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𝐎𝐎𝟒┃Hisoka el Mago

𓂃⊹ ִֶָ𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗢𝗢4(🌸)

✩。⋆ ▞▞▞▞(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) 🌷ꏍ !No confiar en nadie...

LOS 368 ASPIRANTES QUE LOGRARON SUPERAR la casi interminable carrera a través del largo túnel, ahora se encontraban en una tierra inexplorada repleta de criaturas peligrosas pertenecientes al humedal Numere.

Una larga fila de participantes seguía al examinador Satotz, quien cada vez más se adentraba al denso bosque dando largas zancadas sin esperar a los aspirantes que disminuían su paso.

Todos en aquel lugar sabían que podrían morir en cualquier momento, pero estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para conseguir pasar el Examen de Cazador y obtener la licencia. Cada uno tenía sus diferentes motivos por el cual hacerlo y arriesgar todo lo que tenían.

El suelo se encontraba totalmente encharcado, provocando que las pisadas de todos los candidatos a Cazador resonaran y salpicaran cada vez que andaban. Con cada paso que daban se iban adentrando aún más al humedal, pudiendo notar que la niebla que los rodeaba se volvía cada vez más densa, convirtiendo esta prueba aún más difícil y peligrosa de lo que ya era.

―Gon, Jisoo ― Llamó Killua, obteniendo la atención de ambos chicos― Adelantémonos.

―De acuerdo. No tenemos que perder de vista al examinador. ― Respondió Gon, asintiendo decidido.

―Me preocupa más ampliar la distancia entre nosotros y Hisoka. ― Admitió el albino, desviando su mirada levemente, observando hacia sus espaldas, lugar donde se encontraba el arlequín con una sonrisa ladina.

―¿Por qué no deja de mirarnos?, que incómodo...― Susurro Jisoo, con una mueca, sintiendo la intensa mirada del hombre que corría detrás de ellos. ―Definitivamente, tenerlo cerca es peligroso.

―Ujum, lo huelo en el aire. ― Asintió Killua. Gon observo curioso al albino, sin entender a qué se refería al escuchar su última frase.

―¿Qué lo hueles? ― Exclamo el peliverde confundido, levantando su nariz intentando oler el aire, para luego ladear la cabeza. ― No creo que huela raro... ― Dijo, para luego ver a sus otros dos amigos que corrían más alejados de ellos ― ¡Leorio! ¡Kurapika! Killua dice que deberíamos adelantarnos.

Jisoo vio de reojo a los recién llamados, quienes al parecer querían ir por su propio camino, y eso le preocupaba un poco, pero lo único que podía hacer era desearles buena suerte y dejarlos seguir por el camino que escogieron.

―¡Tengan cuidado! ― Completo la ojirosa agitando uno de sus brazos animadamente en dirección a los mayores del grupo con una amplia sonrisa― ¡no pierdan de vista al examinador!

Killua enarco una ceja con molestia.

―Oigan... ¿Acaso no notan la tensión en el ambiente?― Pregunto el joven un poco incómodo, notando algunas miradas sobre ellos. Estaban llamando demasiado la atención.

―¡No se preocupen por nosotros! ― Aviso Kurapika, alejándose cada vez más con Leorio, quien se esforzaba bastante por seguirle el paso. Jisoo asintió levemente con una pequeña sonrisa, mientras Gon los miraba aún con preocupación.

―Vamos. ― Aviso Killua iniciando a trotar más rápido, obligando a sus dos compañeros a aumentar el paso para poder seguirlo.

Pronto se alejaron de los demás participantes, quienes desaparecían mágicamente entre la niebla o se desviaban por otros caminos, todos procurando no perder de vista al examinador.

(🌷)

―Escucho gritos por todas partes―Susurro la joven, mientras su ceño se fruncía lentamente sin esconder su incomodidad.

―Eso quiere decir que debemos mantenernos alertas―Advirtió Killua, sin quitar su mirada del camino.

―Me pregunto si Leorio y Kurapika están bien... ―Exclamo Gon, desviando la mirada un poco decaído. Jisoo y Killua lo observaron de reojo, pero la única en decirle algo fue la pelinegra.

―No pongas esa cara, Gon― La joven le ofreció una sonrisa amable dándole una palmadita en la espalda― Seguro están sanos y salvos, no te preocupes.

Gon asintió un poco más energético que antes, con una sonrisa. Por otro lado, esta vez fue turno de la chica para desviar su mirada preocupada. En realidad, nada le aseguraba ver a Kurapika y a Leorio en buen estado, pero prefería no pensar tanto en ello.

El grupo aumento su velocidad intentando acercarse más al examinador, quien ya corría más alejado de ellos, debían apresurarse para no perderlo del todo.

Jisoo estiro sus brazos disfrutando de la brisa del humedal, extrañaba estar en lugares así, y aprovecharía la oportunidad de correr por hay con libertad. Con un ágil movimiento, los brazos de la joven tocaron el suelo mientras sus piernas se elevaban en el aire haciendo una medialuna, para luego levantarse rápidamente con su melena desordenada.

La gran sonrisa en sus labios desapareció tan pronto abrió sus ojos y escucho un corto, pero fuerte grito a sus espaldas, no tardo en notar que se trataba de sus amigos. Apenas se giró encontró una gran rana detrás de ella saliendo de la tierra.

Cada parte del pequeño cuerpo de la joven se congeló, para luego también soltar un fuerte grito y caer de trasero al suelo con una mueca aterrada.

De repente la rana abrió su boca. El corazón de Jisoo dejo de latir por un segundo. ¿Era su turno de ser tragada?, pero grande fue su sorpresa y asco al ver como Gon y Killua eran vomitados por el gigante animal, dejando un rastro de viscosa baba.

―Supongo que no le gusto nuestro sabor ― Exclamo Gon, frotándose la cabeza de manera apenada como si nada.

―Fue gracias a esto ― Respondió Killua, sacando una de las bebidas de Tonpa que guardaba en su bolsillo mientras cruzaba sus piernas, sentado en el suelo.

―¡Una de las bebidas de Tonpa-san! ― Exclamo Gon sorprendido, ignorando el hecho de haber sido tragado por una rana anteriormente― Parece que nos ha salvado.

―Bueno, yo podría haber escapado aun sin tener esta bebida.― Afirmo Killua, con una sonrisa orgullosa.

―¿E-eh? ―Mascullo Jisoo aun congelada intentando formular alguna palabra, acercándose rápidamente a sus compañeros luego de confirmar que la rana se hubiera alejado. ― ¡Acaban de ser tragados y luego escupidos por una rana, y siguen como si nada!

Gon se limitó a sonreír apenado, mientras se paraba de un brinco y limpiaba su ropa, por otro lado, Killua soltó una risa burlona y señalo a la joven. 

―¿Por qué tan histérica, teñida? Con esa cara de miedo pareces un muerto. ― Una pequeña sonrisa divertida apareció en sus labios, para luego levantar sus cejas sin creerlo ― ¡Ya entiendo! ¿Le tienes miedo a las ranas?

Jisoo se cruzó de brazos, desviando su mirada apenada mientras negaba rápidamente con una mueca molesta.

―Claro que no ― susurro, arrugando su nariz para luego apretar sus labios.

― Eres pésima mintiendo ― concluyo Killua, levantando sus hombros con diversión y acercarse, picando el hombro de Jisoo, molestándola.

―Sigo preocupado por Kurapika y Leorio ― Confeso el peliverde, acercándose. Si ellos ya se habían encontrado con una bestia del humedal, era probable que sus demás amigos también, y eso lograba preocuparlo bastante.

La joven ojirosa se acercó por atrás, tomando por sorpresa Gon, aprovechando esa oportunidad para hundir su mano en los pinchudos cabellos del chico, desordenándolos divertida.

―No te preocupes, Gon. Si sigues pensando en ello no podrás estar tranquilo. Pronto nos reencontraremos todos a salvo, ya verás.

Killua los observo por un momento en silencio para luego darse la vuelta, de cierta manera le incomodaba escuchar a sus nuevos compañeros hablar tanto de aquellos mayores.

―Olvídense de ellos. Sigamos. Todavía podemos alcanzar al examinador ― El albino inicio a trotar sin esperar a los dos jóvenes detrás de él, observándolos de reojo.

Rápidamente, Gon y Jisoo se acercaron al albino, volviendo a correr los tres unidos, en busca del examinador.

El tiempo pasaba al mismo tiempo que los gritos cesaban, inundando el bosque en un tranquilo silencio, pero ninguno de los tres podía descifrar si aquello era bueno o malo, pues no conocían el lugar.

La joven observo a Killua de reojo con curiosidad, para luego bajar levemente su mirada, pudiendo notar que el suelo ya no estaba encharcado, y cada vez el pasto se volvía más seco. Las pisadas de Jisoo eran silenciosas, pero las de Killua no emitían ruido alguno, lo que inevitablemente le provoco curiosidad.

Era la primera vez que no podía escuchar las pisadas de alguien.

La mirada de ambos chicos se dirigió al frente, notando las sombras de los demás participantes, quienes corrían en fila siguiendo a Satotz. Una gran sonrisa apareció en sus rostros.

―Genial. Alcanzamos el grupo principal ― Anunció el albino, con una sonrisa, ahora solo tenían que seguirlos y no perderse durante la fase.

―¡Seguro que Kurapika y Leorio están entre esas personas, Gon! Ahora no estarás preocupado ― La joven se dio la vuelta con una sonrisa en sus labios que pronto desapareció por una de confusión, buscando a los lados preocupada―¿Gon?

Killua también se giró buscando al peliverde, para luego mirar a Jisoo ladeando su cabeza de manera confundida, notando como pasaba una mano sobre su largo cabello preocupada.

―Sabía que esto pasaría. ― la joven agacho su mirada dejando de hablar para luego cruzar sus brazos― Creo que no tengo otra opción.

―¿Ah? ¿A qué te refieres? 

―Tengo que ir a buscarlo ― Exclamo con preocupación y una mirada decidida. ― No puedo dejar que nada malo le pase...

La joven se alejó rápidamente, ofreciéndole una rápida sonrisa al albino, quien no quito su mirada de ella, observando como corría al lado contrario en el que se encontraba el examinador, cada vez más alejándose de él.

―Es una lástima... Me caía bien. ― Susurro, dando media vuelta, empezando a correr con el grupo principal ofreciéndole una última mirada al camino en donde Jisoo desaparecía poco a poco, para finalmente volverse una pequeña mancha borrosa en el camino. 

(🌷)

La mirada de la joven se fijó en el camino, no podía perder el tiempo, en aquel momento su mayor preocupación era encontrar al peliverde de ojos avellana. Lo más probable era que el chico hubiese ido en busca de Kurapika y Leorio, pues todo el camino estuvo pensando en ellos.

Jisoo fruto su cuello, intentando despejar su mente y pensar en alguna idea, cuando de repente su atención fue dirigida entre los árboles.

Podía escuchar a la perfección unas rápidas pisadas y ramas quebrándose que poco a poco se confundían con los demás sonidos del bosque. La joven cerró sus parpados intentando agudizar su oído, sin tardar en localizar el lugar de las pisadas.

Sin perder el tiempo, Jisoo corrió entre los árboles mientras gotas frías de sudor bajaban por su frente. Aquellas pisadas podrían ser de cualquier otro participante, pero una parte de ella estaba llena de esperanza de que se tratara de alguno de sus amigos.

La pelinegra ya se encontraba cerca, cuando se encontró de frente con un rubio más alto que ella que la obligo a frenar sus pasos.

―¡Kurapika!― Jisoo se lanzó a los brazos del rubio con un alivio indescriptible dentro de ella, para luego alejarse y ver que su amigo se encontrara en buen estado. ― ¡Me alegra que estés bien!

―¡Jisoo! ¿Qué haces aquí, no estabas con el examinador? ¿Dónde están Gon y Killua? ― Kurapika invadió de preguntas a la ojirosa, quien se limitó a señalar detrás de ella apresurada.

―Por ese camino puedes encontrar al examinador, ¿Dónde está Leorio?

―Nos separamos cuando encontramos a Hisoka...―El rubio paro de hablar al ver como la mandíbula de la joven se tensaba y agachaba su mirada. ― no estarás pensando en ir, ¿cierto?

―Perdón Kurapika, pero sí en ese lugar esta Gon, con más razón tengo que ir. Estaré bien. ― Admitió Jisoo, sintiendo la mano de Kurapika agarrar su muñeca.

― ¿Cómo sabes que permanecerás en bien estado?

― ¡Tengo mis métodos!

― Jisoo...

― Estere bien, ¡En serio!

Los ojos de Jisoo radiaban seguridad, provocando que Kurapika soltara un suspiro y cruzara sus brazos, observando a Jisoo con duda. Pasando a un lado de ella, poso su mano sobre el hombro de la joven, dando algunas palmaditas.

― No eres tonta, Jisoo. Conoces lo peligroso que puede ser Hisoka, y si estás tan segura de tu decisión es por algo. ― Susurro Kurapika, soltando un bajo suspiro. Aún recordaba las pruebas antes de llegar al examen, donde Jisoo también dijo algo similar. ― Pero si tu método no resulta eficaz, escapa de aquel lugar con Gon lo más rápido que puedas.

Jisoo bajo su cabeza, asintiendo levemente, escuchando los pasos de Kurapika que se alejaban rápidamente. Sin perder el tiempo, nuevamente empezó a correr.

Hace mucho tiempo que no sentía tantas emociones como las que sentía en aquel momento. Era momento de poner en práctica todo lo que había aprendido, y recuperar a su amigo en buen estado.

El sonido de un golpe en seco contra un árbol la hizo frenar. Por reflejo, la joven se agachó detrás de un arbusto, asomando su cara entre las hojas intentando ver qué pasaba.

Ya había llegado.

Hisoka había estampado a Leorio contra un árbol, dejándolo inconsciente apenas cayó al suelo, al mismo tiempo rompiendo el tronco del árbol.

De repente, Gon salto frente al arlequín atacándolo con su caña de pescar, lanzando un par de golpes que Hisoka evitaba fácilmente con su brazo, manteniendo una sonrisa divertida.

La piel de la pelinegra se erizó por completo, observando la escena ansiosa, impaciente por acercarse y ayudar a sus amigos. El quejido de dolor de su amigo peliverde la despertó de su trance, dándole el momento perfecto para saltar y dejarse ver.

Gon estaba siendo asfixiado por Hisoka, quien al escuchar a Jisoo la observo de reojo con una sonrisa de oreja a oreja, como si ya supiera que desde el inicio se encontraba escondida en aquel arbusto. 

―Vaya, vaya. Que sorpresa~ ― El hombre de ojos ámbar se relamió los labios ― Has crecido bastante, Jisoo.

Los ojos de la chica se agrandaron con sorpresa y confusión, que fue remplazada rápidamente por un ceño fruncido y un semblante lleno de molestia.

― Suelta a mi amigo, asqueroso. ― Susurro, con sus puños apretados, fijando su vista sin titubear en la de Hisoka, provocando que sonriera entusiasmado.

― Si es lo que quieres...

Jisoo dejo escapar un fuerte quejido de dolor, sintiendo como el pelirrojo pateaba su abdomen con fuerza, empujándola algunos metros lejos.

― ¡Mentí! ¡Eres tan tierna! ― Exclamo el hombre, aun sosteniendo al menor y darle la espalda a la joven.

Sorpresivamente, la ojirosa aprovecho aquel momento y de su maleta saco un objeto similar a un plato, lanzándolo con fuerza directo al arlequín, quien le daba la espalda. Jisoo se deslizó por el suelo, frenando su caída con sus manos y pernas, levantando su mirada con una pequeña sonrisa.

Su frisbee había logrado rozar la mejilla de Hisoka, permitiéndole ver una pequeña gota de un fuerte color rojo deslizándose por la pálida mejilla del hombre.

La joven no perdió la oportunidad, y aprovechando que el pelirrojo parecía haberse quedado quieto observando a la nada, se levantó del suelo lanzándose hacia el peliverde, envolviéndolo en sus brazos, intentando protegerlo, alejándolo de Hisoka. Suavemente, la chica dejo a Gon detrás de ella, para luego pararse en dirección a Hisoka, estirando sus brazos a los lados en señal de proteger al chico, quien se encontraba adolorido. 

―Ji-jisoo... ― Susurro con dificultad el peliverde empezando a toser mientras oprimía su pecho, sus codos flaquearon intentando hacer un esfuerzo por pararse y ayudar a su amiga.

―No te muevas, Gon. ― Mando la ojirosa con voz firme observándolo de reojo al mismo tiempo que sonreía levemente y guiñaba un ojo ― Yo me encargo.

La sonrisa de Hisoka se agrandó luego de unos segundos, observando a Jisoo, riendo levemente entusiasmado, fijando su vista en ella de manera extraña. Sorpresivamente, detrás de su espalda saco aquel objeto circular, que, inesperadamente, había logrado rozarle la mejilla.

―Ohh~ Me encanta esa expresión. ― Exclamo el arlequín, levantando su mirada, notando como la mirada de Jisoo seguía alta, sin titubear, con su ceño fruncido.

―Quédate tranquila, no le haré nada a tus amiguitos. ― El hombre dio tres pasos al frente con sus largas piernas, acercándose cada vez más a Jisoo hasta casi juntar sus narices, notando como ella no se inmutó. ― Ellos han aprobado... Si, tú también has aprobado, conviértanse en grandes Cazadores. Sí, sí.

El arlequín y la chica se quedaron viendo por un par de segundos, donde Jisoo podía escuchar los latidos apresurados de su corazón. Poco a poco el miedo la estaba comiendo, al igual que la adrenalina que sentía en todo su cuerpo.

La batalla de miradas termino al momento en el que un pitido empezara a sonar, similar a una alarma de celular muy extraña. Hisoka rebusco en su camisa desviando la mirada de la joven, sacando una especia de radar con bocinas.

Hisoka, deberías volver aquí. Ya casi hemos llegado al lugar de la segunda fase ― Logro entender Jisoo, la persona detrás del teléfono tenía una voz bastante robótica, pero era fácil diferenciar la voz de un hombre joven.

―De acuerdo, enseguida voy. ― Contesto Hisoka, guardando aquel objeto entre su camisa mientras se levantaba completamente, la diferencia de estatura era notablemente diferente ― Siempre está bien tener amigos. ― Exclamo el pelirrojo, jugando con el objeto dorado en sus manos para luego guardarlo. Jisoo apretó sus labios al ver esto. Luego, alejándose, alzo a Leorio como un costal de papas, quien seguía noqueado. ― Pueden encontrar el camino de vuelta por ustedes mismos, ¿verdad?

Ambos jóvenes asintieron levemente.

―Son buenos chicos ― Susurro el hombre mientras desaparecía entre la niebla.

Al momento en el que el hombre desapareció, Jisoo tomo una gran bocanada de aire, como si hubiera aguantado la respiración por años. Sus piernas flaquearon y cayó al suelo junto a Gon, tapando sus ojos con su brazo. 

―Ese hombre está loco. ― De la nada la ojirosa empezó a reír histérica forzando una sonrisa ― ¡Y se llevó mi frisbee!

El peliverde estiro sus piernas, sentándose correctamente, con una sonrisa en sus labios a pesar de las heridas que decoraban algunas partes de su pequeño cuerpo.

―Gracias por venir, Jisoo ― El joven sonrió ampliamente, sentado junto a la pelinegra, quien también se levantó lentamente. ― ¡Eres sorprendent- ¡Auch! ¿Por qué me golpeas?

―¡Me lo debías! ¿Por qué te fuiste sin avisarme? ¡Me asustaste mucho! ― mascullo, cruzada de brazos. ― ¿¡Cómo se te ocurre ir con Hisoka sin avisarme?!

―No quería preocuparte ― Confeso Gon, frotando su cuello apenado, parándose lentamente, para luego ofrecerle la mano a Jisoo ayudándola también a levantarse del suelo.

―Y aun así lo lograste ― Jisoo pellizco la mejilla de su amigo, escuchando la suave risa de este.

―¡Chicos! ¿Están bien? ― Ambos giraron sus cabezas dejando de reír, buscando aquella voz apresuradamente. Sus miradas se agrandaron mientras el alivio inundaba sus cuerpos al ver a uno de sus amigos a salvo.

―¡Kurapika!

(🌷)

―Por aquí ― Exclamó el peliverde, dando la vuelta por un camino de tierra, seguido de Kurapika y Jisoo, quienes se limitaban a observar impresionados las habilidades de Gon para guiarlos únicamente oliendo el aroma del aire.

―¿Puedes saberlo con tanta seguridad? ― Preguntó Kurapika con notoria curiosidad.

―Sí. La colonia de Leorio es única, puedo olerla a kilómetros de distancia.

―Genial ― Se limitó a decir Jisoo asintiendo impresionada.

―¿Qué creen que quiso decir Hisoka con eso de que habíamos aprobado el examen? ― Pregunto Gon con la mano en su barbilla.

―Hisoka estaba juzgando a los aspirantes. ― Opino Kurapika luego de unos segundos.

―¿Juzgando? ― Exclamo la joven, ladeando la cabeza. ― ¿A qué te refieres Kurapika?

―Supongo que tiene sus propias formas de evaluar el poder de cada uno. Es posible que le interesara comprobar la fuerza de los aspirantes. Por lo visto, tú, Gon y Leorio cumplen los requisitos.

―Apenas logre defenderme cuando logro atraparme, en ese momento Jisoo me libero del ataque de Hisoka.

― Tienes razón ― Afirmo el rubio, enredando sus manos en el suave pelo de la chica y despeinarlo mientras ella reía en voz baja. ― Pero Gon, ¿no lo golpeaste con tu primer ataque?

―Solo porque lo atrape por sorpresa. Además, Leorio aprobó, aunque perdió el combate.

― ¡Yo también lo ataqué por sorpresa!

―Tal vez haya pensado que tienen el mismo olor.

―¿El mismo olor? ― Pregunto Jisoo.

―Dudo seriamente que Hisoka tenga madera de Cazador. Aunque, debo admitir que me ha impresionado con esa habilidad sobre humana y sus refinadas técnicas. ― Declaro Kurapika para luego continuar ― Es bastante habitual que aquellos con talentos especiales se vean atraídos por otros con dones igualmente únicos. Es más posible que el instinto y la experiencia de Hisoka le indicaran que ustedes tienen habilidades y potencial para convertirse en Cazadores. "Matarlos ahora habría sido un desperdicio" Puede que haya pensado eso...

Gon bajo la mirada de forma pensativa, mientras Jisoo observaba el cielo con un semblante distraído. Kurapika cambio su expresión a una confundida al ver a sus amigos tan callados.

―¡Oh, lo siento!, ¿fui un poco insensible?

―Lo cierto es que yo también estaba muy emocionado ― Exclamo Gon, negando levemente ― Tenía tanto miedo que quería salir corriendo. Pero no podía. A la vez estaba emocionado por enfrentarme a él ¿no es eso un poco raro?

Kurapika no dijo nada más, prefiriendo quedarse callado y seguir con el camino. Jisoo descanso sus manos detrás de su espalda, observando a sus dos amigos correr. Poco a poco se acercaban al final, lugar donde esperaban nuevas pruebas.

El entusiasmo con el que Jisoo había entrado aumentaba cada vez más. Aquella sensación que sintió al enfrentarse a alguien con una inmensa diferencia de habilidad era indescriptible. No podía esperar a conocer la siguiente prueba.

Pobre Jisoo jajsja ¿Alguien más le tiene miedo a las ranas?

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