𝐎𝟑𝟐 ┃Un pequeño paso
:✧。CHAPTER O32🍒
✩。⋆ 💌(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) ꏍ !❛Un pequeño paso y una victoria...
― HOY EN LA TORRE, TENEMOS A GON CONTRA HISOKA. ESTA ES LA PELEA QUE TODOS HAN ESTADO ESPERANDO. ¡LA TENSIÓN EN EL AIRE ES CASI IRREAL!
Jisoo apretó la mano del albino con fuerza, sintiendo cómo sus mejillas se sonrojaban de la emoción, fijando su mirada entusiasmada en el cuadrilátero frente a ella, donde luces de colores junto a una intensa niebla le daban la bienvenida a Gon.
El público gritó entusiasmado, algunos animaron a Gon y otros juzgaron su manera tan concentrada de acercarse, observando con atención todos sus detalles, pero, por otra parte, algunos como Jisoo, animaban a aquel joven de pelo verde a todo pulmón, sin esconder su entusiasmo.
Y ahora, con una ardiente demostración... ¡Aparece Hisoka!
Una ligera mueca apareció en el semblante de la ojirosa, observando al pelirrojo con una mirada extrañada, sintiendo una molesta sensación en su cabeza.
El arlequín se acercó, estirando sus brazos con una pequeña sonrisa en sus labios. Solo necesitaba una victoria para retar a los Amos del Piso, pero eso realmente no le importaba. El pelirrojo relamió sus labios, fijando su vista frente él, donde realmente se encontraba su atención.
El mayor se acercó al peliverde, ambos permaneciendo en silencio por algunos segundos, donde Gon se limitaba a observarlo con su ceño fruncido y sus ojos radiantes de emociones.
― Oh... No me mires así. ― Exclamó, inclinándose levemente hacia atrás, desplegando su aura. ― Me estoy emocionando.
― Sistema de puntos y noqueó. ¡Sin tiempo límite! ¡Primer asalto!...
¡COMIENCEN!
(💌)
― Dime, pequeña y traviesa mariposa~ ¿verás mi encuentro de mañana? ― Los pasos de Jisoo frenaron de repente, escuchando las palabras pronunciadas con una voz extravagante a sus espaldas que logro erizar su piel por completo.
Aunque su aura gritara peligro, por alguna razón sentía un sentimiento bastante familiar, porque después de todo, él parecía conocerla, y ella no lograba recordar absolutamente nada de él.
Aun así, tendría que seguir manteniendo su distancia. No podía confiar tan fácil en él, ni en todo lo que él decía conocer.
― Así es. ― Respondió, frunciendo su ceño levemente, escuchando aquel apodo tan extraño que empezaba a causarle molestia. ― Veré como Gon te da un buen golpe en tu cara de payaso.
― Auch~ ― Exclamó, tocando su corazón, fingiendo dolor, con una pequeña sonrisa divertida en sus labios. ― Crecen y su lengua se vuelve tan filosa... Cuando apenas eras una bebe solo sabias perseguirme... Dime, ¿Aún quieres volar como una mariposa?
Sus pupilas se rasgaron por un momento, sintiendo una fuerte presión en el pecho y un retumbar en su cabeza. Como si fuera un recuerdo muy lejano, escucho aquellas mismas palabras como un susurro lleno de melancolía.
Ya las había escuchado alguna vez, pero como solía pasarle, por más que se esforzara, no podía recordar por completo aquel nublado recuerdo que molestaba su cabeza.
― ¿Qué dijiste? ― Preguntó, dándose la vuelta, buscándolo con la mirada de manera apurada, recorriendo todos los lugares posibles en aquel pasillo de paredes rojas, pero ya no estaba por ningún lugar.
¿Qué intención tenía Hisoka con decirle aquello? ¿Qué había sido eso? ¿Y por qué de repente se sentía tan extraña?, como si le faltara una mitad de su alma cargada llena de recuerdos.
(💌)
Durante un largo tiempo, todo fue un intercambio de ataques entre los dos combatientes, donde Hisoka golpeaba a Gon de vez en cuando con un fuerte puño, pero el joven siempre se levantaba, dispuesto a continuar.
― ¡Golpe limpio! ¡Un punto para Hisoka!
El peliverde limpio su mejilla, escuchando como la señora del parlante hablaba sorprendida sobre su intercambio de ataques. Por otro lado, Hisoka volvía a acomodar sus manos sobre su cintura, fijando su vista en el lastimado Gon.
― ¿Qué sucede? Aún no me he movido de donde empecé. ― Era evidente que el arlequín lo estaba disfrutando, pues la diferencia de fuerza era increíble, pero precisamente eso era lo que le daba a Gon una oportunidad.
El peliverde se acercó corriendo con su ceño fruncido, y antes de intentar golpear a Hisoka, empezó a cambiar de lugar rápidamente sin acercarse por completo, buscando despistar al mayor. Alejándose a un lado del cuadrilátero, agarro una de las baldosas para darle una fuerte patada.
¡Increíble! Destrozo el bloque para crear una lluvia de escombros.
Con facilidad Hisoka los desvío, sin moverse de su lugar, pero al momento de liberar su vista de aquellas rocas, no encontró a Gon.
Para su sorpresa, el peliverde apareció detrás de uno de los escombros que aún caía, y sin pensarlo dos veces, un golpe llego directamente a la mejilla de Hisoka.
El pelirrojo retrocedió por el golpe, levantando su mirada y sonreír levemente, permaneciendo en silencio algunos segundos, observando a Gon con una extraña mirada.
A paso lento, empezó a acercarse relamiendo sus labios, frenando frente al peliverde, quien escarbo algo en su bolsillo, y sin decir nada, le extendió una placa. La misma placa del Examen de Cazador.
En apenas en un parpadeo, Hisoka se encontraba lejos con la placa en la mano, empezando a aparecer cada vez más como un truco de magia, para luego desaparecerlas.
― ¿Qué tanto has aprendido acerca del Nen?
― Todo lo básico.
― Ya veo. Debes ser un potenciador~
― ¿C-como supiste?
― Utilice un método similar a la prueba de personalidad de tipo de sangre. Es igual de poco fiable. Idee mi propia manera de usar la personalidad para clasificar el aura. ― Hisoka señalo a Gon, con una mano en la cintura. ― Los potenciadores son simples e impetuosos. Por cierto, soy un Transmutador, caprichoso y mentiroso.
En las gradas, Wing asintió levemente, con una gota de sudor bajando por su mejilla. El arlequín tenía razón en su método, pues los poseedores de aquellas auras encajaban con las descripciones.
― Los emisores tienen mal genio. Los especialistas son independientes. Los magos son muy nerviosos y se enfadan con facilidad. A los manipuladores les agrada discutir. Su mano se extendió, señalando al peliverde, quien se encontraba en posición de defensa, preparado a cualquier movimiento extraño del arlequín.
― Nosotros dos somos muy compatibles. Nuestras personalidades opuestas se atraen. Podríamos volvernos muy íntimos. Pero deberías tener cuidado, porque los Transmutadores son caprichosos. ― Admitió, ladeando su cabeza. ― Le toma un simple segundo a un tesoro convertirse en basura.
Su aura poco a poco empezó a volverse rosa, como la textura pegajosa y suave de un chicle. Su sonrisa se agrandó, y su mirada se fijó en el menor.
― Así es. No me decepciones, Gon.
En apenas unos minutos, el encuentro se convirtió en una persecución. Hisoka no le permitía al peliverde moverse con libertad, pues siempre esperaría una patada o puño del arlequín, impidiéndole continuar.
Hisoka empezaba a mostrar su verdadero poder.
― ¿Qué pasa? Atácame.
― Olvídalo. ¡Estoy haciendo una lluvia de ideas!
― Entonces te obligaré a venir...
Hisoka extendió su mano, obligando a Gon a usar Gyo, logrando ver como un ancho hilo de color rosa se extendía por su mano hasta llegar a su mejilla. Estaba en problemas. No importo la fuerza que utilizo, termino por ser atraído por Hisoka, quien le dio un fuerte golpe tirándolo al suelo del cuadrilátero, dejándolo tendido con una mueva adolorida.
― No podrás escapar.
