Cuando llegaron no esperaba ver un gran terreno verde. De fondo se veía la ciudad con todas sus luces, era precioso. "¿Qué se supone que estoy viendo?" Preguntó el de greñas aún enfadado y de brazos cruzados.

"Eso." Señaló Alex.

Alexis volteó en esa dirección y lo vió. Una enorme casa en obras negras. Al ver que su esposo se adentraba pudo ver que era más enorme por dentro.

"Esta es la entrada." Explicaba Alejandro de la nada señalando cosas. "Allá en ese armario van los sacos y eso... Aquí estará la cocina." Dijo caminando y mostrándole cosas. "En esa área habrá un bar personificado y eso. De este lado habrán otras cosas."

Alexis miraba todo en silencio sin comprender nada de lo que escuchaba o veía.

"Esta es la sala. Ahí habrá un ventanal enorme y una puerta que da al jardín. Rodeando ese árbol y esas cosas termina el jardín." Seguía especificando todo y avanzando. "Estas escaleras son del segundo piso y bajo estas estarán las alacenas y eso para comida."

Poco a poco iba comprendiendo.

"Arriba habrán habitaciones." Señaló Alex volteando a verle. Explicaba ahora con una voz suave. "Nuestra habitación con baño propio y.. una habitación para nuestro futuro bebé."

Por un segundo Alexis se rompió por dentro y su rostro cambió. Su garganta se apretó y todo se vió borroso por sus ojos cristalinos.

"En la tercera planta estarán los estudios. Una oficina para que estudies y leas y mi propia oficina para fotos y arte." Alejandro lo miró con cariño. "Pensaba poner una terraza con plantas y una piscina..."

"Alejandro..." el de greñas se llevó sus manos a sus labios. "Todo esto—" no pudo hablar.

"Sí." Sonrió un poco en respuesta. "Cuando fuimos a ese pequeño restaurante vi una construcción cerca. Me recordó a cuando me contabas la idea de tu casa ideal." Con un suspiro se tomó la nuca mirándole. "Sé que no te he dado seguridad. Sé que canso mucho y que lidiar con un trauma que no te corresponde es agotador y puede drenar tu felicidad."

"Alejandro, eso no es—"

"No, sí es verdad." Le interrumpió. "Te estoy halando lentamente y quitándote tu propio brillo. No puedes ni disfrutar de tus salidas con amigos porque sientes que me debes cuidar en todo momento." Negó y suspiró. "Es vergonzoso, tengo veintitrés años y parezco un niño... Mereces más que eso, Alexis." Con una mirada vió el rostro agotado y con ojeras de su esposo. "Quiero recompensarte todo lo que has hecho por mí. Esta casa no es ni una fracción de lo que te debo."

"Una sonrisa era más que suficiente." Le dijo Alexis tomando sus manos para mirarle con cariño y amor. "No debías hacer nada de esto. ¿Tan siquiera de dónde sacaste el dinero para todo esto?" Preguntó dudoso

"No, sí debo." Insistía. "Vendí mi moto y otras cosas que tenía para comprar el terreno. Usé dinero que tenía para comprar todo y aunque es muy costoso se puede lograr." Con una pequeña sonrisa le miró.

"Pero... Alex, tú amas esa moto."

"No más que a ti." Confesó con todo su corazón haciendo que sonriera.

"Alejandro..." su corazón estuvo a punto de reventar.

"Aunque sí me dolió más que el putazo que me diste." Interrumpió sintiendo su mejilla arder.

"Lo siento... por— uhm, eso." No tuvo que explotar y reaccionar así. "Es que me cegué del coraje..."

"Lo de la cama es porque puse a limpiar las cobijas con un aromatizante nuevo. Mi ropa es que tomé suficiente para ir con mi mamá, su casa está más cerca así que podía ir y venir con más facilidad."

Ahora todo hacía sentido para Alexis.

"¿Y el anillo?" Preguntó rápidamente.

"Lo perdí los primeros días trabajando aquí con los demás hombres. Cuando lo encontré no quise perderlo otra vez así que lo dejé en la casa cuando fui a buscar ropa." Le explicó igual de rápidamente. "No sabía que vendrías, sé que se pudo ver mal, es mi culpa.."

"No, no, no." El mayor tomó las mejillas de su esposo casi desesperado. "¡Es mi culpa! Fui un loco celoso y— ¡Estaba pensando con el culo! No tuve que golpearte, nada excusa que te golpee." Aquellas palabras hicieron que Alex riera.

"Ay, corazón.." carcajeó. "Eres tan lindo, neta." Y sin esperar ni un segundo le besó con ganas. Alexis le devolvió el beso con las mismas ganas o hasta más.

Luego de besarse se volvieron a separar sonriendo y felices.

"Y busqué un consultorio para mis terapias. Las necesito." Dijo el de ojos claros con algo de vergüenza. "No quiero que algo del pasado afecte nuestro futuro juntos.."

Con una gran sonrisa el mayor rió un poco mirándole con amor. "Alex, estoy tan orgulloso de ti..." esas palabras fueron suficientes para que el corazón de Alejandro brincara con alegría. En serio, cómo lo amaba..

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