Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

˗ˏˋ 018 ˎˊ˗

━━━━━ Capítulo dieciocho ━━━━━━━━

======= :Trato: =======

Te escucho, y más te vale que tu explicación sea buena.―habla Enji, cerrando la puerta de su oficina ante de caminar hacía su escritorio.

Fuyumi sonrió nerviosa, acercándose a la silla frente a él para tomar asiento. Por suerte, Kiochi le hizo caso y no dijo ni una sola palabra referente a su situación, pero vomitar en la entrada de su padre no había sido un buen comienzo tampoco.

Antes de empezar...―aclara su garganta, desviando momentáneamente la mirada―, quiero que sepas que, todo lo que te diré es completamente cierto.

―Eso espero.―murmura, alzando una ceja para que continuara.

Ella inhaló profundamente, armándose de valor para empezar―¿Recuerdas a Naruto y Sasuke?―pregunta, aunque la respuesta era más que obvia.

No podría olvidarlos aunque quisiera ―suelta un bufido, mientras una imagen fugaz de ambos chicos cruzaba por su mente―. Me dirás que el rubio enano es hijo de Naruto, ¿no? Eso es obvio, además, ya me lo dijiste abajo.

―Eso no es todo...―masculla, sonriendo forzosamente―, el muchacho que... bueno, el que vomitó en tu entrada ―rie un poco, pero a él no le causó ni un poco de gracia―, es hijo de Sasuke.

Aquello si sorprendió al hombre. Cuando estuvo abajo, se tomó un buen tiempo para analizar el rostro del joven, y no lograba encontrarle ningún parecido con aquella insípida chica que vivía con él años atrás.

Exceptuando el hecho de que ella también vomitó en su casa una vez.

Vaya ―suspira, frunciendo ligeramente el ceño―. ¿Y que hacen aquí?

Su hija tragó duro. Ahora se venía la parte más difícil para ella―Bueno... ¿recuerdas que Shoto tenía una relación con Sasuke?―cuestiona, a lo que él asintió con fastidio.

¿Podrías dejar de responder mis preguntas con otras preguntas? Y si, obviamente recuerdo eso ―gruñe―. Shoto bajó sus notas de segundo año por estar "deprimido"―hace comillas con sus dedos, rodando los ojos―, todo fue culpa de esa mocosa insensible.

Fuyumi frunció los labios, sin ganas de replicarle aquello―Hmm, ya han pasado casi quince años desde eso, y... el chico que está abajo, tiene justamente esa edad.

Endeavor se encogió de hombros, dandole a entender que no le interesaba en absoluto la edad de ese mocoso vomitón.

Se llama Kiochi, por cierto ―murmura―. Y tiene un quirk.

El hombre frunció el ceño, notoriamente confundido. Era imposible que ese chico heredara un quirk por parte de su madre, y dudaba mucho de que alguien en aquella dimensión poseyera alguno. Su confusión poco a poco fue sustituida por un extraño nerviosismo, al cual no pudo encontrarle justificación.

¿De que clase de quirk estamos hablando?―pregunta, enderezándose en su asiento.

Fuyumi relamió sus labios, mandándole una intensa mirada a su progenitor―Un quirk de hielo.

La respuesta que tanto buscaba, le cayó encima como un balde de agua fria. Él no era idiota, con las obvias indirectas que su hija le mandaba era más que fácil deducir lo que ella no se atrevía a decir. No obstante, se negaba a creer algo como eso.

―¿Acaso estás insinuando que...―masculló, levantándose bruscamente de su asiento― ese niño es hijo de Shoto?

Fuyumi no despegó su mirada de él, analizando la expresión en su rostro. No se veía sorprendido en absoluto, su rostro reflejaba la misma ira que llevaba años sin mostrar. Pero ella ya estaba preparada para una reacción como esa, y sabía muy bien como sobrellevarlo.

Si, Kiochi es hijo de Shoto ―afirma, asintiendo con la cabeza. Su padre apretó fuertemente sus puños, expandiendo el fuego que adornaba su rostro―. Supongo que Sasuke quedó embarazada antes de irse, y espero que se haya dado cuenta de eso cuando ya era tarde para informarnos.―aclara su garganta, levantándose también de su asiento.

¿Y que nos asegura que ese niño sea hijo de Shoto? Puede ser de cualquiera.―masculla. Su cuerpo estaba completamente tenso, y tuvo que usar mucha fuerza de voluntad para no estallar frente a su hija.

Esta frunció el ceño, enojada por aquella insinuación―Sabes muy bien que ella no haría algo así con cualquiera. Entiendo que estés sorprendido, pero no es excusa para que digas cosas como e-...

―¿¡Por qué demonios la estás defendiendo!?―brama, golpeando con fuerza la superficie de su escritorio. Fuyumi se sobresaltó ante el estruendo, dando un paso hacía atrás por precaución―. Supongamos por un momento que es cierto, ese niño es hijo de Shoto ―suspira, tratando de calmarse―. ¿Te parece justo que lo haya ocultado tanto tiempo?, ¿por qué nos lo dice ahora?

―Ella... no sabe que Kiochi está aquí ―susurra, bajando momentáneamente la mirada―. Él se escapó a escondidas para venir.

―¿Por qué?―gruñe, perdiendo su inexistente paciencia.

Quiere conocer a Shoto.―contesta, dejándolo desencajado.

¿Shoto aún no sabe nada sobre esto?―pregunta esperanzado, haciendo un ademán con su mano. Fuyumi negó, ganándose un suspiro de su parte―. Perfecto, y tampoco va a enterarse.

La mujer pestañeó perpleja antes de fruncir el ceño. Podía aceptar que se enojara, incluso era completamente comprensible. Pero no iba a permitir que le ocultara esto por más tiempo, y tampoco privaría a Kiochi de poder conocer a su padre.

Él debe enterarse, papá. Es su derecho como el padre de ese chico.―se cruza de brazos, adoptando una postura firme para no dejarse intimidar por el hombre.

No me digas eso a mi, díselo a la mocosa que se lo ocultó durante quince años ―replica, sin cambiar su semblante―. ¿Acaso te has puesto a pensar en como reaccionará? O peor aún, lo que hará luego de eso.

―¿A que te refieres?―cuestiona en voz baja, observandolo de reojo.

Bien, solo imagina esto ―suspira, bajando la mirada para observar la superficie, ahora agrietada, de su escritorio de madera―. Conociendo a Shoto, seguro reaccionará de buena manera y se encariñará con el mocoso, pero... ¿que hará cuando el niño deba volver a su dimensión?

Fuyumi frunció las cejas. No se había tomado el tiempo de pensar en lo que sucedería una vez Kiochi volviera a su mundo. No quería ver a su hermano triste nuevamente, pero tampoco se atrevía a bajar y decirle a su sobrino que jamás podría conocer a su padre.

Shoto está bien ahora, ¿entiendes? Tiene un buen trabajo, amigos y una familia relativamente estable ―vuelve a hablar Enji, suavizando su tono―. No necesita a nadie más, mucho menos cuando es una persona a la que solo verá una vez en su vida. ¿Te imaginas lo horrible que será para él saber que tiene un hijo en otra dimensión al que jamás podrá ver? Sasuke se lo ocultó por algo, y estoy empezando a pensar que tomó la decisión correcta.

Fuyumi bajó la mirada, sin saber como replicar a todo eso. Su padre tenía razón, Kiochi llegaría a la vida de su hermano para luego desaparecer casi inmediatamente. Eso dejaría devastado a Shoto, y a diferencia de lo de Sasuke, esto era algo que jamás lograría superar.

Tienes razón ―musita, haciendo sonreír a su padre―. Pero aún así, me parece peor que pase el resto de su vida sin enterarse. Piensa en el niño también, llegó hasta acá exclusivamente para conocerlo, ¿quieres ir a decirle que no puede?

―Si, yo no tengo problema.―contesta, encogiéndose de hombros.

Va a conocerlo ―gruñe la mujer, empezando a irritarse―. Si no me dices donde está, lo llamaré y le diré por teléfono. Y creo que así se lo tomará peor.―amenaza, buscando el artefacto en su bolsillo trasero.

Enji alzó una ceja, sin tomarla en serio. Al notarlo, Fuyumi rápidamente desbloqueó el celular, buscando el contacto de su hermano para luego presionar la opción de llamada.

¿Que crees que haces?―masculla, observando como se colocaba el celular en su oreja derecha.

Lo que te dije, sino me dices ahora... Oh, Shoto. ¿Cómo estás?―pregunta, una vez atendieron al otro lado de la linea. Endeavor, hizo una mueca, apretando fuertemente sus puños.

―Fuyumi... estoy comiendo, ¿pasó algo?―contesta, haciendo que ella embozara una sonrisa en dirección a su padre.

Sip, pasaron muchas cosas.

Endeavor estaba a punto de estallar, sin saber que hacer o decir para mantenerla callada. No quería ser violento, él ya había dejado todo eso atrás y no pensaba manchar su reputación nuevamente. Pero ahora mismo tenía muchas ganas de explorar toda la habitación.

―¿Que pasó?, ¿estás bien?―pregunta rápidamente, notoriamente preocupado.

Yo estoy bien, pero-...

Enji le arrebató bruscamente el artefacto, colocando rápidamente sobre su oreja―No pasó nada, sigue trabajando.

―Estoy comiendo ―contesta, fastidiado por escuchar la voz de su padre―. Pásame a Fuyumi, estaba por decirme algo.

No es nada, sigue comiendo y ya.―masculla, apretando con fuerza el artefacto.

―Tú no me mandas.―bufa, para seguidamente colgar la llamada.

La albina sonrió al ver la expresión frustrada de su padre, tambaleándose sobre sus talones mientras esperaba algún comentario de su parte. Al notar la actitud burlona de su hija, Enji soltó un sonoro gruñido.

Como sea, se lo dirás cuando termine su misión.―se rinde, una vez se dio cuenta de que no había forma de mantenerla callada.

Fuyumi frunció el ceño, insatisfecha―Kiochi debe volver en... una semana y media, no puede esperar tanto.

Endeavor rodó los ojos, exhalando pesadamente―Shoto no puede permitirse distracciones en este trabajo.

―¿Que puede ser más importante que conocer a su hijo?―brama, cruzándose de brazos.

Su padre la observó un par de segundos, analizando si era o no lo mejor contarle. No quería que se asustara innecesariamente, y mucho menos que volviera a sentirse culpable por algo que no tiene que ver con ella.

Al ver que no cedía ante su silencio, suspiró. Lo mejor sería informarle sobre la situación, para que dejara de insistir con el tema del mocoso―Shoto está en Musutafu.―comenta, haciendo que ella frunciera el ceño confundida.

Pensé que estaba fuera de la ciudad por una misión.―murmura, a lo que él negó.

Dijo eso para evitar distracciones ―responde, dándole una serie de golpecitos al escritorio de forma ansiosa―. Está tratando de localizar a un villano, y para eso necesita moverse por toda la ciudad sin que nadie lo sepa.

―Oh, ya veo ―murmura, asintiendo―. Pero con un par de minutos basta-...

―No entiendes, es peligroso. Sobre todo para ese niño ―la corta, frunciendo el ceño. Fuyumi ladeó la cabeza, sin entender a que se refería con eso―. Hace un par de semanas... un grupo de villanos atacó la prisión de máxima seguridad, y varios prisioneros lograron escapar.―explica, tratando de ser lo más claro posible para que ella captara por su cuenta.

¿Y?―lo incita a continuar, levantando una ceja.

Él suspiró pesadamente, apoyando sus codos en el escritorio y entrelazando sus manos a la altura de su boca―Fuyumi, entre esos prisioneros que lograron escapar... está incluido Dabi.

Su unica hija entreabrió los labios sorprendida, sintiendo como el aire abandonaba sus pulmones por completo. La sola idea de revivir el incidente de hace años le helaba la sangre, e imaginar a su sobrino involucrado en todo eso solo lograba asustarla aún más.

Touya... ¿está libre?―cuestiona perpleja, buscando con torpeza la silla para tomar asiento nuevamente.

Deja de llamarlo así, él renunció a ese nombre cuando se convirtió en un asqueroso villano ―la reprende, chasqueando la lengua―. No tienes de que preocuparte, Shoto se está encargando de eso. Nada malo te pasará a ti... o a tu madre.

―¿Y Natsuo?―cuestiona alarmada, haciendo que él rodara los ojos.

A él tampoco ―masculla―. Por eso necesito que Shoto termine con su trabajo lo antes posible. Cualquier distracción podría costarle la vida a él, o peor, a ustedes.

Fuyumi bajó la mirada, asintiendo lentamente. Le daba mucha pena admitirlo, pero ya no podía hacer nada para ayudar a Kiochi.

¿Escuchaste eso?―susurra Boruto, con su oído pegado a la puerta de Endeavor.

El trio de ninjas aprovechó la distracción de Natsuo para subir al piso de arriba y espiar un poco de la conversación que mantenían Fuyumi y Enji. Solo llegaron a escuchar que Shoto se encuentra en alguna parte de la ciudad de la cual partieron hace rato, buscando a un tal Dabi.

Llevo todo el rato soltando exclamaciones de sorpresa, obviamente escuché.―masculla Kiochi, bajando la mirada para observar al rubio debajo de él.

Este rodó los ojos, sonríendo de lado―Cálmate, no vaya a ser que me vomites encima.

El Uchiha soltó un gruñido, pero no hizo nada para evitar lastimar a Mitsuki por accidente. Se separó de la puerta cuando dejó de interesarle la conversación ajena, siendo seguido por sus amigos.

¿Que harás?―le pregunta Mitsuki, notando como el chico tenía el impulso de moverse.

Voy a entrar.―habla, acercándose nuevamente para tomar el pomo de la puerta.

Boruto se reincorporó exaltado, acercándose a él para evitar que hiciera alguna estupidez―¿Huh?, ¿acaso estas loco-...

―Permiso.―habló, abriendo abruptamente la puerta mientras ignoraba completamente a su amigo.

Fuyumi se sobresaltó, observando con preocupación como el chico ingresaba a la habitación junto a su par de amigos. Endeavor soltó un bufido irritado, analizando a los jóvenes con la mirada.

Kiochi-kun... ¿q-que haces aquí? Te dije que debías esperar abajo.―masculla Fuyumi, mandándole una mirada nerviosa a su padre.

Si, b-bueno... esta casa tiene mucho eco, ¿sabían?―cuestiona, soltando una torpe risa mientras rascaba su brazo―. Por accidente escuchamos su conversación.

La albina entreabrió los labios, sintiéndose sumamente apenada. Temía que el chico se deprimiera por las horribles palabras de su padre, sin saber que él no había llegado a escuchar esa parte de la conversación.

Kiochi, lo siento mucho... él no quiso decir-...―el joven levantó su mano, interrumpiéndola.

Tranquila, no pasa nada.―hace un ademán, sonriendo para tranquilizarla.

Enji alzó una ceja, soltando una corta risa nasal «Bueno, por lo menos no es un llorón» pensó, levantándose de su asiento para acercarse a él.

Kiochi observó desde abajo la enorme figura del hombre, tragando saliva disimuladamente «No vomites, no vomites, no vomites...»

¿Que planeas hacer?―le pregunta, cruzándose de brazos mientras bajaba ligeramente la cabeza para observarlo. Kiochi frunció el ceño, dandole a entender que no entendía su pregunta―. No dejaré que vayas a ver a Shoto. ¿Que planeas hacer ahora?

El joven apretó los labios, eliminando al instante cualquier rastro de nerviosismo en su semblante. Le había costado mucho llegar a donde está ahora, y no solo a él, a sus amigos también. No le interesaba en absoluto los asuntos que tenían con aquel villano, él no se iría de esta dimensión sin conocer a su padre.

No necesito su ayuda. Ya se donde está, solo es cuestión de tiempo para que lo encontremos por nuestra cuenta ―responde, para luego desviar la mirada hacía su tía―. C-Claro, necesito que nos den un aventón devuelta a la ciudad. ¡Pero luego de eso más nada!

―Se nota que no tienes ni idea de lo grande que es una ciudad, además, de por si Shoto ya se está escondiendo. ¿Que te hace pensar que lograrás encontrarlo sin ayuda?―pregunta, mofándose de él.

Llegamos hasta acá sin ayuda, anciano ―masculla, haciendo que el hombre frunciera el ceño por su falta de respeto―. Mi madre no crio a un fracasado, si digo que voy a encontrarlo, es porque lo haré.

La intensa mirada del hombre lograba aflorar sus nervios, pero hizo todo lo posible para no mostrar debilidad ante él. Enji estaba empezando a empatizar un poco con el chico al ver su latente determinación, y le irritaba mucho saber que no podía hacer nada para detenerlo. No lo conocía en absoluto, pero si era igual de terco que su madre, no dudaba en que lograría encontrar a Shoto tarde o temprano.

Y si el resultado iba a ser el mismo al final, se aseguraría de sacarle algo de provecho a la situación

En comparación a Sasuke...―habló, llamando la atención de todos los presentes―, ¿que tan fuerte te consideras del uno al diez?

El chico desvió la mirada incomodo, sintiendo como toda su seguridad y autoestima caían en picada―Dos, probablemente ―susurra avergonzado. Enji hizo una mueca decepcionado, a lo que él rápidamente recuperó la compostura―. ¡Pero es injusto que me comparen con ella! ¡Cualquiera se ve débil a su lado!

Endeavor soltó un suspiro, asintiendo. El mocoso tenía toda la razón.

―Habilidades.―dijo, pidiéndole que hablara sobre sus técnicas o poderes especiales.

Huh... no es por presumir, pero soy bueno en absolutamente todo ―sonríe, haciendo que Boruto rodara los ojos con fastidio―. Menos en ninjutsu medico. Mi madre dice que solo debo aprender a lastimar, no a curar.

El hombre sonrió levemente, completamente de acuerdo con su filosofía―¿Tienes los mismos ojos de Sasuke?―pregunta, refiriéndose específicamente al Sharingan.

Si, solo que mil veces más débiles.... ¡Pero solo por falta de experiencia!―aclara, ligeramente exaltado.

Enji frunció las cejas, analizando al chico con la mirada. No se veía en mala forma, y tenía muy buenas expectativas con su fuerza física. Supuso que seguramente conocía varias de esas técnicas extrañas que utilizaban los ninjas para pelear. Y tampoco dudaba de que Sasuke se había encargado de entrenarlo lo suficiente para que fuera un niño sobresaliente en su mundo.

Ahora solo le faltaba verificar una cosa.

Bajemos, le haré algunas pruebas a tu quirk.―ordena, pasándolo de largo para salir de la habitación.

Kiochi ensanchó los ojos, girándose rápidamente para seguirlo―Huh... no es que no quiera pasar tiempo en familia con usted, pero... ¿que sentido tiene todo esto?

Enji paró de caminar, soltando un silencioso suspiro antes de observarlo sobre su hombro―Debo asegurarme de que seas lo suficientemente fuerte para defenderte a la hora de que algo pase, no voy a andar de niñera contigo.

―No entiendo.―frunce los labios, negando con la cabeza.

El hombre soltó una exhalación irritado, girándose bruscamente para encarar al chico. Este dio un respingo asustado, desviando la mirada incomodo―Tú y yo haremos un trato-...

―Acepto.―sonríe, levantando la mano para estrecharla con la suya. Él rodó los ojos, apretando fuertemente los dientes.

Déjame terminar...―masculla―. Te acompañaré para que conozcas a Shoto-...

―¡Si, te amo abuelito!―exclama emocionado, extendiendo sus brazos para acercarse más y abrazarlo. Enji colocó su mano sobre el rostro del chico, alejándolo de él.

Déjame terminar...―repite, dandole un suave empujón antes de soltarlo―. Iremos con Shoto, pero no le dirás que eres su hijo-...

―Puaj, me niego ―vuelve a interrumpirlo, frunciendo el ceño mientras se cruzaba de brazos―. Debo decirle, sino me verá extraño cuando lo abrace.

Enji apretó sus dientes, rebuscando en si algo de fuerza de voluntad para no calcinar al chico. Suspiró para calmarse, repitiéndose internamente que el pobre no tenía la culpa, solo estaba malcriado―No le dirás que eres su hijo hasta que hayamos encontrado a Dabi, ¿entendido? Luego puedes irte a un campo de flores con él si quieres.

Kiochi lo observó inseguro, torciendo sus labios―¿Y si él se da cuenta? Todos dicen que nos parecemos.

―Créeme, no se daría cuenta aunque tuviera tu acta de nacimiento enfrente. Es algo... despistado ―hace una mueca, recordando la ridícula personalidad inocente de su hijo―. Entonces, ¿aceptas?

El joven se tambaleó sobre sus talones, mordiendo el interior de su mejilla mientras analizaba aquel trato. No le gustaba mucho la idea de tener a su padre enfrente y no poder informarle sobre el lazo sanguíneo que compartían, pero esa parecía ser su única opción por ahora.

Hmm... deme un minuto, debo consultarlo con mi equipo.―pide, y sin esperar respuesta dio media vuelta para volver a entrar a la habitación.

Sus amigos, al igual que Fuyumi, habían logrado escuchar toda la conversación, y ahora estaban ansiosos por la respuesta del chico. Este se acercó a sus compañeros, mandándole una leve sonrisa a su tía mientras se alejaba de ella para ir a la esquina de la habitación.

¿Que opinan?, ¿acepto o... acepto?―cuestiona en un susurro.

Vaya, con tantas opciones es difícil decidir ―bufa Boruto, rodando los ojos―. Pero ya que, acepta.

Kiochi le mandó una mirada a Mitsuki, pidiéndole silenciosamente su opinión. El albino frunció el ceño un par de segundos, analizando los pros y contras de aquel trato.―Él dijo que no podías decirle que es tu padre, pero... podemos hacer que se de cuenta por si solo.

―¿Acaso no escuchaste? Ese tipo es un retraído en máxima potencia, jamás se dará cuenta solo.―niega Boruto, ganándose una mala mirada de Kiochi.

No lo sabremos hasta que lo intentemos, todo es cuestión de mandarle indirectas muy obvias hasta que lo note ―se encoge de hombros Mitsuki, observando de reojo a su amigo en espera de su opinión―. No tenemos nada que perder. Si no se da cuenta, solo debemos capturar a ese tal Dabi para poder decirle.

Kiochi se quedó observando el piso en silencio, repasando todo mentalmente. Hasta ahora todos habían notado casi al instante el enorme parecido que compartía con su padre, así que era muy probable que el hombre lo notara también. Mitsuki tenía razón, solo debían dejarle pistas para que él mismo descubriera la verdad.

Ninguna persona podía ser tan despistada para no darse cuenta de algo tan obvio.

Esta bien, iré a decirle que si.

APUESTO A QUE NO SE ESPERABAN QUE ACTUALIZARA TAN RÁPIDO 😎

Espero que les haya gustado uwu

💟 No olviden votaaaar

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro