˗ˏˋ023ˎˊ˗
━━━━━━ Capítulo veintitrés ━━━━━
======= :Parejas: =======
―Ellos... ya están con Todoroki.
Sasuke paró de comer al escuchar aquello, desviando distraídamente la mirada hacía el tazón de frutas sobre la mesa―Todoroki Enji, ¿no?―cuestiona en voz baja, a lo que su amigo negó inmediatamente―. ¿Todoroki Fuyumi?―él volvió a negar― ¿Natsuo? o... ¿revivieron al muerto?
Midoriya alzó las cejas al recordar que ellos no estaban enterados sobre la situación actual, así que levantó levemente su mano para llamar la atención―Touya no está muerto, en realidad... resultó ser Dabi de la liga de villanos.
―Vaya, que revelación tan inesperada y épica. Seguro nadie se lo veía venir ―susurra Naruto, llevándose una mano al mentón―. Pero como sea, hablo de Shoto.
Su amiga exhaló pesadamente, frunciendo las cejas mientras analizaba todo. Su plan inicial consistía simplemente en buscar a su hijo y largarse inmediatamente de esta contaminada dimensión, pero si él ya se había encontrado con Shoto, las cosas se complicaban mucho.
«Hmm, seguramente Kiochi ya le dijo que es su padre, ese niño nunca se queda callado» gruñó, apoyando la cabeza en su mano «Pero tal vez se puso nervioso y no le dijo nada, y conociendo al otro idiota, dudo mucho que se haya dado cuenta solo»
―¿Qué hacemos entonces?―habla con dificultad Naruto, ya que su boca estaba repleta de comida. Tragó pesadamente antes de limpiar su boca con el dorso de su mano, mandándole una mirada de reojo a Sasuke―¿Vamos o qué? Recuerda que debo volver a Konoha rápido.
―Nunca te pedí que vinieras, para empezar ―masculla, para luego hacer una mueca―. ¿Dejaste un clon allá?―cuestiona, a lo que él negó―. ¿Entonces?
―Sai se está encargando de todo, se transformó en mi ―sonríe, alzando su pulgar―. Nunca he mantenido un clon a tanta distancia, y no quería arriesgarme a que desapareciera de pronto, asi que hablé con él y-...
―Ya, no te pedí la historia de tu vida ―bufa, ganándose un gruñido de su parte―. Como sea, huh...―balbucea, tratando de pensar en alguna solución para todo esto.
«Si voy, seguramente me lo encontraré y tendré que explicarle todo, lo cual me dejará bastante mal y... no me importa, en realidad» torció los labios, dándose leves toques en la cabeza con su dedo índice «Pero seguro querrá compartir a Kiochi o algo así, y no quiero que mi hijo viva en este manicomio» suspiró, aumentando la velocidad de los toques «Pero tampoco puedo prohibirle estar con él, digo, lo haría... pero creo que no está bien. Además, seguro Kiochi se pondrá triste, y dudo mucho que se le pase con un helado»
―Es muy incomodo verte pensar, ¿sabes? ―habla el Uzumaki, curvando una pequeña mueca―. Habla en voz alta, los que estamos aquí también tenemos curiosidad.
Midoriya, Uraraka y Naruto la observaron atentamente, haciendo que ella levantara una ceja desconcertada. Sacudió levemente la cabeza antes de suspirar y levantarse de su asiento―Iremos a buscar a Kiochi, y cuando volvamos a Konoha... pídele a Hinata que me lleve a esa tienda donde compró el peluche para tu hija, tendré que comprarle uno a Kiochi también.
El rubio frunció las cejas confundido, sin comprender muy bien lo que planeaba hacer―¿En... en serio crees que tu hijo cambiará a su padre por un peluche de Shukaku?
―¿Del Kyuubi entonces?―cuestiona, torciendo los labios con expresión pensativa.
«Que ni lo piense, ningún Uchiha tendrá un mini yo en su cuarto» gruñó Kurama, haciendo que Naruto sonriera incomodo.
