El ruido de la moto de Alejandro se escuchaba a cuadras de distancia. Alexis estaba recostado en su sofá disfrutando de que no tenía nada que hacer, fue entonces que notó que la moto se escuchaba más y más cerca anunciándole que su novio iba a llegar a la casa. El pelinegro de cabello largo se levantó y fue a el balcón para ver como llegaba Alejandro. Dicho y hecho. El chico en la moto se estacionó cuando llegó y se bajó para buscar sus llaves en su mochila.

"Bonita moto." Le dijo Alexis en forma de broma desde arriba mirándolo. Esto llamó la atención del menor haciendo que alzara la vista a él.

"¿Quieres montarla?" Preguntó con un tono divertido. El de greñas podía apostar que debajo de ese casco estaba sonriendo.

"No, gracias." Respondió negando un poco con su cuerpo apoyado del barandal.

"¿Y al dueño?" Volvió a preguntar. Esta vez preguntaba con un tono coqueto. "¿Para qué montar una moto cuando puedes montar al motociclista?" Mientras hablaba se desabrochaba el casco para finalmente quitárselo.

No iba a mentir. Alexis sintió burbujas en su estómago ante esas palabras. Respondió con una risa y negó para entrar una vez más a la casa. Alejandro rió y ya con sus llaves en la mano entró a la casa después de abrir la puerta. El dueño de la casa iba bajando las escaleras.

"¿Cambiaste de opinión y me vas a montar?" Alejandro dejó su casco en la mesa para extender sus brazos con una sonrisa arrogante. Le gustaba molestar a su novio con comentarios así, mejor aún cuando el chiste hipotético se volvía real.

"Eres insoportable, ¿te lo han dicho?" Dijo Alexis con una sonrisa cruzándose de brazos.

"Y tú también pero eso no me importa cuando me rompes los huesos de la cadera." Se iba a quitar los guantes pero notó como su novio lo miraba ignorando sus palabras y no miraba su rostro.

La ropa que usaba Alejandro para montar su moto era oscura. Usaba guantes y un casco, aveces usaba un pasamontañas debajo de este último y hoy no lo usó debido a la calor de afuera. Sus zapatos siempre eran tenis altos y oscuros de hombres para evitar tener piel expuesta, no importaba si eran sus tobillos, no le gustaba. Todo estos outfits que usaba el chico de ojos claros eran muy atractivos para todos los que le veían y ni contar de su novio. Alexis amaba verlo así.

"¿Me quieres quitar la ropa tú?" Preguntó divertido.

"¿Porqué? ¿Eres un niño pequeño que no puedes solo?" Le respondió de la misma forma el contrarío antes de ir a la sala dejándolo atrás riendo.

"Eso no es lo que dices cuando vienes a mi habitación pidiéndome que te empotre contra la pared, mamón." Le respondió siguiéndolo mientras se quitaba los guantes y su chaqueta. Recibió como respuesta un gesto de desagrado al mismo tiempo que el chico le mostraba el dedo de en medio haciéndolo reír.

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