Critico y caída. Más tres puntos para Hisoka. ¡6-2!
Gon se levantó nuevamente, escuchando las palabras que Hisoka empezaba a darle, con una mano en su cintura y la otra extendida sosteniendo su hilo de goma.
― Tengo una advertencia para ti. Si hubieras estado usando Gyo, hubieras podido detectar mi aura y podrías haber evadido mi Bungee Bum. Solo necesitas ocultar tu aura cuando quieres atacar a tu enemigo con la guardia baja. No importa si tu oponente ve tu aura mientras estás asestando golpes.
Gon tendría que esquivar todos los ataques del pelirrojo para evitar que su habilidad lo alcanzara. No había escapatoria.
― Bien, es suficiente charla~
Si no podía escapar, se acercaría a él.
Gon corrió directo al hombre, quien lo observaba con una mirada encantada, examinando su mirada, sus movimientos, todo, que no se dio cuenta del puño que se estampó contra su cara.
Los gritos del público se escucharon por todo el lugar, observando como aquel golpe se convirtió en más, golpeando seguidamente al pelirrojo sin que este reaccionara. Aunque Hisoka podría evitarlo en cualquier momento, se encontraba perdido en sus pensamientos, sin poder esperar a que su pequeño niño madurara.
Pero aún no era momento.
Rápidamente, atrajo a Gon con su Bungee Bum, asestando un puño con su brazo izquierdo, empujando al menor y luego volver a atraerlo, volviendo a golpearlo, pero esta vez, logro bloquearlo.
Critico para ambas partes. ¡Más dos puntos! ¡Más un noqueo para Hisoka!
El público se llenó de abucheos para el árbitro, quien empezaba a dar decisiones exageradas, molestando a los observadores. Si el árbitro no hacía eso, el encuentro podría tornarse peligroso, así que intentaba terminarlo lo antes posible.
Hisoka rio levemente, llamando la atención de Gon.
― Debes ser más atento, Gon. Mira a la derecha. ― Un fuerte golpe con uno de los trozos del bloque que había roto se estampó contra su mejilla del lado izquierdo, empujándolo al suelo con fuerza. ― Oh, lo siento. Quise decir mi derecha.
¡Caída y un golpe limpio! Más dos puntos, 11-4 ¡El ganador por noqueo técnico es... Hisoka!
Gon frunció su ceño, escuchando los tacones de Hisoka alejándose entre las fuertes voces del público, levantando su mirada rápidamente, lo siguió con la mirada.
― ¿Se ha acabado...?
― Has hecho un progreso increíble, pero te falta experiencia. ― Admitió el arlequín. ― Unas diez peleas más y deberías poder tener una mejor oportunidad, al menos si estamos en el Coliseo del Cielo. Por lo tanto, no pelearé contigo aquí de nuevo.
Dijo, retomando su camino y desaparecer de la vista del menor, quien asintió frunciendo su ceño.
La próxima vez pelearían sin ninguna regla que los restrinja, con sus vidas en juego y sin contener todo su potencial, pero aún faltaba bastante para eso, por ahora, Gon seguiría entrenando, dispuesto a cumplir su meta y mejorar en el camino.
(💌)
― ¿Estás segura de esto? ― Preguntó Killua, recostado sobre la pared con sus brazos cruzados, observando de reojo como Jisoo se agachaba deslizando una hoja de papel bajo una puerta.
― Sí, muy segura. ― Respondió, asintiendo con una pequeña sonrisa. ― No me gustaría irme sin despedirme, darle una carta es lo único que puedo hacer mientras termina de curar. No creo que Mist quiera verme...
El albino asintió lentamente, acercando con cuidado su mano sobre el hombro de la pelinegra, quien se levantó del suelo soltando un suave suspiro, observando por última vez la puerta de aquella joven.
Aun lado de ella, Killua frunció su ceño de repente.
― ¡Jisoo! ― La puerta se abrió de golpe, provocando un estruendoso ruido. ―¡¿No te vas a despedir?! ¡Si quiero verte, eres la única persona que quiero ver! ¡Ven aquí!
