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97|Ira, Furia y Coraje


Alexis no pudo aguantarse más tiempo. La ansiedad era tanta que no quiso quedarse a esperar a que su tiempo en el evento de Twitch terminara. Disculpándose con todos los presentes y tomando sus cosas se fue a el aeropuerto cuatro días antes de lo que se suponía. En unas horas ya se encontraba en California y de camino a su casa, no esperó ni un segundo para ir a otro lado o hacer otra cosa.

Llegando a la casa se paró frente a la casa. Tocó el timbre pero no le abrieron, esto sólo le hizo enfadar. Sacó sus llaves y entró de una dejando sus cosas de lado para buscar a su esposo, el descubrir que no estaba en ningún lado de esta le hizo enojar aún más. Pero quiso ser positivo, se sentó en la cama con la idea de que esperaría a que volviera.

Pasaron horas.

Alexis esperó y esperó, pero nada. Dió una vuelta en la cama y suspiró sin más. Justo por esto mismo notó que la cama olía...ligeramente distinto. Ya harto y cansado de esperar se levantó para poner todo su coraje en su búsqueda, porque algo en todo esto estaba raro. Bien se decía, quien busca, encuentra. Al abrir el armario encontró que faltaba ropa de Alejandro. También faltaban zapatos y algunas otras cosas esenciales.

"Alejandro, hijo de puta." Dijo entre dientes furioso.

El ruido inesperado de la puerta principal abriéndose hizo que se sobre exaltara un poco. No esperó más y bajó las escaleras casi volando. Estuvo yendo a la puerta pero pasando por el pequeño pasillo abierto entre la sala y la cocina pudo ver algo brillar desde la isla de la cocina. Al voltear a ver qué era sintió como se ponía pálido, luego se llenó de furiosa. ¿Porque? Pues, vió que esto brilloso era el anillo de su esposo.

No pasó ni un segundo cuando Alejandro fue golpeando en el rostro haciéndele caer al suelo de lo tan fuerte que fue, ni siquiera lo esperaba.

"¡¿Pero—" El pálido se tomó la mejilla y al voltear hacia arriba se encontró sorprendiéndose. No solo por ver a su esposo en la casa sin aviso ninguno, sino que también porque estaba furioso. "¿Alexis?" Llamó confundido.

"Dame una puta razón para no acabarte a golpes aquí mismo." Exigió cerrando los puños con tanta fuerza que sus nudillos se volvían blancos.

"¿¡De qué mierda hablas, Alexis!?" Preguntó confundido y hasta asustado.

"¿Porqué tu ropa no está en el armario?" Comenzó a preguntar con furia. "¿Porqué la cama huele distinto? ¿Porqué no tienes tu anillo?" Por cada palabra que decía parecía que se ponía más y más rojo de ira. "¿¡Dónde mierda estabas!?" El pecho de Alejandro subía y bajaba exaltado. No entendía nada y a pesar de que sus palabras eran directas no podía procesar nada. "Te haré una mejor pregunta, ¿con quien chingados te has estado viendo?"

"¿Qué?" Murmuró el menor frunciendo su ceño. Se levantó y trató de organizar sus palabras para hablar. "No me he visto con nadie." Aseguró.

"¿Y el anillo? ¿Dónde está tu ropa?" Preguntaba aún molesto.

"Corazón, todo tiene una explicación, te lo juro." Dijo alzando sus manos a la altura de su abdomen. "Cálmate, por favor." Le pedía con miedo de que se alterara aún más.

No era que Alejandro tuviera miedo de su esposo, bueno, en parte, era así. Aunque el de ojos claros cumplió con la milicia donde aprendió miles de técnicas de lucha y tal, no podía quitarse ese pánico a los golpes de Alexis. El de greñas sabía de boxeo y era muy bueno en esto, peor aún, sus puños eran pesados y por ende, dolorosos. Ya lo sabía desde mucho antes de ser golpeado momentos atrás.

"Comienza a explicar, cabrón." Dijo gruñendo.

"Okay..Uhm..." carraspeó y trató de explicarse, pero no encontraba forma, por eso, retrocedió a la puerta y la abrió con calma para no alterarle más de lo que ya estaba. "Mira, no tengo como decírtelo. Voy a necesitar que confíes en mí." La cara de Alexis no cambiaba de toda su ira, no parecía ni intentar querer confiarse en él. "Hablo muy en serio, confía en mí, por favor." Suplicó juntando sus manos.

Con un fuerte y pesado suspiro el de greñas no tuvo de otra. Optó por seguirlo al auto y subirse a su lado. De todas maneras, no le miró ni habló en todo el trayecto.

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Si hay faltas de ortografía o un error, por favor déjenme saber.
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