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˗ˏˋ021ˎˊ˗

━━━━━━━ Capítulo veintiuno ━━━━━━━

===== :Maldito Kakashi: =====

Sasuke suspiró una vez terminó de cruzar la entrada de Konoha. Se sentía increíblemente enojada por todo el tiempo que perdió en esa supuesta misión, y lo único que quería ahora era ver a su hijo y pasar por la torre del Hokage para golpear a Naruto.

Como siempre, el tonto Uzumaki se había enredado a la hora de proporcionarle la información. No existía tal grupo criminal que le comentó. En realidad, estaban recolectando personas con Kekkei genkais para venderlos ilegalmente como luchadores de un coliseo de peleas clandestino.

Si, seguía siendo algo malo. Pero aquel coliseo se encontraba cerca del territorio de Kumogakure, lo que significa, que no era asunto suyo.

Pero como es una persona generosa y amable, les hizo el favor de resolver aquel problemita.

Konoha por su parte, no pareció haber sufrido mucho en su corta ausencia, y se alivió al ver a varios de sus subordinados trabajando eficazmente. Siempre le preocupaba que la policía militar se viniera abajo mientras ella no estaba para supervisar, pero tal parece que subestimó a sus empleados.

Se detuvo a mitad de camino, pensando en que debería hacer primero. No tenía ganas de escribir su reporte ahora, asi que optó por pasar a ver a Kiochi primero. Cambió su rumbo hacía la residencia Uzumaki, con la esperanza de encontrarlo sano y salvo.

No muy lejos de ella, se encontraba una malhumorada chica rubia, saliendo de su hogar para realizar las compras que le encargó su querido padre. Paró de caminar abruptamente al visualizar la figura de la madre de su amigo a lo lejos, sintiéndose sumamente ansiosa.

«¿Q-Qué demonios hace aquí? Ni siquiera han pasado cinco dias desde que Kiochi se fue. Se supone que volvería en un mes» pensó nerviosa, sin despegar sus ojos de la mujer. Tragó saliva al percatarse de que se dirigía al hogar de Boruto, y sin darse cuenta había empezado a correr para alcanzarla.

¡S-Sasuke-san!―exclamó la chica, haciendo que ella parara de caminar.

¿Qué quieres?―cuestiona con fastidio, girándose para observarla.

Inoru sonrió tímidamente, acelerando más el paso para llegar junto a ella―Ya llegó...―musita, tratando de fingir emoción.

―Que observadora ―rueda los ojos―. No tengo tiempo que perder contigo. Si no tienes nada importante que decir, me voy.

Frunció el ceño confundida al sentir como las delgadas manos de la menor se aferraban a su brazo, haciendo que soltara una exhalación irritada―Dios, ya entiendo porque Kiochi te odia.

―Él no me odia.―replica inconscientemente, ganándose una corta risa de su parte.

Lo que digas. Te recomiendo que te cuides, dentro de poco le enseñaré el Chidori.―comenta. La chica curvó una mueca de horror, soltándola inmediatamente.

¡K-Kiochi y yo somos buenos amigos, para su información!―balbucea, observándola con el ceño fruncido.

Sasuke suspiró pesadamente, arrepintiéndose de no haber acelerado el paso cuando escuchó que la llamaba―No me interesa de quien seas amiga, niña. Ya deja de molestar, o iré a decirle a Sai que andas babeando por mi hijo.

«Hmm, mejor no le digo eso. Conociéndolo, seguro se pondrá feliz» negó inmediatamente, tratando de esquivar a la hija de Sai para retomar su camino.

Soltó un gruñido cuando la chica volvió a cruzarse en su camino, colocándose delante de ella con los brazos ligeramente extendidos―N-No se vaya aún... y-yo ―balbuceó, observando sus alrededores mientras pensaba alguna excusa― quería hacerle una pregunta.

La mujer suspiró resignada, asintiendo. Esa niña era hija de uno de sus compañeros de equipo, por lo menos podía tomarse un momento para responder―Rápido.

―H-Huh... dentro de poco será el cumpleaños de Kiochi, ¿no?―improvisa, sonriendo con nervios. Sasuke ladeó la cabeza, tratando de recordar cuando era el cumpleaños de su hijo.

«Hmm, para empezar ¿que día es hoy?» frunce el ceño, sacando mentalmente la cuenta «Bueno, mejor comienzo averiguando en que mes estamos exactamente»

Kiochi cumple años en...―dejó la frase al aire, con la esperanza de que ella terminara de completarla.

Agosto. El tres de Agosto.―murmura, alzando una ceja desconcertada.

Sasuke chasqueó la lengua, enojada por haberlo olvidado nuevamente. Aunque normalmente no hacía falta que lo recordara, el mismo Kiochi se encargaba de avisarle un mes antes para evitar malentendidos.

Y estamos en...

―Abril. Diez de abril.―rueda los ojos. Le sorprendía que uno de los ninjas más fuertes del mundo ni siquiera supiera la fecha actual.

Entonces faltan... varios meses para eso ―contesta, sin ganas de seguir sacando cuentas―. No es importante ahora.

Inoru observó con desesperación como la mujer se alejaba a paso acelerado, y decidió no interrumpirla más para no levantar sospechas. Aún podía salvar la situación, solo debía concentrarse para que su clon se comportara igual que el Kiochi original.

No podía ser tan difícil, ¿no?

¡Sasuke-chan, que alegría verte!―exclama Hinata, abriendo la puerta de su casa. Le sonrió a la mejor amiga de su esposo, ganándose un asentimiento de su parte.

Hola ―murmura―. ¿Dónde está Kiochi?

La Hyuga sonrió nuevamente, haciéndose a un lado para que pudiera entrar a su casa―Está arriba con Boruto, parece que ya se llevan mucho mejor.

Ella ladeó levemente la cabeza, sin poder creer aquello. Boruto tendría que salvarle la vida a Kiochi para que este lograra olvidar la absurda rivalidad entre ambos―¿Cómo se portó?, ¿hizo mucho ruido? A veces es algo escandaloso.

―Para nada ―negó, soltando una corta risa. Ni siquiera se sentía su presencia, como si no estuviera en la casa―. Criaste a un buen chico, Sasuke.

―Lo sé ―asintió. Tuvo el impulso de devolverle el halago, pero no tenía ganas de mentir ahora―. Voy a subir.―señala las escaleras, a lo que su contraria asintió.

―Serviré el almuerzo para todos.―informa, adentrándose a la cocina. Sabía que si la invitaba a comer ella se negaría, así que lo mejor sería no pedir su opinión.

Sasuke no respondió y continuó con su camino hacía el segundo piso de la casa. Mientras subía las escaleras, un pequeño animal peludo se acercó a ella, haciendo que parara momentáneamente para observarlo―Hola, Shoto.―murmuró, agachándose un poco para acariciar la cabeza del felino.

No quiso entretenerse mucho tiempo con el animal, así que lo dejó en la escalera para terminar de subirla. Cuando cruzaba el pasillo una puerta se abrió bruscamente, de la cual salió una pequeña y adorable niña de ojos azules.

¡Hola~!―exclamó, corriendo para abrazarla por la cintura. Ella sonrió levemente, colocando una mano sobre su cabeza para revólver un poco su cabello.

Hola, Himawari ―saluda, haciendo que la niña levantara la mirada para observarla―. ¿Cómo estás?

Esa pequeña era el único miembro de la familia Uzumaki que le caía bien. No era estúpida como su padre, ni tímida como su madre. Y lo mejor de todo, no se parecía en absoluto a Boruto.

Lastima que era muy pequeña. Sería buena esposa para Kiochi.

Estoy triste ―murmura, haciendo que ella frunciera el ceño confundida―. Kiochi se está portando raro conmigo. Nunca sale de la habitación y rechaza mis invitaciones para tomar té ―hizo un puchero, aumentando la fuerza en su abrazo―. Creo que está enojado conmigo, pero no se porqué.

Sasuke frunció aún más el ceño, sintiéndose repentinamente ansiosa. Kiochi adoraba a Himawari, seguramente la veía como una especie de hermana menor. No le importaba dejar de hacer cualquier cosa para complacer los caprichos de la niña, y el hecho de que no quisiera jugar con ella, era sumamente extraño.

«Hmm, ¿ya estará pasando por la pubertad? Espero que no, que molesto sería eso» pensó, deshaciéndose delicadamente del agarre de la niña.

Deja que yo hable con él.

―¡No!―alza la voz, haciéndola sobresaltar un poco―. Si le dices eso, pensará que soy una chismosa y no querrá hablarme más. No lo hagas, por favor.―pide, juntando sus palmas con expresión de suplica.

Sasuke hizo una pequeña mueca, asintiendo simplemente. La Uzumaki sonrió ampliamente, dandole un corto abrazo antes de alejarse corriendo devuelta a su habitación―¡Papá es un mentiroso, no eres tan mala como dice!

La Uchiha alzó una ceja desconcertada, agitando la cabeza antes de retomar su camino hacía el cuarto de Boruto. Dio un par de toques a la puerta, y sorpresivamente, esta se abrió casi al instante.

M-Mamá... ¡Hola!―exclamó el joven frente a ella, dando un paso hacía atrás para dejarla entrar.

Sasuke frunció el ceño, analizándolo de pies a cabeza. Su intensa mirada terminaba de aflorar los nervios del clon, el cual solo atinó a sonreír temblorosamente, desviando la mirada para evitar el contacto visual―¿C-Cómo te fue en tu misión?

―Que gracioso. ¿Dónde está Kiochi?―ignoró su pregunta, alejándose un par de pasos para abrir el armario de Boruto en busca de su hijo.

Sabía que no se encontraba allí, pero de todas formas rebuscó entre la ropa. Su hijo era bueno escondiéndose, y ese talento la ha hecho pasar muy malos ratos durante la infancia del chico.

¿De que hablas? Yo soy Kiochi.―ríe secamente, sin atreverse aún a levantar la mirada.

La mujer suspiró pesadamente, frunciendo las cejas. Cualquier persona con algo de talento podría reconocer un jutsu de transformación tan patético como ese, además, ella conocía a su hijo. Tal vez no recordaba cosas estúpidas como su cumpleaños, alergias, tipo de sangre o segundo nombre, pero si conocía a la perfección el comportamiento del chico. El Kiochi real habría saltado sobre ella apenas cruzó la puerta de la casa, pero este ni siquiera notó su presencia, o no quiso bajar a recibirla. Y cuando se encontraron, no se tomó un momento para abrazarla o mostrar algo de emoción.

Solo habían dos opciones; era un jutsu de transformación, o ya no la quería. Y quiso aferrarse a la primera opción.

Ya le he dicho a Kiochi que no me gusta jugar a las escondidas, así que llámalo y dile que venga ―ordenó, soltando un gruñido al no recibir ningún movimiento por parte del contrario―. ¿Acaso eres sordo? Ve a buscarlo, ahora.

El clon se sobresaltó un poco, y para sorpresa suya, se esfumó instantáneamente. Soltó una exhalación irritada antes de salir del cuarto dando un portazo detras de si. Todo esto era muy extraño, y no estaba de humor para estupideces.

Himawari salió de su cuarto al escuchar el estruendo que hizo la puerta, e inmediatamente corrió para alcanzar a su tía―¿Kiochi te hizo enojar?―cuestiona, tomando su mano para seguirle el paso.

Si, mucho.

―¿Está en problemas?―cuestiona preocupada. Tal vez su relación con el joven estuvo algo tensa últimamente, pero seguía preocupándose por él.

Hmm, depende de donde lo encuentre ―suspira, bajando las escaleras para dirigirse a la cocina―. Hablando de eso, ¿no sabes dónde podría-... Olvídalo, seguro está con Mitsuki. Que estúpida soy.―rueda los ojos, parando de caminar.

¿¡Te puedo acompañar a buscarlo!? Quiero enseñarle mi nuevo peluche de Shukaku.―pide, tambaleándose sobre sus talones mientras sonreía animadamente.

Ese gesto le recordó mucho a su tonto amigo durante su infancia. Con la obvia diferencia de que Himawari no era desagradable a la vista.

Sasuke frunció los labios, encogiéndose de hombros―Como quieras. Pero no lleves el peluche, luego querrá que se lo compre también.

La pequeña soltó un alegre grito antes de correr en dirección a la cocina para avisarle a su madre que saldrían juntas un momento. Sasuke soltó una risa nasal, tal vez la niña si se parecía un poco a Naruto.

No está~.―informa la pequeña, saliendo debajo de la cama de Mitsuki.

Sasuke chasqueó la lengua irritada, acercándose a la mesita de noche del albino para buscar algo de información. No pudo evitar fruncir el ceño al encontrar una fotografía de su hijo guardada en el primer cajón, e inmediatamente lo cerró con miedo a encontrarse con otra cosa extraña.

«Tendré que conversar con Orochimaru sobre esto...» hizo una mueca, negando levemente con la cabeza.

Le dio un rápido vistazo al resto de la habitación para confirmar la ausencia de su hijo. No quería exagerar las cosas o ponerse dramática, pero le estaba empezando a preocupar mucho el paradero de Kiochi. No habría problema si por lo menos le hubiera avisado a Hinata sobre su partida, pero cuando le preguntó a la mujer, esta ni siquiera había notado su ausencia en la casa.

Boruto tampoco estaba allí, y Mitsuki no se encontraba en su departamento. Probablemente los tres estuvieran juntos, lo cual solo lograba preocuparla aún más.

Tal vez habían hecho alguna estupidez. O más bien, estaba segura de que habían hecho alguna estupidez.

Por otro lado, ¿de quién era ese clon de sombras que encontró en la habitación de Boruto? A juzgar por lo que dijo Himawari sobre el comportamiento extraño de Kiochi, es probable que lleve varios dias allí haciéndose pasar por él.

Eso la estaba alarmando mucho, y mientras más analizaba las cosas, la preocupación aumentaba exponencialmente. Su hijo podría estar secuestrado o metido en algún problema, y la culpa de eso la tenía una sola persona en particular.

Naruto Uzumaki, si. Siempre es culpa de Naruto.

¿Dónde podrá estar?―murmura para si misma, cerrando momentáneamente los ojos.

¡En el océano!―exclama la niña, haciendo que se sobresaltara un poco.

¿Por qué estaría en el océano? Creo que ni siquiera sabe nadar. Además, lo más parecido a un océano está muy lejos de aquí.―bufa. La pequeña negó con la cabeza, sentándose en la cama de Mitsuki.

―Está perdido como Nemo. Y como tú eres su mami, debes ir a buscarlo.―chasquea sus dedos, dejándola desconcertada.

«Que educación tan extraña reciben en la familia Uzumaki» suspiró, bajando los hombros―No creo que esté en el océano, Himawari. Debemos buscarlo en la aldea.

La pequeña hizo un mohín, asintiendo lentamente―¿Y si está en su casa? Tal vez fue por más ropa.

Sasuke ladeó la cabeza, sonriendo levemente―Eres inteligente, niña. ¿No te interesa cambiarte al clan Uchiha? Puedo hacer una excepción por ti.

Himawari asintió repetidas veces, dando pequeños saltitos sin levantarse de la cama―¡Le preguntaré a mi papá!

―¡Maldición!―masculló, llamando la atención de la pequeña Uzumaki, quien se encontraba paseando por el pasillo de su hogar.

Con curiosidad se acercó a la puerta del baño, asomando su cabeza por la misma―¿No está aquí tampoco?

Sasuke levantó un poco las cejas, observando rápidamente su alrededor―Huh... parece que no. Pero mira esto ―habla, acercándose para tomar una cesta llena de ropa sucia―. Antes de irme le dije que debía lavarla, ¿y que hizo? Nada, como siempre.―refunfuña, ganándose una corta risa de la menor.

Kiochi-nii san es muy flojo ―comenta, a lo que ella asintió rápidamente―. Seguro lo heredó del señor con cabello de colores.

Claro que n-... ¿c-cómo dices?―cuestiona perpleja, acercándose más a la niña―. ¿Cual señor con cabello de colores?

El padre de Kiochi, dah ―responde con obviedad, rodando los ojos―. Él me enseñó el dibujo, y me dijo que no debía contarle a nadi-...―se cortó a si misma al darse cuenta de que había revelado el secreto de su amigo―. Ups.

Sasuke frunció el ceño, apoyando la cabeza en su mano. Las cosas estaban comenzando a tener sentido, y no le gustaba a donde iba todo «Maldición, siempre es culpa de Naruto» gruñó, empezando a caminar por todo el baño «¿Ahora dónde estará ese niño? Suponiendo que haya averiguado todo, no podría salir de este mundo sin ayuda del rinn-... Agh, maldito Kakashi»

Himawari observó preocupada la expresión de furia en el rostro de su tía. Solía verla con ese semblante solamente cuando su padre empezaba a molestarla, y sabía que no era bueno―¿A-Ahora si está enojada?

Sasuke ignoró su pregunta, acercándose nuevamente para tomarla por la cintura y cargarla―Te dejaré en tu casa. Tu padre y yo tendremos una conversación de adultos.―informa. La pequeña hizo un puchero, pero inmediatamente relajó su semblante.

¿¡Me compras un helado en el camino!?

―Bueno. Solo lo haré porque me diste información, pero no le digas a nadie.―ordena, a lo que ella asintió repetidas veces.

Naruto soltó un suspiro al terminar de firmar el último documento de la pila que tenía pendiente. Sus manos estaban entumecidas, y parecían no querer soltar el bolígrafo que sostenía. Siempre terminaba en ese estado luego de trabajar durante tantas horas seguidas, y ahora mismo solo quería cerrar los ojos para reposar un poco.

Ah, por fin algo de paz-...

―¡Naruto!―la puerta de su oficina fue abierta bruscamente, haciendo que diera un respingo asustado.

Sonrió al ver que se trataba de su amiga, sintiéndose más aliviado―¡Sasuke!

Su sonrisa titubeó al ver la expresión en el rostro contrario, pero no le tomó mucha importancia. Ella siempre se veía así cuando estaban juntos―¿Cómo te fue en la misi-...

―¿Podrías decirme dónde está Kiochi?―lo interrumpe, plantándose frente a él con los brazos cruzados. Naruto ladeó la cabeza, volviendo a sonreír.

En mi casa, supongo ―responde, encogiéndose de hombros―. ¿Lo extrañaste mucho? Que lind-...

―No está en tu casa.―vuelve a cortarlo, haciendo que frunciera levemente el ceño.

Entonces debe estar en alguna parte de la ald-...

―Tampoco está en Konoha ―gruñe―. Ni en ninguna parte de este mundo.

El Uzumaki alzó una ceja desconcertado, levantándose de su silla para acercarse a ella. La analizó rápidamente con la mirada, colocando la palma de su mano sobre la frente contraria para medir su temperatura―¿Estas drogada?

Sasuke abrió la boca indignada, mientras un tic nervioso se hacía presente en su ojo izquierdo―¿Huh? ¡No estoy drogada, maldito imbecil!―brama, empujándolo para hacer distancia entre ambos―. ¡Mi hijo encontró tu patético dibujo y se fue a Musutafu a buscar a Shoto!―informa, dandole fuertes toquecitos en él pecho con su dedo índice.

Naruto ensanchó los ojos perplejo, sin poder creer lo que acababa de escuchar―¿Él tiene mi dibujo? ¡Llevo semanas buscándolo'ttebayo! Estaba muy asustado, porque en esa cartera también tengo una foto de Fuyumi-chan, y si Hinata veía eso wow-...

―Agh, ¿eso es lo que te preocupa? ¡Te pedí que cuidaras a mi hijo mientras no estaba, y se fue a otro mundo!

―Bueno, no me gusta echarle la culpa a nadie, pero...―hace una mueca, llevándose una mano a la nuca― era Hinata quien debía cuidarlo. Yo, como dice mi capa, soy el Hokage. Asi que debo encargarme de proteger la aldea.

―¡Mi hijo se fue de la aldea en tus narices!―replica, ganándose un suspiro de su parte.

Es un Uchiha, iba a pasar tarde o temprano ―rueda los ojos, dando media vuelta para volver a su escritorio―. Si yo fuera tú, me iría preparando para cuando trate de organizar una guerra.

Ella solo chasqueó la lengua, frunciendo el ceño. Eso no le preocupaba mucho, hasta ahora, Kiochi era un chico muy tranquilo y amoroso. Cualidades que seguramente no heredó de los Uchiha.

Eso no pasará.

―Claro, pero por si acaso, le daré clases de rastreo a Boruto ―ríe, haciendo que ella rodara los ojos―. Por cierto, supongo que Boruto y Mitsuki se fueron con él. No te preocupes, mi hijo lo protegerá de los villanos.

Okey, eso último fue lo más estupido que ha escuchado en toda su vida.

―¿Acabas de decir que tu patético hijo protegerá al mio?―cuestiona desencajada, alzando una ceja. Él se encogió de hombros, asintiendo―. Naruto, ya los hicimos luchar a muerte antes. ¿Hace falta que te recuerde quien fue el vencedor?

―¡Eso no fue justo, Boruto apenas tenia diez meses! ¡Pido la revancha!―bramó, levantándose bruscamente de su asiento.

Bien, lo llamaré entonces y lo harán ahora.―masculla, sacando el celular de su bolsillo trasero.

―Yo haré lo mismo con Boruto.―asiente el rubio, descolgando el teléfono sobre su escritorio para marcar el numero de su casa.

Ambos se quedaron inmóviles al recordar que ninguno de los chicos se encontraba en Konoha, y de mala gana colgaron las llamadas―Será luego entonces ―aclara su garganta Sasuke, a lo que él asintió―. Hmm, ¿qué era lo que estaba diciendo antes? Ah si, ¡llama a Kakashi ahora!

Naruto suspiró, cogiendo nuevamente el teléfono para marcar el numero de su querido e impuntual sensei.

―Hola niños ―saludó el hombre, entrando a la oficina del séptimo con veinte minutos de retraso―. Sasuke... veo que ya llegaste.―murmura sorprendido, ganándose una mala mirada de su parte.

Vaya, veo que ese Rinnegan no solo sirve para mandar a mi hijo a otro mundo ―masculla, girándose para observarlo. Kakashi ensanchó los ojos, haciendo una mueca debajo de su mascarilla―. Dime, ¿acaso crees que por regalarme una casa, pagar los gastos de Kiochi, cuidarlo y ayudarme a criarlo, tienes derecho a mandarlo a otra dimensión?

Kakashi titubeó un poco, para finalmente asentir―Si, creo que todo eso me da derecho.

Ella soltó una exhalación indignada, negando con la cabeza―Eres un... ―frunció el ceño cuando ningún insulto llegó a su mente. No podía reclamarle nada, el desgraciado era un buen padrino después de todo―. Como sea, cuéntame que fue lo que sucedió y tal vez te perdone la vida.

El Hatake rodó los ojos, cruzándose de brazos―Ya sabes que fue lo que pasó, Sasuke. El chico tenía curiosidad y como nunca le dijiste nada, terminó yéndose por su cuenta.

Bien, tal vez ella tenía gran parte de la culpa.

―¿Y cómo se enteró de todo?, ¿tú se lo contaste?―gruñe, a lo que él negó.

Creo que Orochimaru fue quien le dio la información, yo solo lo ayudé a irse.

―Eso está muy... sospeshoto ―ríe Naruto, ganándose muecas por parte de los contrarios―. Nadie me aprecia en esta aldea.―refunfuña, haciendo un mohín.

Sasuke agitó levemente la cabeza, tratando de olvidar aquel horrible intento de chiste «Ese estupido Orochimaru... no se cansa de joderme la vida. Primero trata de robarme el cuerpo, luego envía a su adorable hijo para que vuelva gay a Kiochi y no logre restablecer el clan, y ahora lo manda a otro mundo» tuvo que apretar sus puños para contener la rabia, sin dejar de maldecir internamente a Orochimaru.

¿Y qué harás?, ¿irás a buscarlo? ¡Yo te acompaño!―interviene nuevamente Naruto, apretando sus puños con emoción.

Quería volver para presumirle a todo el mundo su fabuloso título de Hokage. Visitar a su padre, saludar a Fuyumi y averiguar que fue de la vida de Midoriya luego de su partida. Estaba seguro de que había logrado convertirse en la señal de paz o como se llamara aquel titulo de héroe. Le gustaría conversar con él sobre todo lo que había vivido estos últimos años, y que ambos celebraran como verdaderos y exitosos adultos.

Tsk, claro que voy a ir a buscarlo.―masculla, alarmando a Kakashi.

Oh no, no podía permitir eso. Había transcurrido muy poco tiempo desde que su ahijado se fue, y no era del todo seguro que haya logrado encontrar a su padre aún. Él le prometió dos semanas en ese mundo, y eso le daría.

¿Estas segura? Bueno, si te quieres arriesgar...―murmura, observando distraídamente el techo de la oficina.

Sasuke frunció nuevamente el ceño, observandolo de reojo―¿Qué estas insinuando?

―Hmm, yo creo que Kiochi ya está con ese tal...

―Todoroki.―completa Naruto, a lo que él asintió con la cabeza.

Sip, Kiochi ya está con Todoroki.―afirma, aunque no estaba del todo seguro.

¿Y?―masculla fastidiada, alzando una ceja.

Si vas a buscarlo, seguro te lo encuentras y-...

―Te enamoras otra vez y vuelves con otro Kiochi.―lo interrumpe Naruto, soltando una corta risa al imaginar algún escenario hipotético. Sasuke puso los ojos en blanco, pero Kakashi habló antes de que pudiera replicar.

No me refiero a eso, huh ―niega con la cabeza, sonriendo levemente debajo de su mascarilla―. ¿Te imaginas lo enojado que estará porque le ocultaste el nacimiento de su hijo? Seguro te espera una larga e incomoda conversación, y se que no te gusta mucho conversar o admitir que tienes la culpa de todo.

Ella pestañeó repetidas veces, haciendo una mueca al percatarse de que él tenía toda la razón―Yo sugiero que...―vuelve a hablar, captando toda su atención― dejes que pase una semana ahí, ya sabes, para que termine de saciar su curiosidad y eso. Luego, te prometo que yo mismo iré a buscarlo, y solo deberás actuar como si nada hubiera pasado.

Ambos hombres se quedaron observándola fijamente, en espera de su respuesta. Naruto ya sabía lo que diría, y le sorprendía mucho que Kakashi supiera manipularla tan eficazmente. Esa habilidad hubiera sido muy útil hace muchos años.

Bueno, yo...―balbuceó al fin, aclarando su garganta―, creo que es buen momento para... seguir buscando a ese grupo de criminales de los que habló Naruto.

El rubio ensanchó los ojos, recordando al fin la misión de su amiga―Cierto... ¿que pasó con eso?, ¿conseguiste información?

Ella torció los labios, asintiendo lentamente―Si, ellos... se me escaparon. Ahora los iré a buscar.―balbucea, ganándose un suspiro por parte del Hokage.

Vaya, deben ser fuertes entonces, ¿necesitas ayuda? Puedo dejar un clon aquí e irme contig-...

―¡No!―lo interrumpe exaltada, dejándolo desconcertado―Digo... n-no hace falta. Yo puedo sola, además, me caes mal y no quiero estar contigo.

Naruto hizo un mohín ofendido, empezando a quejarse sobre lo mala que era con él. Kakashi exhaló aliviado, limpiando una gota de sudor que resbalaba por su frente.

«Espero que logres aprovechar el tiempo, Kiochi»

Wtf los caps son cada vez más largos y largos. Antes tenían maximo 2.500 palabras, y ahora mínimo tienen 3.500.

este tiene 4.130 JAJAJAHSJAJAAJA ESPERO QUE NO LES ABURRIERA LEERLO 😔

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