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𝐎𝐎𝟑┃Esperanza y ambición

𓂃⊹ ִֶָ𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗢𝗢3(🌸)

✩。⋆ ▞▞▞▞(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) 🌷ꏍ !❛Esperanzas y ambiciones...

YA HAN PASADO DOS HORAS DESDE que el examinador dio inicio a la primera fase del examen de Cazador, tiempo en el que los aspirantes no han parado de correr, y caer al suelo con cansancio. A pesar de todo el tiempo que ha pasado, no han logrado ver el final del túnel. Aún faltaba mucho, y Jisoo estaba consciente de eso, las pruebas del examen no eran cualquier cosa.

Las pruebas estaban hechas para eliminar personas que no tuvieran suficiente habilidad o resistencia, para que solo los más aptos tuvieran la oportunidad convertirse en Cazadores y Jisoo planeaba ser uno de ellos.

Ella corría al lado de su amigo peliverde, quien también estaba concentrado corriendo. De vez en cuando intercambiaban palabras, asegurándose que su compañero se encontrara en buen estado, y para su sorpresa, Gon no tenía ningún signo de agotamiento.

Ninguno de los participantes sabía cuántos kilómetros correrían. Estaban obligados a seguir el ritmo del examinador sin saber cuál era su verdadera meta.

Es una carrera monótona sin final a la vista.

La expresión tranquila de la chica cambio a una de sorpresa al escuchar el ruido de unas llantas que golpeaban el suelo rocoso del túnel, era fácil notar que se apresuraban con velocidad. La ojirosa ladeo la cabeza curiosa, no esperaba que algún concursante trajera ese tipo de cosas al Examen.

―¡Espera un momento, mocoso! ¡No te burles del Examen de Cazador!―Exclamó Leorio, enojado con un semblante estresado.

Jisoo dirigió su mirada a Leorio en busca de la víctima de sus regaños, pudiendo ver como el hombre le reclamaba un chico de cabello albino muy esponjado, montado en una patineta.

Una molesta corriente recorrió su espalda, mientras su cuerpo se congeló por unos segundos, dejando escapará un jadeo de sorpresa.

Era el chico que había visto antes.

Un sentimiento de nerviosismo y emoción se apoderó de ella mientras una pequeña sonrisa aprecia en sus labios. No había imaginado volver a encontrarse con aquel joven tan pronto.

―¿Eh? ¿Qué quieres decir?―Respondió el albino, mirando de reojo a Leorio, con las manos en sus bolsillos y una expresión despreocupada.

―¿Qué haces usando una patineta? ¡Eso es trampa!

―¿Por qué?

―Porque... ¡Por qué esto es una prueba de resistencia!

―No, no lo es.―Interrumpió Gon, con una mirada curiosa por el joven.

―¿Gon, que dices?―Leorio se giró rápidamente en dirección al peliverde.

―Bueno...―Susurro Jisoo, frotando su mejilla con su dedo índice, ganándose la mirada del hombre de traje y el chico albino, quien al verla cambia su expresión por una de sutil sorpresa―. El examinador solo dijo que lo sigamos.

―¡¿Tú también?! ¡Se puede saber de parte de quien están, niños!―Se quejó Leorio sin obtener respuesta por parte de ellos.

Gon asintió a la afirmación de la ojirosa mientras su cara era decorada con una brillante sonrisa, observando al albino. El chico parecía ser de su edad, cosa que lo emociono aún más.

El albino bajo la velocidad de su patineta, acercándose a ellos, mientras su blanca melena se tambaleaban con las corrientes de aire que sus movimientos provocaban.

―¿Cuántos años tienen?―Preguntó, con las manos en sus bolsillos de manera despreocupada, observando a Gon con curiosidad.

―Ambos tenemos 12 años―Respondió el peliverde. El albino levantó sus cejas blancas mostrando sorpresa, jamás hubiera esperado encontrar a personas de su misma edad en aquel lugar.

Mucho menos encontrar a un joven chica en el Examen de Cazador.

El albino se inclinó levemente hacia delante, observando a la única niña con leve curiosidad, notando como la pelinegra le sonreía gentilmente con una mirada confundida. A un lado de ella se encontraba Gon, mostrando aún una gran sonrisa. El nuevo visitante había logrado ganar la total atención de ambos jóvenes en tan solo unos segundos.

El chico salto de su patineta impulsándola hacia arriba en un ágil truco, dejando a ambos jóvenes con la boca abierta. La patineta dio un par de vueltas en el cielo mientras el albino quedaba suspendido en el aire por unos segundos, para luego caer sobre sus pies, sosteniendo la patineta bajo su brazo.

―Su pongo que yo también correré.―Dijo como si nada, lo que se vio aún más genial a los ojos de Gon y Jisoo, quienes se acercaron más al albino sin esconder su sorpresa y emoción.

―Me llamo Killua.

―Yo Gon.

―Yo soy Jisoo.

El albino observó en silencio a la ojirosa, la joven era casi de la misma altura que él, su apariencia era bastante exótica y llamativa, sus ojos rosas eran bastante bonitos e inusuales. Luego miro a Gon, quien tenía una tierna e inocente apariencia, el chico parecía ser bastante cercano a la ojirosa, casi como si fueran hermanos, no tardo en descartar esa idea, pues no eran para nada parecidos.

Sin decir nada, el albino siguió corriendo a un lado de ellos, podría ser entretenido estar con personas de su misma edad.

Pasaron dos largas horas, donde entre ellos se hacían preguntas y juegos para pasar el rato. Ya habían corrido 60 kilómetros, donde en ningún momento pararon, no se sentían lo suficientemente cansados para disminuir su paso, seguían teniendo mucha energía.

Un golpe en seco sonó detrás de ellos, provocando que Gon y Jisoo pararan al escuchar aquello, mirándose entre ellos confundidos.

― ¿Eh? ¿Qué fue eso?

Su expresión cambio a una de preocupación al encontrar a Leorio con un semblante cansado, casi como si pudiera desplomarse nuevamente en cualquier momento, al parecer no podía aguantar más.

Jisoo dio un par de pasos al frente para luego parar pensativa, mientras Gon se limitaba a observar preocupado, esperando alguna reacción por parte del hombre. No se moverían de ahí sin estar seguros de que su amigo pudiera continuar.

Killua también paro a un lado de ellos al darse cuenta de que sus acompañantes habían detenido su paso. Su azulada mirada llegó hasta Leorio, pero a diferencia de sus compañeros, su mirada era de confusión, no había rastro de preocupación o lástima.

―Vamos, olvídense de él. Sigamos.―Sugirió Killua.

― ¿Cómo puedes decir eso? ― Respondió Jisoo, frunciendo su ceño y cruzar los brazos, recibiendo una mueca y los hombros levantados del albino sin importancia.

Gon no respondió, su mirada seguía fija en Leorio, esperando que volviera a correr para el también empezar, no le gustaba la idea de dejar abandonado a su amigo. Jisoo dejo escapar un suave suspiro preocupado, dando algunos pasos más hacia adelante acercándose al hombre.

―Vamos, Leorio-san. No te rindas, solo has un esfuerzo más para lograr pasar esta prueba. ― Exclamo Jisoo en voz baja, inclinándose levemente hacia el hombre con una gran sonrisa.― ¡Tú puedes!

El hombre levantó su mirada cansada, respirando agitadamente. Sus ojos se cerraron por un momento, su cuerpo no daba para mucho más. Las palabras de Jisoo le dieron cierta fuerza y seguridad. No podía rendirse tan fácil, no ahora que ya había iniciado, y no se iría sin asegurarse de terminarlo.

―¡No vengan con estas cosas! ¡Pienso convertirme en cazador!―Exclamo Leorio, levantándose del suelo, apretando sus puños con fuerza.― ¡Maldita sea!

La joven dio un paso hacia atrás, dejándole el paso libre al hombre, quien en cuestión de segundos ya se había alejado varios pasos más que ellos levantando un poco de tierra a su paso. La ojirosa soltó una risa sorprendida mientras curvaba su labio superior en una sonrisa.

Gon mostró una gran sonrisa al ver a su amigo correr nuevamente, cada vez alejándose más de ellos, para luego levantar su dedo pulgar en dirección a Jisoo, quien imito la acción.

La joven empezó a caminar a paso lento, dirigiéndose al maletín de Leorio, pues lo había olvidado en el suelo, tenía que devolvérselo, seguro su amigo tenía cosas importantes haya dentro.

Jisoo escuchó un agudo pitido acercarse con velocidad, rápidamente levanto su mirada alcanzando a ver un hilo color blanco con un anzuelo en la punta. Sorpresivamente, Gon recogió primero el maletín con su caña de pescar sin moverse de su lugar.

―Wow... ―Susurro Jisoo, impresionada, mientras a paso lento se acercó a los dos chicos, llegando con una pequeña sonrisa en su cara―¡Eso fue asombroso, Gon!

Antes ya había tenido la oportunidad de ver la caña de pescar, lo más sorprendente para ella fue ver a su amigo peliverde utilizarla como arma, simplemente sorprendente y creativo.

―¡Genial!―Exclamo Killua, sonriendo, observando a Gon con emoción y curiosidad―¡Quiero intentar eso!

―Solo si me prestas tu patineta, ¿Sí?―Respondió el chico mientras asentía con emoción. Luego vio a Jisoo con una sonrisa emocionada y un brillo en sus ojos.―¡Jisoo, te prestaré mi caña de pescar solo si tú me prestas tú!... ¿Eh? ¿Cómo se llama eso?

Exclamo el peli-verde haciendo extraños movimientos de lucha simulando tener algo en la mano, Jisoo rio levemente asintiendo emocionada. Killua observo esto confundido, sin entender a que se referían, mirando a la oji-rosa ladeando su cabeza intentando comprender las palabras de Gon.

―Yo también tengo algo para compartir, pero en este momento no puedo mostrarles, es un poco tediosos para guardar.―Explico la joven, echándole una sutil mirada a su maleta.―¿Qué dices?, te prometo que no te arrepentirás.

Admitió Jisoo, observando a Killua con una gran sonrisa segura de sus palabras, mientras a un lado de ella se encontraba Gon asintiendo repetidas veces con una mirada emocionada. El albino no tuvo otra opción que aceptar y esperar que las palabras de la chica fueran verdaderas.

―Está bien, Tenemos un trato.

(🌷)

Jisoo corría con un semblante aburrido, el tiempo pasaba y aún no llegaban al final, la única diferencia era que esta vez podía ver unas escaleras más adelante, donde algunos participantes ya subían de manera apresurada intentando seguir el paso del examinador. Eran unas largas y casi infinitas escaleras de color blanco desgastado. Al menos ya iniciaban a subir, indicación de que ya se acercaban a la posible meta.

―¿Cuántos kilómetros vamos?―Preguntó la ojirosa, rompiendo el aburrido silencio que se había formado con el tiempo.

―¿Ya estás cansada?―Preguntó Killua, con un tono burlón mientras la miraba de reojo con una ceja alzada. Jisoo negó rápidamente.―Ya hemos recorrido alrededor de 80 kilómetros.

La chica silbó impresionada. No había parado de correr en tanto tiempo, que sentía que si lo hacía caería agotada al suelo. Su rosa mirada observó de reojo a Killua por algunos segundos.

―¿Cómo puedes llevar la cuenta de los kilómetros que hemos recorrido?―Susurró para sí misma, impresionada, para luego desviar su mirada aburrida.―Vaya... Esto parece infinito

De la nada, los corredores de adelante empezaron a aumentar su ritmo, obligando a Gon, Killua y Jisoo a hacer lo mismo. Seguramente Satotz había aumentado su paso, si el examinador seguía así, más participantes perderían.

Una sonrisa juguetona apareció en la cara del albino, tenía una idea para pasar el rato sin aburrirse.

―Oigan ¿Quieren hacer una carrera para ver quién acaba primero?

Los nombrados asintieron rápidamente luego de unos segundos, por fin podrían hacer algo para pasar el rato y no aburrirse más de lo que ya estaban.

―Claro, ¿por qué no?―Respondió Jisoo, mientras Gon asentía.

―El que pierda paga la cena―Sugirió el peliverde con una gran sonrisa, el juego se estaba poniendo más entretenido.

―Ya veo, ¿quieren jugar de esa manera?―Exclamó Jisoo emocionada, entrelazando sus manos detrás de su espalda ―Espero tengan dinero para poder pagar la cena.

―¡Muy bien! ¡Trato hecho!―Afirmó Killua, con una pequeña sonrisa emocionada. Gon y Jisoo asintieron preparados―¡Listos!.. ¡Ya!

Los tres chicos iniciaron a correr desbordando emoción, poco a poco lograron pasar varios de los participantes rápidamente, quienes los miraban sin esconder su asombro, no era normal que unos jóvenes se pusieran a jugar a las carreras luego de correr por tanto tiempo, ya deberían estar cansados.

Jisoo levanto su mirada rápidamente, observando el frente con atención. La ojirosa había logrado distinguir la voz de Kurapika y Leorio entre las personas, logrando escuchar su conversación sin tener que hacer mucho esfuerzo.

―Ojos escarlatas, por eso el clan Kurta es perseguido.―Escuchó Jisoo, distinguiendo la tranquila y segura voz de Kurapika― A nosotros los Kurta se nos conoce por nuestros ojos escarlatas. Cuando nuestras emociones se alteran, nuestros ojos se tornan escarlatas, como el mismo fuego. Los ojos en estado escarlata se consideran uno de los siete colores más preciosos del mundo. Se venden por algunas sumas en el mercado negro

La mirada de Jisoo se decayó levemente, mientras recuerdos llegaban a su mente, distrayéndola un poco. No era tan difícil para ella entender los sentimientos de Kurapika, pues muy pocos eran los que tenían que sufrir el destino de tener algo preciado que los demás deseaban, y el miedo al saber que aquellas personas harían cualquier cosa por conseguirlo.

―¿Por eso los ataco el Gen'ei Ryodan?― Preguntó Leorio. La ojirosa despertó de su trance al escuchar la voz de su amigo de traje elegante, para luego caer en cuenta de la intensa mirada de alguien aparte de Gon y Killua, quienes seguían corriendo en silencio.

La ojirosa paseo su mirada por los demás participantes cautelosamente, buscando en sus alrededores, intentando encontrar aquella persona que no paraba de observarla, encontrando un hombre de alta estatura con un traje de arlequín, quien la miraba de una manera bastante inquietante.

Al darse cuenta de que Jisoo se había dado cuenta de su mirada, se limitó a curvar sus labios en una especie de sonrisa y guiñarle un ojo, para luego quitar su mirada sobre la niña.

Jisoo alejo rápidamente su mirada de Hisoka, mientras en su cara aparecía una mueca sorprendida, era mejor no acercarse a ese hombre y evitar cualquier tipo de contacto con él.

―¿De verdad crees que puedes comprar cualquier cosa con dinero?― Preguntó Kurapika. Jisoo dirigió su mirada al rubio cuando pudo escuchar su voz otra vez, al parecer ya estaban hablando de otro tema.

―¡Por el precio adecuado se puede comprar toda clase de tesoros, pero también sueños, corazones, y hasta vidas de personas!―Respondió Leorio, pero aquella respuesta logro molestar a Kurapika, quien malinterpreto las cosas.

―¡Retira eso, Leorio! Si vas a insultar a los Kurta, no te perdonaré.

―¿Por qué? Te estoy diciendo la verdad ¡Si hubiese tenido dinero, mi amigo no habría tenido que morir!

―¿Una enfermedad?― Preguntó Kurapika, dejando escapar un bajo jadeo sorprendido.

― Era una enfermedad que se podía tratar... El problema era que la operación costaba una fortuna ¡Fui muy inocente! Pensaba que podía convertirme en médico... ¡Quería poder curar a los niños que tuviesen la misma enfermedad, y poder decirles que no se preocuparan, que no tenían que pagarme! Después podría habérselo contado también a sus padres. Ese era mi sueño... Es para reírse. Resulta que para convertirse en médico, ¡necesitas todavía más dinero! ¿Lo entiendes? El dinero mueve el mundo, ¡por eso quiero dinero!

Luego de escuchar eso, Jisoo aumento su velocidad sin darse cuenta, acercándose mucho más a los mayores del grupo, en ese momento lo único que ella quería era darle un abrazo a Leorio y Kurapika, pero sabía que no era el momento indicado.

Todos llegaban al Examen de Cazador por razones diferentes, desde las más nobles a las más atroces, incluso solo por diversión, para probarse a sí mismos aunque les pueda costar la vida. Jisoo estaba sorprendida, todas aquellas personas guardaban diferentes historias interesantes, y la suya no era la excepción.

Los menores del grupo pasaron a un lado de los dos mayores, quienes corrían a su propio ritmo. La joven río levemente al ver que Leorio no llevaba su camisa, mostrando su pecho desnudo con su corbata color verde aún atada a su cuello. Kurapika había decidido guardar la bata que llevaba, corriendo únicamente con una camisa y pantalón blancos anchos.

―Nos vemos en la meta, Kurapika―Aviso Gon, con una pequeña sonrisa.

―¡Espero poder verlos al final del túnel!―Dijo la ojirosa, despidiéndose con un ligero movimiento de mano.

―Nos vemos más tarde, viejo.―Exclamo Killua divertido, recibiendo una mueca por parte de Leorio.

―¡NO SOY VIEJO! ¡SOY UN ADOLESCENTE, IGUAL QUE USTEDES!

Todos quedaron congelados de la sorpresa, observando a Leorio de manera atónita, no podía ser posible, era totalmente imposible, pero no parecía mentir. Jisoo abrió sus ojos como platos, casi atorándose con su saliva.

¿Eh? / ¡No puede ser! / ¿¡Cómo!?

Esas fueron las reacciones que el hombre de corbata recibió.

Esta vez Leorio fue el que se sorprendió al ver como sus amigos reaccionaban ante tal confesión, ¿De verdad parecía tener más edad?

(🌷)

―Me impresiona que puedan seguir mi ritmo.―Admitió Killua, con las manos en sus bolsillos, aun cargando con su patineta debajo de su brazo.

Hace unos minutos que habían seguido con su carrera, luego de superar la sorpresa que aquella confesión de Leorio les había causado. Bueno, Jisoo aún seguía en su trance sin creerlo, todo este tiempo había pensado que Leorio era mucho mayor, pero ahora descubría que también era un adolescente.

―¿De verdad?―Exclamo Gon, frotándose la cabeza de manera apenada con una pequeña sonrisa.

―Si ―Asintió el albino, para luego observar a Jisoo, quien también se encontraba corriendo sumida en sus pensamientos. ― En especial Jisoo, no creí que una niña podría seguir mi ritmo.

La ojirosa levanto la mirada al escuchar su nombre, saliendo por fin de sus pensamientos, confundida. Gon frunció levemente su seño, pero cuando ya iba a responderle al albino para defender a su amiga, Jisoo hablo primero.

― ¿Y me lo dices ahora? Ya estoy acostumbrada a recorrer largas distancias ― Explico, sonriendo mientras asentía cerrando los ojos. Gon y Killua no escondieron su curiosidad, así que Jisoo siguió hablando ― La distancia entre mi casa y el pueblo es realmente alejada, siempre tuve que caminar bastante cada vez que necesitaba visitar las tiendas, sé que no es nada interesante.

Finalizo la joven, evitando seguir la conversación mostrando una sonrisa apenada, por suerte, ambos chicos asintieron satisfechos.

―Entiendo, ¿O será que los demás son todos muy lentos? Vaya... Este examen de Cazador va a ser demasiado fácil.― Exclamo Killua desanimado, ganando la atención del peliverde y la ojirosa ― Qué aburrimiento.

―Oye, ¿Por qué quieres convertirte en Cazador? ― No pudo evitar preguntar Gon, mientras Jisoo se asomaba a un lado, curiosa por la respuesta.

―Lo cierto es que no me interesa especialmente convertirme en Cazador. Escuche que el examen de Cazador era muy difícil, y pensé que sería divertido. Pero me siento decepcionado. ¿Qué me dicen de ustedes?

―Bueno, mi padre es Cazador. ―Respondió Gon con una pequeña sonrisa mientras apretaba las correas de su mochila― Así que quería convertirme en Cazador, como mi padre.

―¿Y qué clase de cazador es tu padre? ― Pregunto el albino con curiosidad, viendo de reojo a Gon.

―No lo sé.

―¿Eh?

―¿Umm? Eso es bastante raro. ― Admitió la joven, con una sonrisa nerviosa, mientras Killua asentía dándole la razón.

―¿En serio?

―Quieres ser como tu padre, pero ¿no sabes nada de él? ― Opino Killua, mientras soltaba una carcajada divertida.

―A mí me crío mi tía, Mito-san, y solo he visto a mi padre en fotografías. ― Killua hizo una mueca, prestando atención a las palabras de Gon ― Mi padre hizo el examen de Cazador cuando tenía doce años. Lo aprobó y se convirtió en cazador. Después dejo la isla. Quiero descubrir por qué escogió ser un Cazador antes que a mí.

Jisoo sonrió de manera triste mientras veía a Gon de reojo. Admiraba la manera de ver las cosas del chico, él decidió conocer por sí mismo la razón por la cual su padre lo abandono, algo muy valiente de su parte. Killua dirigió su mirada a la ojirosa, inclinando levemente la cabeza de forma curiosa.

―¿Por qué quieres ser Cazadora, Jisoo? ― Pregunto el albino, observando a la chica de reojo, notando como ella se tensaba levemente.

―¿Uhm? ― Exclamo ella sorprendida.

Jisoo se mantuvo en silencio por un rato, la razón por la cual se encontraba en aquel examen era complicada de entender. Ser Cazadora le abriría paso y la llenarían de ventajas, esto le serviría para cumplir con todas las razones con las que realmente lidiaba, era como armar un rompecabezas descifrando pieza por pieza, y eso era bastante agotador, aún más al estar bajo el ojo de toda su familia.

No sabía que responder, y tampoco se sentía lista para hacerlo. Podría responder de manera vaga, pero aquel chico albino parecía ser inteligente.

Killua pudo notar el nerviosismo en su mirada, esto le provocó aún más curiosidad por aquella joven de ojos rosas, ¿qué clase de secretos podía guardar alguien como ella?

―¡Miren, la salida!― Cambio de tema rápidamente al sentirse presionada por la profunda mirada del albino ― ¡Por fin podremos salir de este oscuro túnel!

La chica aceleró sus pasos, logrando escapará de la pregunta de Killua. Gon y el albino intercambiaron miradas sorprendidas, para luego también iniciar a correr apresuradamente, hasta finalmente poder alcanzarla.

Los tres chicos corrían como si su vida dependiera de eso, cada uno intentando llegar primero. La ojirosa se sorprendió al ver que ambos chicos seguían su paso, ellos también estaban muy decididos a ganar.

Sin darse cuenta, los labios de la joven se curvaron en una sonrisa, corriendo emocionada mientras que esquivaba algunos cuerpos en el suelo. No podía recordar la última vez que compartía con niños de su edad, debía admitir que se sentía bastante feliz.

―¡Meta! ― Gritaron al mismo tiempo saliendo del túnel recibiendo los rayos del sol, por fin podían ver la luz día.

Los jóvenes pasaron corriendo a los lados de Satotz, el examinador, quien también acababa de salir del largo túnel por el que había guiado a los demás aspirantes.

Tres adolescentes salían primero que muchos adultos sin mostrar ningún signo de cansancio o dolor, como se supone que deberían estar, eso era simplemente sorprendente.

―¡Qué bien, gane! ― Aseguro Gon, alzando su puño con emoción.

Tan pronto Jisoo escucho eso, frunció su seño.

―¿Qué dices? Yo fui más rápida...

―¡Claro que no, yo llegue primero!

―¡No, les digo que fui yo!

―¡Yo fui más rápido, así que te toca pagar la cena!

―¿Por qué yo? ¡Yo fui mucho más rápida, niño canoso!

―¡El más rápido fui yo, teñida!

―¡En tus sueños, acepten que yo gane!

―¡Nunca, yo llegué primero!

―Les toca a ustedes comprarme la cena a mí, perdedores.

Discutían los tres chicos sin parar, cada uno asegurando haber llegado primero. Frente a ellos, el examinador observaba con una ceja alzada, los niños tenían energía hasta para discutir.

Gon negó divertido, si seguían así jamás sabrían quién había ganado la carrera realmente, así que decidió preguntarle a Satotz, probablemente él supiera la respuesta.

―¡Disculpe! ¿Quién llego primero?―Pregunto Gon, acercándose con una sonrisa.

―Creo que cruzaron la línea de meta a la vez.―respondió el examinador con seriedad, viendo a los chicos frente a él.

―Oh... ― Exclamo Gon, volteando a ver a sus compañeros, quienes volvieron a discutir, pero esta vez sobre porque ella no era "teñida" y por qué él no era "Canoso". ― ¡Entonces yo le pagaré la cena a Killua!, Killua se la pagara a Jisoo, y Jisoo me la pagara a mí!

La ojirosa y el albino conectaron miradas confundidas, parando de gritarse argumentos entre ellos, para darle toda su atención a Gon, aun así, no lograron entender las instrucciones del chico.

―¿No es mejor que cada uno page su cena? ― Opino la ojirosa, frotando su cuello.

―Supongo que sí. ― respondió Killua, alzando ambos hombros sin interés, guardando sus manos entre sus bolsillos.

―Dime, Satotz-san. ¿La segunda fase del examen la haremos aquí?― Pregunto Gon con curiosidad, luego de notar el lugar en el que se encontraban.

―No, todavía nos queda un largo camino que recorrer.

Jisoo se sentó en el pasto, recostando su espalda en la pared de piedra que se encontraba a los lados de la salida. Pronto Gon y Killua imitaron la acción, sentándose a su lado, observando lo que tenían al frente.

Una densa niebla les impedía ver lo que se escondía detrás de ella, pero seguramente se tratara de un hábitat natural. La fémina lograba escuchar el sonido de algunas aves que volaban los cielos. La chica decidió abrazar sus piernas, recostando su cabeza entre ellas, dejando caer sus largos cabellos por sus extremidades.

Al poco tiempo, la joven cerró sus ojos para descansarlos, recostándose en quien tuviera más cerca sin pensarlo, Killua. El albino sintió un peso sobre su hombro, al mismo tiempo que sentía un dulce aroma llegar a su nariz. El albino se tensó mientras un leve sonrojo se apoderaba de sus mejillas por la sorpresa, incómodo.

Al darse cuenta de la reacción del oji-azul, Jisoo prefirió recostarse rápidamente en Gon para no molestar a Killua, quien ya estaba listo para apartarla.

Luego de algunos minutos los participantes iniciaron a llegar, la mayoría de ellos se encontraban bastante cansados y adoloridos. El área en el que se encontraban no tardo en llenarse, todos los participantes por fin habían llegado, pero esta vez eran menos las personas que habían visto antes, no todas habían logrado completar el recorrido del túnel.

La mirada de Jisoo se dirigió a la puerta, distinguiendo la voz de Kurapika y Leorio entre las demás personas, quienes luego de unos segundos aparecieron por la puerta de salida junto con más de los participantes.

Tan pronto como el hombre de traje salió del túnel, se recargó en sus rodillas respirando agotadamente.

―¡Hola, Kurapika! ― Saludo alegremente Gon, mientras la ojirosa se asomaba a un costado del peli-verde saludaba con un sutil movimiento de manos.

―Hola ― contesto, observando a su alrededor mientras algunas gotas de sudor bajaban por su frente― ¿Estas es la meta?

―No, no lo es ― respondido Gon.

―Ya veo. ― Luego de unos segundos, el rubio noto algo ― La niebla se está dispersando.

―¿Oh, de verdad? ― Exclamo Gon, parándose rápidamente, tomando por sorpresa a Jisoo, quien también decidió pararse, encontrando un hermoso humedal lleno de árboles y plantas.

―Los Humedales Numere. También conocidos como "La morada de los truhanes" Debemos cruzarlos para llegar al sitio donde se celebrará la segunda fase del Examen de Cazador. ― Explico Satotz ― Este lugar es el hogar de animales muy extraños, muchos de ellos son criaturas astutas e insaciables que engañan a los humanos para comerlos. Tengan mucho cuidado. Si se dejan engañar, morirán.

Los participantes escucharon esto con atención, la continuación de esta prueba era mucho más peligrosa que la primera parte, seguramente muchos morirían...

Las puertas de la salida del túnel iniciaron a cerrarse, dejando atrás a una persona que apenas iba llegando. Jisoo cerro sus ojos con fuerza al escuchar como la puerta se cerraba completamente, produciendo un ruido metálico, evitando que aquella persona pudiera pasar y completar la mitad de la primera fase, ahogando los gritos del aspirante detrás de aquella puerta de metal.

―Las criaturas de los humedales usarán cualquier táctica posible para engañar a su presa. Un ecosistema en el que las criaturas consiguen comida por medio del engaño. ― Continuo el examinador, de brazos cruzados ― De ahí viene el nombre de "la morada de los Truhanes" Quédense muy cerca de mí para que ninguno caiga en sus trampas.

Todos los participantes se quedaron en silencio al escuchar esto, viendo el humedal que tenían frente a ellos, al parecer el lugar era realmente peligroso, pero muchos de los aspirantes estaban muy confiados.

―Qué estupidez. ¿Cómo van a engañarnos cuando ya esperamos que lo hagan? ― Opino Leorio, aun con una cara cansada, intentando regular su respiración.

―¡No se dejen engañar! ― Grito una voz, asomándose por una esquina de la salida, dejando ver un aterrado hombre de cabellos rubios y ropas desgastadas ― N-no se dejen engañar... ¡Está mintiendo!

El hombre hablaba casi a gritos apuntando a Satotz, aun así, el examinador no cambio su expresión, manteniendo su semblante tranquilo.

―¡Es un impostor! No es un examinador. Yo soy el verdadero examinador. ― Continuo el sujeto apuntándose a sí mismo. Todos los participantes observan esto atónitos.

― ¿Un impostor? ― Las opiniones de los participantes no se hicieron esperar, quienes empezaron a dudar muy rápido sobre la verdadera identidad de Satotz.

―¡Miren! ― El hombre arrastro una extraña persona con cuerpo de mono, pelo morado y el mismo bigote de Satotz, extrañamente era muy parecido al examinador.

La extraña persona parecía inconsciente, pues tenía los ojos color blancos con sus pupilas desorbitadas y la lengua por fuera, también tenía signos de heridas por todo el cuerpo.

―¡Es igual a Satotz-san! ― Exclamo Gon, totalmente sorprendido al igual que los demás participantes.

Killua observaba todo en silencio, sin entender como los demás participantes dudaban con tanta facilidad. Era más que obvio que todo era falso.

―Es un cara-de-hombre, una de las criaturas que acechan en los humedales Numere ― Continuo el hombre rubio, arrastrando el cuerpo, dejando que todos lo vieran. ― A los monos cara-de-hombre les encanta el sabor de la carne humana fresca. Pero sus extremidades son largas y delgadas, así que son bastante débiles. Engañan a los humanos para que los sigan al interior de esos humedales, donde forman equipo con otros animales para asesinarlos y devorarlos. ¡Su intención es llevar a los aspirantes a una trampa!

Los aspirantes observaron a Satotz de manera sospechosa, iniciando a susurrar todo tipo de teorías. Y sin darse cuenta, gran parte de los aspirantes empezaron a creerle al extraño hombre que había aparecido hace unos minutos.

Dos cartas salieron volando a toda velocidad en dirección al extraño hombre rubio, rozando la cara de Jisoo, quien retrocedió asustada. El hombre cayó al suelo al recibir las filosas cartas en el pecho, mientras sangre brotaba de aquella profunda herida recién hecha. Al mismo tiempo, otras cartas volaron hasta Satotz, quien las detuvo con sus dedos.

Todo esto fue observado por los participantes, quienes primero vieron a Satotz con una expresión atónita, para luego ver al responsable de lanzar esas peligrosas cartas, sorprendidos.

Jisoo se inclinó levemente hacia delante, encontrando la ámbar mirada del arlequín. La chica frunció su seño mientras observaba a ambos lados sin saber qué hacer, la mirada de Hisoka era muy intensa, casi parecía que el pelirrojo esperaba algo de ella.

―Ya veo, ya veo. Eso lo deja claro ― Exclamo de manera divertida el arlequín, cerrando los ojos, alejando su mirada de la chica, mientras jugaba con sus peligrosas cartas como si nada.― Eres el auténtico.

Los participantes escuchaban cada palabra que salía de la boca del pelirrojo con atención, mientras de vez en cuando observaban al examinador de reojo, sorprendidos.

―¡¿Qué?! ¿Es el examinador de verdad? ― Se escuchaba entre las personas.

De la nada, el mono con cara de Satotz salió corriendo desesperado al ver como los participantes empezaban a dudar de él, haciendo extraños ruidos espantando a los participantes.

―Los examinadores son Cazadores, seleccionados por el comité para hacer este trabajo sin cobrar. ― Continuo Hisoka, con los ojos cerrados y una sonrisa traviesa ― Cualquier Cazador que cumpla las condiciones para ser examinador, podría haber bloqueado sin problemas mi ataque.

―Lo tomaré como un cumplido ― respondió Satotz de manera seria― Sin embargo, si me vuelves a atacar, por el motivo que sea, informaré que has realizado actos violentos contra un examinador. Serías descalificado en ese instante. ¿Entendido?

―Por supuesto.

La mirada de Jisoo se dirigió al hombre rubio que había muerto hace poco, viendo atónita como a gran velocidad grandes aves se acercaban despedazándolo sin piedad para comer su carne.

Al parecer, aquella persona que parecía ser normal también era una bestia del humedal.

―Su intención era confundir a los aspirantes para llevarse algunos con él, se encontrarán con estos intentos de engaño muy a menudo. De hecho, algunos de ustedes ya habían empezado a sospechar sobre mi identidad, ¿verdad?

Algunos de los participantes empezaron a reír nerviosos, mientras frotaban sus cuellos apenados.

―Si me pierden de vista en la niebla de los humedales Numere, no podrán llegar al lugar donde se celebrara la segunda fase del examen. Bien, sigamos nuestro camino. Síganme, por favor.

Exclamo Satotz, iniciando a correr adentrándose al bosque.

Hasta ahora 38 personas se han retirado del examen, y quedan 368. Su próximo reto son los Humedales Numere, también conocidos como "la morada de los truhanes" El examen de Cazador aún continúa.

IKIWAII

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