
Two
Park Amy pasó la noche en vela, pensando en la propuesta de la manager de Namjoon. No sabía qué hacer. Por un lado, le atraía la idea de ser la médico personal de Namjoon, de viajar con él, de conocerlo mejor, de verlo actuar en el escenario. Por otro lado, le asustaba la responsabilidad, el riesgo, el estrés, la presión. Además, le dolía dejar sus estudios, su familia, sus amigos, su vida. ¿Qué era lo correcto? ¿Qué era lo que quería?
Amy decidió hacer una lista de pros y contras. Tomó un papel y un bolígrafo y escribió:
Pros:
- Aprender mucho sobre medicina y cirugía.
- Ayudar a alguien que lo necesita.
- Conocer a una persona increíble y famosa.
- Vivir una aventura emocionante y divertida.
- Ganar mucho dinero y prestigio.
Contras:
- Abandonar mis estudios y mi carrera.
- Alejarme de mi familia y mis amigos.
- Exponerme a peligros y amenazas.
- Soportar el estrés y la presión.
- Perder mi libertad y mi privacidad.
Amy miró la lista y suspiró. No le ayudaba mucho. Los pros y los contras se equilibraban. No había una respuesta clara. Amy se sintió frustrada. ¿Por qué tenía que tomar una decisión tan difícil? ¿Por qué no podía seguir con su vida normal?
Amy se levantó de la cama y se dirigió al baño. Se lavó la cara y se miró al espejo. Se vio cansada y confundida. Se preguntó cómo estaría Namjoon. ¿Estaría bien? ¿Estaría despierto? ¿Estaría pensando en ella? Amy recordó el momento en que lo vio en el quirófano. Su rostro pálido, sus labios entreabiertos, su pecho vendado. Su corazón débil, pero latiendo. Amy sintió un nudo en el estómago. Quería verlo de nuevo. Quería hablar con él. Quería saber cómo se sentía.
Amy tomó una decisión. Cogió su teléfono y marcó el número de la manager de Namjoon.
- Hola -dijo la voz de la mujer al otro lado.
- Hola, soy Park Amy -dijo Amy.
- Ah, Park Amy -dijo la manager-. ¿Has tomado una decisión?
- Sí -dijo Amy-. He decidido aceptar tu propuesta.
- ¡Qué bien! -exclamó la manager-. Me alegro mucho. Has hecho lo correcto.
- Gracias -dijo Amy-. Espero no defraudarte.
- No lo harás -dijo la manager-. Eres una gran médico y una gran persona.
- Gracias -repitió Amy-. ¿Y Namjoon? ¿Cómo está?
- Está mejor -dijo la manager-. Está despierto y consciente. Quiere verte.
- ¿De verdad? -preguntó Amy, sorprendida.
- Sí -dijo la manager-. Te está esperando en su habitación.
- ¿Puedo ir a verlo? -preguntó Amy.
- Claro -dijo la manager-. Ven cuando quieras. Te daré las indicaciones.
- Vale -dijo Amy-. Voy para allá.
Amy colgó el teléfono y se vistió rápidamente. Tomó su bolso y salió de su casa. Se subió a un taxi y le dio al conductor la dirección del hospital. Mientras el coche avanzaba por las calles de Seúl, Amy sintió una mezcla de nerviosismo y emoción. Iba a ver a Namjoon. Iba a ser su médico personal. Iba a empezar una nueva vida.
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