―Sasuke... Kiochi ya no es un niño ―suspira, dandole una amistosa palmada en el hombro. Ella rodó los ojos, observando como el rubio empezaba a ponerse sentimental―. Tal vez te cueste aceptarlo, pero nuestros hijos cada día-...
―Entiendo, no le compraré nada ―lo interrumpe, haciendo que frunciera el ceño indignado―. Mejor vayamos a ver como está la situación, luego tomaré una decisión.
Midoriya ensanchó los ojos al ver como Naruto se levantaba tambien, y algo nervioso aclaró su garganta para llamar la atención―¿Y-Ya se van? Pueden quedarse m-más tiempo si quieren, Ochaco estaba por hacer la cena, ¿verdad?―se gira en busca del apoyo de su esposa, la cual levantó una ceja confundida.
―Pero... son las tres de la tarde ―murmura, sonriendo tímidamente. Su marido frunció las cejas con expresión de suplica, haciendo que inmediatamente agitara su manos nerviosa―. ¡Puedo hacerla ahora si quieren!
Todos los presentes sabían que el peliverde solo quería retenerlos un rato más para convivir más tiempo con Naruto, ya que anoche no pudieron conversar mucho debido a la hora. Pero Sasuke no tenía tiempo que perder aquí, si se retrasaban más, las cosas podrían ponerse más complicadas.
Naruto sonrió levemente, acercándose a su amigo para colocar una mano sobre su hombro―¿Quieres acompañarnos-...
―¡Si!―exclamó inmediatamente, sonriendo con ilusión. Llevaba toda la mañana esperando a que le preguntaran eso, y por un momento pensó que jamás se lo pedirían―. Espérenme aquí, iré a cambiarme ―pide emocionado, alejándose a paso apresurado para subir las escaleras. Se detuvo abruptamente a mitad de camino, asomándose sobre el barandal para ver a su esposa―. ¡Cariño, ¿dónde está mi super traje?!
―Bien, según las coordenadas que me dio Naruto... puedo deducir que se encuentran en aquella vieja cafeteria al sur de la ciudad ―informa Midoriya, observando con atención el mapa en su celular―. Podemos tomar el metro hacía el centro, luego solo deberíamos agarrar dos autobuses y llegaremos en media hor-...
―O puedo abrir un portal y llegamos en un segundo.―lo corta Sasuke, dejándolo con las palabras en la boca.
El peliverde se llevó una mano a la nuca, asintiendo tímidamente―Claro, aunque... pensé que no podías crear portales aquí.
―¿Crees que llegamos en metro a esta dimensión? Obviamente puedo hacer portales. Cuando Momoshiki murió, el sello que hizo también. Puedo ir y venir cuando quiera.―bufa, haciendo que él frunciera el ceño.
―¿Entonces por qué no le avisaste a Todoroki-kun que estabas embarazada?―pregunta confundido, observándola atentamente.
Todo este tiempo supuso que ella no tenía la capacidad de volver por su cuenta, y por ende, no pudo informarle a Shoto sobre Kiochi. Pero ahora que sabía que ese no era el caso... no le encontraba sentido alguno a todo esto.
Naruto se llevó una mano a la boca para disimular su sonrisa burlona. Ahora mismo la cara que tenía su amiga era sumamente graciosa para él. Ella abrió y cerró la boca varias veces, tratando de inventar alguna excusa simple para no darle muchas vueltas al asunto. Pero nada llegó a su mente.
Finalmente aclaró su garganta, desviando la mirada hacía la ciudad―Pues... no es saludable viajar durante el embarazo.
―¿Y después?
Ella frunció el ceño enojada al ver como seguía insistiendo con el tema, y sabía que si no lo cortaba ahora, estarían en esto durante todo el dia―Hmm... hay que esperar quince años mínimo. Esas son las reglas del Rinnegan, no lo entenderías ―negó con la cabeza, dejando de lado aquel tema. Midoriya estaba por replicar con otra pregunta, pero ella volvió a hablar―. Ya es tiempo de irnos.
Sin esperar respuesta, abrió un portal lo suficientemente grande para que todos entraran. Por suerte, podía sentir el chakra de su hijo, lo cual le facilitó mucho las cosas. Le mandó una mirada a su amigo para que entrara primero, y este rápidamente lo hizo, siendo seguido por Midoriya y poco después por ella misma.
―¡Genial!―exclamó el peliverde asombrado, observando sus alrededores con emoción.
Habían cruzado la mitad de la ciudad en menos de un segundo, y ahora estaban en el casi vacío estacionamiento de aquella cafeteria. El peliverde alzó las cejas al ver dos figuras conocidas a lo lejos, lo cual tambien llamó la atención de ambos ninjas.
―Son Tokoyami-kun y Shinso-kun.―murmura impresionado, haciendo que ambos ninjas desviaran la mirada hacía los antes nombrados.
Sasuke ladeó la cabeza, observando de reojo al héroe numero uno―¿Y qué hacen aquí?
―Ah, ellos... son los compañeros de Todoroki-kun. Tal vez estén aquí para reunirse con él.
Kiochi arrugó la nariz al sentir la característica picazón que avecinaba un estornudo. Se cubrió con su antebrazo para no ser descortés con los presentes, sintiéndose aliviado cuando aquella sensación desapareció del todo. Sorbió su nariz mientras fruncía las cejas, llamando la atención de sus acompañantes.
―¿Te resfriaste?―cuestiona Mitsuki, a lo que él negó rápidamente―. Entonces alguien debe estar hablando de ti.
El Uchiha alzó las cejas, sonriendo levemente―Seguro son los editores de la revista de chicos guapos.
―Yo una vez salí en esa revista...―susurra Shoto, ladeando la cabeza antes de observar al muchacho de reojo.
«¿Será que lo vi ahí? Eso tendría sentido» pensó, tratando de ubicar mentalmente el rostro del chico. Suspiró al no recordar nada, bajando momentáneamente la mirada «Esto es tan difícil...»
―Koichi.―lo llama. El joven se giró levemente al escucharlo, embozando una sonrisa forzada.
―Es Kiochi ―corrige, rascando su mejilla mientras reía desganado―. ¿Qué necesita?
El bicolor le mandó una mirada como disculpas, aclarando su garganta antes de formular su pregunta―¿Cual es tu apellido?
Al muchacho se le heló la sangre, y sin darse cuenta empezó a balbucear incoherencias en voz baja «¡Demonios, demonios, demonios! ¡Se me olvidó el apellido falso que me dieron!» pensó alarmado, jugando ansiosamente con sus dedos mientras evitaba la mirada del hombre.
―¿Cómo se me pudo olvidar algo tan importante?―susurró inconscientemente, haciendo que el hombre a su lado frunciera el ceño.
―¿Olvidaste tu apellido?―cuestiona extrañado. Kiochi dio un respingo al darse cuenta de su torpe desliz, a la vez que bajaba la mirada nervioso.
«¿Por qué soy tan estupido?» se lamentó internamente, apretando con fuerza los bordes de su camisa para calmar su impotencia.
―Es huerfano ―habla Mitsuki, llamando la atención de ambos. Sonrió levemente para calmar a su amigo, desviando su mirada hacia Todoroki―. Por eso no recuerda su apellido, lo abandonaron cuando apenas era un bebé.
Shoto se quedó callado un par de segundos, hasta que finalmente asintió. Con eso quedaban descartadas todas sus teorías sobre el chico, pero aún así, seguía sin deshacerse de aquel extraño sentimiento de familiaridad que le generaba su persona. Lo cual estaba empezando a irritarlo un poco.
―Ya veo... lo lamento ―murmura, a lo que él hizo un ademán con su mano para restarle importancia―. Pero... ¿estás seguro de que es la primera vez que nos vemos? Tu rostro en serio me resulta familiar.―insiste, sin poder disimular su desesperación. Kiochi frunció los labios, asintiendo de mala gana.
Si que tenía ganas de contarle la verdad justo ahora, pero le daba algo de miedo su reacción. No quería espantarlo cuando apenas acababa de conocerlo. Lo mejor sería seguir el plan de Mitsuki y esperar a que él mismo se diera cuenta, tal vez de esa forma logre aceptarlo más fácilmente.
―Seguro le recuerda a alguien que conoce, piense en eso.―contesta Mitsuki, a lo que él asintió cortamente antes de posar toda su atención en el joven Uchiha.
Kiochi desvió la mirada incomodo para no toparse con los intensos ojos de su progenitor, el cual parecía estar analizando cada facción de su rostro minuciosamente. Con cada segundo que pasaba, aquel sentimiento dentro del hombre seguía haciéndose más y más intenso. Pero seguía sin conseguir una respuesta concisa.
―Hasta que por fin llegan, no es muy normal que dos chicos tarden tanto en el baño.―habló Boruto, haciendo que Shoto desviara su mirada de Kiochi para posarla sobre él.
Se dio cuenta en ese momento de que ya no se encontraban en el pasillo de antes, sino en la parte principal del establecimiento. Frunció las cejas al ver a su padre sentado junto al muchacho extraño con mascara de Hulk, y dio un corto asentimiento para saludarlo con simpleza.
―Shoto... tiempo sin verte ―masculla el mayor, para luego mandarle una mala mirada a su nieto―. Veo que ya conociste al mocoso.
―Kiochi ―corrige el héroe numero dos, haciendo que el aludido sonriera encantado―. Y si... ¿estos son los niños que mencionaste en la llamada?―cuestiona, repasándolos a cada uno con la mirada.
Boruto ensanchó los ojos una vez cayó en cuenta de quien se encontraba frente a él. Le mandó una mirada a su amigo para que confirmara sus sospechas, pero este estaba muy embelesado observando al héroe como para notar la existencia del rubio. Con eso le quedó claro todo, y maldijo internamente el no haberlo acompañado cuando fue al baño, ya que le habría gustado ver su cara de idiota cuando se lo encontró por primera vez.
«Bueno, aún puedo ver la cara de idiota de su padre cuando se entere de la verdad» suspiró, llevándose ambas manos a la nuca.
―Si, siéntate ―lo invita Endeavor, a lo que inmediatamente ocupó uno de los asientos disponibles, siendo seguido por ambos ninjas―. ¿Tus compañeros dónde están?
Shoto frunció el ceño al recordar a sus amigos, los cuales parecían estar algo atrasados para la reunión. Le dio una corta mirada a todo el establecimiento para confirmar la ausencia de ambos, soltando un corto suspiro al terminar―Deben estar por llegar.
«Él también tiene compañeros. Tenemos tantas cosas en común» suspiró Kiochi, apoyando su mejilla en su mano para observar más cómodamente al hombre.
―Bueno, entonces te los presentaré mientras tanto ―aclara su garganta Enji, posando su mirada en el albino―, él es-...
―Mitsuki. Tiene catorce años, mide un metro cincuenta, pesa cuarenta y tantos kilos, nació el veinticinco de julio, le gusta leer, jugar cartas y su comida favorita son los huevos revueltos.―responde rápidamente Kiochi, batiendo sus pestañas con emoción.
Enji alzó una ceja desconcertado, observando al muchacho con una mueca de irritación. Shoto asintió lentamente, posando su mirada en el rubio―¿Y él?
―Se llama Boruto ―responde el Uchiha, encogiéndose de hombros antes de sonreír―. ¡Y yo soy Kiochi!
Shoto sonrió sin separar los labios, contagiándose un poco por la radiante personalidad del muchacho―¿Cuales son sus quirks?―cuestiona, haciendo que todos intercambiaran miradas de preocupación.
Habían olvidado ese pequeño detalle.
―Mitsuki... controla el viento ―balbucea Kiochi, tratando de inventar algo creíble―. Y Boruto, huh... ¿clones?―rasca su mejilla poco convencido, para luego agitar su cabeza― ¡Y yo-...
―Ya se el tuyo, me lo dijiste hace rato ―lo interrumpe, haciendo que bajara la mirada avergonzado. Shoto posó su atención en Boruto, analizándolo con la mirada―. ¿Por qué traes esa mascara?
―Porque es feo.―susurra el Uchiha en voz baja, pero todos alcanzaron a escucharlo.
Boruto soltó un gruñido irritado, observando de mala manera a su amigo―¡Yo no soy feo, dattebasa! ¡Ese eres tú que pareces un... un... un ―chasqueó la lengua enojado cuando ningún insulto llegó a su mente, haciendo que el muchacho empezara a reír nuevamente― ¡Un idiota, eso es lo que pareces!
Endeavor colocó su mano sobre el hombro del rubio, dándole un apretón para que se quedara callado. Shoto no pareció tomarle mucha importancia a la pequeña discusión de ambos chicos, ya que su mente se desconecto luego de escuchar una palabra en particular.
―Dijiste... ¿datte... basa?―cuestiona de pronto, haciendo que el joven se atragantara con su propia saliva―. ¿Qué significa eso?
Kiochi chasqueó la lengua preocupado, frunciendo el ceño «Demonios, ¿por qué la familia Uzumaki tiene esa mania de hablar tan extraño? ¡Seguro ya está sospechando que Boruto es hijo del séptimo!»
El rubio entró en un silencioso ataque de pánico, agradeciendo internamente el tener aquella mascara que cubría su alterada expresión. El héroe lo observaba fijamente, esperando con ansias una respuesta de su parte, y cuando estaba por insistir nuevamente, la voz de alguien lo interrumpió.
―Buenas tardes, disculpen la tardanza.―saludó Tokoyami, siendo seguido por un inexpresivo Shinso.
«Wow, las palomas si que son grandes aquí» pensó Kiochi sorprendido, observando con emoción al héroe con apariencia de ave. Su atención se desvió hacía pelivioleta, el cual también le devolvió la mirada «Y ese otro... parece un drogadicto» los desganados ojos del sujeto no se despegaban de su rostro, haciéndolo sentir sumamente incomodo «¿Por qué me está viendo así? Que raro, debería dejar de verlo también, pero... veamos cuanto aguanta sin parpadear»
A los pocos segundos el hombre apartó la mirada para tomar asiento también, pero tan pronto como lo hizo, volvió a clavar sus ojos en el joven Uchiha. Se quedó observandolo durante un rato, para luego desviar su mirada hacía Shoto y así sucesivamente durante algunos segundos―Tú debes ser Kiochi ―habla al fin, parando su mirada en el aludido. Este frunció el ceño confundido, asintiendo lentamente―. Alguien me habló sobre ti.
―Hmm... ¿okey?―responde inseguro, observando a su abuelo en busca de respuestas. Pero este último parecía estar aún más confundido que él.
Enji solo había anunciado la existencia del trio de chicos, pero, jamás mencionó el nombre de ninguno. La unica forma de que lo supiera de antemano, sería que alguno de los heroes que los jóvenes se encontraron al llegar comentara algo respecto al Uchiha. Pero... no estaba del todo seguro sobre eso.
Ignorando aquello, realizaron una corta presentación entre todos antes de empezar a conversar sobre los avances que tenían hasta el momento. Kiochi trataba de prestar atención a lo que su padre decía, pero podía sentir como Shinso seguía analizando cada movimiento que realizaba, por lo que optó por simplemente quedarse inmóvil en su lugar.
―Bueno, supongo que nos separaremos en parejas ―asintió Tokoyami, observando a los jóvenes en la mesa―. ¿Con quién irá cada uno?
―Es lo mismo, elijan al azar o como quieran ―responde Shoto, recorriendo con su mirada a los ninjas en busca de alguno que pudiese ser buena compañía. Frunció levemente las cejas observando a Kiochi, haciendo que los ojos de este empezaran a brillar con ilusión―. Yo quiero a-...
―Pido a este.―lo interrumpe Shinso, señalando con su dedo pulgar al Uchiha. Este ensanchó los ojos sorprendido, inflando sus mejillas en señal de inconformidad.
«Maldito ojeroso, no vine desde otro mundo para estar contigo» gruñó internamente, forzando una sonrisa para él―Yo quiero al señor Todoroki.―anuncia, haciendo que el hombre alzara una ceja.
―¿Por qué?, ¿tienes alguna clase de afinidad con él?
Kiochi chasqueó la lengua, harto de las insinuaciones del hombre―¿Usted tiene alguna clase de afinidad conmigo?―masculla, apretando sus puños debajo de la mesa. Mitsuki sonrió nervioso al ver como su amigo empezaba a alterarse, por lo que colocó una mano sobre su espalda para tranquilizarlo.
―A mi me gustaría ir con usted, señor.―habla el albino, tratando de sacárselo de encima a su amigo. Shinso rodó los ojos con fastidio, cruzándose de brazos.
―Yo lo quiero a él.―masculla, haciendo que Shoto frunciera el ceño confundido.
―¿Por qué? Su quirk ni siquiera es compatible con el tuyo. Lo mejor será que venga conmigo, de esa forma podré ayudarlo también.
«Te amo tanto» suspiró Kiochi, dejando de lado toda su irritación para contemplar al hombre frente a él.
El pelivioleta curvó una mueca resignado, dejándose caer bruscamente en el respaldo de su asiento. Tokoyami le mandó una corta mirada de reojo, para luego aclarar su garganta con torpeza―Entonces yo me quedaré con Boruto. ¿Alguna otra cosa?
Todos los heroes negaron con la cabeza. Ya no tenían nada más de que hablar, a partir de ahora solo quedaba seguir recolectando información sobre Dabi para hacerle una emboscada junto a otros heroes profesionales. Hasta ahora no tenían nada relevante, lo cual los estaba atrasando mucho más de lo que pensaron. Por ningún lado habían rastros del hombre, y estaban empezando a considerar la teoría de que tal vez abandonó la ciudad, o incluso el país.
Pero hasta que no estuviese confirmado, debían seguir buscándolo en Musutafu.
Cada uno se levantó de su asiento con intenciones de abandonar el local, esperando un momento para que Shoto pagara el café que pidió al llegar. Kiochi frunció levemente el ceño al percatarse de que estaría separado de sus amigos durante algunos días, pero al recordar que la ausencia de ellos sería cubierta con la presencia de su padre, el animo volvió a inundarlo.
―Oye Mitsuki, cuídate mucho. Ese tipo con el que te vas se ve super raro.―masculla en un susurro, mandándole una mirada disimulada a Shinso.
Este último alzó una ceja desconcertado al escuchar lo que dijo el menor, pero decidió no comentar nada para evitar más problemas. Aún así, se giró levemente para observarlo de forma neutral―¿Tienes un momento? Me gustaría hablar contigo sobre algo.
El menor asintió poco convencido, mandándole una mirada a sus amigos antes de seguir al hombre hacía el pasillo que daba al baño. Este último se detuvo a mitad del camino, cerciorándose rápidamente de que nadie los estuviera espiando. Al confirmar que no, se cruzó de brazos para encarar al joven―Ya estás feliz, ¿no?
Kiochi torció los labios, algo confundido por la pregunta del señor―Pues si, gracias por preguntar.―contesta, rascando su mejilla con cierta incomodidad.
―¿En serio no te has dado cuenta? Tenía mejores expectativas contigo.―bufa con decepción, dejándolo aún más confundido
Frunció el ceño al no comprender la extraña actitud del héroe, observandolo con cautela en espera de alguna explicación―¿A qué se refiere con eso?
―Solo diré una cosa ―suspiró con aburrimiento, acercándose un par de pasos más―. Cuando regresemos a Konoha, estarás castigado hasta que cumplas dieciocho.
Kiochi ensanchó los ojos perplejo al escuchar aquello, cayendo en cuenta al fin de lo que estaba sucediendo. Tragó saliva nervioso mientras desviaba la mirada, sobando con vergüenza su antebrazo―¿M-Mamá?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro