Alexis dormía tranquilamente, eran alrededor de las ocho de la mañana y había decidido dormir más de lo habitual. "Me lo merezco." Pensó. Entre tanto sueño escuchó el ruido de un auto, con su almohada se tapó la cabeza para evitar escuchar por más tiempo aquel motor tan molesto. Al escuchar que el auto se estacionaba y apagaba demasiado cerca de su casa optó por abrir los ojos extrañado, miró la hora sin realmente querer levantarse. No esperaba visita.

Se levantó de su cama y bajó a la primera planta para encaminarse a la puerta. A través de aquel pequeño monitor de la puerta pudo ver un hombre bajarse de aquel auto.

Reconocía ese auto....Y reconocía a ese hombre.

Con una sonrisa abrió la puerta para salir y asomarse con sus manos en sus bolsillos. "¿No pudiste llegar a las una de la tarde o algo así?" Preguntó fingiendo disgusto ante su presencia.

"Cómeme los huevos uno por uno." Le respondió aquel chico mientras abría el portón de la casa para entrar al jardín delantero.

Alexis rió bajo y lo vió acercarse. Al ver que vestía con su ropa verde de la milicia se sentió como una esposa ama de casa recibiendo a su esposo de la guerra. Cuando casi llegaba a donde estaba el mayor bajó los pocos escalones para ir a él, el de ojos claros dejó su gran mochila en el suelo y fue a abrazarlo con una gran sonrisa, fue correspondido al instante.

"Te extrañé." dijo Alejandro con una sonrisa nada más abrazarlo con fuerza contra su cuerpo.

El menor no dejó que su esposo dijera nada. Con un brazo le cargó haciéndole reír y con el otro agarró su mochila para entrar a la casa. Cuando entraron y una vez la puerta cerrada dejó la mochila en el suelo para cargar apropiadamente a Alexis, quien no dejaba de sonreír y reír bajo como adolescente.

"Alejandro." Llamó entre risas el de greñas. "Bájame, ya." Pidió.

"No, no, apenas llegué. No te voy a dejar ir así como así." Respondió para llevarlo al sofá. Se sentó con él en su regazo y le miró con una gran sonrisa. "¿Me extrañaste tanto cómo yo te extrañé o eres un hijo de la chingada?"

"Un poco de los dos." Sonrió para pasar sus brazos por sus hombros. "No sabía que vendrías hoy."

"No avisé para darte la sorpresa, igual, quería verte. Por fin puedo venir a visitarte." Dijo para agarrarle las mejillas y mover su rostro feliz, cosa que hizo que el pelinegro de greñas se quejara. "Ay, mi esposito bonito que esperó por mí." Le decía con un tono chillón sonriéndole.

Alexis rió por su comentario y asintió pare abrazarle una vez más aferrándosele. Lo había extrañado demasiado. "No podía esperar más, te extrañaba demasiado, Alex.." murmuró cerrando sus ojos.

Alejandro se sintió feliz y relajado ante ese abrazo. Estuvo tanto tiempo lejos de él que con sólo verlo lo puso de buenas. Se quedaría por unos pocos días, menos de una semana, pero algo era algo. Prefería verlo por unos días a no verlo en lo absoluto y estaba seguro que Alexis pensaba igual.

Tomarían esos días juntos para compartir y pasarla bien, no había duda de que lo disfrutarían mucho.

¿Sugerencias de qué pueden hacer en esos días? Para tener ideas y tal

.
.
.
Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
.
.