𝐎𝟏𝟐 ┃Una trampa en la cueva
𓂃⊹ ִֶָ𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗢12(🌸)
✩。⋆ ✹ ▞▞▞▞(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) 🌷ꏍ !❛Trampa en el agujero...
― ¿ES BUENA IDEA SEPARARNOS?... QUIERO DECIR, ¿Y SI LUEGO NO NOS VOLVEMOS A ENCONTRAR? ― Pregunto Jisoo jugando con sus manos tímidamente, sintiendo la penetrante mirada de Killua sobre ella.
El albino pareció sorprendido por el comentario de la joven. No había pensado en que Jisoo quisiera estar más tiempo con él. De alguna manera eso le alegraba, pero si se separaban sería más fácil encontrar algo más para comer y un nuevo refugio.
― Es la manera más rápida de encontrar algo más para comer, Jisoo.―Contesto el ojiazul guardando sus manos en sus bolsillos para luego esbozar una sonrisa traviesa. ― Se que me extrañaras, pero no es para tanto.
― Tienes razón, no es para tanto ― Respondió con una sonrisa divertida, notando como las mejillas de su amigo se ponían rojas de golpe sorprendido, provocando risas en ella.
― Como sea, nos vemos luego. ― Killua se dio la vuelta alejándose de ella rápidamente, escuchando como Jisoo le deseaba buena suerte mientras se reía.
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Jisoo froto su cuello aburrida mientras caminaba por un tranquilo bosque de frondosos árboles. Con facilidad lograba escuchar los cantos de los pájaros y el sonido del viento pegar contra las hojas.
Una sonrisa se asomó en sus labios sin darse cuenta al recordar como Killua se había sonrojado por su inocente comentario. No lo negaría, se veía tierno con las mejillas rojas, tal vez intentaría provocar que se sonrojara nuevamente.
Sus pasos frenaron frente a una oscura cueva con algunas ramas incrustadas. Jisoo podía notar rastros de huellas en el suelo y algunos ruidos lejanos provenientes de la cueva. Se habría dado la vuelta a no ser por la voz de un niño que capto toda su atención.
― ¿Gon?― Pregunto al aire, acercándose a la cueva curiosa, frenando algunos pasos antes de entrar totalmente. Su cabeza se mantenía firme intentando escuchar algo más, reconociendo la voz de sus otros dos amigos.
Sin dudarlo se adentró totalmente a la oscura cueva con una sonrisa que se esfumó tan pronto llego al final y encontró a sus conocidos.
― ¡¿LEORIO?! ― Exclamo ella preocupada, acercándose a su amigo con una mirada totalmente alarmada.
El hombre se encontraba tendido en el suelo con gotas bajando por su frente y una mirada agotada. Lo que más preocupo a la chica fue ver una serpiente partida en pedazos al lado de su amigo. Temía que se tratara de una picadura de serpiente.
― ¡Jisoo! ― Gon se acercó a ella rápidamente junto a Kurapika, ambos también se encontraban con miradas preocupadas.
No había tiempo para explicar lo sucedido, así que la pelinegra trato de entender lo que pasaba rápidamente sin preguntar, disponiéndose principalmente a intentar atender a su amigo sin explorar antes la cueva.
― Tiene picaduras por todo el cuerpo ― Observo el rubio preocupado
notando como la serpiente aún se movía a pesar de estar cortada.
― Son víboras, el veneno de una sola no es muy fuerte ― Comento Gon acercándose a Leorio intentando ayudar a levantarlo del suelo.― ¡Pero tiene mordeduras por todo el cuerpo!
― No hay tiempo, tenemos que sacarle el veneno de la corriente sanguínea ― Jisoo se sentó en el suelo agarrando el brazo de Leorio, y con ayuda de Gon empezar succionar el veneno y escupirlo a un lado.
― ¡Ba-basta! ― Exclamo el hombre con dificultad, cada vez su apariencia era más desgastada. ― Si tienen alguna herida en la boca puede empeorar...
― ¡No pasa nada! ― Respondió Gon con una brillante sonrisa calmando a su amigo.
― ¡Kurapika-san, Leorio podría tener algo en su maletín que nos ayude a curarlo! ― Exclamo la joven, notando como el rubio ya se encontraba en camino con el objeto.
― Leorio, ¿tienes algún suero aquí adentro? ― Pregunto el Kurta agachándose frente al hombre de corbata abriendo el maletín.
― Si lo tuviera, podría haberlos salvado, chicos... ― Los ojos del hombre se cerraban lentamente mientras las ojeras bajo sus cuencas se hacían más presentes. Rápidamente, perdía la conciencia por el veneno, hasta finalmente caer inconsciente.
― ¡Leorio! ― Exclamo Jisoo, sosteniendo la cara de su amigo, evitando que se golpeara contra el suelo.
― Da igual, tenemos que detener el sangrado. ― Kurapika se acercó y quito la camisa del hombre mientras sacaba algunas vendas del maletín.
Gon y Jisoo pararon de succionar el veneno y también empezaron a curar algunas heridas. Luego de vendarlo, acomodaron mejor a su amigo y le colocaron nuevamente su prenda.
Aún sudaba a montones y sus ojeras permanecían iguales, pero gracias a que los menores succionaron parte del veneno y Kurapika lo había vendado, el hombre no se encontraba tan grave como debería.
― ¡Necesitamos que lo vea rápidamente un médico! ― Dijo Gon mientras Kurapika asentía. Ambos chicos alzaron al hombre como pudieron mientras Jisoo sostenía el maletín.
Su rosa mirada rápidamente le echo un recorrido a la cueva notando una persona sentada con los ojos cerrados y serpientes, además de como una peliazul la observaba fijamente sentada desde una esquina. Ponzu.
― Yo de ustedes no me movería. No podrán salir de aquí ― Hablo la chica de sombrero provocando que los tres amigos se detuvieran. ― Cuando alguien intenta salir de esta cueva, las serpientes lo atacan.
El grupo desvió su mirada a la salida, escuchando los siseos de las serpientes en la oscuridad. Los tres abrieron sus labios preocupados, pues parecían ser cientos de serpientes las que se encontraban allí.
― Es una trampa que preparo Bourdon, el encantador de serpientes. ― Continuo la chica ― Si los muerden, acabarán paralizados como él. Y entonces, morirán.
El grupo de amigos retrocedió de la salida al notar como las serpientes se acercaban. Jisoo se acercó a Leorio para ayudar a cargar el lado de Gon mientras él se acercaba al Bourdon.
El peliverde frunció su ceño volteando su mirada y observar al encantador de serpientes.
― Ey, Bourdon. Lo que quieres son placas de identificación, ¿no? Te daremos todas las que tenemos encima ¡Pero déjanos salir de aquí! ― Exclamo serio, pero no hubo respuesta por parte del hombre.
― Al parecer, Bourdon ya está muerto. ― Dijo Jisoo acomodando mejor el brazo de Leorio sobre sus hombros.
― ¿Dices que quien puso la trampa está muerto? ― Kurapika endureció su seño ― ¿Cómo es posible?
― Yo lo maté ― Admitió Ponzu. El grupo no escondió su mueca de sorpresa mientras gotas de sudor caían por su frente preocupados por la situación ― Pero el método que usé es un secreto.
El rubio desvió su mirada de la joven a sus dos amigos y frunció su ceño, tenía una idea.
― Gon, Jisoo, encárguense de Leorio. ― Ellos asintieron rápidamente. Gon se acercó y sostuvo el lado de Kurapika mientras observaba como el rubio se alejaba acercándose al encantador de serpientes.
Kurapika se posicionó frente al hombre y se agachó lentamente mientras acercaba su mano a la cabeza del hombre, pero un grupo de serpientes lo tomo por sorpresa.
Las víboras se escurrieron por los hombros del hombre, provocando que el rubio se alejara para no ser mordido.
― Es inútil, no podrán revisar su cadáver ― Declaro Ponzu cerrando sus ojos con su ceño fruncido ― Las serpientes están entrenadas para atacar en el momento en el que alguien intenta tocas a su maestro o salir de la cueva.
Kurapika observo nuevamente al hombre, notando como sus manos se encontraban llenas de ampollas color moradas.
― Así que usaste veneno para combatir el veneno. ― La chica peli azul levanto sus cejas con sorpresa luego de escuchar al Kurta. ―Juzgando por sus heridas, seguramente utilizaste abejas con veneno neurotóxico. Posiblemente, murió de un shock anafiláctico.
― ¿Un shock anafiláctico? ― Pregunto Gon dejando a Leorio sentado en el suelo con ayuda de Jisoo.
― ¿Es un tipo de alergia provocado por las abejas? ― Inquirió la ojirosa pasando su manga por su frente limpiando el sudor.
― Exactamente. Cuando una abeja pica a un humano, el humano produce anticuerpos para contrarrestar el veneno. ― Explico el rubio siendo atentamente escuchado ― Pero si a esa persona le vuelve a picar el mismo tipo de abeja, experimenta una reacción alérgica extrema. Es lo que se conoce como "shock anafiláctico".
― Acertaste. ― Ponzu bajo la cabeza asintiendo― Es justo lo que ocurrió. Bourdon era mi objetivo. Tras confirmar que entrara a la cueva, lance gas somnífero en la entrada y espere a que fuera seguro entrar. Bourdon estaba completamente dormido, pero ya había preparado esta trampa. El gas no llegó a afectar a la mayoría de serpientes que estaban escondidas.
La joven de pelo azul le dio dos toques a su gran sombrero amarillo y empezaron a aparecer abejas de este, dejando al grupo totalmente asombrado.
― ¿Ahí escondes las abejas? ― Pregunto Jisoo con sus labios abiertos.
― Si grito o me desmayo, atacan a cualquier humano que esté cerca. ― Explico con las abejas revoloteando a su alrededor sin hacerle daño ― No esperaba que muriera. ¿Cómo iba a saber que ya lo habían picado antes? Y no pude ayudarlo por culpa de las serpientes. En fin, no había nada que pudiera hacer.
Ponzu empezó a mover su dedo frente ella, dándoles la orden a las abejas de volver. Sorprendentemente, estas obedecieron y desaparecieron en su sombrero.
― El problema es que está muerto, pero la trampa de serpientes sigue intacta ― Continuo la chica elevando su mano mientras explicaba ― Y no podemos pedirle que la quite ni encontrar la forma de hacerlo nosotros. Estamos atrapados y sin salida.
Jisoo se volvió a agachar rápidamente al notar como Leorio empezó a temblar levemente, el hombre había escuchado cada palabra que salió de la boca de Ponzu, en parte se sentía mal.
― Yo ya me he rendido. ― Admitió Ponzu cerrando sus ojos ―Tendremos que esperar a que los examinadores vengan y nos rescaten.
― ¿Los examinadores? ¿Estás diciendo que vendrán a rescatarnos de esta cueva?― Inquirió Kurapika.
― ¿No lo sabes? Nuestras placas de identificación llevan incorporado un sistema de seguimiento. Los examinadores pueden localizar si alguien no ha vuelto cuando se acaba el tiempo. ― Ponzu acomodo un brazo sobre su rodilla y siguió explicando ― Aunque aclaro, eso no sirve de nada si has perdido tu placa. Por suerte solo queda un día. Lo mejor es esperar a que llega la ayuda y volver el otro año.
― No podemos hacer tal cosa. El estado de Leorio empeora cada segundo ― Kurapika se alejó de Bourdon y se acercó a su amigo de corbata. Poniendo una mano en la espalda del hombre continuo ― Tiene que examinarlo un médico de inmediato.
― Los examinadores no harán nada hasta que se acabe el tiempo. Al que no tenga su placa lo darán por muerto. Es culpa suya. Yo se lo advertí.
Jisoo arrugo su ceño luego de escuchar las palabras de la peli azul. Su mirada se suavizó al ver a Leorio y frunció sus cejas preocupada. Cada vez su apariencia era más demacrada por culpa del veneno que aún circulaba.
― Todo lo que pueden hacer es rezar para que resista hasta que llegue la ayuda. ― Kurapika observo a Ponzu de reojo escuchando sus palabras para luego bajar la cabeza.
― Kurapika, Jisoo, cuiden de Leorio ― Pidió Gon parándose del suelo con una mirada brillante ― ¡Estoy seguro de que encontraremos una salida!
― ¡Oye, Gon...! ― Llamo la ojirosa preocupada notando como el chico se acercaba a Bourdon.
― Espera, ¿qué estás haciendo? ― Ponzu arrugo su ceño observando atentamente al peliverde ― ¿No escuchaste lo que acabo de decir?
Sin escuchar las palabras de la chica, estiro su mano rápidamente, agarrando al encantador de serpiente de la camisa y jalarlo. Las serpientes no dudaron en atacar lanzándose al chico.
Jisoo y Ponzu dejaron escapar un chillido preocupado, observando todo nerviosas. Las pupilas de la pelinegra se dilataron, casi sintió como su corazón se congeló al ver como las víboras rodeaban totalmente el cuerpo de su amigo.
Rápidamente, cerro sus ojos intentando calmar su preocupación, evitando que algo similar a lo que paso con Gittarackur sucediera.
― ¡Lo encontré! ― Exclamo Gon en voz alta despertando a la chica de su trance ― ¡Kurapika, Jisoo!
El peliverde lanzo un bazo de cristal con un líquido rojo y un par de jeringas que fueron atrapados por Kurapika.
― Úsalo en Leorio, rápido... ― Las palabras casi no salían de la boca de Gon, pues un montón de serpientes lo habían mordido.
Jisoo no dudo y corrió hasta llegar con su amigo peliverde arrodillándose frente al cuerpo de este. Su apariencia era bastante mala, aunque el veneno de las víboras aún no hiciera su total efecto.
Kurapika no perdió el tiempo y le inyecto el suero contra el veneno a Leorio mientras que Jisoo alzaba a Gon y lo alejaba del encantador de serpientes acercándolo a Kurapika.
― Estás loco, Gon... ― Fue lo único que puedo decir la pelinegra, soltando un suspiro, sintiendo la mirada de Gon, quien le ofreció una sonrisa a pesar de su estado.
― Bien, es tu turno ― Kurapika se acercó al pequeño y le inyecto el suero en el brazo.
― No lo puedo creer... ¿Se lanzó a un nido de serpientes venenosas para buscar un antídoto que no sabía si encontraría? ― Pregunto Ponzu acercándose con una mirada sorprendida.
― Las apuestas estaban a favor. Si vas a envenenar a alguien, sueles necesitar tener el antídoto a mano para negociar.
― Eso es cierto, pero... ― Ponzu bajo la mirada para luego volver a levantar observando a Jisoo.
― Hace falta un valor increíble para arriesgarse como lo hizo Gon ― Dijo la ojirosa mientras una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios.
Su mirada se dirigió a Leorio, notando como este ya respiraba con más tranquilidad y el sudor disminuía notablemente.
― Leorio se está estabilizando ― Aviso Kurapika notando la mirada de su amiga sobre el hombre de corbata. ― Ya se encuentra a salvo.
― Deben ser muy buenos amigos. ― Opino Ponzu sonriendo con una gota de sudor.
Gon se levantó de repente llamando la atención de los presentes, también haciendo más visible su ojo morado. El chico sonrió apenado y froto su cuello girando su rostro para ver a Ponzu.
― Oye, ¿te queda algo de gas somnífero? ― Pregunto. Ponzu asintió lentamente con una mirada dudosa ― ¿Y si te lo cambio por esto?
― ¡Ah! ― Exclamo la chica con sus labios abiertos ― ¡Es la placa de Bourbon! Con esto tendrás seis puntos, ¿verdad?
― Si ciertamente. Pero, ¿Qué van a hacer con el gas somnífero?
― Dormir a todas las serpientes para que podamos escapar. ― Respondió Gon asintiendo.
― Sería más efectivo que cuando la rocié desde el exterior. En unos minutos la cueva se llenaría de gas y las serpientes se quedarían dormidas. ¡Pero tardaría cinco minutos! Nadie puede aguantar tanto la respiración. El plan no tiene sentido si nos quedamos dormidos.
― Nueve minutos y cuarenta y cuatro segundos ― Fue lo único que dijo Gon estirando sus extremidades con una sonrisa. Al ver la mirada confundida de todos siguió explicando. ― Es mi récord. Aguantaré la respiración y sacaré a todos de aquí. ― Exclamo decidido.
― No puedo confiar en ti. Podrías escapar tu solo. ― Se negó Ponzu.
― ¿De verdad crees que haría eso tras ver cómo se lanzó a un nido de serpientes venenosas para salvar a Leorio? ― Inquirió Kurapika.
― Confía en mí. ¡También te sacaré a ti! ― Exclamo el chico mientras Jisoo se paraba y se acercaba a él.
― Yo también ayudaré a sacarlos de esta cueva ― Dijo con una mirada decidida para luego guiñar su ojo. ― ocho minutos y treinta y seis segundos. Es mi récord.
Ponzu se quedó en silencio por unos segundos con una gota de sudor nerviosa, observando como los menores asentían entre ellos decididos, intercambiando algunas palabras sobre sus récords.
― Bien, confiaré en ustedes ― La peliazul saco el gas de su bolso y lo dejo en el suelo. Giro la tapa a la izquierda y alzo la mirada ― Ya está listo.
― A mi señal libera el gas. ― Pidió Gon. Ponzu asintió mientras Kurapika sostenía a Leorio.
Los menores se miraron entre ellos y asintieron al mismo tiempo tomando una gran bocanada de aire. El peliverde alzo su dedo pulgar y la peliazul asintió liberando el gas.
Jisoo no esperaba que el gas somnífero funcionara tan rápido, pues en cuestión de segundo todos estaban dormidos menos Gon y ella.
Rápidamente la fémina alzo a Ponzu mientras sostenía el maletín del hombre de corbata. Por otro lado, Gon se las arreglaba para cargar a Kurapika y Leorio.
Ambos salieron corriendo de la oscura cueva, aun sosteniendo la respiración con las mejillas rojas.
Tan pronto salieron de la cueva, gritaron emocionados, dejando a sus compañeros en el pasto y volviendo a llenar sus pulmones de oxígeno.
―Bueno, te dejaré la placa de identificación de Bourdon, así los examinadores te encontrarán―Aviso Gon a Ponzu quien seguía dormida con su espalda contra un árbol.―Si le doy a Leorio tu placa de identificación él ya tendrá los seis puntos y pasará la prueba.
―Considéralo el pago por sacarte de aquí ― Exclamo Jisoo acercándose a la peliazul y acomodarla mejor. ― ¡Lo siento!
(🌷)
La cuarta fase del examen de Cazador ha terminado. Por favor que todos los aspirantes regresen al punto de inicio.
Jisoo acomodo su maleta en su espalda mientras estiraba sus brazos, empezando a caminar junto a sus amigos. Ahora que ya habían salido de la cueva y el ambiente estaba menos tenso, Gon no tardo en preguntar sobre las manchas de sangre en la ropa de su amiga.
Tienen una hora de tiempo extra. Si no regresan durante esta hora reprobarán el examen. Además, no se les permitirá intercambiar lacas cuando lleguen al punto de inicio.
―El enfrentamiento contra mi objetivo fue más peligroso de lo que esperaba ― Se limitó a responder mientras escuchaba las indicaciones de la señora por los parlantes.
Kurapika se quedó en silencio mientras observaba como Jisoo respondía a las preguntas obedientemente. Tal vez fue el único al que le pareció raro que no tuviera rastro de alguna herida profunda.
Cualquiera que sea descubierto intercambiando placas de identificación será descalificado.
El rubio prefirió dejar de indagar tanto y empezar a caminar al punto de inicio, seguramente luego todas las dudas se aclararían, o eso dejo entender Jisoo con sus respuestas. Por ahora se encontraba aliviado de que su amiga estuviera bien.
. . .
―¡Ahora, comenzaremos con el recuento de placas de todos los presentes! Número 44, Hisoka-san. Número 53, Pokkle-san. Número 99, Killua-san. Número 301, Gittarackur-san. Número 191, Bodoro-san. Número 294, Hanzo-san. ― La mujer escribió en su tableta observando al rededor buscando a alguien más ― ¿Entonces solo han pasado seis aspirantes? ― La señora guardo silencio luego de ver como unas sombras se acercaban ― ¿Oh? ¡Llegaron cuatro más en el último suspiro!
Gon, Jisoo, Kurapika y Leorio llegaron frente al barco, notando que todos los aspirantes se encontraban separados entre todos, además de que eran acompañados por un aura competitiva.
Jisoo bajo su mirada al notar como Gittarackur se encontraba en el mismo lugar, por instinto se posicionó a un lado de Kurapika intentando no ser vista por el sujeto morado.
―¡Gon, Jisoo!― Escucho la voz de Killua llamándolos, ambos jóvenes dirigieron sus miradas a su amigo. Gon levanto el pulgar con una sonrisa, mientras que Jisoo desvió la mirada al pasto, sintiendo una mirada furiosa e intimidante, supo que no era de Hisoka, lo que le provoco más nervios.
― Y ahora los últimos miembros. Número 404, Kurapika-san. Número 403, Leorio-san. Número 405, Gon-san. Y número 406, Jisoo-san. ¡Estos diez aspirantes han superado la cuarta fase del examen!
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