𝐎𝟑𝟏 ┃Una gran deuda
:✧。CHAPTER O31🍒
✩。⋆ 💌(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) ꏍ !❛Una gran deuda y un gran sentimiento...
― AL REDEDOR DE TRES MESES... ES LO QUE TARDARA EN CURAR TU CUERPO COMPLETAMENTE. Afortunadamente, no hubo ninguna fractura, pero sí la dislocación de tu hombro derecho por caída. Sufriste una grave pérdida de sangre por tus cortadas en todo el cuerpo y un golpe en la cabeza, y ahora también tienes fiebre...
Jisoo se dio la vuelta, cubriéndose la cara con su cobija sin decir nada, dándole la espalda a Killua, quien se encontraba sentado a un lado de la cama con un semblante preocupado, con su espalda agachada y sus manos cruzadas cobre sus rodillas.
La joven ojirosa no le había dirigido la palabra desde que pudieron encontrarse, y no iba a negar que eso le disgustaba, pero lo que más le provocaba un extraño y molesto revuelto en el pecho, era que Jisoo parecía querer evitarlo, y esconder su rosa mirada de él.
Empezaba a desesperarse por conseguir su atención.
― Jisoo...
― ¡Aquí estoy! ¡Llegue! ¡Hola, Killua! ― La puerta se abrió de golpe, dejando ver a Gon con una mueca preocupada mientras se acercaba, sosteniendo un pequeño papel en la mano ― Jisoo, ¿qué tal te sientes?
No obtuvo respuesta, pero continuo. Luego de ver la expresión llena de tristeza y desespero de Jisoo durante su encuentro, era fácil entender que fue un horrible momento para su amiga. Ahora solo podía hacerle compañía e intentar animarla.
― Jisoo... Yo y Killua estamos muy preocupados, igual Wing-san y Zushi, ¿Qué ocurre? ¡Ya no sonríes como antes verte tan triste, desanima a todos! ¿Es porque tienes que estar en tu habitación por tres meses?― Exclamo el peliverde, sentándose a un lado del albino, reposando sus hombros sobre la cama de la joven.
Killua observo a Gon de reojo, notando un papel doblado sobre sus manos, reconociendo rápidamente que era la carta que Jisoo les había dejado ver antes de su cu encuentro.
Una idea iluminó su semblante, ganado la atencion del peliverde.
― "Un baño de agua helada es la solución"... ― Dijo, acomodando una mano sobre su mentón. ― Cuando estabas en la Isla Esmeralda dijiste que era posible que tu cuerpo curara más rápido con el agua, ¡A eso se refería la carta! ¡Ya no estarás más en esta cama si te curas!
― ¡Es cierto! ¡Así ya no estarás más triste! ― Asintió Gon, sonriendo emocionado. ―¡Tan pronto te recuperes, saldremos a comer, y te olvidarás de tu tristeza!
Un suave suspiro llamó la atencion de ambos chicos, quienes fijaron su vista en Jisoo, quien se removió bajo las cobijas destapando su cara, aun así, sus amigos que estaban al otro lado no lograron verla.
La habitación se quedó en total silencio, pues ambos chicos esperaban las palabras de su amiga.
― Ustedes... ― Susurro con voz temblorosa, apretando la almohada con fuerza, con miedo a recibir una respuesta que podría romper el hilo y dejar romper su llanto. ―... ¿No me tienen miedo?
Su ceño se frunció al escuchar cómo Killua soltaba una carcajada sin pena y Gon exclamaba con sorpresa sin tomar en serio su pregunta. En realidad, pensar de esa manera de su amiga nunca se les había cruzado por la cabeza.
― ¿Es una broma? ― Exclamo Killua, levantándose de su asiento mientras limpiaba una falsa lágrima de risa, negando con su cabeza. Su mirada divertida cambio a una mueca sorprendida, notando como la ojirosa se quitaba las cobijas de encima y se sentaba, mirando a ambos de frente.
― ¡Hablo en serio, cabezas huecas! ― Exclamo, con su ceño fruncido, señalando a ambos chicos, quienes la observaban en silencio con sorpresa, notando como Jisoo sostenía una almohadada bajo su otro brazo que podría lanzar en cualquier momento. ― ¡¿No me vieron en mi encuentro?! ¿Por qué no se dan cuenta? ¡No tenía control, lastime a Mist de gravedad, ¡mi sangre se convirtió en fuego!, tenía garras, y colmillos, ¡mis ojos estaban!... como un... ¡Como un Monstruo!
La habitación se sumergió nuevamente en un total silencio, que fue roto por un suave lloroso de Jisoo, preocupando automáticamente a ambos chicos. No habían caído en cuenta de lo que ocurría, pues nunca se les cruzó por la cabeza que su amiga fuera un Monstruo.
Gon se acercó rápidamente, rodeando a la ojirosa con sus brazos, con cuidado de no lastimar su malherido cuerpo lleno de vendas. Por otro lado, Killua estaba estático, sin saber qué hacer.
Nunca había tenido que consolar a una persona, no tenía necesidad, no le interesaba y mayormente le incomodaba. Pero esta vez era diferente, y aunque se preocupara, no sabía cómo ayudar a su joven amiga.
Tal vez solo estaba haciendo estorbo.
― No eres ningún monstruo, Jisoo... ― Exclamo Gon, palmeando la cabeza de su amiga mientras la cubría con sus brazos, escuchando los suaves llorosos de la pelinegra. ― No te digas esas cosas tan feas... Tú eres muy increíble y fuerte, ¡Parecías un impresionante Dragón! Sé que fue un mal momento para ti y no querías que te viéramos en ese estado, pero nunca te tendré miedo, porque eres Jisoo, mi amiga.
― E-eres mi a-amigo ¡Ahhh, Gon! ― El llanto de Jisoo incremento, pero esta vez era de agradecimiento, mientras observaba a Gon con ternura y un leve brillo en sus ojos.
Gon dejo escapar una suave risa, escuchando los balbuceos indescifrables de su amiga, quien aún dejaba caer delgadas lágrimas de sus ojos. La mirada del peliverde se desvió por un momento, buscando a Killua con la mirada, sin encontrarlo.
Killua había salido de la habitación sin decir nada. Jisoo no tardo en notarlo, mientras sus palabras dejaban de salir de sus labios y permanecía en silencio.
― ¿Killua?... Seguramente fue a buscar algo para que te sientas mejor. ― Aviso el joven, notando como Jisoo asentía levemente, con una mueca un poco desanimada al no ver al albino, cuando antes le hablaba sin importar no recibir respuesta.
¿Se había molestado? O tal vez no quería estar cerca de ella...
― ¡Me alegra que ya te sientas mejor, Jisoo! ― La voz del peliverde la saco de sus pensamientos. ― Te dejaré descansar, aún estás lastimada. Avísame cuando decidas hacer ese baño helado del que hablo Killua.
― Bien...― Se limitó a decir, volviendo a recostarse en la cama, ofreciéndole una sonrisa al peliverde antes de que saliera de la habitación.
No lo negaría, de verdad había sentido un horrible sentimiento en el pecho al no encontrarlo en aquel lugar. ¿Killua si le tenía miedo? La ojirosa sacudió su cabeza intentando esfumar esos pensamientos que la atacaban.
Sus ojos se cerraron, intentando dormir, soltando un suspiro y darse la vuelta, intentando no pensar en ello.
(💌)
Su copa de cristal cambio de color, esta vez de un fuerte y brillante color naranja. El grito entusiasmado rompió el silencio de la habitación, mientras Jisoo saltaba con su puño en lo alto, festejando para ella misma sin parar de reír.
Hace poco había recibido una visita de Wing y Zushi, donde aparte de recibir un leve regaño, también le devolvieron las ganas de seguir entrenando y mejorar su potencial, y así poco a poco lograr bueno resultados.
De su frente caían algunas gotas de agua, ensuciando de sudor la venda que se encontraba al rededor de su frente. Los días habían pasado, y aunque aún no lograba encontrar a Killua, había preferido continuar con su entrenamiento y evitar seguir enredando el nudo en su garganta.
No lo negaría, aquel triste sentimiento lentamente se transformaba en molestia.
― Ya se está demorando mucho, ¿estará molesto? Eh... ¿Por qué lo estaría?... Me estoy empezando a preocupar. ― Pensaba en voz alta, soplando con sus labios la hoja que reposaba sobre su vaso. ― Fui hasta su casa para traerlo de vuelta, pero yo estoy a la esquina y no se atreve a venir... ¡Qué molesto!
Un suspiro salió de sus labios, recostándose hasta pegar su frente contra la mesa, provocando un sonido en seco, que fue interrumpido por el sonido de una burlona risa que la obligo a levantar su cabeza de golpe, girando su mirada rápidamente.
Sus ojos brillaron al ver al albino recostado contra la pared, con las manos letras de su cabeza y una mirada un poco pensativa que lograba camuflar con su pequeña sonrisa.
― ¡Ah! ¿En serio te hago tanta falta, Jisoo? ― Dijo con diversión, levantando sus cejas con un leve sonrojo en sus pálidas mejillas. ― No paras de quejarte, así que decidí venir. ¿Feliz?
― ¿En serio lo preguntas? ― Susurro, acercándose hasta quedar frente al albino y reír aliviada ― No pensé que te pensaría tanto... ¡Te daría un abrazo si pudiera!
― ¡Idiota! ¡De nuevo empiezas a decir cosas vergonzosas! ― Sus mejillas se sonrojaron aún más, observando los rosas ojos de aquella joven que en realidad le había hecho tanta falta. Jisoo era mucho para él y su corazón que aún exploraba sus nuevos sentimientos. ― ¡M-me voy!
― ¡¿Eh?! ¡No! ― Exclamo la pelinegra, agarrando la mano del albino y negar rápidamente. ― Acabas de llegar, no te vayas otra vez...
La habitación se sumergió en un profundo silencio otra vez, donde ambos jóvenes se miraban a los ojos mientras sus manos se encontraban juntas. Una extraña corriente provocó que ambos se sonrojaran y se separaran, bajando sus miradas.
― ¿P-para qué quieres que me quede más tiempo-
― ¿Somos amigos?
Preguntó Jisoo de repente, frunciendo su ceño y levantando su mirada nuevamente, observando al ojiazul con una mirada totalmente seria y sus ojos tintineantes, esperando una respuesta.
Aquella pregunta sorprendió definitivamente a Killua, quien también alzó su mirada, permaneciendo en silencio unos segundos antes de fijar su mirada azulada en los ojos de su amiga.
― ¿Por qué lo dudas?
Esta vez, tomando por sorpresa al albino, Jisoo se lanzó a él, abrazándolo con ambos brazos que rodearon su espalda, mientras dejaba escapar una fuerte risa de felicidad.
Las mejillas del joven se sonrojaron completamente, sintiendo cómo su corazón empezaba a latir rápidamente, escuchando los comentarios felices de aquella pelinegra que lograba sacarlo de sus casillas y poco a poco volver su mente un desastre.
(💌)
― Ahora muéstrenme lo que han conseguido con su entrenamiento. Killua-kun, eres el primero.
El albino asintió a las instrucciones de su maestro, acercándose a la mesa donde reposaba una copa llena de agua con una hoja en la parte superior, y posando sus manos a los lados, empezó a emitir una suave aura.
Sus cejas blancas se fruncieron luego de unos segundos, y asomando una pequeña sonrisa creída asintió.
― Termine.
Los cuatro se acercaron a la copa con miradas curiosas, hundiendo su dedo en el agua y luego probarlo, degustando el agua que ahora sabia totalmente diferente.
― ¡Es dulce! ― Exclamo Zushi, abriendo sus ojos con sorpresa.
― ¡Asombroso, sabe miel! ― Dijo Gon, asintiendo con sorpresa, observando al albino con sorpresa.
― ¡Genial, es verdad! ¡Es como miel pura! ― Asintió Jisoo, probando un poco más de agua y observar al albino sin disimular su asombro. El joven se limitó a asentir con sus ojos cerrados y una pequeña sonrisa.
― Excelente. Bien, es turno de Jisoo-chan. ― Aviso, dándole permiso a la joven de pasar, posando su mano sobre la cabeza de la joven, donde se encontraba una gorra morada. El mayor negó levemente. ― Esa gorra no evitará que me dé cuenta de que tu herida aún no cura.
― Curará muy pronto y en un segundo, lo digo en serio, Wing-san ― Respondió, posando sus manos a los lados de la copa y emitir aura. En apenas unos segundos el agua empezó a cambiar de color, mientras todos observaban con sorpresa.
Parecía como si gotas de colorante aparecieran en el agua y la tiñeran mágicamente, dándole una apariencia curiosa al líquido, que reflejaba la mueca feliz de Jisoo.
― Muy bien. Zushi, eres el siguiente.
― ¡Osu!
Gotas de sudor bajaban por su frente, mientras sus manos concentraban aura, esforzándose por provocar algún cambio más notorio en la hoja que reposaba sobre el agua de la copa de cristal.Sus ojos brillaron para luego cerrarse con fuerza, haciendo un último esfuerzo, pero termino agachando su cabeza mientras respiraba agitado.
― Esto es lo mejor que puedo lograr...
― Está bien, pero no será suficiente para pasar. Tendrás que entrenar un poco más. ― Respondió Wing, asomando una pequeña sonrisa amable en sus labios, dirigiendo su mirada al peliverde. ― Gon-kun, sigues tú.
― ¡Osu!
El agua se desbordó.
Jisoo dejo escapar una exclamación sorprendida, observando como en apenas unos segundos y con un mínimo movimiento la mesa se encontraba empapada, inclusive rompiendo la copa.
― ¡Es suficiente! ¡Detente, Gon-kun! ― Exclamo Wing, acercándose con una toalla. El peliverde se detuvo rápidamente, bajo la sorprendida mirada de su maestro.
― ¡Me estaba sintiendo muy bien por esto! ― Admitió el joven, sonriendo levemente de manera entusiasmada, recibiendo una pequeña sonrisa de Wing, quien sostuvo la copa con la toalla.
― Gon-kun, Killua-kun, Jisoo-chan. Hoy es su día de graduación.
Los tres chicos empezaron a felicitarse entre ellos o asentir con emoción. Lo habían logrado, se habían graduado de sus clases con Wing-san para aprender sobre los misterios del Nen.
Por otro lado, Zushi ladeo su cabeza. ― Maestro, ¿Qué hay de mí?
― Aún necesitas entrenar un poco más. ― Respondió, asomando una pequeña sonrisa, notando como el menor asentía y bajaba su cabeza un poco desanimada.
― Sigue así. ― Dijo Killua, ofreciéndole una pequeña sonrisa.
― ¡Puedes lograrlo! ― Exclamo Gon, con una sonrisa y su puño cerrado, asintiendo seguro.
― ¡Pronto cumplirás tu entrenamiento, Zushi! ― La ojirosa palmeo la cabeza del menor, quien levanto su mirada lentamente, asintiendo mientras una pequeña sonrisa se empezaba a formar en sus labios.
― Y, Gon-kun, Jisoo-chan... Tengo algo importante que decirles.― Exclamó Wing, llamando la atencion de ambos jóvenes, quienes lo observaron expectantes a su respuesta. ― ¡Gon Freecss, Jisoo, han pasado el Examen de Cazador Secreto!
― ¿Uh? ― Susurro el peliverde, mientras que Jisoo permaneció en silencio, y sus ojos empezaban a brillar con sorpresa, aun procesando las palabras que poco a poco provocaron una mueca sorprendida.
― ¿El examen de cazador secreto? ― Repitió la ojirosa, recibiendo un asentimiento de su maestro.
― Se requiere aprender Nen antes de convertirse en un Cazador, ya que se espera que los Cazadores profesionales sean excepcionalmente fuertes. Deben ser lo bastantes fuertes para luchar contra el crimen. Sin embargo, este poder es altamente destructivo cuando es usado para el mal. Revelar la existencia del Nen durante el examen sería peligroso. Por lo tanto, la prueba es solo administrada a aquellos que pasan el examen público.
― Oh, así que ibas a enseñarnos, o por lo menos a Gon y Jisoo desde el principio... ― Dijo el albino, recostando sus brazos detrás de su cabeza y ladear su cabeza curiosa.
― Sí. Debí haber mencionado que el maestro líder del Shingen-Ryu es el presidente Netero. El maestro me ha contado mucho acerca de ustedes.
― Ese viejo... ― Susurro el albino con una mueca, recostando su brazo sobre el hombro de la ojirosa.
― Killua. ― El albino fue interrumpido por el hombre de gafas. ― Por favor toma el examen de cazador de nuevo. Definitivamente, pasarás la próxima vez. Estás más que calificado. Lo garantizo.
― Sí, sí. Me siento preparado. ― Respondió, desviando su mirada con un pequeño sonrojo.
― Jisoo, también tengo un concejo para ti. ― Aviso, recordando la charla que tuvo con su estudiante cuando la fue a visitar. ― No te exijas tanto, aún eres joven y tienes tiempo para mejorar a tu ritmo. De lo contrario, solo lograrás lastimar tu cuerpo, como en tu enfrentamiento con Mist.
― Ahora, Gon-kun. Tengo una advertencia para ti. Cuando pelees con Hisoka mañana, no te presiones demasiado.
― ¡Sí!
Pero aquel trío no eran los únicos estudiando sobre el Nen. Hanzo y Kurapika han aprendido Nen de sus maestros. Pokkle está teniendo dificultades con el Ren. Leorio ha empezado a estudiar para el examen de la escuela de medicina. Hisoka e Illumi ya sabían Nen, así que estaban calificados. Todos empezaron su entrenamiento, hasta convertirse en Cazadores profesionales.
De berías tener más confianza, Zushi. Estás progresando a un ritmo increíble. Eres un talento de uno en cien mil. Sin embargo, esos tres son talentos de uno en un millón...
Pero... ¡Un día, definitivamente los alcanzaré!
(💌)
― ¡E-está muy fría! ¡Ya no más! ― Exclamo Jisoo, intentando salir de aquella tina llena de agua fría. Las manos de Killua sobre sus hombros la detuvieron, volviendo a empujarla en la tina, salpicando agua.
― ¡Deja de quejarte, es por tu bien!
― ¿¡Por mi bien?! ¡Me voy a resfriar!
― ¡Pero tus heridas se curarán!
― ¿Sí? ¿¡A qué costo!?
Un balde lleno de agua fría callo sobre la cabeza de la joven, quien dejo escapar un bajo grito de sorpresa, escuchando cómo Killua se reía y Gon palmeaba su cabeza.
― ¡Vamos, Jisoo! ¡Es para que te cures por completo! ― Exclamó, notando como la joven soltaba un suspiro y se escurría en la tina, sintiendo el agua fría como el hielo escabullirse por entre su ropa hasta llegar a su cuerpo.
― ¿Cómo funciona esto? Tu cuerpo aún no se cura. ― Susurro Gon, reposando una toalla húmeda en la cabeza de Jisoo, donde se encontraba una herida que en su momento sangro bastante.
― Tarda algunos minutos, esto tampoco es mágico... ― Respondió, cruzando sus brazos bajo el agua, sintiendo la mirada curiosa de ambos chicos. ― En la familia Doragon se tiene la creencia de que el agua es la fuente más poderosa de vida, y que todos los que se apellidan Doragon vienen de ella... Por esa razón el agua es utilizada para algunos rituales de curación, como el que estoy haciendo en este momento.
― ¿Permanecer en un lugar similar al que vienes puede regenerar tu cuerpo? Tiene sentido... ― Susurro Killua, ladeando su cabeza al igual que Gon, quien a diferencia de él estaba tardando en comprender. ― ¿Que tenía que ver ese collar? ¿Es otro ritual?
― ¿El ópalo de fuego?... ― Susurro, permaneciendo en silencio unos segundos. ― Bueno, puede que el nombre suene genial, pero eso únicamente prevenía que ocurriera lo que vieron en mi encuentro. De hecho, tu hermano lo rompió.
Su conversación fue interrumpida por una suave luz dorada que empezaba a cubrir las heridas de Jisoo, cerrándose lentamente hasta volver a ser la suave piel de la joven, quitando moretones y cortes.
Lentamente, Jisoo bajo su mirada de manera apenada, escuchando la exclamación de sorpresa de Gon y Killua, quienes observaban sin palabras lo que ocurría, con muecas asombradas.
Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, sintiendo un cálido sentimiento en su pecho. Nunca le gusto recurrir a curar sus heridas con agua, pues era un constante recordatorio de la sangre que recorría por sus venas, y eso no le gustaba en absoluto.
― Tus vendas se están deshaciendo... ― Susurró el albino, agarrando con delicadeza la mano de Jisoo, retirando algunas vendas que aún cubrían su brazo.
Una pequeña sonrisa se asomó en los labios de la joven.
Era sorprendente como junto a aquellos dos jóvenes se sentía completamente normal, logrando disfrutar de sus días como la niña que era, sin pensar en su familia y el constante peligro que corría.
Por fin podía relajarse, disfrutar, y reír, como siempre tuvo que haber sido.
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