˗ˏˋ 011 ˎˊ˗
━━━━━━━━ Capítulo once ━━━━━━━━
======= :Viaje: =======
―¡Mamá, voy a salir con Kiochi y Mitsuki!―informó el rubio, caminando a paso acelerado hacía la cocina. Allí se encontraba su madre, terminando de picar las verduras para el almuerzo.
Ella lo observó con curiosidad, ladeando un poco la cabeza. Boruto le devolvió la mirada, tratando de memorizarse su rostro todo lo posible, pues duraría varias semanas sin verla.
―¿A dónde iran?―preguntó. No quería sonar entrometida, pero era su madre y debía estar al tanto de la vida de su hijo.
―A-Ah pues... iremos a... jugar por ahí.―balbuceó torpemente. Esta era la primera vez que le mentía a su madre, y tambien esperaba que fuera la última.
Hinata asintió simplemente. No tenía razones para dudar de él, así que no había problemas con su vaga respuesta. Antes de que el chico se fuera, se encargó de entregarle tres envases llenos de jugo de tómate para que los compartiera con sus amigos, haciéndolo sonreír.
«Ah, la voy a extrañar mucho» pensó el rubio desanimado, torciendo sus labios. Sacudió la cabeza para deshacerse de aquella actitud negativa, para luego despedirse de su madre con un enorme abrazo.
―¿Todo bien?―cuestionó Kiochi, una vez Boruto salió de la casa. Él asintió firmemente, sonriendo con seguridad.
―¡Claro dattebasa! Vayamos por Mitsuki.―sonrió, a lo que el Uchiha hizo una mueca, señalando a sus espaldas.
―Mitsuki lleva diez minutos ahí parado.―informó, haciéndolo sobresaltar. El albino alzó su mano como saludo, sonriéndole levemente al rubio.
Los tres empezaron a caminar por las calles de Konoha en dirección a la casa de Kakashi, donde este los estaba esperando junto a Inoru. De camino se dedicaron a observar los alrededores de la aldea con algo de melancolía, ya que esta sería la primera vez que estuvieran fuera por tanto tiempo.
Pero a Kiochi no le interesaba eso en absoluto, las ganas que tenía por conocer a su padre superaban por mucho cualquier otro sentimiento. Aceleró el paso impaciente, queriendo llegar lo antes posible a la morada de su padrino.
―Diablos.―masculló Kiochi, observando con nervios como uno de los clones del séptimo se acercaba a ellos.
Si de casualidad les asignaban una misión ahora, todo el plan quedaría arruinado.
―Chicos... hola ―saludó, levantando ligeramente su mano. Los tres le devolvieron forzosamente el saludo, mientras él los observaba con curiosidad―. ¿Como estás, Kiochi?, ¿extrañas mucho a Sasuke?―preguntó, observando al Uchiha con una ceja alzada. Aunque ambos dormían bajo el mismo techo, no habían tenido la oportunidad de conversar sobre el tema, ya que él siempre llegaba agotado del trabajo.
Kiochi se tambaleó sobre sus talones, torciendo los labios mientras asentía―Claro, aunque es reconfortante poder cenar algo que no este hecho de tomates.―bufó, rodando los ojos. Boruto ensanchó los suyos, buscando rápidamente los envases en su bolso.
―Tengan, mi madre nos preparó jugo de tómate ―sonrió, pasándole a sus amigos las botellas de jugo. Le mandó una mirada de recelo a su padre, a la vez que fruncía el ceño―. Para ti no hay.
―No importa, Sasuke me hizo odiar los tomates. Una vez me dio una paliza porque me comí uno de los que le preparó Todoro...―paró de hablar al percatarse de que estaba por decir una estupidez. El trio de chicos se quedó observandolo con curiosidad, haciéndolo sentir aún más nervioso― Todoro, nuestro amigo, él... está muerto, se lo comió un tigre. Como sea, que en paz descanse ―balbuceó rascando su nuca, a lo que ellos fruncieron el ceño―. Q-Que se diviertan, n-nos vemos en la noche.―se despidió rápidamente antes de deshacer el jutsu y desaparecer.
―Que triste lo de ese tal Todoro ―suspiró Mitsuki, para luego observar a sus amigos de reojo―. ¿Nos vamos?―cuestionó, a lo que ambos asintieron, retomando su camino.
―Bien, cada uno cargará un bolso, están repletos de pergaminos con agua y comida. Supongo que será suficiente para que sobrevivan hasta que encuentren al padre de Kiochi.―habló Kakashi, dándole una palmada a uno de los bolsos antes de pasárselo a Mitsuki.
―¿Alguna otra cosa que debamos saber?―preguntó el Uchiha, tomando otro de los bolsos. Kakashi ladeó la cabeza, para finalmente asentir.
―El aire de allá está un poco más contaminado que este, así que es probable que se mareen.―informó, encogiéndose de hombros.
―¿Tiene pastillas para eso?―preguntó Boruto, ganándose un bufido de su parte.
―No soy farmacéutico, aguántenselo y ya.―rodó los ojos, lanzandole el bolso restante al rubio. Este lo atajó torpemente, mandándole una mala mirada al hombre.
Inoru se mantenía sentada en silencio, comiendo las galletas de avena que Kakashi le ofreció. Estaba preocupada por sus amigos, pero lo estaba aun más por no poder cumplir con lo que acordaron. Sería muy malo si alguien la descubría, además de que mantener los clones durante tanto tiempo sería sumamente agotador. Solo esperaba que todo saliera bien, y que ellos volvieran lo antes posible.
―¿Y esa cara? El baño está en el piso de arriba, por si quieres ir.―le informó Kiochi, señalando las escaleras de la casa. Inoru frunció el ceño, observandolo con una mueca.
―¿Eh?, te cayeron mal las galletas, ¿verdad? Son una porquería.―bufó Boruto, mandándole una mirada de odio al plato donde estas reposaban.
―Son unos idiotas.―gruñó, desviando la mirada avergonzada. Ambos intercambiaron miradas confundidos, para finalmente encogerse de hombros.
Kakashi siguió comentándoles algunas cosas que recordaba sobre aquella dimension. Los cuatro se sorprendieron bastante al enterarse de que casi todos los habitantes eran usuarios de Kekkei Genkais, y que efectivamente, los heroes abundaban por toda la zona.
―Eso explica tu Kekkei Genkai de hielo.―comentó Boruto, a lo que él asintió.
―¿Y de mi padre que recuerdas?―preguntó ansioso, apretando fuertemente sus puños. Kakashi hizo una mueca debajo de su mascarilla, ladeando la cabeza.
―Pues... no mucho la verdad, solo que era bastante callado y educado, su cabello era blanco con rojo y... se parecía mucho a ti, ahora que te veo bien.―contesta, analizando el rostro de Kiochi con la mirada. Si no fuera por el cabello, ambos serían idénticos.
Ese último comentario hizo enormemente feliz a Kiochi, haciendo que una amplia sonrisa se formara en su rostro.
―¿Algo más?―pregunta Mitsuki, a lo que él asintió.
―Su familia... bueno, tu familia paterna, está conformada por tus dos tios, abuelo y... el día que fui no estaba su esposa, tampoco la mencionaron así que... supongo que estará muerta o algo así ―se encogió de hombros, a lo que todos asintieron―. Ah claro, posiblemente tengas primos o... algún medio hermano.
Kiochi hizo una mueca al escuchar eso último. Ya se esperaba que su padre tuviera otra familia, pues eran pocos los hombres que a sus treinta años seguían solteros. Claro, Kakashi era la viva imagen de que no todos necesitaban una pareja para ser feliz, pero dudaba mucho que este fuera el mismo caso.
Aún así, tenga o no otra familia, quería conocerlo.
―¿Eso es todo?―preguntó Kiochi, levantándose del sofá. Kakashi asintió, imitando su acción―. Entonces vayamos, no hay tiempo que perder.
Los cinco salieron al patio trasero de Kakashi, ya que necesitaba estar en un espacio abierto para crear el portal. El hombre concentró su chakra, tratando de crearlo lo más amplio posible para que pudieran pasar sin problemas. Llevaba años sin realizar esa técnica espacio-tiempo, así que le costó un poco encontrar la dimensión correcta.
Pero pudo lograrlo.
Un enorme agujero se empezó a formar frente a ellos, sorprendiéndolos a todos, a excepción de Kiochi, ya que él ya había presenciado como su madre realizaba aquella técnica en multiples ocasiones.
―¿Están listos?―preguntó Kakashi, a lo que ellos asintieron―. Bien, recuerden que solo tienen dos semanas antes de que pase a buscarlos, así que deben apurarse ―señaló, haciéndolos asentir nuevamente―. Les deseo suerte, ahora váyanse antes de que se me acabe el chakra.
Inoru jugó con sus dedos ansiosa al ver como los tres empezaban a acercarse al portal, tambien quería desearles suerte, pero no era muy buena expresando sus sentimientos. Kiochi la observó de reojo con las cejas fruncidas, haciendo un movimiento con su mano en forma de despedida.
―No... No se vayan a morir.―murmuró lo suficientemente alto para que la escucharan. Los tres chicos sonrieron, asintiendo con la cabeza.
―¡En tus sueños, bruja!―contestó Kiochi, haciéndola fruncir el ceño. Sin esperar más se adentró en el portal, siendo seguido por sus mejores amigos.
―¿Ya terminaste de vomitar, Boruto?―cuestionó Kiochi con fastidio, mandándole una mirada de reojo al rubio.
Este se encontraba con la cabeza metida en un arbusto, expulsando todo lo que había comido durante el día. Apenas colocó un pie en aquel parque donde aparecieron, su estomago empezó a revolverse bruscamente, y ni siquiera pudo ojear la zona antes de salir corriendo a vomitar.
―¡No! ¡Y ver tu estúpida cara no me ayuda mucho!―bramó cansado. Su cuerpo se estremeció de pronto, siendo seguido por una desagradable arcada que recorrió todo su cuerpo.
El Uchiha hizo una mueca de asco, desviando la mirada para inspeccionar a su alrededor. El parque donde se encontraban estaba relativamente vacío, y no parecía tener nada fuera de lo común. Mitsuki le señaló a un grupo de personas que iban pasando, los cuales vestían trajes bastante raros y extravagantes.
―Esos deben ser los heroes... o payasos, quien sabe ―se encogió de hombros, observando de reojo como el Uzumaki se colocaba a su lado―. ¿Todo bien?, ¿quieres una menta?―preguntó, arrugando la nariz al percibir el desagradable aroma que desprendía su boca. El chico simplemente asintió, recibiendo el caramelo con gusto.
―¿Tú te sientes bien, Kiochi?―le preguntó Mitsuki, observandolo con curiosidad.
―Claro, yo SI soy hombre ―recalcó, ganándose una mala mirada de Boruto―. Además, mi madre una vez me dejó entrar en uno de sus portales, así que ya estoy acostumbrado.
―No me refería al viaje...―murmuró, dejándolo confundido―. Ya estamos aquí, podríamos encontrarnos con tu padre en cualquier momento. ¿Estas preparado para verlo?
Kiochi se quedó en silencio un par de segundos, observando distraídamente la enorme ciudad que se encontraba frente a ellos. Claro que estaba preparado, nunca antes se había esforzado tanto por conseguir algo y estaba apunto de lograrlo. Aunque tambien se sentía algo ansioso por la reacción que tendría el hombre al verlo, pero eso no lo mortificaba mucho, él solo quería conocerlo, y si luego de eso su padre no quería mantener contacto con él, no había problema.
―Si, estoy listo.―sonrió emocionado. Sus amigos le devolvieron el gesto, y juntos empezaron a caminar hacía la salida del parque.
―Wow, que genial es todo aquí.―murmuró Boruto embelesado, observando con los ojos brillando de emoción lo tecnológica que era la ciudad.
Enormes edificios, grandes pantallas y cientos de personas con anatomías anormales y extravagantes. El trio de chicos caminaba tranquilamente por la calle, cautivándose con cada cosa o persona que se cruzaba en su camino. Todos parecían ser únicos y especiales, y aquello hizo que la curiosidad de Kiochi sobre su padre aumentara aún más.
―Bien, ¿que hacemos?―preguntó Mitsuki, parando de caminar frente a una tienda de electrodomésticos.
Boruto se acercó al vidrio que dejaba ver desde afuera el interior de la tienda. Observó con emoción como un grupo de niños probaban una consola en un enorme televisor, jugando el que parecía ser un videojuego recién estrenado.
―Maldita sea, ojalá conociéramos a alguien que nos compre todo lo que queramos y nos deje vivir gratis en su casa.―masculló el rubio, separándose del vidrio algo desanimado.
―Esas cosas no pasan en la vida real, Boruto.―rodó los ojos Kiochi, dándole una mirada fugaz a la tienda.
«Ojala mi papá tenga dinero» pensó ilusionado, para luego agitar su cabeza y concentrarse en la misión.
―Bien, veamos... no es tan difícil, preguntémosle a quien sea ―se encogió de hombros, observando a su alrededor en busca de algún posible candidato. Su mirada paró en un hombre alto, rubio y con traje de héroe, el cual parecía estar patrullando por la misma acera donde se encontraban ellos―. Vamos con ese de allá.
Caminaron los pasos restantes hasta llegar frente al hombre. Este observó como tres mocosos sonrientes se acercaban a él, haciendo que frunciera el ceño irritado.
―¡Hola señor, quería preguntarle si de casu-...
―¿¡A quién le dices señor, cabello de mierda!?―lo interrumpió bruscamente, haciéndolos sobresaltar a los tres. Kiochi desvió la mirada nervioso, negando con la cabeza.
―Lo siento señ... bueno, ¿como se llama?―preguntó tímidamente, jugando inconscientemente con sus dedos. Ese tipo desprendía un aura bastante agresiva e intimidante, la cual lo ponía sumamente nervioso.
―¿Acaso vives debajo de una roca?―masculló, y al no recibir respuesta, soltó un bufido―. Soy el rey de las explosiones.―se presentó con arrogancia, señalándose a si mismo.
«¿Qué clase de nombre es ese?» pensó el Uchiha desencajado, sonriendo forzadamente.
―Bien señ... Rey de las explosiones ―masculló su nombre, a lo que él alzó una ceja con fastidio―. ¿De casualidad no sabe donde se encuentra el héroe numero uno?
Ante aquella pregunta, el rubio empezó a generar pequeñas explosiones con sus manos, notoriamente enojado. El trio de chicos dio un paso hacía atrás, preparándose para defenderse a la hora de algún ataque de su parte
―¿¡ACASO TENGO CARA DE GPS!? ¡NO SE DONDE ESTÁ EL MALDITO DE DEKU!―bramó furioso, pasándolos de largo para seguir con su camino. Se detuvo momentáneamente para observar a Boruto de reojo, ya que le parecía ridículamente familiar.
«Cabello de mierda, bigotes de mierda, ¿a quién se parece?...Como sea, tampoco me importa» pensó el rubio, chocando bruscamente su cuerpo contra el de Boruto para hacerlo a un lado.
―¿E-Ese es uno de esos villanos de los que habló Kakashi-san?―balbuceó el Uzumaki, observando con miedo como el hombre se alejaba de ellos.
―Dudo mucho que sea un héroe ―comentó Mitsuki, para luego girarse a ver a Kiochi. Este se encontraba viendo fijamente el suelo con el ceño fruncido, preocupándolo un poco―. ¿Estás bien?―le preguntó, colocando una mano sobre su hombro. El Uchiha alzó la mirada, observandolo con curiosidad.
―¿Quién es Deku?
Espero que les haya gustado el cap uwu
💟 No olviden votaaaaar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro