Un día, Amy y Namjoon recibieron una visita inesperada. Era el padre del donante del corazón de Namjoon. El hombre había descubierto la verdad sobre la operación de Namjoon, y había querido conocerlo en persona.

- Hola, soy el padre de Lee Minho -dijo el hombre-. Él fue quien te donó su corazón.

Namjoon se quedó sin palabras al oírlo. No sabía cómo reaccionar. Sentía una mezcla de sorpresa, agradecimiento y culpa.

- Hola -dijo Namjoon-. Es un placer conocerlo.

- Lo mismo digo -dijo el hombre-. Quería darle las gracias por haber aceptado el corazón de mi hijo.

- No hay de qué -dijo Namjoon-. Gracias a usted por haber permitido que me lo donara.

- No hay de qué -dijo el hombre-. Fue voluntad de mi hijo. Él era fan de BTS, y te admiraba mucho. Te consideraba su ídolo y su amigo.

- Lo siento mucho por su pérdida -dijo Namjoon-. Su hijo era una persona maravillosa.

- Gracias -dijo el hombre-. Su hijo era mi vida.

El hombre se emocionó y se secó las lágrimas. Amy se acercó a él y le dio un abrazo.

- Lo siento mucho -dijo Amy-. Soy Amy, la esposa de Namjoon.

- Encantado -dijo el hombre-. Eres muy bonita.

- Gracias -dijo Amy-. Usted también es muy amable.

El hombre le devolvió el abrazo y le sonrió.

- Quería conocerlos a los dos -dijo el hombre-. Quería ver cómo estaban.

- Estamos bien -dijo Amy-. Estamos muy bien.

- Me alegro -dijo el hombre-. Me alegro mucho.

El hombre miró a Amy y a Namjoon con cariño y orgullo. Los vio felices y enamorados. Los vio como sus hijos.

- ¿Puedo hacerles una pregunta? -preguntó el hombre.

- Claro -dijeron Amy y Namjoon al unísono.

- ¿Puedo escuchar el latido del corazón de mi hijo? -preguntó el hombre.

Amy y Namjoon se miraron entre ellos. No sabían qué decir. Era una petición extraña, pero también comprensible. Era una forma de recordar a su hijo, pero también de honrar a su donante.

- Claro -dijeron Amy y Namjoon al unísono.

Namjoon se acercó al hombre y le ofreció su pecho. El hombre se acercó a Namjoon y le puso el oído en el corazón. Escuchó el latido del corazón de su hijo, que ahora era el corazón de Namjoon. Escuchó el latido del corazón que le había dado la vida a Namjoon, y que le había dado el amor a Amy. Escuchó el latido del corazón que compartían los tres.

El hombre se sintió feliz y agradecido. Se sintió feliz por su hijo, que había cumplido su sueño. Se sintió agradecido por Namjoon, que había honrado su regalo. Se sintió feliz y agradecido por Amy y Namjoon, que habían formado una familia.

El hombre se separó de Namjoon y le dio un beso en la mejilla. Luego, se dirigió a Amy y le dio otro beso en la mejilla. Les cogió las manos y les dijo:

- Gracias, gracias, gracias. Los quiero mucho.

- No hay de qué -dijeron Amy y Namjoon-. Nosotros también lo queremos mucho.

Los tres se abrazaron con amor y emoción. Se fundieron en un abrazo lleno de amor y gratitud. Se querían con locura, y se demostraban su amor de mil maneras.

Amy, Namjoon y el padre del donante eran felices. Eran felices porque tenían una familia especial. Eran felices porque compartían el mismo corazón.

FIN