198|Jóvenes Almas Enamoradas
"Este hotel está precioso." Dijo Alexis una vez se sentó en la cama.
"Claro, lo mejor para mi manzana con caramelo." Respondió Alejandro adentrándose a la habitación mientras se deshacía de su corbata. El apodo utilizado fue tan tonto que hizo que el mayor carcajeara un poco mientras negaba.
"¿Cuánto gastaste? Quiero pagar la mitad."
"No, no, todo bien." El menor dejó su saco de lado para comenzar a quitarse los zapatos con calma. "¿Has visto el baño? Te va a encantar, tiene jacuzzi y todo."
"¿Sí? Se antoja bastante." Alexis se comenzó a quitar los zapatos sintiendo alivio en la planta de sus pies.
"Vamos a darle uso."
Alejandro rápidamente se alejó para ir a el cuarto de baño emocionado como niño pequeño. Alexis sintió curiosidad, nunca antes se habían duchado juntos por que a su esposo no le gustaba en lo absoluto, pero pensó que tal vez algo en él había cambiado para que esto sucediera.
Entrando al baño comenzaron a deshacerse de su ropa poco a poco luego de comenzar a llenar el jacuzzi, Alejo no mentía, el baño era precioso y enorme, fácilmente podría ser un apartamento. Alejandro se deshizo de su ropa quedando en paños menores y fue ahí que Alexis notó algo curioso y de mal gusto.
"Alejandro, ¿qué tienes ahí?" Preguntó con preocupación al ver las marcas en sus muslos y muñecas.
"Ah, ¿esto?" Preguntó con normalidad. "Doggo y los perros me rasguñan bastante en el entrenamiento especial que les ando dando, ya casi se curan del todo." Respondió sin esperar ni un segundo mientras se tocaba las heridas recordando que era su trabajo entrenar a los perros de policía. "No todos son tan agradables al principio como uno pensaría. Y lo de las muñecas son quemaduras que me hice en el restaurante de Mary intentando usar las estufas, son muy complicadas, mejor me quedo alejado de todo eso."
Ambas respuestas fueron rápidas y con explicaciones directas, no le dejaban dudas a Alexis, pero igual se preocupó. "¿Seguro?"
"Sí, ya casi se curan del todo, no son graves, tranquilo." Insistió el pálido para quitarse su ropa interior. "Ay, que frío." Se quejó frotándose los brazos para entrar al jacuzzi con rapidez. El mayor le miró un poco preocupado, no le gustaba la idea de que su amado tuviera heridas, pero le aliviaba que ya estuvieran curándose.
Al entrar ambos a el agua quisieron relajarse allí, no había necesidad entre ellos de usar su ropa interior en ese jacuzzi, estaban cómodos y en confianza entre ellos así que no tuvieron problemas en estar juntos y desnudos. Se recostaron uno del otro y cerraron los ojos para disfrutar de la compañía luego de un largo día. Estaban exhaustos... bueno, no tanto.
[...]
Luego de lo que se sintió una eternidad, ambos chicos salieron del agua para secarse e ir a la cama entre risas y bromas. Al Alexis acostarse fue aplastado por Alejandro sacándole una gran carcajada y el aire, quería golpearle, pero solo pudo seguir riéndose.
"¡Eres un pendejazo!" Reía el mayor. "¡Me dejaste sin aire!"
"Ah, puedo darte aire boca a boca." Respondió un juguetón Alejandro. "Tengo mi certificado como médico, después de todo." Y luego de estas palabras que hicieron que Alexis carcajeara aún más, le empezó a dar besos por todo el rostro y cuello.
Poco a poco ambos chicos se fueron acercando más y más a lo que parecía ser más que besos inocentes. Terminaron en lo que fue una ola de sensaciones de todo tipo, hace mucho no habían podido poder hacer el amor sin preocuparse en nada más, solo eran ellos dos allí. Caricias, besos, sus piernas rozándose entre si de vez en cuando, jadeo, amor y pasión, algo en todo esto les hizo sentir nostalgia. La situación les hizo recordar cuando tuvieron intimidad por primera vez, fue todo tan... lindo, tan íntimo, romántico y lento... Alexis logró que Alejandro se sintiera amado y ni siquiera lo intentó, simplemente lo amaba de verdad y se mostró en todo momento.
El menor miraba a su esposo sin apartar su mirada, amaba ver esa belleza que solo él podría tener. Por un momento se detuvo para tomar su mejilla con cariño, esto provocó que el chico acostado abriera los ojos y le mirara con esos hermosos orbes.
"Te amo, Alexis." Murmuró el pálido. "Te amo con todo mi corazón, no lo olvides nunca, por favor..."
El mayor sonrió con suavidad y colocó su mano sobre la ajena para sujetarla con delicadeza, sintió esa calidez que le caracterizaba. "Solo si tú no olvidas lo mucho que te amo de regreso, ¿mm?" Alejandro sonrió contagiando a Alexis de todo su amor y cariño. Lo amaba tanto que dolía, y mucho.
La noche continuó a la vez que la pareja se enloquecía mutuamente de amor constante, hace mucho no hacían algo tan normal y regular como lo era el sexo vanilla y eso les dió más motivación para continuar. Se bañaron de constantes confesiones románticas y no se detuvieron ni por un solo segundo, se amaron todo lo que pudieron hasta que la madrugada llegó y no pudieron más. Esas horas se sintieron como si... como si volvieran a ser almas jovenes y enamoradas una vez más, hace mucho no lo eran...
.
.
.
Si hay faltas de ortografía o un error, por favor déjenme saber.
.
.
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro