𝐎𝟓𝟏┃Un dilema con el corazón
𓂃⊹ ִֶָ CHAPTER O51 (💿)GREED ISLAND.
✩。⋆ ⛓▞▞▞▞ (𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) 💗✿˖°!❛ Misterios del Nen y decisión...
Créditos del hermoso dibujo (_MissCherryy_)
TODO EL CRÁTER ESTABA LLENO DE ROCAS, parecía un bosque rocoso. Los menores ocultaban su presencia, escondiéndose entre las rocas. Jisoo lanzó una piedra, confundiendo al hombre, quien lanzó un ataque con sus tijeras al vacío, rompiendo el viento entre la tenue luz de las estrellas.
De repente Gon golpeó una de las rocas, empujando al pelirrojo junto con miles de rocas en pedazos. Retrocede lo que pudo, pues una roca lo hizo caer al suelo, y tan pronto eso ocurrió Killua lo sometió, amenazándolo con su puño que casi golpea su nariz.
― ¡Espera, Killua!
Rápidamente, el albino se alejó, observando de reojo a Gon con sus cejas fruncidas. Había perdido la oportunidad de ganar el enfrentamiento. A un lado de la pelinegra, guardó las manos en sus bolsillos.
― ¿Por qué me detuviste, Gon?
― Aún tenemos mucho tiempo. Continuemos hasta que seamos capaces de derrotarlo por nuestra cuenta. Detenernos ahora sería un desperdicio. Ya que por fin estamos agarrando el ritmo.
Jisoo y Killua se vieron entre ellos, afirmando. Su amigo tenía toda la razón. Estaban entrenando, tenían que aprovechar ese momento al máximo para alcanzar su potencial.
― Tontos... Ahora es mi turno. ¡Los rebanaré-
― Claro, pero esperemos hasta mañana. ― Opino Jisoo, asomando una sonrisa normal, ignorando la aterradora mirada del hombre que casi la deja sin pelo. El sueño empezaba a ganarle a todos sus sentidos.
― Sí, yo opino lo mismo. Deberías descansar un poco. ― Asintió Gon, estirando sus brazos. ― Te estás volviendo más lento.
Killua permaneció en silencio. Era verdad, eran ellos tres contra un hombre cansado y herido, no tendrían ninguna oportunidad contra otra persona.
La noche no tardó en llegar, y bajo el cielo oscuro los menores se apoyaron en una roca, reposando sus cansados cuerpos. Más alejado, el pelirrojo los observaba en silencio también sentado. Los tres menores descansaban juntas frente a él.
Jisoo recostó su cabeza en el hombro de Gon, totalmente dormida, murmurando cosas sin sentido. Sin darse cuenta, Killua lo observaba de reojo, y antes de que pudiera decir algo, su amigo peliverde empujó levemente a Jisoo, provocando que cayera sobre el hombro del albino.
Con una risita divertida, Gon levantó su pulgar en señal de apoyo, notando como el ojiazul rodaba sus ojos. Aun así, nunca se quejó.
El sonrojo en sus mejillas fue interrumpido al sentir como el hombre desconocido se movía, rápidamente las miradas de Gon y Killua lo siguieron, prohibiéndole moverse.
Ahora el hombre no podía engañar sus agudos sentidos. Bueno, Jisoo aún permanecía dormida sobre el hombro del ojiazul, inconsciente de todo lo que sucedía, aun así, el potencial de Binoruto era mucho menor a comparación de los menores.
Pronto llegó el día dos, luego el tres, pronto llegó el cuatro...
Día tras día los menores desafiaban al más grande. Jisoo esquiva ataques mientras el hombre bloqueaba sus ataques, su largo pelo recogido en un moño evitaba un accidente.
El día cinco llegó y el hombre era notoriamente más lento, o tal vez ellos eran más rápidos. La práctica era mucho más efectiva cuando entrenas con alguien de diferentes capacidades físicas, poniendo en riesgo tu propia vida.
Día seis, la llovizna que antes los cubría cesó, dejando el cráter lleno de charcos. Binoruto empezaba a rendirse... Él nunca había querido vivir de esa manera.
― Es suficiente... No hay manera de que pueda derrotarlos. ― Sus piernas flaquearon y cayó al suelo. No había escogido su forma de vida, la necesidad empezó a manipularlo. Empezaba a rendirse. ― Mátenme.
― ¿Por qué? No lo mataremos. Nos ayudó a hacer un enorme progreso. ¡Gracias! ― La brillante y honesta mirada de Gon cegó sus ojos. Pronto llegó la ojirosa, seguida del albino.
― Así es. Gracias, señor Binoruto
El hombre aún recordaba con amargura el día que recogió una billetera del suelo, y al intentar devolverla a su dueño recibió una cruel paliza que lo dejó en el suelo. Solo quería escuchar palabras de gratitud.
Él solo quería una vida normal.
El enfrentamiento había terminado, ya podía irse. Fuera del cráter, observaba a su alrededor en silencio, esperando las palabras de la mujer rubia.
― Puedes irte.
― Una vez que salga me entregaré a las autoridades. ― Afirmó. Él se levantó, quitando su cinturón equipado con todo tipo de tijeras, y caminando en silencio lentamente se alejó, tomando una importante decisión.
Gon se despedía agitando sus manos, mientras la pelinegra observaba en silencio con una mirada pensativa. Un poco más alejado, Killua guardaba las manos en sus bolsillos. Luego de unos minutos, la voz de Bisky los llamó.
― Bien, ahora vamos a Masadora.
― ¡Osu! ― Dijeron al mismo tiempo, y tan pronto notaron un número en el dedo de Bisky asintieron. ― ¡El número nueve!
― ¡Demasiado lentos! Denme tres mil flexiones de brazos.
Fue un viaje de casi tres horas. Pasaron por valles, bosques, pueblos que parecían abandonados y casas de madera. Todo el tiempo Jisoo observaba el cielo como si estuviera buscando algo, y cuando Killua levantó la mirada encontró una gaviota blanca con un desapercibido collar, pero su atención se desvió al escuchar el grito eufórico de sus amigos. Habían llegado.
La ciudad de la magia, Masadora. Un lugar lleno de colores y cosas coloridas. Ahora solo tenían que buscar una tienda.
La maestra compró algunas cartas, y con una sonrisa angelical les pidió que volvieran al área rocosa donde se encontraban antes. Los menores no escondieron su sorpresa, dejando escapar exclamaciones de confusión. Tendrían que volver a caminar tres horas.
Un montón de herramientas y una carretilla cayeron al suelo de rocas cuando llegaron.
― Ahora nos dirigiremos de nuevo a Masadora. ― Cuando dijo eso, Killua soltó un bufido sin disimular. La rubia señaló una gigante roca, sonriendo. ― ¡Pero esta vez lo haremos en línea recta!
― ¿Eh? ¿Línea recta? ― Inquirió Jisoo.
― ¿No querrás decir que...? ― Completo Killua con una gota de sudor bajando por su frente.
― ¡Sí! ¡Es hora de ponerse a cavar!
La roca no era tan dura como esperaban. Bisky esperaba afuera, sentada pacientemente. Jisoo llevaba la carreta llena de tierra mientras sus amigos cavaban el agujero, luego intercambiaban tareas y de esa forma adelantaban trabajo.
Pero no fue tan fácil como pensaban. Los menores derrumbaron la pared con la pala, completando el final de una de muchas rocas que faltaban. Tirándose al suelo rendidos, respiraron con cansancio. Sus pieles estaban manchadas por la tierra y sus cuerpos estaban agotados de tanto esfuerzo.
― Si van a descansar, entonces siéntense como corresponde. ― Bisky los sentó en el suelo, donde los niños recostaron sus espaldas en una gran roca, dejándose caer.
― ¿Para qué es esta cuerda? Espera... ¡¿Eso es una roca?!― Exclamó Jisoo sin esconder su cansancio que pronto fue interrumpido al ver cómo dormiría. Sus mejillas estaban llenas de tierra y Killua no podía apartar su mirada de ellas.
― A partir de ahora tendrán que dormir siempre en esta posición. No suelten la cuerda. Aunque puede que me dé por cortarles la cuerda, así que mantengan una parte de su cerebro alerta mientras duermen.
Y así empezó el infierno de Jisoo.
La hora del sueño, su momento favorito, ahora sería interrumpido. A su lado Gon también se lamentó por unos segundos, pero rápidamente se le pasó, dispuesto a aprender. A diferencia de ellos, Killua estaba familiarizado con el entrenamiento, así que cerró sus ojos con la intención de dormir.
La cabeza de Jisoo se tambaleaba, casi dormida. Lentamente, la fuerza en su mano que detenía la cuerda se aflojó, y de esta forma una gran roca casi se estampa contra su cabeza. Fue un instinto de Killua, su mano detuvo la roca, sin interrumpir el sueño de su amiga.
― Killua. ― La voz de Bisky llamó su atención, observándola de reojo soltó un bufido. Una mirada comprensiva iluminó su semblante. ― Si intervienes de esa forma Jisoo no podrá aprender a permanecer alerta. Entiendo que te preocupes por ella porque te gusta, lo dejaré pasar solo por esta vez-
― No me gusta... ― Susurro, devolviendo la roca a su lugar. Su voz salió con firmeza, escondiendo un suave temblor de duda. Al darse la vuelta encontró la cara incrédula de la rubia.
― Definitivamente, es una situación complicada... ¡Los dilemas del amor! ― Dijo con brillos, entusiasmada por ver cómo se desarrolla su pequeño capítulo de la historia.
A la mañana siguiente Gon y Jisoo tenían su cabeza decorada con pequeñas montañas, y eso se repetía cada día. Los ojos de los menores a excepción del albino eran decorados con pequeñas ojeras. Esa noche, Killua no podía evitar sentirse preocupado por sus amigos, pues esta vez la roca era más grande.
― ¡Qué dolor! ― Grito Gon a mitad de la noche, asustando a Jisoo, provocando que su roca también se estampara sobre su cabeza.
En las mañanas continuaban cavando. La ojirosa golpeaba la roca con fuerza, pero a diferencia de las demás, ésta es más difícil de romper. A su lado, Gon también lo intentó, fallando.
― Seguramente puedo romperla con un puñetazo de Nen. ― Dijo, y de repente su mirada se desvió a su pala con una idea. Sus ojos brillaron y miró a sus amigos. ― Killua, ¿Qué estabas haciendo con tu aura mientras cavabas?
― No estaba haciendo nada en especial...
― ¡Piensa en la pala como una parte de nuestro cuerpo!
― Si cubrimos la pala con aura, ¡Cavaremos más rápido!
Habían aprendido una nueva forma de Ten, el Shu. Ahora las rocas eran como una suave gelatina, llegarían rápido a Masadora, donde terminaron la primera fase de su entrenamiento. Pronto empezarán a notar los cambios con el entrenamiento.
Habían hecho cinco kilómetros de excavación en pocos días, y a ese ritmo no tardaron en llegar cerca a Masadora, su destino final, pero tan pronto llegaron Bisky los devolvió al principio, interrumpiendo sus festejos de felicidad.
Su entrenamiento continuaba con una segunda fase.
― Ahora vamos a buscar cartas de monstruos. En esta zona no hay monstruos que no puedan derrotar con sus habilidades básicas. Lo que les falta es la habilidad de pensar en un plan de ataque en pleno combate, en otras palabras... ¡Les falta capacidad de estrategia!
Los tres se miraron con duda. Jisoo asomo una sonrisa emocionada, recordando las veces que escuchaba a Cisney hablar sobre estrategias de combate, o a Hebe hablar sobre planes de propagandas para aumentar su influencia y poder en las personas. Los Doragon, una familia muy famosa y conocida para el ojo de todo el mundo, no sería nada sin una estrategia bien manejada.
― No voy a decirles ni una palabra. Busquen ustedes mismos la forma de vencer a los monstruos.
El juego estaba hecho de una forma que garantizaba una mejora a medida que el juego se jugaba, los retos en cada bioma obligaban un esfuerzo mayor. Y dentro de esa lógica, tal vez el verdadero propósito era hacer más fuerte a Gon.
Las batallas de Nen requieren de variedad en los enemigos, la habilidad para pensar en cada movimiento es la técnica de mayor importancia. Primero tendrían que acostumbrarse a reflexionar en todo, hasta que sus pensamientos vayan ligados a sus reflejos. Un juego de entretenimiento para lograr todo eso, Greed Island.
Gon consiguió la carta de Marino-chi, un pequeño animal negro como una pelusa. Killua derrotó al mismo reptil gigante que atormentó a Jisoo, y la ojirosa derrotó a una nube similar a un algodón de azúcar, consiguiendo una carta.
Todos esos pequeños monstruos los acercaban a su última prueba para pasar la fase. Bubble Horse, el último monstruo para enfrentar. A la mañana siguiente no tardaron en encontrarlo.
Utilizando Zetsu no tardaron en derrotarlo, y de esa forma Gon ganó la carta. Empezaban a dominar el entrenamiento a un ritmo aterradoramente especial.
― ¡Sí! ¡Conseguí a Bubble Horse! ― Exclamó el peliverde, entusiasmado.
Bisky asintió con una risita, examinándolos en silencio mientras celebraban.
En cuanto análisis y fuerza física Killua llevaba la delantera. Gon lo compensaba con su concentración y velocidad de recuperación, mientras que Jisoo lo mejoraba con su flexibilidad y valentía a la hora de combatir. Eran como un equipo perfecto.
― Muy bien, ahora comenzaremos a trabajar en su defensa.
El aura de Bisky se pegó a su cuerpo hasta enfocarse en su puño, provocando que los ojos de Gon brillarán con sorpresa.
― Es la técnica que estabas usando, Gon. Ten, Zetsu, Ren, Hatsu y Gyo están combinados en esta técnica... ¡Ko! Concentras toda tu aura en una parte de tu cuerpo y luego atacas. Esto te da un poder mucho mayor. ― Explicó, extendiendo su puño. ― Voy a darles un puñetazo, deben bloquear los ataques. No pueden esquivar.
Si usaban sus auras normales para bloquear el ataque recibirían daños graves, por esa razón tendrían que utilizar Ken, la mezcla de Ten y Ren. Su cuerpo sería rodeado de muchas más aura, y aunque no es tan fuerte como Ko, es mucho más práctica.
― Jisoo, usa Ren. ― La ojirosa asintió, rodeando su cuerpo de una suave aura. ― Mantener eso durante un prolongado periodo se llama Ken. ¡Ahora protégete de mi puñetazo!
Lentamente, la rubia acercó su puño, dándole tiempo a la pelinegra de arquear su ceja con duda, y acercando su palma para detenerlo ladear la cabeza aun sin entender. Cuando el puño de Bisky brilló y la lanzó lejos en apenas unos segundos entendió la fuerza y potencia de ese puño con Ko.
― Seguramente te relajaste cuando viste lo lento que me movía. Si hubieras dejado de utilizar Ken, te hubiera dejado la cara plana. Solo con el poder del Ko... Cuando le añado la fuerza y velocidad de un puñetazo normal, se vuelve mucho más fuerte, incluso docenas de veces mucho más fuerte.
Jisoo limpio su mentón embarrado con la manga de su camisa, poniéndose de pie lentamente mientras sus ojos brillaban de entusiasmo. No podía esperar para aprender esa técnica.
― Comenzaré despacio, pero no te avisaré nunca. ― La ojirosa se acercó casi corriendo, poniéndose en posición de ataque. ― Sigue usando Ken e intenta aguantar mis ataques.
Solo pasaron algunos minutos y el aura de Jisoo se desvaneció por completo, y sin decir nada cayó al suelo con una mueca agotada.
― ¡Jisoo! ― La voz de Killua llamó su atención, y lentamente levantó su mirada para verlo con una sonrisa. El albino relajo su semblante preocupado. ― ¿Cómo te sientes?
― Mantener Ren es... ― Susurro, respirando con dificultad. ― No pensé que fuera tan complicado. Estoy agotada.
― Lo soportaste casi tres minutos. Necesitarás mantener Ken durante al menos treinta minutos o no tendrás ninguna oportunidad.
Con el tiempo volvió a intentarlo. A un lado de Killua Gon se encontraba agotado, pues antes había intentado el ejercicio. Sus ropas cayeron en los brazos del ojiazul, quien levanto su mirada confundido con un pequeño sonrojo, encontrando a su amiga con una delgada camisa de color blanco.
― Por favor cuídalo un momento, esta vez voy a aguantar mucho más. ― Afirmó, asomando una sonrisa con seguridad que logró acelerar el corazón de Killua.
Y así fue, esta vez había logrado aguantar treinta minutos. Esta vez bloqueaba los golpes de Bisky, alejándose mucho menos que la anterior vez, donde salía volando. Su aura se esfumó, pero la sonrisa en sus labios seguía intacta.
― Lo han logrado, ¡Durante este último mes se han vuelto mucho más fuertes!
― ¡El número tres!
― Bingo. Aunque Killua fue algo más rápido... Gon, Jisoo, a hacer mil flexiones. ― Los menores obedecieron en ese mismo momento, mientras Killua cruzó sus brazos con una sonrisa gatuna. Bisky asintió. ― Bueno, hoy vamos a comenzar con el entrenamiento de combate real.
Luego de que terminaran sus flexiones, se levantaron utilizando Ken como su maestra les había pedido. Jisoo dejó su ropa doblada en una roca, acercándose a sus amigos nuevamente.
― En su estado actual, su poder de ataque y defensa es de cincuenta. Gon, Killua, ustedes lucharán juntos. Yo lucharé contra Jisoo y rotaremos equipos cuando lo diga. Recuerden que no deben hacerse mucho daño. ¿Qué deben hacer?
― ¡Usar Ko!
― Idiota, ¿y si te pegan donde no estás utilizando Ko?
― ¿Usar Gyo?
― ¡Correcto!
― Si eso... ― Se limitó a decir Jisoo, frotando su mejilla con una sonrisa apenada.
― De su estado actual de 50-50, pasarán en el momento del ataque a que su puño tenga 70 y el resto de cuerpo 30. Pueden utilizar Gyo dependiendo de la situación. Eso es Ryu.― Los jóvenes se ordenaron en una fila, extendiendo sus puños.―Entonces, mano derecha 70 y el cuerpo 30. No tienen que ser precisos sólo inténtenlo.
Bisky iba dando nuevas instrucciones, donde tenían que desviar sus auras a diferentes partes del cuerpo. Pronto entendieron que sería un poco más complejo de lo que creían.
― Hagan estos ejercicios durante treinta minutos, tres veces al día. Agréguenlo a su plan de entrenamiento actual. Y... A partir de ahora practicaremos el combate.
Gon y Killua se acercaron frente a frente, acomodando sus cuerpos en posición de combate.
―Presta atención, Jisoo. Ahora iremos nosotras. ― Su atención nuevamente se desvió hacia los chicos. ― Cuando estén a la defensiva determinen el poder del ataque del oponente y utilicen Ryo para detenerlo. Con eso dicho, ¡Comiencen!
Lentamente, con el pasar de los días, empezaron a dominarlo, aumentando su velocidad y fuerza de combate. Este era el último paso para llegar a la fase final. Habían pasado solo dos semanas.
Gon y Jisoo atacaban y bloqueaban sus golpes a una mayor velocidad, como si estuvieran luchando con normalidad. Killua observaba de brazos cruzados, observando cada movimiento con atención.
― ¡Hora del descanso! Han progresado mucho, parece que ya están listos para la fase final.
― ¿Fase final? ― Pregunto Gon.
― Sí. Comenzarán a entrenar en las clases individuales. En el caso de un Potenciador... Querrás centrarte en tus habilidades de Potenciador a la vez que entrenas con las clases cercanas, Transmutador y Emisor. De esa forma dominarás tu propia clase.
― ¡Nueve!
― Bingo. Eso fue un empate. ― Una sonrisa apareció en su rostro mientras agarraba una roca del suelo y se sentaba en la tierra. ― Hoy entrenaremos la categoría de potenciador. El nivel uno es romper rocas.
Agarrando otra roca la dejó en el suelo, y aplastando esta con la que tenía la hizo pedazos. Parecía fácil, y eso pensaron los menores. Solo tendrían que destrozar mil rocas para superar la prueba.
Tendrían que cambiar la potencia a cien en el momento del impacto. Su potencia se debilitaba de vez en cuando, y lo difícil no tardó en llegar. La roca que Gon usaba para romper las otras se rompió, y minutos después la de Jisoo igual.
― Si la roca se les rompe en la mano, se acabó.
― ¡Diablos, falle! ― Exclamó Killua, derrumbándose en el suelo.
― ¿De qué estás hablando? Lo has hecho muy bien.
― ¡Muy bien! ¡Ahora entrenemos un poco de transmutación! ― Dijo rápidamente el ojiazul con sus energías renovadas. A un lado Jisoo extendió sus brazos.
― ¡Ah! ¡Primero Emisión!
― Calma, calma. Solo se les permite entrenar una clase por día.
― ¡Seis!
― Bingo, otro empate. Últimamente empatan mucho, ¿no? Era de esperarse. Eso demuestra que ambos se han acostumbrado al uso de Gyo.
― Pero si no gana ninguno no tiene gracia.
― ¿Qué tal si lo decidimos con algún juego?
― ¡Con piedra, papel, o tijera!
Los tres jóvenes asintieron con seriedad, asomando pequeñas sonrisas emocionadas.
― El perdedor hará mil flexiones.
― No te arrepientas luego.
Killua terminó perdiendo.
Bisky observaba con una gota de sudor, cuando de repente recordó algo. Levantando su mano llamó la atención de los más jóvenes, a excepción de Killua, quien continuaba haciendo las flexiones.
― ¿Conocen la teoría de qué piedra, papel o tijeras tiene su origen en las artes marciales? El papel es la palma que representa un ataque que dextrosa los órganos del oponente. Las tijeras representan un golpe con los dedos buscando puntos vitales, y la roca es un puño cerrado que hace un daño extremo. Eso se consideraba un daño maligno hace miles de años...
― Vaya que eres vieja.
Killua salió volando.
― Eso es... ― Susurró Gon mientras el albino se estrellaba contra el suelo. Una gota de sudor se resbaló por la frente de todos los presentes.― "Janken"
(💗)
― He puesto bombas en todos ustedes.
Al escuchar esas palabras de su camarada todos en la cueva se asustaron. Las voces asustadas de todos empezaron a hacer eco en todo el lugar, inundando todo en sonidos de desesperación.
― Tranquilícense y escuchen. ― De repente, un hombre apareció en la espalda del hombre rubio de gafas grises, pero antes de poder hacer algo su mano se estampó en su cara, explotando. ― Madre mía... Me ha estropeado la explicación que tenía preparada... Zavah, limpia esto.
Un hombre alto de larga bata color negra apareció de repente, y acercando su mano al cuerpo tocó su cara ensangrentada. Una leve luz dorada apareció antes de que su cara floreciera, fomentando los gritos de los presentes.
― Bien, continuaré. ― Levantando su mano, el hombre rubio asomo una sonrisa. Su palma era de color rojo. ― Este es mi poder, Little Flower, o puño de pólvora. Puedo hacer reventar cualquier cosa que agarro con mi mano. Pero no es demasiado potente, él sigue vivo.
La atención de todos se desvió a la víctima, quien continuaba pataleando mientras tapaba su rostro con dolor, arrancando algunos pétalos de lindas flores.
― Sin embargo, si las bombas en sus cuerpos explotan, morirán.
El grupo que había invitado a Gon, Jisoo y Killua ahora se encontraba en peligro, su misión de recolectar cartas robando ahora estaba interrumpida por el ataque de un falso compañero, quien estaba dispuesto a obtener todas las cartas que tenían.
― Ahora les diré cómo desactivar las bombas. Comencemos por cómo las pongo. Solo necesito tocar el lugar del objetivo que quiero que explote y decir cierta palabra. La palabra es... "Bomber"
Todos en esa cueva habían caído en su trampa camuflada en una charla normal. Bomber. Ahora todos tenían una bomba.
― Para poder desactivar las bombas tienen que tocar mi cuerpo y decir: "Atrape a Bomber" Sin embargo, tengo otra habilidad, Little Flower. Puedo usarla para detener a cualquiera que intente tocarme. Eso es todo.
Automáticamente, todos aquellos con una bomba tenían una especie de cronómetro en cualquier parte de su cuerpo que empezaba a retroceder.
― Están activadas. ― Dijo, con una voz confiada. ― Esta habilidad es Countdown... ¿Por qué digo tanto sobre mis poderes? Porque esa es la condición para poder activar las bombas. Ahora intercambiaré sus vidas por esas 90 cartas de espacios restringidos. Si están de acuerdo desactivaré las bombas, si no hacen nada morirán cuando el contador llegue a cero.
Y desapareció con una carta, impidiendo que lo siguieran, dejando a todos confundidos y apurados por encontrar una solución. Todo su avance sería robado, justo como ellos consiguieron las cartas.
De esa forma el rubio y su pequeño grupo empezaron a conseguir cartas, deshaciéndose de algunas vidas en el camino. Al mismo tiempo una pequeña lancha se acercaba a la Isla, el Gen'ei Ryodan entraba al juego.
Ya quiero llegar a la parte donde Jisoo empieza con su plan de conquistar a Killua
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro