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˗ˏˋ 010 ˎˊ˗

━━━━━━━━ Capítulo diez ━━━━━━━━

======= :Ayuda: =======

No quiero hacer esto... se lo podemos pedir a otra persona.―se queja Kiochi, dando un paso hacía atrás para alejarse de la residencia Yamanaka. Sus amigos lo tomaron por los brazos, terminándolo de arrastrar hacía la entrada.

¿Quieres conocer a tu padre o no?―masculla Boruto, observandolo con fastidio. El Uchiha asintió de mala gana, haciendo un mohín.

Tranquilo, estoy seguro de que aceptará rápido si la tratas bien.―trata de calmarlo Mitsuki, sonriendo levemente.

Ya que, espérenme afuera.―bufa, observando con el ceño fruncido la puerta del hogar. Dio un paso al frente para empezar a caminar, pero Boruto lo detuvo tomándolo por los hombros.

Ya va, no puedes llegar así ―comenta, torciendo los labios―. Debes llevarle flores.

―No tengo dinero para comprar flores.―masculla, a lo que él sonrió, haciendo un ademán con su mano.

No seas idiota, arrancalas del jardín.―responde con obviedad, agachándose para tomar algunas flores de un arbusto.

¿Le dará flores de su propio jardín?―cuestiona Mitsuki confundido, acercándose para ayudarlo.

La intención es lo que cuenta'ttebasa.―rueda los ojos, acomodando torpemente todas las flores y amarrándolas con una liga.

Están llenas de tierra ―señala Kiochi, haciendo una mueca―. Y se ven las raíces.

―¿Que importa? Ni que ella fuera experta en flores.―bufa el rubio.

Su madre es dueña de una florería.―responde, frunciendo el ceño. Boruto suspiró pesadamente, empujándolo por la espalda para acercarlo más a la puerta.

Buena suerte, si todo sale bien conseguirás a tu padre y una novia.―se burla Boruto, cubriendo su boca con una mano para ahogar su risa.

El Uchiha frunció el ceño pero no dijo nada al respecto. Ahora debía concentrarse en su misión, convencer a Inoru para que los ayudara mientras no estaban. Si decía que no, sus planes se iban a retrasar mucho, por no decir que deberían cancelarlos.

Suspiró para calmarse. Tal vez Mitsuki tenía razón, solo debía tratarla bien.

Luego de tocar la puerta se quedó esperando un par de segundos hasta que por fin alguien salió a abrirle. Para su sorpresa, fue Sakura quién lo atendió, observandolo con la misma confusión con la que él la observaba a ella.

―¿Kiochi-kun?―cuestiona, ladeando la cabeza con curiosidad. El chico le sonrió sin separar sus labios, asintiendo levemente con la cabeza.

Tía Sakura... ¿Que hace aquí?―pregunta, torciendo sus labios. Pudo ver de reojo como algo se movía debajo de las piernas de la pelirosa, y al bajar la mirada se encontró con su hija, la cual lo observaba tímidamente―. ¡Oh, Haruka!―exclamó contento, ampliando su sonrisa. La pequeña rio un poco, saliendo de su escondite para abrazar al chico por las piernas.

¿Como estas, Kiochi? Tengo mucho tiempo sin verte, y a Sasuke tambien.―comenta la mujer, haciéndose a un lado para dejarlo pasar. Kiochi arrojó las flores sin delicadeza sobre una pequeña mesa que había en el recibidor, para seguidamente tomar a la pequeña hija de Sakura entre sus brazos.

Hmm, si, he estado algo ocupado...―contesta, sonriendo incomodo―, y mamá se fue a una misión hace un par de dias, volverá dentro de un mes creo.―la mujer se giró a verlo sorprendida, alzando las cejas.

¿Y tú estas solo? Puedes quedarte en mi casa si quieres, seguro Lee se pondrá feliz.―propone, sonriéndole un poco. Kiochi hizo una mueca de asco, negando repetidas veces con la cabeza.

«Prefiero quedarme con Boruto que con ese loco» pensó, mientras un escalofrío recorria su espalda al imaginar situaciones hipotéticas con el hombre―No te preocupes, Hinata-san me está cuidando.

La mujer asintió más tranquila, por lo menos era Hinata y no Naruto quien lo estaba cuidando.

De pronto a Kiochi le llegó a la mente el comentario que hizo Inoru el dia que salieron, donde le informaba del supuesto odio que sentía Sakura hacía su padre, y pensó que tal vez sería buena idea preguntarle al respecto.

Hmm ―musitó, llamando la atención de la mujer―. Alguien me dijo por ahí que... usted odia a mi padre o algo así.

Sakura se tensó notoriamente al escuchar aquello, mientras una mueca de vergüenza se plantaba en su rostro, acompañado por un intenso rubor―¿Q-Que?, ¿quién te dijo eso? Fue Naruto, ¿verdad? ¡No le creas nada!―balbucea nerviosa, negando frenéticamente con sus manos.

―No fue el tío Naruto ―niega, rodando discretamente los ojos. Haruka había empezado a jugar con varios mechones de su cabello, haciendo que de vez en cuando hiciera alguna mueca de dolor―. No importa quién lo dijo... pero, ¿es verdad?, ¿por qué lo odia?, ¿es un mal hombre?

La pelirosa suspiró para tranquilizarse, para luego negar lentamente con la cabeza―No, es un buen tipo... supongo, solo lo vi una vez ―responde, encogiéndose de hombros―. Pero en fin, ¿que haces aquí?, ¿viniste a ver a Sai?

Kiochi negó con la cabeza, haciendo una mueca de desagrado al recordar el propósito de su visita.―Vine a ver a Inoru.―responde, sorprendiéndola.

¿En serio?―cuestiona perpleja, pestañeando repetidas veces. Kiochi se limitó a asentir―. Bueno... está arriba en su habitación, yo la estoy cuidando mientras Ino y Sai salen a comer.

―Hmm... iré a verla entonces.―masculla, bajando a la niña con delicadeza. Observó con desagrado las flores sobre la mesa, tomándolas bruscamente antes de empezar a subir las escaleras.

Sakura lo observó con curiosidad hasta que desapareció de su vista, dejándola sumamente confundida―Que raro... ¿estará aprovechando la ausencia de Sasuke para conseguir novia? Eso sería bastante raro viniendo de él, pero los chicos de ahora son así-...―paró de susurrar al sentir como su hija la jalaba por el borde de su pantalón, haciendo que de inmediato la tomara de la mano para llevarla a la cocina. Había olvidado que ya era su hora de comer.

Por otro lado, Kiochi ya se encontraba frente a la puerta de la habitación de Inoru. No se le hizo muy complicado reconocerla, ya que tenía escrito su nombre por todos lados. Suspiró antes de dar un par de toques a la puerta, recibiendo rápidamente una invitación para entrar.

Al hacerlo se quedó sorprendido por la decoración del cuarto. Esperaba encontrarse todo pintado de negro, junto a uno que otro animal sacrificado. Pero era todo lo contrario, las paredes estaban pintadas de un color rosa pálido, el piso estaba cubierto por una alfombra morada, y las paredes estaban repletas de fotografías personales.

¿¡Que haces aquí!?―bramó la chica avergonzada, lanzandole un cojín en el rostro. Esta era la primera vez que un chico entraba en su habitación, y el hecho de que fuera Kiochi, la ponía aún más nerviosa.

Este logró atrapar el cojín antes de que impactara en su rostro, para luego observarla con el ceño fruncido. Se encontraba sentada en su cama, y cuando ambos cruzaron miradas, se escondió debajo de sus sabanas.

«Rarita» pensó el chico, para seguidamente suspirar y acercarse a ella.

Hola ―la saludó de mala gana, aprovechando que no lo veían para hacer una mueca―. Sal de ahí, quiero hablar contigo.

―¡Entonces hablemos abajo, lárgate de aquí!―pide irritada, ganándose un bufido de su parte.

No quiero que nadie nos escuche, te voy a contar un secreto.―responde, tomando las sabanas con su mano libre para destaparla. Inoru se sobresaltó, mandándole una mala mirada.

Quería echarlo de su habitación, pero la curiosidad le ganó y decidió escucharlo. Se acomodó en su cama, palmeando el lugar frente a ella para invitarlo a sentarse.

Te escucho.―musita, una vez él terminó de sentarse. Kiochi hizo un mohín, pasándole las flores de mala gana.

Ten, son para ti ―masculla, desviando la mirada. Inoru alzó las cejas sorprendida, observando con los ojos ensanchados el desarreglado ramo de flores. Ni siquiera se dio cuenta cuando ya había pasado un minuto, hasta que Kiochi agitó su brazo irritado―. Se me cansa el brazo.―canturrea con fastidio, rodando los ojos.

La chica reaccionó de inmediato, sacudiendo su cabeza a la vez que extendía torpemente sus manos para tomar el ramo. Observó las flores con el ceño fruncido, se le hacían levemente familiares―¿Estas flores no son-...

―¡No!―la interrumpió rápidamente, negando con las manos―. D-Digo... olvídate de ellas un momento, debo contarte algo, pero debes prometerme que guardarás el secreto.―pide, observándola intensamente con el ceño fruncido.

Ella asintió rápidamente. Tampoco pensaba contarle nada a nadie, no era una chismosa.

Lo prometo.―contesta, levantando su dedo meñique para entrelazarlo con el de Kiochi.

Este suspiró, para seguidamente empezar a contarle todo su plan. Ella se limitó a escucharlo atentamente, sin interrumpirlo en ningún momento hasta que terminó con toda su explicación.

Estas loco ―fue lo primero que dijo, a lo que él hizo una mueca―. ¿Como se te ocurre ir a otra dimensión para buscar a un sujeto que ni siquiera conoces? Es peligroso, y estupido.

―No es peligroso, Kakashi dijo que era un mundo relativamente tranquilo. Además, está repleto de heroes, nada malo va a pasarme ―contesta, frunciendo las cejas―. Y tampoco es estupido, aunque no te pido que lo entiendas, tú si conoces a tu padre.

Inoru soltó un gruñido enojada. No pensaba discutir sobre eso, porque sabía que él tenia razón. Ella siempre ha vivido acompañada de su padre, así que no podia juzgarlo por tratar de encontrar al suyo, y aunque lo hiciera, jamás lograría hacerlo cambiar de opinión.

Solo necesito que nos cubras a Boruto y a mi durante algunas semanas, nada más ―vuelve a hablar, tratando de sonar lo más amable posible. Sonrió forzadamente, observándola de forma suplicante―. Por fis.

Ella se quedó pensándolo un par de segundos. Estaba preocupada por el bienestar de sus amigos, pero sabía que no podía hacer nada para detenerlos ahora, y si lo intentaba, seguramente terminarían odiándola por siempre.

Además, Kiochi se veía bastante entusiasmado con la idea de conocer a su padre, y no quería ser ella quién le arrebatara la felicidad al chico.

Finalmente terminó rindiéndose, aceptando su petición. Kiochi sonrió ampliamente, levantándose rápidamente de la cama para acercarse a ella y colocar una mano sobre su cabeza, revolviendo bruscamente su cabello.

¡Gracias! ¡Cuando vuelva saldré contigo todo lo que quieras! Porque Mitsuki me dijo que estas enamorada de mi-...

―¡Lárgate de mi habitación!―brama sonrojada, empujándolo con fuerza hacía la puerta de su cuarto. Kiochi no borró su sonrisa, y en un ágil movimiento se deshizo de su agarre, dándole un fuerte abrazo antes de salir de su habitación.

Estaba extremadamente feliz ahora. Ya había logrado superar todos los obstáculos que se le presentaron, solo era cuestión de horas para que abandonara temporalmente este mundo.

―¡Wuju! ¡Nos vamos a otra dimensión!―exclama Boruto eufórico, alzando sus brazos al aire para celebrar―. ¿Que debería ponerme?, ¿un suéter? Mi mamá me compró uno nuevo la semana pasada.

―¿A quién le interesa eso? ¡Vamos a conocer a mi padre!―sonríe emocionado, apretando fuertemente sus puños―. ¿Que debería ponerme?, ¿un traje? Aún me queda el que usé en el bautizo de Haruka.

―Parecerás un idiota, mejor ponte la camisa esa de tu abuelo.―sugiere Boruto, a lo que él asintió repetidas veces.

¿Tú que usaras, Mitsuki? Debes pensarlo esta noche, nos vamos mañana temprano.―le pregunta Kiochi al albino.

Ya habían arreglado los detalles con Kakashi, y mañana mismo el hombre abriría el portal para que el trio de ninjas se aventurara en aquel mundo. Les explicó todo lo que sabía sobre aquella dimensión, y por desgracia, no alcanzó a recordar la ubicación exacta del hogar de su padre, así que deberían encontrarlo por su cuenta.

No lo se... ¿importa? Deberíamos concentrarnos en llevar suministros, no sabemos cuanto tiempo pasará hasta que encontremos a tu padre.―contesta, a lo que ambos asintieron.

¿Compramos hamburguesas?―pregunta Boruto ilusionado, mientras sus ojos empezaban a brillar. Kiochi alzó una ceja, mientras una mueca se formaba en su rostro.

Te dejaron caer cuando eras niño, ¿verdad? No podemos llevar esa clase de comida, no durará nada ―bufa, rodando los ojos―. Además, Kakashi dijo que nos ayudaría con eso, así que no debemos preocuparnos.

Sus dos amigos asintieron, y siguieron conversando un poco más antes de empezar a acomodar la ropa que se llevarían. Mitsuki solo los ayudaba, pues él debería ir a su casa luego para acomodar su propio bolso, y mandarle una carta a su padre explicándole la situación.

¿Y que haremos cuando lleguemos?, ¿tienes un plan?―le pregunta el albino a Kiochi, a lo que este asintió rápidamente.

Lo primero que haremos será buscar a Endeavor, seguramente es famoso, así que no será muy complicado ―se encoge de hombros, frunciendo levemente los labios―. Luego le pediremos que nos lleve con mi padre, y eso es todo.

―¿Y que harás si no te reconoce? Digo... ¿has pensado en la posibilidad de que él no sepa de tu existencia?―cuestiona Boruto incomodo, frunciendo el ceño. Kiochi sonrió levemente, asintiendo.

Él no sabe de mi existencia, eso es obvio. Si lo supiera, seguro estaría conmigo... o eso es lo que me gusta creer ―contesta, soltando un suspiro―. Tendré que demostrarle que soy su hijo, y no creo que eso sea muy difícil. Solo debo enseñarle mi kekkei genkai y hablarle de mi madre.

―¿Y si te trata mal que harás?―pregunta Mitsuki con curiosidad, ladeando la cabeza.

Eh... no hay mucho que pueda hacer, volveré, supongo.―contesta desanimado. No le gustaba pensar mucho en eso, aunque sabía que era muy probable que sucediera.

Sus amigos lo observaron con empatía, colocando cada uno una mano sobre su espalda, tratando de animarlo.―¡No te preocupes! Si pasa eso, le daré un rasengazo en el estomago, dattebasa.

Espero que les haya gustado el cap uwu

Ay q emoción todo esto ajahsjajjahsjahdla

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