

Entre las ramas del árbol, unas escaleras vigiladas por dos personas de batas largas les daban la bienvenida. Como eran Cazadores profesionales, no les negaron la entrada.

Dentro había computadoras y más máquinas, pues el lugar aún no alcanzaba a estar dentro de NGL. Estaban en una zona de intercambio, e información del exterior, la única zona con tecnología de NGL.

― Naturalmente, los visitantes tampoco tienen permitido introducir ninguna máquina. Lo que significa que tendrán que dejar aquí cualquier cosa metálica, petróleo, gasolina o materiales similares que lleven encima. ― Les explicaron. Ni siquiera los lentes podían entrar. ― Si su ropa, cinturones, zapatos, o ropa interior contiene plástico, químicos o metales, se los tendrán que quitar.

Las tres mujeres del grupo se vieron bastante molestas al escuchar aquello. Toda su ropa estaba hecha de plástico, pintada con químicos, agarrada con metales o decorada con materiales que no podían entrar. Jisoo frunció su ceño, y agarró sus aretes con forma de perlas con algo de decepción.

― ¿Entonces tenemos que desnudarnos? ¿Qué significa esto? ― Pregunto Spin, mascando su chicle con molestia.

― No se preocupen. Hay ropa natural a la venta arriba. ― Aviso el chico, señalando una pequeña tienda en la parte de al fondo. ― Además, si hay tornillos en el interior de sus cuerpos, implantes dentales, oro, plata, o mejoras de silicona que no puedan retirarse, no se les permitirá la entrada.

Dicho eso, el grupo se dirigió a la tienda de madera, y empezaron a cambiarse en unos pequeños vestidores. La mitad del equipo decidió quedarse cerca de NGL, así que no se tuvieron que cambiar. Killua llevaba una camisa azul oscura pegada al cuerpo de manga larga y cuello de tortuga, un pantalón ancho grisáceo, con un cinturón de tela color azul.

Gon llevaba una camisa color verde claro, pantalón verde más oscuro color ancho, y un cinturón verde aún más oscuro. Kite tenía una prenda parecida a la que usualmente llevaba, camisa blanca y pantalón negro cómodo. Los amigos de Kite llevaban ropas similares a la utilizada para hacer artes marciales. Y de últimas, Jisoo...

― ¿En serio no ha salido? ― Inquirió Killua mientras sacudía su pantalón, acomodando el traje que recién se había puesto, todo con una ligera mueca.

― No creo que demore mucho. ― Dijo Gon, apoyado contra la pared, esperando pacientemente a su amiga de ojos rosas que tantos problemas tuvo por escoger una prenda de ropa.

― Que impaciente, ¡Ponerme vendas es más difícil de lo que creía! ― Aun en el vestidor, Jisoo asomo su cabeza solo para ofrecerle una mueca de molestia a Killua, quien la imitó sin pena. Segundos después, salió de la pequeña habitación. A pesar de sus labios fruncidos, inconforme con su vestuario, un sonrojo se apoderó de las mejillas de Killua al verla.

Una camisa de color rosa crema, de manga corta que cubría sus hombros, un pantalón ancho de color rosa más oscuro, un lazo que amarraba su cadera con un moño hecho por ella misma, y por último, unas pequeñas zapatillas de color café.

― Ya salí, ¿tanto querías verme? Impaciente. ― Jisoo golpeó su frente, y continuó caminando a un lado de Kite. Antes de alejarse totalmente, se dio la vuelta y vio a sus amigos con una sonrisa. ― No se ven nada mal con esos trajes.

― ¡Gracias, Jisoo, tú también te ves bien! ― Respondió el peliverde, y la joven finalmente se dio la vuelta, dándoles la espalda. Con una pequeña sonrisa, busco a su amigo ojiazul con la mirada, quien permanencia en silencio con un poderoso sonrojo y una pequeña sonrisa de satisfacción. ― Y dime, ¿ya son novios?

Gon le dio un codazo a su amigo, solo para mirarlo con diversión mientras levantaba sus cejas. Automáticamente, el albino golpeó su hombro con fastidio.

― ¡Idiota! ¡Claro que no!

En unas canastas dejaron sus ropas y pertenencias de metal, todo bien ordenado. Jisoo quitó sus aretes, dejó su cinturón y su ropa. A un lado de ella, pudo notar como Killua quitaba con cuidado una manilla de metal de su muñeca, y sin poder contenerlo dejó escapar un bajo grito de felicidad.

― ¿De verdad te la pusiste? ¡Pensé que la habías tirado al mar! ― Dijo, y al ver la mirada seria de su amigo, decorada por sus pómulos colorados, reprimió sus comentarios que de seguro molestan a Killua.

― Idiota, ¿de verdad crees que lo tiraría al mar?

A continuación hicieron un examen para detectar los metales en su cuerpo, estaban limpios, y luego de algunos exámenes más, los guiaron a la entrada de NGL. Encontraron un denso bosque con algunas partes desérticas, un lugar lleno de animales, casi sin ninguna presencia humana para interrumpir la vida silvestre.

― Muy bien, que comience la cacería. 

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