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𝐎𝐎𝟏┃Una fuerte tormenta

 𓂃⊹ ִֶָ𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗢𝗢1(🌸)

✩。⋆  ▞▞▞▞(𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑) 🌷ꏍ !❛Partida y compañeros...

JISOO POR FIN HABÍA LLEGADO A ISLA BALLENA, lugar donde estaría el barco que la llevaría al examen de Cazador. Se había tomado su tiempo revisando las tiendas del paraje, era su primera vez en una isla tan grande llena de comercio y cosas interesantes que atrapaban toda su atención.

A paso lento, la joven subió por una tabla inclinada de madera mientras se aferraba a las correas de su mochila. La gran sonrisa en sus labios mostraba la emoción y adrenalina que sentía en aquel momento.

Apenas su cabeza se asomó por la rampa no se hicieron esperar varias miradas de burla hacia la chica, quien siguió caminando mientras observaba a todos los aspirantes de apariencia fuerte e imponente con curiosidad y leve incomodidad, pues no paraban de seguirla con la mirada sin tomarla en serio.

Era entendible, ¿Qué hacía una chica tan joven en un lugar como ese?

Jisoo vago por el barco durante algunos minutos explorando el lugar, intentando no perderse ni un solo detalle, mientras mantenía las manos detrás de su espalda.

Eran muy pocas las veces que tenía la oportunidad de salir de su hogar y explorar donde quisiese sin preocuparse, y obviamente iba a aprovechar esa oportunidad.

Luego de unos minutos, la joven decidió recostarse en un alto pilar de madera, dejándose caer en esta hasta quedar sentada. Rápidamente, parpadeo, observando a sus lados con curiosidad. Más alejados de ella se escuchaban las voces entusiasmadas de los marineros, anunciando que el barco ya había zarpado.

Su mirada se desvió a un costado, observando de reojo al Capitán y un chico de pelos puntiagudos que parecía ser de su edad. Por más que lo intentara, para ella era inevitable evitar escuchar las conversaciones de las personas que la rodeaban con gran facilidad, y esta no sería la excepción.

―Se aproxima una tormenta― Anunció el joven con seguridad parado a un lado del Capitán, mientras observaba el cielo con atención mostrando seguridad.

Jisoo arrugo su nariz confundida, mientras con una mano tapaba parte de su frente para poder observar el cielo sin que los rayos del sol golpearan su cara. El cielo se encontraba despejado, tintado de un hermoso color azul como la mayoría del tiempo. No había rastro de alguna tormenta, o al menos eso creía la ojirosa, quien no tenía ni la más mínima idea sobre navegación.

―¿Eh? Como lo sabes, mocoso― Inquirió el capitán mirando al chico un tanto sorprendido mientras guardaba las manos en sus bolsillos.

―Eso dicen las gaviotas― Respondió con una pequeña sonrisa.

Jisoo ladeo su cabeza aún más confundida, ¿debería creerle a un chico que hablaba con las gaviotas? Probablemente no, pero la seguridad con la que hablaba la había logrado convencer.

Una fría gota de agua callo en la mejilla de la ojirosa tomándola desprevenida, quien se había quedado sumida en sus pensamientos por unos largos minutos pensando en las anteriores palabras del chico, sin ser consciente de que las nubes se volvían cada vez más oscuras y gotas empezaban a caer del cielo. Rápidamente, la joven se paró de aquel lugar donde descansaba aferrándose a su mochila, mientras a paso rápido se adentraba por un largo pasillo buscando la sala de aspirantes al Examen de Cazador.

Su paso apresuró al escuchar como ruidosas pisadas se acercaban detrás de ella, susurrando cosas sobre la gigante tormenta que se avecinaba. Jisoo entro a la habitación examinando el sitio con su mirada, rápidamente buscando una parte para poder sentarse, optando por dirigirse a unas grandes cajas de madera apiladas en una esquina.

Segundos después de haberse sentado, una avalancha de aspirantes entro a la sala, también buscando un lugar para sentarse.

Una fuerte ola azotó el barco, obligando a los aspirantes recién llegados a agarrarse rápidamente de algún objeto para evitar golpearse, mientras que otros salían volando directo a las paredes de la sala, quedando noqueados por el impacto.

Jisoo se aferró a la caja con fuerza, evitando salir lastimada de aquella aventura. Los golpes ya habían cesado, pero la lluvia no dejaba de caer. La ojirosa no puedo evitar entre abrir sus labios al ver varios de los hombres que no la habían tomado en serio tirados en el suelo, noqueados o mareados.

Por más fuertes y musculosos que mostraran ser, una tormenta había podido con ellos.

Su mirada paseó por la sala, notando al joven de hace rato arrodillado en el suelo, ayudando a varios de los participantes afectados, dándoles de beber algunas hierbas medicinales mezcladas con agua. Jisoo sonrió sin darse cuenta, el chico parecía ser amigable, además de resistente.

Segundos después, su mirada se dirigió a un chico rubio recostado cómodamente en una hamaca, no podía ver bien su cara, pues se encontraba leyendo un libro cómodamente con una pierna cruzada sobre la otra. Jisoo pestaño con curiosidad ladeando su cabeza.

Más lejos de ella había un adulto sentado en el suelo al lado de unas cajas, su mirada se dirigió al hombre con leve curiosidad, notando que en sus piernas cargaba un maletín, además de que llevaba un traje elegante de corbata. ¿Se abría equivocado de barco? Pensó Jisoo divertida, el hombre también había soportado la tormenta.

El sonido de unas botas acercándose gano toda su atención, observando la entrada pacientemente, esperando que el dueño de aquellas pisadas llegara, hasta asomarse por la puerta.

―Ustedes, vengan conmigo― Dijo capitán, mientras examinaba a los aspirantes noqueados con una mirada decepcionada, para luego guiar a los únicos que quedaban consientes en aquella habitación.

Jisoo dio un pequeño salto, levantándose de la caja, mientras alzaba sus brazos al aire, estirándose y asomaba una sonrisa en sus labios. El capitán los guio por un largo pasillo totalmente hecho de madera, esta vez desviándose hasta llegar a la sala de timón donde más marineros esperaban.

―Empiecen por decirme sus nombres― Mando el capitán sin perder el tiempo, recostando su espalda en el timón.

―¡Yo soy Gon!― Se presentó animadamente el chico de piel morena, ojos color avellana y el pelo parado en pinchos de color verde oscuro.

―Yo soy Kurapika― Dijo tranquilamente el joven rubio. Ahora que Jisoo miraba con atención, el chico gozaba de delicados rasgos y ojos grisáceos, si no mirabas con atención, sería fácil confundirlo con una hermosa dama.

―Me llamo Jisoo― Se presentó la única chica del grupo, quien poseía unos lindos ojos color rosa y un largo pelo ondulado de dos colores diferentes, que le daba una apariencia rebelde.

―Leorio― Por último se presentó el hombre de traje elegante, pelo negro y gafas redondas. Todos en la sala pudieron notar que por alguna razón se encontraba bastante molesto.

―¿Por qué quieren convertirse en cazadores?

―¡Oye, no hagas preguntas haciéndote el importante cuando ni siquiera eres un examinador!― Exclamo de mal humor Leorio, apuntando al capitán con una vena marcada en su frente. Definitivamente si estaba molesto.

―Mi padre es un Cazador― Respondió Gon al ver que el hombre de traje no respondería. ― Y quiero saber de qué trata el trabajo que tanto le fascina a mi padre. ¡Por eso dejé Isla Ballena!

― ¡Quiero ser cazadora para ser más fuerte! ― Respondió la fémina con una pequeña sonrisa, viendo a Gon de reojo, siguiendo su ejemplo al contestarle al capitán. ― Considero que el Examen de Cazador será un reto que me ayudara a mejorar, además, la licencia de cazador me será de gran ayuda.

A un lado de ellos, el hombre de traje y corbata los observaba de manera severa, con sus brazos cruzados y una vena marcada en su frente, observando a los menores con reproche.

―¡Oigan, niños!― Llamo enojado, mirando a los chicos con sus cejas levemente fruncidas. ― ¡No me interrumpan para responderle!

―¿Qué tiene de malo contarle mis motivos?― Pregunto Gon, volteando su torso para ver a Leorio de frente, mientras una pequeña sonrisa permanecía en sus labios.

La diferencia de estatura era notoria, y eso le quedo claro cuando la única chica del grupo se acercó a un lado de él y supero su estatura por algunos centímetros.

― Leorio-san, tú no querías responder, ¿qué tiene de malo que nosotros si? ― Inquirió la ojirosa, con sus brazos cruzados.

―Lo suyo no es el trabajo en equipo, ¿eh? ¡Yo no quiero hacerlo! ― Respondió, frunciendo aún más su ceño, provocando que Jisoo también frunciera sus cejas con ligera molestia.

―Opino lo mismo que Leorio― Exclamo otra voz, llamando la atención de los presentes, quienes fijaron su vista en Kurapika. 

―¡Eres más joven que yo, ¿no? ¡No te dirijas a mi sin honoríficos!― Respondió Leorio al darse cuenta de la presencia del rubio, quien no se inmuto al escuchar el comentario del hombre.

―La forma más sencilla de evitar preguntas incómodas es ofreciendo una mentira plausible.― Kurapika siguió hablando, ignorando totalmente la existencia de Leorio. Eso puso aún más molesto al hombre de traje, quien seguía intentando llamara su atención.

―Oye, ¡me estás escuchando! Maldito... ¡No me ignores!

―Sin embargo, el engaño es el acto más vergonzoso. Habiendo dicho eso, si respondiera de forma honesta revelaría muchos secretos que guardo en el fondo de mi corazón. Por lo tanto, no puedo proporcionar una respuesta.― Continuo Kurapika, negándose a responder a la pregunta del capitán, sin prestarle atención a Leorio.

―En otras palabras, no responderán a mi pregunta― Concluyó el capitán con una sonrisa ladina, para luego observar de reojo al marinero de pelo rojizo, que se encontraba en una esquina anotando algunas cosas en una libreta. ―¡Oye, Katsuo!

―¡Si capitán!

―Infórmale al comité evaluador que estos dos también han reprobado.

Leorio y Kurapika miraron al capitán sin poder pronunciar ninguna palabra, mientras muecas se apoderaban de sus caras sin esconder su sorpresa, no se esperaban eso tan de repente. Ambos jóvenes cruzaron sus miradas con preocupación, para luego observar al capitán de manera confundida.

―¿Qué quiere decir?― preguntó Leorio, exaltado, arrugando su ceño confundido.

―¿Todavía no lo entiendes? ¡El examen de cazador ya ha comenzado!― Respondió el capitán divertido.

―¡¿QUÉ?!― Exclamaron Kurapika y Leorio al mismo tiempo muy preocupados, nunca se les paso por la cabeza la idea de que el examen ya hubiera comenzado.

― Hay miles de personas que quieren convertirse en Cazadores. Los examinadores no tienen tiempo para entrevistarlos a todos, por eso contratan a personas para reducir los participantes. Todos, excepto ustedes cuatro, han reprobado y se ha informado al comité evaluador. En otras palabras, que puedan tomar o no el examen de verdad depende de mi humor. Así que piénsenlo bien antes de responder a mi pregunta.

Kurapika y Leorio escuchaban al capitán con sus bocas abiertas sin saber qué decir, no podían defenderse de ninguna manera, el capitán tenía toda la razón.

―Debería habérnoslo dicho antes.― Masculló Leorio, frotando sus manos con nervios mientras una sonrisa aparecía en sus labios, alistándose para responder, cuando fue interrumpido por Kurapika.

―Soy el único sobreviviente del Clan Kurta.― Confeso el rubio con una indescriptible mirada― Hace cuatro años, mi clan fue masacrado por una banda de criminales. Quiero convertirme en cazador para atrapar a esa banda criminal, el Gen'ei Ryodan.

―¿Entonces quieres convertirte en cazador de listas negras? El Gen'ei Ryodan es una presa de clase A. Ni siquiera los cazadores más fuertes han podido ponerles la mano encima. Terminaras muriendo en vano.― Advirtió el capitán, con las manos en sus bolsillos mientras se recostaba levemente en el timón.

―La muerte no me asusta en los más mínimo ― respondió ― A lo que más le temo es a que esta ira vaya desapareciendo con el tiempo.

Los ojos de Kurapika se tornaron escarlatas por unos escasos mili segundos, pero fueron suficientes para que Jisoo pudiera alcanzar a verlos, quedando fascinada por el bello color similar a una piedra preciosa teñida de un profundo color rojo, el color favorito de Jisoo.

―¿Entonces quieres venganza?― Pregunto la joven, sin poder quitar su mirada de los ojos de Kurapika, quien solo asintió levemente, también observando los ojos de la menor, esperando sus palabras. ―Umh... Las personas que buscan venganza no tienen un final feliz... O bueno, al menos eso he visto... ¿Eso acaso no es peligroso? ¿No te da miedo? 

Kurapika le dirigió una corta mirada, notando como la chica hablaba de manera un poco apenada frotando su mejilla con su dedo índice. Además de que no pudo ignorar el hermoso color rosa de los ojos de la menor. La mirada de la chica lucia calmada pero muy decidida. Kurapika no pudo evitar recordar un peli-café que en un momento fue lo más importantes de su infancia.

―No lo entenderías, aun eres demasiado joven― Respondió luego de unos segundos. Kurapika no parecía tener muchos años de diferencia que ella, pero era verdad, Jisoo no lo entendía.

―Puedes hacer eso sin convertirte en cazador, ¿o no?― Replico Leorio, con un tono de burla mirando al rubio con una ceja alzada, examinándolo con la mirada.

―Esa debe ser una de las preguntas más estúpidas que he escuchado, Leorio.― El hombre frunció más su ceño mientras dejaba escapar un bajo jadeo de sorpresa, ofendido.

―¡Llámame Leorio-san!

―Lugares accesibles solo a los Cazadores... Información que no se podría obtener de ninguna otra manera... Acciones de otro modo imposibles... Hay tantas razones que tu cerebro no las podría aprender todas.― Agrego Kurapika, ofendiendo aún más a Leorio, quien apretó sus puños mientras las venas se marcaban en su frente.

―¡Oye! ¿Por qué te quieres convertir en cazador, Leorio-san?― Interrumpió Gon, evitando una pelea entre ambos mayores.

―¿Yo? Seré breve. Quiero Dinero ¡Porque si tienes dinero puedes conseguir lo que sea! ¡Una casa enorme! ¡Un buen automóvil! ¡Buen licor!― Empezó a fantasear Leorio, su cara era decorada con una muy grande sonrisa y un aura rosa mostrando la felicidad que sentía en aquel momento.

―La clase no se puede comprar con dinero, Leorio― Intervino Kurapika, rompiendo la burbuja de felicidad que tenía el hombre de corbata.

La cara de Leorio se oscureció totalmente y su aura de felicidad desapareció drásticamente, siendo cambiada por una de enojo. Las venas se le marcaron en la frente, estaba harto de que Kurapika lo interrumpiera y le faltara el respeto de tantas maneras. Al principio intento soportarlo, pero ya no podía más.

―Ya es la tercera vez. Arreglemos esto afuera― Exclamo el hombre con seriedad, pronunciando sus palabras con furia. ― Voy a acabar con el sucio linaje de los Kurta aquí mismo.

Esa fue la gota que derramo él vaso, junto con la paciencia de Kurapika. Él tampoco estaba dispuesto a soportar la fastidiosa actitud que Leorio tenía en aquellos momentos.

―¡Retira eso, Leorio!― Exclamo Kurapika, indignado, pero Leorio no tenía intenciones de ceder.― Retíralo...

Interrumpiendo su caminata, se dio la vuelta, notando la mirada totalmente seria del rubio, junto con el ambiente silencioso del lugar, pero eso no le importo en absoluto.

― Llámame "Leorio-san"

Finalmente, salió por la puerta, y Kurapika no tardo en imitar su acción, con una mirada totalmente seria.

La discusión se había tornado bastante peligrosa.

―¡Oigan, ustedes! ¡Todavía no he terminado de hablar!― El capitán se asomó por la puerta, viendo cómo se alejaban por el pasillo sin siquiera mirarlo.

―Deje que hagan lo que quieran.― Pidió Gon, acercándose a la puerta, notando como ambos mayores se alejaban más y más, hasta desaparecer al final del pasillo.

―¿Eh?― Exclamo Jisoo confundida, viendo de reojo a Gon, mientras apoyaba sus brazos en el marco de la ventana, dándole la espalda al peliverde.

―Mito-san me dijo una vez "Si quieres conocer de verdad a alguien, tomate el trabajo de saber por qué está enojado". La razón por la que ellos dos están enojados ahora son muy importantes. Por eso creo que lo mejor es dejar que hagan lo que quieran.

― Bueno, es verdad que todos aquí son muy interesantes. Aun así, es peligroso salir con esta lluvia.― Opino Jisoo, observando la ventana un poco preocupada. Aunque los acabara de conocer, no le agradaba la idea de que alguien muriera en su primer viaje en barco.

Sus ojos rosas se enfocaron en lo que pasaba fuera de aquella sala, todos los marineros cargaban las cajas de suministros intentando salvarlos de la fuerte lluvia, mientras algunos cargaban pesadas cuerdas. Su expresión tranquila cambio a una de confusión al ver como un gigante tornado se empezaba a formar a lo lejos, y en apenas unos segundos, entro en pánico.

― ¡Ah! Yo conozco eso... ¿Cómo se llamaba?... ― Susurró la femenina, jalando la camisa de un marinero que tenía al lado, quien al ver la ventana cambio su expresión a una de terror.

―¡Capitán!― Llamo el marinero, apuntando a la ventana con preocupación y una mirada asustada, mientras sus piernas temblaban.― Mi-mire... ¡Si ese huracán nos atrapa, seguro el barco se hundirá!

―¡Arríen las velas ahora mismo!― Mando el capitán, mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro, totalmente diferente a como se encontraba su tripulación. Nadie estaba seguro de lo que sucedería, pero el Capitán de seguro sí. Lo interesante por fin comenzaba.

―¡Les daré una mano!― Exclamo Gon, también observando la ventana a un lado de la ojirosa, quien noto como se alejaba dispuesto a salir sin importarle la lluvia. No podía quedarse sin hacer nada, aún más cuando alguien podría salir herido.

―¡Espérame!

Ambos corrieron a tomar distintas cuerdas junto con otros marineros, intentando arriar la velas y evitar que el barco se desviara directo al huracán.

Todos los marineros estaban ayudando sin importar lo fuerte que golpeaban las gotas, luchando por no resbalarse y caer por la borda. Jisoo sujetaba la cuerda con fuerza, intentando que sus manos no se resbalaran por lo mojadas que estaban, haciéndole el trabajo más complicado.

Más alejados de ellos se encontraban Kurapika y Leorio frente a frente, mientras eran golpeados por la lluvia y sus trajes se movían con fuerza por las fuertes ventiscas, ambos mantenían una mirada seria sobre el otro.

―Retira lo que dijiste recién. Retira tus palabras y te perdonaré, Leorio.

―No hagas que repita lo mismo una y otra vez ¡Primero tienes que hacerlo tú! No tengo intención de ceder.

―No me dejas alternativa...―Se lamentó Kurapika, sacando sus espadas bokken, al mismo tiempo que Leorio sacaba una daga de su bolsillo.

Un ventarrón azotó el barco, dando paso libre a una gigantesca ola que paso por la mitad de este. Los marineros no pudieron evitar soltar la cuerda de inmediato y así evitar salir disparados junto con a la fuerte ventisca que trajo la ola, a excepción de uno, quien no logro reaccionar a tiempo.

Katsuo era quien seguía aferrado a la cuerda con una expresión llena de terror, la cual Jisoo pudo observar detenidamente cuando el hombre lentamente empezó a caer junto con todo ese montón de agua salada.

Sin pensarlo dos veces, Jisoo empezó a correr sin escuchar las advertencias de los demás marineros. Ella estaba concentrada en alcanzar al hombre que había caído al mar y así evitar que muriera, pero para su sorpresa, un peliverde paso en frente de ella lanzándose por la borda primero, dando un gran salto, desapareciendo segundos después.

Jisoo quedo congelada por unos segundos, para luego parpadear despertando de su trance, procesando lo que acababa de suceder.

Sin reflexionarlo dos veces, se lanzó por la borda, cayendo directo al mar intentando atrapar a Gon, quien aún caía. Por suerte, la joven puedo atrapar los pies del chico con una mano, mientras que con la otra intentaba sujetarse de la pared del barco en un rápido movimiento.

Ahora tendría que salvar a dos personas, no podía perder el tiempo, pero la madera del barco se encontraba muy resbalosa, y sus manos empezaban a resbalarse.

En aquel momento sus pupilas se dilataron asustada, sintiendo el vértigo por todo su cuerpo al seguir cayendo junto con ambos chicos.

Ambos jóvenes soltaron un fuerte grito al ver el mar cada vez más cerca de ellos, abrazándose con fuerza, aun sujetando al marinero que se encontraba totalmente inconsciente.

Para la sorpresa de ambos niños, la distancia de ellos y el mar se alejó completamente, notando como Kurapika y Leorio los habían atrapado, frenando su caída. La ojirosa dejo salir un jadeo de sorpresa, sujetando con fuerza a Gon sin lastimarlo, intentando que no cayera, pues tenía sus manos y ropa húmeda por la lluvia.

―¡Tíralos hacia arriba! ¡Ahora!―Exclamo un marinero, acercándose para socorrerlos con algunas cuerdas.

Entre el escándalo de los marineros, los tres fueron rescatados, recostados en el suelo mientras todos continuaban con sus tareas, mientras los dos menores aún procesaban lo que acaba de suceder.

Poco a poco el barco se alejaba de la tormenta, dirigiéndose a aguas más calmadas. Pronto la lluvia paro y el sol empezó a salir entre las nubes, al mismo tiempo que las gaviotas volvían al volar en el cielo, calmando el ambiente agitado en el que estaban.

Una de las únicas cosas que se podía escuchar en aquel momento, era la escandalosa voz de Leorio regañando a dos jóvenes.

―¡Idiotas!― Mascullo Leorio con fuerza ― ¡Si no hubiésemos agarrado sus piernas, ahora estarían en el fondo del mar! ¿¡Entienden eso?!

― Ustedes... ¿Cómo pueden ser tan imprudentes?― Agrego Kurapika, cruzando sus brazos con los ojos cerrados, negando levemente mientras soltaba un suspiro sin creerlo.

El peliverde escuchaba sentado en el suelo junto a Jisoo, quien se limitaba a intentar secar su largo cabello, sin saber qué decir.

―Pero me agarraron ¿No?―Replico Gon, mostrando poca importancia y una gran sonrisa de oreja a oreja.

―¿Eh?― Exclamo Leorio sorprendido, notando la actitud despreocupada del chico, para luego observar a Jisoo con una ceja alzada, pues no había dicho nada por el momento. ― ¿Qué tienes que decir, Jisoo?

―¿Uhm? ¿De qué?― Respondió, ganando la mirada de todos.

Kurapika y Leorio se miraron entre ellos para luego negar bajando sus cabezas sin saber qué hacer con los menores. Gon observo a Jisoo de reojo, al mismo tiempo que la joven hacia lo mismo, sonriendo entre ellos divertidos.

Una pequeña sonrisa apareció en la cara de Kurapika, quien otra vez recordaba a un joven chico al ver a Jisoo. A paso lento, el rubio se acercó a la femenina extendiéndole la mano para ayudarla a levantarse, notando como la joven ladeaba su cabeza con sorpresa.

Jisoo acepto el amable gesto, tambaleándose levemente antes de levantarse, para luego mostrar una deslumbrante sonrisa.

―Debes tener frío, ¿te encuentras bien? ― Exclamo Kurapika, notando como algunas gotas de agua caían del pelo de Jisoo, mojando aún más su ropa. Agarrando una de las toallas que les habían dado, le extendió una a la menor.

―¿Um? ¡Ah, no te preocupes!― Exclamo la ojirosa, negando levemente mientras asomaba una pequeña sonrisa agradecida, agarrando la toalla. ― Aprecio tu preocupación, Kurapika.

―¡Gon!― Exclamo Katsuo con una gran sonrisa en su cara, acercándose al grupo de manera apresurada, pues los había estado buscando.

―¡Katsuo-san!― Exclamo Gon, parándose rápidamente para recibir al marinero. Los presentes dirigieron su mirada con sorpresa, alegres de que el hombre se encontrara sano y salvo.

―¡Gracias, Gon! ¡Me salvaste la vida!― Exclamo el recién llegado, con una mirada agradecida y apenada, haciendo una ligera reverencia.

―Yo no soy el único que te salvo. En realidad, te pude salvar gracias a ellos tres― Gon señalo a Jisoo, Kurapika y Leorio, quienes lo miraron sorprendidos con una mueca confundida.

―¡Muchas gracias! ― El marinero se acercó a ellos con rapidez, parándose frente a ellos haciendo una reverencia agradecida, sin dejar de agradecer.

―No, no tienes por qué agradecerme― Respondió Kurapika, con los ojos cerrados y una expresión tranquila.

―No te preocupes, a la próxima ten más cuidado ― Aconsejo la ojirosa con una pequeña sonrisa y la toalla en la cabeza.

―Bueno... en fin... ¡Me alegro de que estés a salvo! ― Exclamo Leorio tímidamente, con las mejillas sonrojadas y una amable mirada. Kurapika noto esto, viéndolo de reojo con sorpresa, asomando una pequeña sonrisa sin esperar aquella reacción por parte del hombre. Al parecer Leorio no era tan desagradable.

―¿Qué pasa? ― Pregunto Leorio al notar la mirada del chico.

―Me disculpo por mi comportamiento agresivo. Lo siento, Leorio-san ― El nombrado miro a Kurapika con una mueca, el chico lo había llamado "San", pues antes estaba totalmente en desacuerdo con decirle así, cosa que lo sorprendió completamente. 

―¿Y-y este cambio tan de repente? Ni que fuéramos extraños. Llámame Leorio... Con Leorio me basta. ― Dijo el hombre con las mejillas sonrojadas haciendo un extraño movimiento con la mano. Kurapika sonrió más calmado

―Yo también lo siento...― Dijo después de un tiempo el rubio, para luego mirara a Leorio con una mirada más sincera. ― Retiro todo lo que dije. Perdóname.

Las escandalosas risas del Capitán llamaron su atención, el hombre se encontraba apoyado en la puerta junto a una escalera con una botella de cerveza en la mano y una gran sonrisa divertida.

―¡Me caen bien, chicos! ¡Muy bien! Me haré cargo de ustedes cuatro y los llevaré hasta el puerto más cercano al lugar donde se hará el examen ― Exclamo el capitán con una gran sonrisa.

―¿De verdad? ¿Entonces qué paso con el examen? ― Pregunto Gon, con una mirada entusiasmada, acercándose al Capitán seguido del grupo.

―Ya se los dije. ¡Depende de mi humor! ¡Los cuatro aprueban!

Todos suspiraron aliviados, sonriendo sin decir ninguna palabra. Cada uno estaba feliz por acercarse cada vez más a cumplir su propia meta. Este era un paso más para aquel grupo, un pequeño paso para lograr sus objetivos.

―¡Lo logré! ― Exclamo Gon, dando un energético salto de felicidad. No solo había pasado el examen sin dificultades, también había conseguido nuevos amigos en su viaje al examen de Cazador.

Jisoo sonrió tiernamente al ver la felicidad que Gon radiaba como un pequeño sol. Ahora que lo pensaba, en aquel momento empezaba su verdadera aventura, donde podría tomar sus decisiones sin ser escoltada a todas partes, podía equivocarse y aprender nuevas cosas, como siempre quiso experimentar. 

PRIMER CAP!

¡Gracias por leer HUNTER, si deciden acompañarme tras el trayecto de este fanfic, ¡Serán más bienvenidos! <3

Espero que haya quedado bien corregido, si no, puedes ayudarme avisándome de algún error que se me haya escapado. 🐝𓂃

Por favor deja tu voto y comentario, me ayudaría mucho.

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