Mist se acercó, envolviendo a Jisoo con sus brazos en un fuerte abrazo, escondiendo su rostro en el hombro de la peli negra. El ojiazul frunció su ceño haciendo una mueca molesta, retrocediendo por la inesperada acción de la peli morada.
― Mist... ¿Cómo te encuentras? ¿Estás mejor? Y-yo no quería hacerte daño, en serio, lo siento...
― Perdóname a mí, Jisoo, no merezco tu amabilidad ― Mist se separó, bajando su mirada mientras fruncía su ceño, sosteniendo los hombros de la ojirosa y separarse por completo. ― Te traicione, me acerque a ti por interés... Lo medité mucho. ¡Ahora quiero ganarme tu amistad honestamente!
― ¡Sí! ― Jisoo asomó una suave sonrisa en sus labios, asintiendo lentamente con ligera emoción, notando como Mist asentía con energía.
Ambas permanecieron en silencio, escuchando el bajo bufido de Killua, quien rodó los ojos cruzando sus brazos.
― Aún sigo aquí, no lo sé, por si lo olvidaban. ― Exclamó el ojiazul, acercándose a Jisoo y posar su mano sobre el hombro de la joven, quien asintió levemente. ― Ya vamos, Jisoo.
― ¿Qué pasa? ¿También quieres un abrazo de Jisoo? ― Preguntó Mist, dejando escapar una fuerte risa al ver el sonrojo que aparecía en las mejillas de ambos jóvenes. ― Par de tórtolos, ya bésense.
― ¡¿E-eh?! ¡Mist!
― ¡I-idiota! ¡Ya basta con eso! ¿¡B-beso!? ¡Ji-Jisoo no me gusta! ¡Tonta!
― ¡Claro, claro! ¡La negación es el primer paso! ¡Sigan así! ― Mist negó divertida, riendo nuevamente.
Su mirada se suavizó, observando con cariño como Jisoo negaba con una mueca para luego reír. Aún recordaba la horrible imagen de Jisoo llorando acurrucada en el cuadrilátero, todo por su culpa.
Una joven tan amable y dulce como Jisoo no merecía el odio de nadie, y a pesar de eso le habían pagado por poner en peligro su vida. ¿Cómo había sido tan tonta en aceptar? Ahora se arrepentía, y quería hacer las cosas bien.
― Jisoo. Siempre puedes contar conmigo para lo que necesites, nunca lo dudes. ¿Sí? Mantente con vida, y sigue creciendo... ― Exclamó, despeinando el cabello de la ojirosa, observando al albino de reojo y señalarlo con el ceño fruncido. ― Y tú no seas tonto, ¡Acéptalo, te gusta Jisoo!
― ¡Idiota, deja de decir estupideces! ¡Ya vámonos, Jisoo!
(💌)
El viento de la noche golpeaba suavemente sus caras, pues se encontraban fuera del coliseo del cielo, frente a Wing y Zushi, quienes los observaban con pequeñas sonrisas en sus rostros.
― No tengo nada que decirte acerca de la pelea con Hisoka. Tú eras el que estaba peleando con él, así que estoy seguro de que comprendes mejor que todos. ― Exclamó Wing, mientras Gon asentía con una pequeña sonrisa y el albino y la ojirosa ladeaban su cabeza sin entender a qué se refería.
― ¿Comprender qué? ― Preguntó el albino.
― Lo que aprendió de esa pelea. ― Respondió el maestro, notando como Jisoo fruncía su ceño confundido, rascando su mejilla.
― ¿Y qué aprendiste, Gon? ― Preguntó la joven, con una mirada entusiasmada por obtener una respuesta.
― Es un secreto. ― Una mueca apareció en la cara de Jisoo al escuchar la respuesta de su amigo peliverde, frunciendo su ceño, fingiendo estar indignada, recibiendo una pequeña risa por parte del peliverde.
― Gon-kun, Jisoo-chan, Killua-kun... Tendrán que dominar sus propios estilos de Nen, mientras continúan con sus caminos elegidos. ― Dijo Wing, reposando sus manos detrás de su espalda y observar a sus estudiantes.
― Me alegra poder haberlos conocido. ― Exclamó Zushi, asomando una pequeña sonrisa y acercarse un poco más. ― ¡Han puesto una valiosa marca para que la sobrepase!
― ¿Crees que puedes sobrepasarnos? ― Inquirió Killua.
― ¡Un día, de seguro!
― No pasará. ― Respondió el albino, levantando su cabeza con sus ojos cerrados y una pequeña sonrisa, escuchando como Jisoo dejaba escapar una suave risa y negaba levemente.
― No puedo esperar a verte hacerlo, Zushi. ― Exclamó Gon, mientras el menor asentía con una pequeña sonrisa apenada, frotando su cuello.
Por otro lado, Jisoo empezó a reír nuevamente, acercándose a Zushi y agacharse a su altura, dándole un fuerte abrazo con cariño. No pudo evitar encariñarse de aquel adorable chico. ― ¡No te rindas, Zushi! ¡Puedes lograrlo! ¡Confía en ti!
― ¡S-sí! ¡Jisoo-san! ― Exclamó el menor, con sus mejillas levemente sonrojadas y una mirada nerviosa, notando como el albino fruncía su ceño y se daba la vuelta, guardando las manos en sus bolsillos.
― Bueno, vámonos. ― Avisó Killua, empezando a caminar.
Jisoo se separó del abrazo, sonriendo con ternura y alejarse, ofreciéndole una gran sonrisa de despedida a su maestro y su pequeño amigo.
― ¡Nos vemos en otra ocasión, Wing-san, Zushi! ― Exclamó la joven, despidiéndose con la mano, empezando a caminar con una sonrisa.
― ¡Gracias por todo, Wing-san!― El peliverde también asomo una sonrisa, empezando a caminar despidiéndose con energía. ― ¡Zushi, hasta que nos volvamos a ver!
― Sí, yo también. ― Dijo el albino, con las manos en sus bolsillos, notando como el menor se despedía con emoción, asomando una pequeña sonrisa.
― Cuídense, los tres. ― Exclamó el hombre de gafas, notando como poco a poco se alejaban cada vez más, desapareciendo en la distancia, siguiendo su camino. Había cumplido con su deber, enseñándoles los conceptos básicos del Nen, ahora todo dependía de ellos.
Los tres caminaban por una calle iluminada por faroles elegantes que iluminaban su figura, caminando a paso lento, sin apuros, disfrutando de la vista de la ciudad.
― Bueno, finalmente lograste tu objetivo, ¿no? ― Inquirió el albino, recibiendo una afirmación de Gon. Su mirada azulada se desvió a Jisoo. ― Y tú, teñida, te volviste más fuerte y ya no tienes ese collar. Entonces no tenemos ningún otro asunto aquí. ¿Qué van a hacer?
― Yo regresaré a Isla Ballena. ― Respondió Gon, sujetando las correas de su mochila. ― Pude regresarle el favor a Hisoka, así que quiero regresar a la isla y mostrarle mi licencia a Mito-san. Ha pasado más de medio año desde que me fui...
― ¿Y tú, Jisoo? ― Preguntó el albino, notando como la joven ladeaba su cabeza y frotaba su cuello.
― En realidad... Pensaba ir con Gon. Por fin podre conocer a Mito-san y... ― Respondió, observando el cielo y soltar un suspiro. ― No puedo regresar a Isla Esmeralda sin antes encontrar la forma de curar a mi padre.
― En ese caso, creo que iré con ustedes. ― Admitió Killua. ― Me gustaría conocer a Mito-san.
― ¡Vayamos juntos!
Dándole un último vistazo al gigante edificio, se despidieron del Coliseo del Cielo. Gon pudo asestar un golpe a Hisoka y regresar la placa, como había prometido. Jisoo fortaleció su fuerza y acepto su verdadera naturaleza, ya no tendría que esconderse más.
Quien sabe que otras aventuras tendrán que vivir aquellos tres chicos para cumplir sus objetivos o simplemente descubrir sus verdaderas metas,poco a poco crecer, y descubrir sus sentimientos.
¡YA TERMINE DE EDITAR! LO QUE SIGNIFICA QUE EMPIEZA YORKSHIN!!
Qué emoción, ya quería empezar mi arco favorito. ¡Gracias por leer y esperar todo este tiempo, se los agradezco mucho!
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