"¡Perdón!" Decía Alejandro con su rostro rojo de vergüenza. "¡No sé qué pasó por mi cabeza!" Quería enterrarse diez metros bajo tierra y no salir hasta que muriera. "¡Grítame si quieres! ¡Golpéame! ¡Lo que sea!" Suplicó con sus ojos llenos de lágrimas. "Pero— Por favor, no me abandones por esto.."

"Alex." Comenzó a hablar Alexis. "Hemos pasado por miles de cosas juntos.." En todo el rato que su esposo chillaba y rogaba no dejaba de mirarlo con una expresión tranquila y calmada. Aunque, detrás de esta lo que había era miedo. "Le fuiste infiel a tu novia por mí. Soportaste las criticas que mis seguidores de dan desde el principio. Me has defendido cuando lo necesitaba.. Vivimos miles de cosas y cada día me sorprendes más... Pero, Alejandro..." Los ojos azules del menor estaban empapados en lagrimas al escucharlo tan decepcionado. "¿Usarme para tu placer mientras duermo?" Frunció el ceño como si no entendiera sus propias palabras, aun no lo creía, no lo procesaba. "Claramente te dije que no quería tener sexo porque estaba agotado de todo lo que hice en la mañana y en vez de respetar mi decisión esperaste a que me durmiera para.." negó lentamente sin querer terminar sus palabras, le daba escalofríos.

"Estuve mal, lo sé. Lo lamento." Rogaba el menor llevándose sus manos a su rostro.

"No sólo estás mal, Alejandro." Le dijo regañándole con suavidad pero firmeza. "Estás enfermo." Aseguró. "Y vas de mal en peor."

Alexis no quería decir en voz alta que eso básicamente se consideraba acoso y/o abuso sexual. Veía el rostro pálido y lleno de lágrimas de Alejandro, no quería hacerlo llorar aún más.

"Sé que nada de lo que haces es con intención de herir o algo parecido, aún así, no quita que no esté bien." Le decía cruzándose de brazos con esa fuerte expresión de preocupación.

"Yo—"

"Volviendo a casa vas a ir a terapia." Le dijo negando al interrumpirle.

"¡No necesito terapia, Alexis!"

"No me importa nada de lo que digas. Vas a terapia y punto." regañaba. "Si no puedes con eso, olvídate de mí." Claro que sonaba duro, pero no tenía la intención de divorciarse o algo parecido. Estaba usando su miedo en su contra, de otra forma, no hubiera ido a terapia.

"¡No, no! ¡Voy a ir!" Dijo tomando las manos del mayor. "No volveré a tocarte sin ti permiso, lo juro. No voy ni a sugerir ducharme contigo."

Alexis sabía muy bien que el problema de Alejandro era su hípersexualidad empeorando. Los primeros dos años de estar juntos el sexo era algo de casi todos los días. Con el tiempo y la ayuda que le invirtió para superar ese trauma se calmó pero parecía ser que lo ocurrido con Capri despertó todo ese apetito sexual que habían logrado calmar con tanto trabajo.  

Alexis nunca mintió cuando les advirtió a sus amigas que Alejandro le tenía miedo a las mujeres aunque no lo pareciera, pidió por favor que no lo presionaran tanto, aunque dudaba que eso le afectara pues pensó que ya estaba bien, el mismo Alex pensó igual, pero no.

Todo esto era lo que el tacto descuidado y nada consentido de las mujeres causaban en él, le alborotaban las hormonas y lo hacían actuar sin pensar. Todo por culpa de Sofía.

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